ta, como
conferencista,
pasista y
coordinadora de
cursos. Para
hablar de sus
actividades en
el campo
espírita y
también sobre
literatura
espírita,
Claudia nos
concedió
gentilmente la
siguiente
entrevista: |
¿Cómo conoció el
Espiritismo?
La doctrina
llegó a mí por
el camino del
dolor hace 15
años, cuando fui
a un centro
llamado Pronto
Socorro Maria
Angélica, en
Dias d'Ávila (BA),
con un serio
problema en la
columna. Entré
como paciente y
salí como
trabajadora de
Cristo. Me
encantó la
sensación que
sentí y ese
encantamiento
provocó una sed
de conocimiento
que hasta el día
de hoy no he
saciado; cuanto
más leo, menos
sé; cuanto más
trabajo, tengo
la sensación de
que nada hago,
aun teniendo en
mi la certeza de
que hoy estoy
mejor que ayer.
Usted desarrolla
muchos trabajos
en el campo
espírita, como
pasista,
conferencista y
coordinadora de
cursos. ¿Cuál de
esas actividades
le agrada más?
Aunque las tres
labores me
brindan
aprendizaje y
placer, es en el
grupo de
estudios que
perfecciono mis
conocimientos y
descubro, en las
explicaciones y
los debates
saludables, el
enriquecimiento
del conocimiento
y el
fortalecimiento
de las
amistades. Por
ello, en el
salón de clases
obtengo
experiencias
indescriptibles.
Su actividad
profesional
también está
ligada al
Espiritismo,
pues usted
trabaja en la
librería de la
Casa de Oração
Bezerra de
Menezes. ¿Eso
ayuda en su
trabajo en el
Centro?
Con certeza,
ayuda y mucho.
Al tratar con el
público tengo la
oportunidad de
dar ejemplo de
lo que
aprendemos en la
literatura
espírita. Las
personas que
frecuentan
nuestras
librerías,
aunque tengan
objetivos
similares, que
es el de
“instruirse”,
tienen la
cuestión de la
diversificación
de las razones
que los llevaron
a ese objetivo.
Unos vienen por
el dolor, muchas
veces estampado
en lágrimas que
corren, otros
disfrazados bajo
ojos tristes y
sonrisa tímida
(la sensibilidad
del pasista
ayuda mucho en
esos momentos),
otros por
curiosidad y, en
su gran mayoría,
por el deseo de
saber más (la
función de
oradora ayuda en
este caso).
Presentando
nuestro stock
literario,
refuerzo lo que
ya leí y muchas
veces despierto
en la persona
los argumentos
aún no
elaborados de un
determinado
tema.
¿La librería
espírita
acostumbra a
recibir sólo a
lectores
espíritas, o
también a
simpatizantes
que se acercan
para buscar las
obras?
La mayoría de
nuestro público
es espírita,
pero recibimos
muchos
simpatizantes y
principiantes en
la doctrina. Los
libros que
indico a los
principiantes
son: El
Evangelio según
el Espiritismo
(Allan Kardec),
El Libro de
los Espíritus
(Allan Kardec),
Jesús en el
Hogar (Neio
Lucio-Chico
Xavier). Para
aquellos que
están
acostumbrados a
las novelas, les
indico los
libros de
Emmanuel-Chico
Xavier: Hace
2000 años,
Cincuenta
Años Después,
Ave Cristo,
Renuncia
y Pablo y
Esteban.
Cuando percibo
que el lector
desea realmente
estudiar la
doctrina, le
indico los
libros de André
Luiz-Chico
Xavier. Ahora, a
aquellos que ya
tienen
conocimiento
doctrinario
identifico cual
es el área que
ellos desean, si
es filosófico,
científico o
emocional.
A propósito de
eso, ¿cuáles son
sus obras
predilectas?
Buena Nueva
(Humberto de
Campos–Chico
Xavier)
Misioneros de la
Luz (André
Luiz-Chico
Xavier),
Pablo y Esteban
(Emmanuel-Chico
Xavier),
Jesús en el
Hogar (Neio
Lucio-Chico
Xavier),
Constelación
Familiar (Joanna
de Angelis-Divaldo
Franco) y El
Problema del
ser, del destino
y el dolor (Léon
Denis), que es
mi libro de
cabecera.
¿Ha visto mucha
gente como
usted, que
conoció el
Espiritismo por
el dolor y que,
al entrar en
contacto con el
mensaje de
Jesús, se
transformó en
trabajador?
Sí. He
presenciado
algunas
trasformaciones,
pero no tanto
como me gustaría
y cuanto las
Casas necesitan.
Cuando nuestras
lágrimas se
secan,
generalmente
pensamos que
nuestra vida
cotidiana es más
importante que
el servir.
¿Cuál es su
visión del
movimiento
espírita en
Salvador?
No me siento
apta para hablar
en forma macro,
pues aún me
ubico en lo
micro, y las
actividades que
desarrollo no me
permiten
profundizar en
las cuestiones
generales de la
doctrina, en
virtud de la
carga horaria.
Lo que percibo
es que hay un
movimiento
intenso para la
unificación de
la doctrina,
objetivo de
Bezerra de
Menezes. La
Federación
Espírita del
Estado de Bahía
promueve un
congreso,
seminarios,
cursos y
encuentros con
la finalidad de
divulgar y
cualificar a los
adeptos de esta
doctrina.
Los centros
espíritas están
recibiendo una
gran demanda y
necesitan estar
preparados para
ese público. La
dificultad que
encuentran tal
vez sea la falta
de
concientización
de los
trabajadores
para el
despertar hacia
el
perfeccionamiento
en el desempeño
de las funciones
que ejercen.
Como persona
formada en
Administración
de Empresas,
¿tiene alguna
sugerencia o
alguna idea que
considera
interesante
pasar a los
dirigentes
espiritas en lo
concerniente a
la
administración
del centro
espírita?
Me gusta mucho
un término usado
en
Administración
llamado
benchmarking,
que consiste en
aprender con
otros y aplicar
solo lo
necesario. Para
ello es
importante
visitar otros
centros con la
propuesta de
recoger
informaciones e
intercambiar
experiencias con
el objetivo de
mejorar la
marcha de los
procesos que
involucran el
centro.
La sucesión de
los cargos
dentro del
centro debería
ser algo pensado
a largo plazo,
con la intención
de preparar la
nueva dirección
de manera
prudente, para
que no haya una
disputa feroz
por el poder.
Es importante en
ese sentido
observar las
cualidades de
cada individuo
para aprovechar
sus habilidades
en las funciones
específicas.
Una de las
dificultades que
algunos centros
espíritas
enfrentan es la
escasez de
voluntarios.
¿Cuál es su
opinión sobre
esto?
Diversos
factores
contribuyen a
esto. Lo más
fácil sería
decir que las
personas son
inmediatistas (y
lo son), pero
pienso que el
hecho ocurre en
virtud del apego
de algunos
trabajadores a
sus puestos, los
cuales no se
muestran
receptivos con
los novatos.
Otra cuestión es
que muchos
buscan el lado
del fenómeno en
la doctrina y
solo desean
trabajar en esa
área, incluso
sin tener ningún
conocimiento y
sin prepararse
para ello.
Otra cosa que
pienso que aleja
a los posibles
colaboradores es
que ellos
perciben la
extensa carga
horaria y
piensan que con
ellos será de la
misma forma,
idea que los
asusta,
ignorando que,
si más
trabajadores
llegasen, esa
carga horaria
disminuiría y
quien gana somos
todos nosotros,
los trabajadores
de la mies
espírita.
Sus palabras
finales.
Soy una persona
en búsqueda del
constante saber.
La
espiritualidad
me concedió un
trabajo con el
cual llevo a la
mesa el alimento
del cuerpo y
adquiero
conocimiento
para alimentar
el espíritu. En
cada actividad
que ejerzo
percibo cuánto
somos regidos
por leyes que
favorecen
nuestro
crecimiento.
Tengo necesidad
de aprender a
ser amorosa para
retribuir al
Universo lo que
ha hecho por mí
y me gustaría
tener el poder
especial de
internalizar en
las personas las
palabras de
Jesús: “Buscad,
en primer lugar,
el Reino de Dios
y su Justicia, y
todas esas
necesidades os
serán dadas en
aumento”. Leer
un libro que le
traiga
conocimiento
doctrinario es,
también, una
búsqueda del
Reino de Dios.
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