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Año 10 - N° 499 - 15 de Enero de 2017
LEONARDO MARMO MOREIRA  
leonardomarmo@gmail.com  
São João Del Rei, MG (Brasil)
Traducción
Isabel Porras Gonzáles - isy@divulgacion.org
 
 

Leonardo Marmo Moreira

El sueño y sus implicaciones en términos de salud
física y espiritual
 

(Parte 2 e final)


Aún si consideramos los procesos de emancipación del alma más “sútiles”, o sea, aquellos más generales y asociados al sueño, es posible percibir que los momentos en los cuales el alma “se aleja” del cerebro físico son decisivos para la recepción y mejor fijación de la llamada “intuición o inspiración espiritual”. La “Falange del Espíritu de Verdad” (FEV) enfatiza eso en El Libro de los Espíritus (LE) en las cuestiones 410 y 410-a. Analicemos, de entrada, la cuestión 410: 

 

410 – A veces mientras la gente duerme o dormita tiene ideas que parecen muy buenas y que a pesar de los esfuerzos que hace para recordarlas, se borran de la memoria. ¿De dónde provienen esas ideas?

– Son resultado de la libertad del Espíritu que se emancipa y goza de mayores facultades en aquel momento. Con frecuencia, son consejos que dan otros Espíritus.

Los Espíritus dejan claro que las “buenas” ideas son, en ese contexto, “...el resultado de la libertad del Espíritu, que se `emancipa y goza`, en ese momento, de más amplias facultades”. Por lo tanto, los Espíritus acentúan que la capacidad intelectual del Espíritu inmortal se manifiesta con más facilidad, originalidad y/o rapidez que como en la vigilia física, donde el cerebro físico ejerce cierta “obstrucción” a la manifestación de todo el equipaje espiritual del alma en cuestión. Los Espíritus también comentan que tales “inspiraciones” son, usualmente, sugerencias de las Entidades desencarnadas (“Frecuentemente, también, son consejos dados por otros Espíritus”). Note que la FVE utiliza la expresión “frecuentemente” y no aseveran “En todos los casos” o “En la mayoría de los casos”. Por lo tanto, en un buen número de casos, hay inspiración de Espíritus desencarnados, pero en una significativa cantidad de hechos no ocurre tal influencia de los desencarnados, lo que equivale a afirmar que es el propio encarnado desdoblado parcialmente que, en buen número de hechos, adquiere mayor acuidad intelectual para tener excelentes ideas. Por lo tanto, en la primera situación, tenemos la intuición de los Espíritus desencarnados, y en el segundo si, observamos un fenómeno fundamentalmente anímico, es decir, un “razonamiento” o “reflejo” intrínseco del propio Espíritu encarnado (sería una especie de “insight”, utilizando un término inglés usualmente empleado, que nace, en principio, del propio encarnado fuera del cuerpo).

Veamos, em secuencia, la pregunta 410, ítem a:
 

– ¿Para qué sirven esas ideas o consejos, puesto que no los recordamos ni podemos aprovecharlos?

– A veces esas ideas pertenecen más al mundo de los Espíritus que al corporal; pero lo más común es que si el cuerpo olvida, el Espíritu las recuerda y la idea acude en el momento oportuno como una inspiración instantánea.

Por lo tanto, la FVE es bastante explícita al afirmar que, aún cuando olvidamos las ideas incautadas con los mentores, ellas permanecen en una especie de “estado latente” en nuestra memoria, el cual podría ser “activado” con una pequeña “asociación de ideas” o con algunos momentos de reflexión o incluso, a través del estudio de obras de autores que aborden el asunto en cuestión, aunque levemente, favoreciendo el despertar de la respectiva elucubración.

Las implicación de las vivencias espirituales a partir del desdoblamiento parcial por el sueño físico – Informaciones de Allan Kardec, André Luiz y Manoel Philomeno de Miranda enfatizan la relevancia de esos periodos de emancipación del alma via sueño para las realizaciones del individuo en la vigilia física, tanto en lo que se refiere a tareas rutinarias de la vida material así como inspiraciones para trabajos de mayor impacto en términos de contribución para cuestiones propiamente espirituales.

En “Misioneros de la Luz” es narrado un encuentro de grupos de trabajadores espiritistas, los cuales, desdoblados por el sueño físico, asistieron a una charla del mentor espiritual Alexandre en el centro espírita al cual estaban vinculados [Luiz, 2003]. La exposición, que está registrada en el capítulo nueve, denominado “Mediumnidad y Fenómeno”, fue enfocada en el tema “desarrollo mediúmnico”, presentando múltiples aspectos, y era dirigida predominantemente a los hermanos encarnados desdoblados. Eso demuestra que aún con el eventual olvido de las vivencias en el desdoblamiento parcial por el sueño físico (DPSF), para significativo número de individuos, los mentores consideran tales iniciativas productivas, lo que está en concordancia con las bases kardecistas.

En esa misma obra [Luiz, 2003], en el capítulo siete, titulado “Socorro Espiritual”, es narrada una intervención a través de pases por parte de los desencarnados, con el auxilio magnético de un pasista encarnado desdoblado de nombre Alfonso. En ese episódio, es providenciada la aplicación de “una especie de pase humano-espiritual atípico”, una vez que el hombre atendido, de nombre Antonio, no sabía que estaba recibiendo el pase y el pasista encarnado, estaba desdoblado. De cualquier manera, el texto de André Luiz deja claro que los Amigos Desencarnados necesitaban de la contribución de un pasista encarnado desdoblado, en función de la necesidad de fluidos vitales inherentes a los encarnados. Sin embargo, no era posible la utilización de cualquier pasista, sino de un pasista con preparación espiritual y experiencia, una vez que el organismo de Antonio estaba, según André Luiz, en “estado ya moribundo”. El pasista encarnado Alfonso fue convocado en función de la elevación moral que lo caracterizaba, haciendo que los fluidos vitales por él suministrados fueran de elevada calidad. Alfonso pareció un “veterano en semejantes servicios de asistencia”, en la opinión de André Luiz, y actuó bajo la orientación de Alexandre y en asociación con el grupo del Hermano Francisco para “salvar la vida física” de un compañero que estaba efectivamente en una situación de gran riesgo de muerte. Antonio fue salvado y ganó algunos meses para completar tareas de la existencia física. Tal narración denota los impactos fluídicos que tenemos en el DPSF sobre nuestra salud física (como el ejemplo de Antonio ilustra) así como el volumen de actividades espirituales de gran relevancia que podemos desarrollar, si estuviéramos en condiciones morales para eso (como la actuación de Alfonso exemplifica) [Luiz, 2003].

En la obra “Tormentos de la Obsesión” [Miranda, 2001], los amigos espirituales, dirigidos por Eurípedes Barsanulfo, intentan orientar a un trabajador espírita encarnado, durante un DPSF de ese respectivo hermano. Eurípedes y los amigos elaboran una reunión específica para ese hermano que estaba asumiendo directrices equivocadas espiritualmente.

El sueño, de esa forma, está muy asociado a los estados de salud y/o enfermedad tanto del cuerpo físico como del Espíritu inmortal propiamente considerado. Más que eso, el sueño está profundamente relacionado a la productividad intelecto-moral durante el periodo de vigilia en el cuerpo físico.

En ese contexto, es importante añadir que el sueño y la emancipación del alma vía sueño son inherentes a la vida de todo ser humano, contemplando sustancial tiempo de vida física. Siendo así, la excelencia, o, por lo menos, una mejoría en términos de realizaciones espirituales, sería fuertemente afectada por el sueño propiamente para toda y cualquier criatura humana. Luego, un mayor esfuerzo de concienciación en términos de estratégias para mejor aprovechamiento de ese intervalo de tiempo debería ser un foco de más significativa atención en las actividades doutrinarias por parte de las instituciones espíritas.

Buscando la supracitada optimización de las horas de sueño es fundamental un esfuerzo efectivo en un proceso de “educación para dormir”. Tal meta contempla una serie de actitudes antes, durante y después de las horas más asociadas al periodo de sueño de cada individuo. El Espiritismo, así pues, enseña algo muy importante y que jamás tuvo una propuesta, así como una explicación, tan amplia y profunda: la necesidad de educación intelecto-moral para aprovechar nuestras horas de sueño.

Somos Espíritus y usamos temporalmente un cuerpo físico. Sin embargo, aún durante la encarnación, no estamos totalmente prendidos al cuerpo físico. Hay situaciones en que recibimos una especie de “libertad condicional”. Tales situaciones permiten que el Espíritu goce de un poco más de libertad en relación a su cuerpo físico. El caso más común de ese tipo de “libertad condicional” ocurre a través del sueño físico.

Del punto de vista físico, realmente necesitamos de aproximadamente ocho (8) horas de sueño por día; pero, del punto de vista espiritual, jamás ocurre cualquier tipo de interrupción de nuestras actividades mento-espirituales. De esa forma, la “conciencia” no para de actuar jamás. De hecho, durante las horas de sueño físico, podemos adquirir (El Espíritu propiamente dicho, es decir, el principio inteligente del universo, la verdadera individualidad, también llamada de mente o Yo superior, el cual es acompañado por el periespíritu o cuerpo espiritual) una libertad parcial en relación al cuerpo físico.

Eso no significa que si yo acostumbro a dormir ocho (8) horas por día, yo estaré desdoblado ocho (horas) por día. En un buen intervalo de ese tiempo, el Espíritu puede estar “coincidente” como el cuerpo físico, o sea, yustapuesto al cuerpo, pero, de cualquier manera, una buena parte de ese intervalo de tiempo dedicado al sueño físico puede estar, y frecuentemente está, asociado a un desdoblamiento efectivo del Espíritu.

El sueño como factor de perturbación espiritual y sacudo a la salud física – La cuestión 412 de LE [Kardec, 1972] es profundamente significativa en términos de correlación entre DPSF y salud física. Veamos: 
 

"412. ¿La actividad del Espíritu, durante el reposo o el sueño del cuerpo, puede fatigar a este?

R. Sí, porque el Espíritu está conectado al cuerpo, como el globo cautivo al poste. Ahora, de la misma manera que las sacudidas del globo sacuden el poste, la actividad del Espíritu reacciona sobre el cuerpo, y puede producirle fatiga”.

El supracitado desgaste del cuerpo físico es comprensible, a la luz de la Doctrina Espírita, pues la vivencia espiritual en el DPSF genera significativos desgastes psicológicos, debido a vivencias negativas espiritualmente, y también perdidas en términos de fluido vital, en función de las “vampirizaciones” a que se sujetan, frecuentemente, los encarnados. Realmente, el alma, cuando permanece significativo tiempo en medios y/o en actividades de bajo patrón vibratorio, usualmente en la compañía de entidades atrasadas espiritualmente, pierde fluido vital y acaba impregnada de fluidos negativos que sacuden el equilibrio periespiritual, lo que tiende a afectar negativamente las condiciones fisiológicas del organismo somático más grosero.

Luego, el desdoblamiento parcial por el sueño físico, con raras y especiales excepciones, ha sido muy mal aprovechado por la humanidad. La llamada “vigilancia moral” es frecuentemente relajada durante las horas de sueño y, de esta forma, muchas tendencias negativas que controlamos durante la vigilia, no inhibimos durante el sueño físico. Eso explica, por lo menos parcialmente, el hecho de muchos sueños groseros en que podemos sorprendernos en actitudes que somos incapaces de tomar durante el día. Tal contexto tiende a ser minimizado con el estudio más serio del Espiritismo y com un esfuerzo más sincero em la aplicación de esos principios liberadores a nosotros mismos.

De hecho, lejos de aprovechar nuestras horas de contacto más efectivo con el mundo espiritual para generar inspiración e iluminación espiritual para nosotros mismos, acostumbramos desperdiciar todo ese tiempo y, lo que es peor, muchas veces aún acentuamos vicios materiales, procesos obsesivos y comprometimientos negativos de toda especie.

Un tercio de la vida física es un tiempo gigantesco, que puede generar intuiciones positivas para la resolución de incontables problemas existenciales que nos desafían durante el día (durante la vigilia física). Por otro lado, considerando el nivel espiritual medio de nuestra humanidad terrestre, podemos gastar ese tiempo engendrando perturbaciones para nosotros mismos y para otros, perturbando nuestra propia capacidad de desenvolvimiento de las tareas diárias.

Estrategias para un mejor aprovechamiento de las horas de sueño –En este contexto, el hábito de la oración antes de dormir es una práctica extremadamente positiva y saludable del punto de vista espiritual, y con inevitables consecuencias periespirituales y físicas. Sin embargo, solamente la oración no es suficiente. Muchos piensan que un simple “Padre Nuestro” o una “Oración de Francisco de Asís” u otra oración, decorada o no, proporcionaría una inmunidad espiritual total, o casi total, para todo y cualquier tipo de posible perturbación espiritual que podemos adquirir durante las horas de sueño físico. Esa idea no corresponde a la realidad. De hecho, los pensamientos, sentimientos, fijaciones, palabras y actos que practicamos durante todo el día constituyen la preparación para la noche y para los hábitos que desarrollamos durante el desdoblamiento parcial generado durante el sueño físico. De forma semejante, todo aquello que hacemos, en Espíritu, durante el respectivo desdoblamiento parcial, influye nuestro estado mental, nuestra tranquilidad, nuestra capacidad de concentración, nuestro apego o no a la materia, nuestros recuerdos, incluyendo las negativas y/o las positivas, entre otros estados íntimos, durante el día siguiente.

Eso ocurre porque las actividades del Espíritu inmortal no paran nunca y, no parando, estamos construyendo nuestro estado vibratorio y nuestras afinidades espirituales a cada instante y siempre, sin ninguna interrupción en cualesquiera que sean las situaciones existenciais. Un esfuerzo de elevación de pensamientos de aproximadamente cinco (5) minutos, por ejemplo, ayudaría, pero probablemente no revertiría completamente un día entero de pensamientos negativos, agresivos, vengativos, resentidos, depresivos que hayamos cultivado.

Así, podemos generar círculos viciosos o círculos virtuosos durante esos ciclos de vigilia-desdoblamiento parcial- vigilia, dependiendo de nuestras directrices ético-morales y nuestros esfuerzos por emprender nuestra evolución espiritual.

Las obras de André Luiz, por intermedio de la mediumnidad de Chico Xavier (citaríamos, a título de ejemplo, la extraordinaria obra “Misioneros de la Luz”, tercera obra de la serie “La Vida En el Mundo Espiritual”, también llamada serie “Nuestro Hogar” o serie “André Luiz”), y las obras oriundas de la mediumnidad de Doña Yvonne de Amaral Pereira (tales como “Memorias de un Suicida”; “Penetrando lo Invisible” y “Recuerdos de la Mediumnidad”), entre otras, muestran gran número de casos en que la necesidad de educación para el sueño constituye uno de los requisitos fundamentales para una evolución espiritual sostenible y más sustancial. El estudio de esta realidad y el intento de aplicación efectiva de esas informaciones en nuestra mejoría íntima es fundamental a fin de generar un salto cualitativo que nos permitiría adquirir, de hecho, un nivel de mayor espiritualidad durante toda nuestra vida física, veinticuatro (24) horas por día.

Creemos que tal realidad podría y debería ser más enfatizada en los estudios de rutina en nuestras instituciones espíritas, pues tal problemática consiste en um factor determinante para la mejoría intelecto-moral de todos los individuos.

 

Referências bibliográficas: 

A. Kardec, O Livro dos Espíritos, tradução de José Herculano Pires, Livraria Allan Kardec Editoria, São Paulo, São Paulo. 62 ed. 2001.

A. Kardec, O Livro dos Médiuns, tradução de José Herculano Pires, Livraria Allan Kardec Editora, São Paulo, São Paulo. 1 ed. 1973.

A. Luiz [psicografado por Francisco C. Xavier], Missionários da Luz, Federação Espírita Brasileira, Brasília, Distrito Federal. 1 edição especial.  2003.

M.P. Miranda [psicografado por Divaldo P. Franco], Tormentos da Obsessão, Livraria e Editora Alvorada, Salvador, Bahia. 2 ed. 2001.


 


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