Mi objetivo no
es remover el
pasado infeliz,
pero, sí, poner
a descubierto
para los
espíritas de hoy
como Kardec nos
es
modelo-defensor,
toda vez que el
Espiritismo sea
blanco de
alevosias, que
infelizmente aún
ocurren a menudo.
(1)
Será útil a los
espíritas ser
conocido el
pulido amor que
él dedicó a la
Doctrina de los
Espíritus y las
luchas que tuvo
que porfiar en
su defensa. Su
ejemplo no puede
de manera alguna
dejar de ser
seguido, siempre
que idénticas
ocasiones se
presenten.
Ese es un deber
e incluso un
compromisso que
los espíritas no
deberemos jamás
rechazar u
omitir...
La fecha de
nacimiento del
Espiritismo es
la misma de la
de Allan Kardec:
18 de Abril de
1857.
Certificado de
ambos inexiste,
en términos
cartorários.
En efecto, nadie
jamás encontrará
en los registros
cíviles de
Francia el
nombre de Allan
Kardec, sin
embargo ese
personaje
francés es bien
conocido por la
Historia
mundial...
Se explica: el 3
de Octubre
de1804, en la
ciudad de Lyon
(Francia), nació
Hippolyte Léon
Denizard Rivail,
descendiente de
uma antigua
familia lionesa,
católica, de
nobles y dignas
tradiciones. Él
se haría famoso
por sus
extraordinárias
dotes morales e
intelectuales,
enteramente
volcado para la
Educación, como
profesor y
traductor,
además de autor
de incontables
obras
pedagógicas,
destinadas a la
instrucción
primaria,
secundaria e
incluso
superior,
algunas con
aplicación hasta
hoy en Francia.
A los 50 años de
edad, el
profesor
Hippolyte era
miembro efectivo
de 12 (doce)
asociaciones
culturales
francesas —
sociedades
sabias. Fue por
esa época que
tuvo la atención
volcada para los
espectáculos
públicos de las
llamadas “mesas
giratórias y
danzantes”
(mesas que se
erguian en los
aires, diseñaban
movimientos y
respondían, por
golpes, a las
preguntas de los
asistentes).
Intercambio con
el mundo
invisible
Tales
espectáculos,
entonces, eran
verdaderas
epidemia en el
mundo.
Investigando el
insólito
fenómeno, su
cerebro
privilegiado
detectó que sólo
por fuerzas
desconocidas
aquello podría
ocurrir: fuerzas
pensantes...
De ahí a atinar
ser espíritus,
que a través de
intermediación
con encarnados
“daban vida e
inteligencia” a
la materia, fue
una brillante
deducción, tan
desapercebida a
la mayoría de
las personas,
como simples,
cual “huevo de
Colón”.
Decidido a
“poner en platos
limpios” tales
fenómenos,
valiéndose del
inusual
conocimiento que
abrillantaba su
mente y
trillando
metodología
científica, no
tardó en
comprobar que
los llamados
“muertos” vivían
más allá de la
muerte; y más:
que esos tales,
en
circunstancias
naturales, con
intermediación
de encarnados (médiums),
podían dialogar
com aquellos que
aún no habían
ido para el
reino “de las
sombras”.
A ese
intercambio
entre el plano
material y el
espiritual
denominó
mediumnidad.
Descubrió, luego,
que “del lado de
allá” no
existían sólo
“sombras”, sino
al contrário: de
allá provenían
muchas luces,
permanentemente,
disponibles a
aquellos que
concedieron a la
razón una
oportunidad de
comprobarlo. ¡Él
concedió!
En un trabajo
altamente
didáctico,
valiéndose de
varios médiums,
desconocidos
entre sí,
formuló
centenares de
preguntas “a los
muertos” y de
ellos obtuvo
respuesta para
todas, paralelas
en el contenido,
apropiados con
la lógica.
Con impecable
pedagogía buscó
ese abundante
material y lo
catalogó en
código, de ahí
resultando las
llamadas “obras
básicas” (son
cinco) que
forman la
Codificación del
Espiritismo.
No queriendo
comprometer la
Doctrina de los
Espíritus a su
ya enaltecida
carrera de
hombre público,
tubo por bien
adoptar el
pseudónimo de
Allan Kardec.
Sin embargo,
allí se
inauguraba un
ciclo de grandes
dificultades
para él y su
esposa...
Intolerancia y
persecuciones
En todos los
campos de la
actividad
humana, en todos
los tiempos,
ideas nuevas
siempre no son
aceptadas “a
priori”, sino,
sí, después de
duros embates de
aquellos que las
formulan, o
después de la
Vida las
diploman con el
sello de la
Verdad.
El Espiritismo
no quedó indemne
a tales
investidas.
Pero, como no
existe fuerza en
el Universo
superior a la
“fuerza de la
Razón”, que será
siempre
victoriosa en
los embates
contra aquellos
que quieren
tener “razón a
la fuerza”,
también las
multiplicadas
críticas al
Espiritismo,
contaminadas de
injurias y
controversias,
no resistieron.
¡Como jamás
resistirán!
Allan Kardec
codificó el
Espiritismo y en
el recorrió por
14 años (1855 a
1869). (2)
Fueron años
difíciles, de
permanentes
ataques a la
nueva orden
filosófica, así
como a él mismo,
“que no fue
ahorrado,
siquiera, en los
asuntos de su
vida personal,
privada. Un
escándalo que
envolviera
dinero,
riquezas, bien
que serviría
para herir hondo
los propósitos
que lo animaban,
de la
implantación por
tantos
indeseados de
una Doctrina
como la del
Consolador
prometido por
Jesús. Las
acusaciones
partieron de
todas partes, de
sacerdotes y de
varios
individuos y
organizaciones
(...) Hubo hasta
verdaderos
traidores,
criaturas
perturbadas y de
intenciones las
más sórdidas y
torpes en el
movimiento
naciente, en la
propia Sociedad”.
Sintiendo que lo
Alto el
habilitaría para
tan glorioso
cometimento,
Kardec se
mantuvo valiente,
atento, el
capitán y el
alferes, como él
mismo lo diría,
una vez, en un
desahogo.
Kardec rebatió
las incontables
ofensas al
Espiritismo (y a
él mismo), en
todas apelando
siempre para el
bueno sentido y
para la lógica,
esclareciendo
con la enseñanza
de los Espíritus
las mentes
agressoras.
El Auto de Fe de
Barcelona
Aquí, voy a
catalogar sólo
algunos
desagravios,
mostrando como
la inteligencia
y la evolución
espiritual del
Codificador lo
hicieron
inigualable
defensor del
Espiritismo.
- en la Revista
Espírita de
Diciembre/1859,
responde a un
articulista que
había lanzado el
ridículo sobre
la acción de los
Espíritus que
volteaban mesas,
sobre a “nueva
doctrina” (el
Espiritismo),
así como a sus
partidarios,
diciéndole:
(...) parece que
no amáis las
doctrinas; cada
uno con su gusto;
a todo el mundo
no le gusta la
misma cosa:
solamente diré
que no sé mucho
a cual papel
intelectual el
hombre sería
reducido si,
desde que está
sobre la Tierra,
no tuviera
doctrinas que,
haciéndolo
reflexionar, lo
quitaran del
estado pasivo de
la brutalidad;
- aún en la
misma Revista,
Kardec así
respondió a un
sacerdote que
alrededor de
1859,
discurriendo
sobre el
Espiritismo,
había dicho que
hay los que en
nada creen:
es prudente que
no nos
pronunciemos con
mucha liviandad
acerca de cosas
que no conocemos;
- en la Revista
Espírita de
1860, Kardec se
expresó:
dejando a
nuestros
contradictores
el triste
privilegio de
las injurias y
de las alusiones
ofensivas, no
los seguiremos
en el terreno de
una controvérsia
sin objetivo
(...)
- en la Revista
Espírita de
Diciembre/1861,
hay la narración
del tenebroso
“Auto de fe de
Barcelona” (España),
por el cual el 9
de Octubre de
1861, justamente
en el lugar
donde eran
ejecutados los
criminales
condenados a la
pena de muerte,
la Inquisição
española,
representada por
un sacerdote
revestido de los
trajes
sacerdotales
propios para el
acto, teniendo
en una de las
manos una cruz y
en la otra una
antorcha, quemó
en una plaza
pública
centenares de
libros
espíritas.
Consecuencia del
Auto de Fe
De entre los
libros llevados
a la hoguera en
el lamentable
episodio,
estaban:
“El Libro de
los Espíritus”,
“El Libro de
los Médiums”,
“Qué es el
Espiritismo”,
todos de
Allan Kardec;
colecciones de
la “Revue
Spiritualiste”,
redactada por
Piérat;
“Fragmento de
Sonata”, dictado
por el Espíritu
de Mozart al
médium Sr.
Bryon-Dorgeval;
“Carta de un
católico sobre
el Espiritismo”,
por el Dr. Grand,
antiguo
vice-consul de
Francia;
“Historia de
Juana De Arco”,
dictada por ella
misma a la Srta.
Ermance Dufaux,
de 14 años de
edad; y, por fin,
“La realidad de
los Espíritus
demostrada por
la escritura
directa”, del
barón de
Guldenstubbé.
El siglo no
soportaba más
aquella bizarra
cuan ridícula
escena, pero la
plaza estaba
abarrotada por
multitud que a
todo asistía,
espantada...
Para no
alargarme, sólo
uma frase ad
hoc, de
Kardec:
Si examináramos
este proceso
bajo el punto de
vista de sus
consecuencias,
desde luego
inmediatamente
vemos que todos
son unánimes en
decir que nada
podía haber sido
más útil para el
Espiritismo.
¡Y como fue! En
todo el mundo,
mentes se
agitaron y
buscaron
ávidamente
conocer el
contenido de tan
“pernicioso
material”
destruido en
aquellas “llamas
salvadoras” ...
(Continúa en
la próxima
edición.)
Notas:
(2) Notas
extraídas de la
colección
“Revista
Espírita”
/1858-1869 y de
la obra “ALLAN
KARDEC –
Investigación
Biobibliográfica
y Ensayos de
Interpretación”
(II Volumen), de
Zêus Wantuil y
Francisco
Thiesen, 1973,
Ed. FEB, RJ/RJ.