de divulgación
de la
institución y en
la coordinación
del Núcleo de
Estudio e
Investigación
del Evangelio
(NEPE) “Paulo de
Tarso”.
Demostrado un
gran interés por
el estudio y la
investigación de
los textos de
los Evangelios,
nos habló sobre
ese tema en la
entrevista
siguiente.
|
¿Cuál es la
mejor manera de
investigar y
estudiar las
enseñanzas y
parábolas de
Jesús?
Pienso que un
primer paso
esencial es el
estudio,
profundo y
metódico, de las
obras de la
codificación
espírita. Esa
base es
fundamental para
que podamos
tener una visión
lúcida y
coherente con
respecto a los
pasajes del
Evangelio,
buscando renovar
los conceptos
que traemos del
pasado con
relación a
Cristo, su
mensaje y sus
continuadores.
Otro punto
importante es el
estudio de las
obras
complementarias
producidas sobre
el tema a través
de médiums
avalados como
Francisco
Cándido Xavier y
Divaldo Franco,
dentro de las
cuales
destacaríamos
las de la
autoría del
Espíritu
Emmanuel, quien
dedicó buena
parte de su
trabajo
psicográfico al
desarrollo y el
esclarecimiento
del estudio del
Evangelio a la
luz de la
Doctrina
Espirita.
Finalmente, el
conocimiento del
contexto
histórico en el
que Cristo
estaba inserto,
sus costumbres y
la sociedad
judía de la
época, así como
el Antiguo
Testamento, es
también de gran
relevancia para
una comprensión
más completa de
las enseñanzas
de Jesús. Con
ese marco,
estamos aptos
para analizar,
con buen sentido
y de manera
segura y
ponderada, las
informaciones
provenientes de
las más diversas
fuentes
religiosas,
filosóficas y
científicas,
buscando extraer
de ellas lo que
pueda agregarse
al estudio, como
nos lo
recomienda el
mismo El
Libro de los
Espíritus en
sus preguntas
627 y 628.
¿De dónde le
surgió el gusto
por el estudio e
investigación
alrededor de los
textos del Nuevo
Testamento?
Desde la
infancia me
sentía muy
atraído por este
tipo de
estudios. En la
casa que asistí
en Patrocínio
(MG), cuando
niño y
adolescente,
recuerdo haber
asistido a las
conferencias del
querido cofrade
Simão Pedro,
donde eran
presentados y
comentados
pasajes del
Nuevo Testamento
y cómo eso me
despertaba una
profunda emoción
y un interés por
conocer más
sobre el tema. A
partir del 2013
comencé
realmente a
involucrarme en
el movimiento
espírita y, con
el lanzamiento
de la traducción
del Nuevo
Testamento por
el cofrade
Haroldo Dutra
Dias, en
conjunto con las
conferencias
dirigidas a ese
tema proferidas
por él y otros
compañeros,
comencé a
interesarme aún
más por el tema
y desde entonces
no paré de
estudiar y de
buscar
profundizar al
respecto.
Las historias y
relatos,
referencias y
ejemplos
anotados por los
evangelistas,
¿traen algo más
además de las
letras?
Sí, primero
porque una de
las
características
del propio
lenguaje y
cultura semitas,
así como las
tradiciones
rabínicas de la
época, era la
transmisión de
las enseñanzas
de manera
intuitiva y
simbólica, un
reflejo de la
tradición
milenaria de
transmisión oral
del
conocimiento.
Además, debemos
tener en cuenta
la inspiración
espiritual del
Plano Superior
durante el
proceso de
redacción de los
textos del
Evangelio, como
Emmanuel nos
esclarece en el
libro A
Camino da Luz.
Con la ayuda de
las obras
básicas y
complementarias
de la Doctrina
Espírita, en
especial de la
colección
Fuente Viva
de
Emmanuel/Chico,
podemos percibir
de manera más
profunda la
dimensión de la
riqueza
espiritual
oculta detrás de
los velos de las
letras. Uno de
los mayores
colaboradores
para este tipo
de estudio fue
el querido
cofrade,
expresidente de
la UEM, Honório
Onofre de Abreu.
Él, por su
metodología de
estudio, con
varios ejemplos
prácticos de
cómo extraer de
los textos el
espíritu
imperecedero de
las enseñanzas
de Jesús.
¿Por qué Jesús
usó esa
didáctica? ¿Qué
deseaba
alcanzar?
Como dice el
propio Kardec en
El Evangelio
según el
Espiritismo,
los puntos
esenciales de la
doctrina de
Cristo siempre
fueron claros y
explícitos, como
por ejemplo, la
posición de la
caridad y la
humildad como
elementos
fundamentales en
el proceso de
iluminación
espiritual. Los
demás puntos
fueron
trabajados por
Jesús, por lo
menos para el
gran público, de
manera velada,
porque sabía que
sólo el tiempo
podría traer una
madurez más
adecuada para la
comprensión de
determinadas
verdades
espirituales que
necesitaban un
desarrollo
científico y
filosófico del
espíritu humano
que iría a ser
alcanzado.
Mientras tanto,
todas esas
verdades están
incluidas de
manera alegórica
y simbólica en
sus enseñanzas y
cada espíritu
puede, en su
tiempo,
comprenderlas,
si se esfuerza
para ello. Son
como semillas,
aguardando el
momento propicio
para la
germinación.
¿Qué tipo de
sentimientos lo
envuelven en los
descubrimientos
que resultan de
las
investigaciones
de los textos de
estas
enseñanzas? ¿Y
cómo transforma
eso motivación
para
transmitirlo en
los estudios que
coordina en las
conferencias que
ofrece?
El sentimiento
es siempre el de
una gran alegría
y gratitud
inmensas, pues
percibimos
cuánto hemos
sido amparados y
conducidos
espiritualmente
por ese amor
inconmensurable
que nos envuelve
desde los
inicios de
nuestra
evolución.
Siempre que nos
dedicamos al
estudio y a la
meditación sobre
las enseñanzas
de Jesús, nos
sentimos como si
estuviéramos
nuevamente en la
Galilea de
aquellos
tiempos, oyendo
acompañando al
Maestro mismo en
su peregrinación
por la Tierra. A
partir de allí,
surge
naturalmente el
deseo de
compartir
aquello que
pudimos
comprender y
sentir en este
proceso, lo que
hemos buscado
hacer por medio
de los grupos de
estudio y de las
conferencias.
En los grupos
que coordina,
¿hay un interés
más calificado
alrededor de
esas
investigaciones
y estudios?
Primero, tuvimos
que establecer
un método de
estudio que
propiciase, en
los demás
miembros del
grupo, el
surgimiento de
este interés por
la
investigación,
participación y
colaboración,
responsable de
retornar esa
experiencia del
estudio tan
enriquecedora.
Al inicio no
siempre es
fácil, porque la
tendencia que
observamos en
muchos grupos de
estudio es que
ocurra una
adaptación, en
la que sólo
algunos pasan a
ser responsables
por la
investigación y
transmisión del
conocimiento,
mientras que los
demás se colocan
en la postura de
receptores. Sin
embargo, ese
esfuerzo por
desarrollar un
espíritu de
equipo, en el
que todos
colaboran y
aprenden juntos,
ha dado buenos
resultados, y
esperamos lograr
establecer en el
2016 una
participación
aún más efectiva
de cada miembro
del grupo.
¿Cuál es la
mejor didáctica
para despertar
el interés por
el estudio y por
la
investigación?
Tratamos de
hacer algo muy
dinámico y
participativo,
mostrando al
grupo como se
hacen las
investigaciones
bibliográficas y
la preparación
del material de
estudio.
Buscamos también
vincular siempre
las enseñanzas
de las tres
revelaciones, de
manera que pueda
demostrar cómo
cada una de
ellas forma
parte de un
proceso
pedagógico más
amplio,
coordinado por
Cristo y sus
propuestas.
Además, el
descubrimiento
lo que está
detrás de los
símbolos y
alegorías es un
gran estímulo
para todos.
Podemos percibir
el brillo en los
ojos de cada uno
cuando se
comprende un
pasaje antes
oscuro. El
estudio en
formato de mesa
redonda,
valorando el
debate fraterno
y el intercambio
de ideas, hace
también que cada
uno se sienta
parte integrante
e importante en
el proceso de
aprendizaje
colectivo.
¿Algo resaltante
de sus
experiencias que
nos puede
contar?
Lo que más me ha
marcado en el
desarrollo de
los estudios y
de las
conferencias es
percibir cuánto
la figura de
Jesús, aun a
través de tanto
tiempo, continúa
tocando el
corazón de las
personas y
cuánto éstas se
sienten atraídas
por él y por su
mensaje. También
observo cómo
quedan
impresionados al
percibir la
belleza y la
profundidad de
las enseñanzas
que existen más
allá de los
símbolos y de
las parábolas.
Pero más que
nunca, he
certificado la
importancia del
Maestro en
nuestra vida
cotidiana, como
sustento de
nuestro
equilibrio
interior y como
orientador de
nuestra conducta
en búsqueda de
la paz legítima,
que surge de una
conciencia
tranquila y del
servicio en el
bien.
¿Algo más que le
gustaría añadir?
Me gustaría
recordar algunas
palabras de
Alcíone, que ya
se utilizaban en
aquella época,
junto con el
Padre Damiano
(Emmanuel),
sobre esa
metodología de
estudio más
profundo del
Evangelio. Según
ella, “el
Evangelio, en su
expresión total,
es un vasto
camino
ascendente, cuyo
fin no podemos
percibir,
legítimamente,
sin el
conocimiento y
la aplicación de
todos los
detalles. [...]
El mensaje de
Cristo requiere
ser conocido,
meditado,
sentido y
vivido”. Así
queda
establecida una
ruta, en cuatro
etapas
esenciales, en
la cual el
conocimiento es
sólo la primera
de ellas. Eso
es importante
para que no nos
olvidemos de que
todo el estudio
del Evangelio
sólo será
efectivamente
útil y
significativo en
nuestras vidas
si volviéramos
nuestra vivencia
coherente con lo
que hemos
estudiado y
aprendido.
Sus palabras
finales.
Para finalizar,
creo que sería
oportuno
resaltar la
importancia de
buscar cada vez
más ese contacto
íntimo y esa
comunión con el
Maestro y su
mensaje,
esforzándonos
por adecuar
nuestras vidas a
su propuesta,
sobre todo en
estos momentos
tumultuosos por
los cuales
pasamos
colectivamente.
Más que
discípulos que
conozcan sus
enseñanzas,
Jesús requiere
de aquellos que
estén dispuestos
a vivirlos,
siendo “la sal
de la tierra” y
“la luz del
mundo” para una
Tierra en
momentos de
profunda
transformación.
Que Él nos
bendiga y nos
sustente en esta
jornada por los
caminos que nos
dejó. ¡Paz y
bien!
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