Aún si
consideramos los
procesos de
emancipación del
alma más “sútiles”,
o sea, aquellos
más generales y
asociados al
sueño, es
posible percibir
que los momentos
en los cuales el
alma “se aleja”
del cerebro
físico son
decisivos para
la recepción y
mejor fijación
de la llamada
“intuición o
inspiración
espiritual”. La
“Falange del
Espíritu de
Verdad” (FEV)
enfatiza eso en El
Libro de los
Espíritus (LE)
en las
cuestiones 410 y
410-a.
Analicemos, de
entrada, la
cuestión 410:
410 – A veces
mientras la
gente duerme o
dormita tiene
ideas que
parecen muy
buenas y que a
pesar de los
esfuerzos que
hace para
recordarlas, se
borran de la
memoria. ¿De
dónde provienen
esas ideas?
– Son resultado
de la libertad
del Espíritu que
se emancipa y
goza de mayores
facultades en
aquel momento.
Con frecuencia,
son consejos que
dan otros
Espíritus.
Los Espíritus
dejan claro que
las “buenas”
ideas son, en
ese contexto,
“...el
resultado de la
libertad del
Espíritu, que se
`emancipa y
goza`, en ese
momento, de más
amplias
facultades”.
Por lo tanto,
los Espíritus
acentúan que la
capacidad
intelectual del
Espíritu
inmortal se
manifiesta con
más facilidad,
originalidad y/o
rapidez que como
en la vigilia
física, donde el
cerebro físico
ejerce cierta
“obstrucción” a
la manifestación
de todo el
equipaje
espiritual del
alma en cuestión.
Los Espíritus
también comentan
que tales
“inspiraciones”
son, usualmente,
sugerencias de
las Entidades
desencarnadas (“Frecuentemente,
también, son
consejos dados
por otros
Espíritus”). Note
que la FVE
utiliza la
expresión
“frecuentemente”
y no aseveran
“En todos los
casos” o “En la
mayoría de los
casos”. Por lo
tanto, en un
buen número de
casos, hay
inspiración de
Espíritus
desencarnados,
pero en una
significativa
cantidad de
hechos no ocurre
tal influencia
de los
desencarnados,
lo que equivale
a afirmar que es
el propio
encarnado
desdoblado
parcialmente
que, en buen
número de hechos,
adquiere mayor
acuidad
intelectual para
tener excelentes
ideas. Por lo
tanto, en la
primera
situación,
tenemos la
intuición de los
Espíritus
desencarnados, y
en el segundo
si, observamos
un fenómeno
fundamentalmente
anímico, es
decir, un
“razonamiento” o
“reflejo”
intrínseco del
propio Espíritu
encarnado (sería
una especie de
“insight”,
utilizando un
término inglés
usualmente
empleado, que
nace, en
principio, del
propio encarnado
fuera del cuerpo).
Veamos, em
secuencia, la
pregunta 410,
ítem a:
– ¿Para qué
sirven esas
ideas o
consejos, puesto
que no los
recordamos ni
podemos
aprovecharlos?
– A veces esas
ideas pertenecen
más al mundo de
los Espíritus
que al corporal;
pero lo más
común es que si
el cuerpo
olvida, el
Espíritu las
recuerda y la
idea acude en el
momento oportuno
como una
inspiración
instantánea.
Por lo tanto, la
FVE es bastante
explícita al
afirmar que, aún
cuando olvidamos
las ideas
incautadas con
los mentores,
ellas permanecen
en una especie
de “estado
latente” en
nuestra memoria,
el cual podría
ser “activado”
con una pequeña
“asociación de
ideas” o con
algunos momentos
de reflexión o
incluso, a
través del
estudio de obras
de autores que
aborden el
asunto en
cuestión, aunque
levemente,
favoreciendo el
despertar de la
respectiva
elucubración.
Las
implicación de
las vivencias
espirituales a
partir del
desdoblamiento
parcial por el
sueño físico –
Informaciones de
Allan Kardec,
André Luiz y
Manoel Philomeno
de Miranda
enfatizan la
relevancia de
esos periodos de
emancipación del
alma via sueño
para las
realizaciones
del individuo en
la vigilia
física, tanto en
lo que se
refiere a tareas
rutinarias de la
vida material
así como
inspiraciones
para trabajos de
mayor impacto en
términos de
contribución
para cuestiones
propiamente
espirituales.
En “Misioneros
de la Luz” es
narrado un
encuentro de
grupos de
trabajadores
espiritistas,
los cuales,
desdoblados por
el sueño físico,
asistieron a una
charla del
mentor
espiritual
Alexandre en el
centro espírita
al cual estaban
vinculados
[Luiz, 2003]. La
exposición, que
está registrada
en el capítulo
nueve,
denominado
“Mediumnidad y
Fenómeno”, fue
enfocada en el
tema “desarrollo
mediúmnico”,
presentando
múltiples
aspectos, y era
dirigida
predominantemente
a los hermanos
encarnados
desdoblados. Eso
demuestra que
aún con el
eventual olvido
de las vivencias
en el
desdoblamiento
parcial por el
sueño físico
(DPSF), para
significativo
número de
individuos, los
mentores
consideran tales
iniciativas
productivas, lo
que está en
concordancia con
las bases
kardecistas.
En esa misma
obra [Luiz,
2003], en el
capítulo siete,
titulado
“Socorro
Espiritual”, es
narrada una
intervención a
través de pases
por parte de los
desencarnados,
con el auxilio
magnético de un
pasista
encarnado
desdoblado de
nombre Alfonso.
En ese episódio,
es providenciada
la aplicación de
“una especie de
pase
humano-espiritual
atípico”, una
vez que el
hombre atendido,
de nombre
Antonio, no
sabía que estaba
recibiendo el
pase y el
pasista
encarnado,
estaba
desdoblado. De
cualquier manera,
el texto de
André Luiz deja
claro que los
Amigos
Desencarnados
necesitaban de
la contribución
de un pasista
encarnado
desdoblado, en
función de la
necesidad de
fluidos vitales
inherentes a los
encarnados. Sin
embargo, no era
posible la
utilización de
cualquier
pasista, sino de
un pasista con
preparación
espiritual y
experiencia, una
vez que el
organismo de
Antonio estaba,
según André
Luiz, en “estado
ya moribundo”.
El pasista
encarnado
Alfonso fue
convocado en
función de la
elevación moral
que lo
caracterizaba,
haciendo que los
fluidos vitales
por él
suministrados
fueran de
elevada calidad.
Alfonso pareció
un “veterano en
semejantes
servicios de
asistencia”, en
la opinión de
André Luiz, y
actuó bajo la
orientación de
Alexandre y en
asociación con
el grupo del
Hermano
Francisco para
“salvar la vida
física” de un
compañero que
estaba
efectivamente en
una situación de
gran riesgo de
muerte. Antonio
fue salvado y
ganó algunos
meses para
completar tareas
de la existencia
física. Tal
narración denota
los impactos
fluídicos que
tenemos en el
DPSF sobre
nuestra salud
física (como el
ejemplo de
Antonio ilustra)
así como el
volumen de
actividades
espirituales de
gran relevancia
que podemos
desarrollar, si
estuviéramos en
condiciones
morales para eso
(como la
actuación de
Alfonso
exemplifica)
[Luiz, 2003].
En la obra
“Tormentos de la
Obsesión”
[Miranda, 2001],
los amigos
espirituales,
dirigidos por
Eurípedes
Barsanulfo,
intentan
orientar a un
trabajador
espírita
encarnado,
durante un DPSF
de ese
respectivo
hermano.
Eurípedes y los
amigos elaboran
una reunión
específica para
ese hermano que
estaba asumiendo
directrices
equivocadas
espiritualmente.
El sueño, de esa
forma, está muy
asociado a los
estados de salud
y/o enfermedad
tanto del cuerpo
físico como del
Espíritu
inmortal
propiamente
considerado. Más
que eso, el
sueño está
profundamente
relacionado a la
productividad
intelecto-moral
durante el
periodo de
vigilia en el
cuerpo físico.
En ese contexto,
es importante
añadir que el
sueño y la
emancipación del
alma vía sueño
son inherentes a
la vida de todo
ser humano,
contemplando
sustancial
tiempo de vida
física. Siendo
así, la
excelencia, o,
por lo menos,
una mejoría en
términos de
realizaciones
espirituales,
sería
fuertemente
afectada por el
sueño
propiamente para
toda y cualquier
criatura humana.
Luego, un mayor
esfuerzo de
concienciación
en términos de
estratégias para
mejor
aprovechamiento
de ese intervalo
de tiempo
debería ser un
foco de más
significativa
atención en las
actividades
doutrinarias por
parte de las
instituciones
espíritas.
Buscando la
supracitada
optimización de
las horas de
sueño es
fundamental un
esfuerzo
efectivo en un
proceso de
“educación para
dormir”. Tal
meta contempla
una serie de
actitudes antes,
durante y
después de las
horas más
asociadas al
periodo de sueño
de cada
individuo. El
Espiritismo, así
pues, enseña
algo muy
importante y que
jamás tuvo una
propuesta, así
como una
explicación, tan
amplia y
profunda: la
necesidad de
educación
intelecto-moral
para aprovechar
nuestras horas
de sueño.
Somos Espíritus
y usamos
temporalmente un
cuerpo físico.
Sin embargo, aún
durante la
encarnación, no
estamos
totalmente
prendidos al
cuerpo físico.
Hay situaciones
en que recibimos
una especie de
“libertad
condicional”.
Tales
situaciones
permiten que el
Espíritu goce de
un poco más de
libertad en
relación a su
cuerpo físico.
El caso más
común de ese
tipo de
“libertad
condicional”
ocurre a través
del sueño
físico.
Del punto de
vista físico,
realmente
necesitamos de
aproximadamente
ocho (8) horas
de sueño por
día; pero, del
punto de vista
espiritual,
jamás ocurre
cualquier tipo
de interrupción
de nuestras
actividades
mento-espirituales.
De esa forma, la
“conciencia” no
para de actuar
jamás. De hecho,
durante las
horas de sueño
físico, podemos
adquirir (El
Espíritu
propiamente
dicho, es decir,
el principio
inteligente del
universo, la
verdadera
individualidad,
también llamada
de mente o Yo
superior, el
cual es
acompañado por
el periespíritu
o cuerpo
espiritual) una
libertad parcial
en relación al
cuerpo físico.
Eso no significa
que si yo
acostumbro a
dormir ocho (8)
horas por día,
yo estaré
desdoblado ocho
(horas) por día.
En un buen
intervalo de ese
tiempo, el
Espíritu puede
estar
“coincidente”
como el cuerpo
físico, o sea,
yustapuesto al
cuerpo, pero, de
cualquier
manera, una
buena parte de
ese intervalo de
tiempo dedicado
al sueño físico
puede estar, y
frecuentemente
está, asociado a
un
desdoblamiento
efectivo del
Espíritu.
El sueño como
factor de
perturbación
espiritual y
sacudo a la
salud física – La
cuestión 412 de
LE [Kardec,
1972] es
profundamente
significativa en
términos de
correlación
entre DPSF y
salud física.
Veamos:
"412. ¿La
actividad del
Espíritu,
durante el
reposo o el
sueño del
cuerpo, puede
fatigar a este?
R. Sí, porque el
Espíritu está
conectado al
cuerpo, como el
globo cautivo al
poste. Ahora, de
la misma manera
que las
sacudidas del
globo sacuden el
poste, la
actividad del
Espíritu
reacciona sobre
el cuerpo, y
puede producirle
fatiga”.
El supracitado
desgaste del
cuerpo físico es
comprensible, a
la luz de la
Doctrina
Espírita, pues
la vivencia
espiritual en el
DPSF genera
significativos
desgastes
psicológicos,
debido a
vivencias
negativas
espiritualmente,
y también
perdidas en
términos de
fluido vital, en
función de las
“vampirizaciones”
a que se
sujetan,
frecuentemente,
los encarnados.
Realmente, el
alma, cuando
permanece
significativo
tiempo en medios
y/o en
actividades de
bajo patrón
vibratorio,
usualmente en la
compañía de
entidades
atrasadas
espiritualmente,
pierde fluido
vital y acaba
impregnada de
fluidos
negativos que
sacuden el
equilibrio
periespiritual,
lo que tiende a
afectar
negativamente
las condiciones
fisiológicas del
organismo
somático más
grosero.
Luego, el
desdoblamiento
parcial por el
sueño físico,
con raras y
especiales
excepciones, ha
sido muy mal
aprovechado por
la humanidad. La
llamada
“vigilancia
moral” es
frecuentemente
relajada durante
las horas de
sueño y, de esta
forma, muchas
tendencias
negativas que
controlamos
durante la
vigilia, no
inhibimos
durante el sueño
físico. Eso
explica, por lo
menos
parcialmente, el
hecho de muchos
sueños groseros
en que podemos
sorprendernos en
actitudes que
somos incapaces
de tomar durante
el día. Tal
contexto tiende
a ser minimizado
con el estudio
más serio del
Espiritismo y
com un esfuerzo
más sincero em
la aplicación de
esos principios
liberadores a
nosotros mismos.
De hecho, lejos
de aprovechar
nuestras horas
de contacto más
efectivo con el
mundo espiritual
para generar
inspiración e
iluminación
espiritual para
nosotros mismos,
acostumbramos
desperdiciar
todo ese tiempo
y, lo que es
peor, muchas
veces aún
acentuamos
vicios
materiales,
procesos
obsesivos y
comprometimientos
negativos de
toda especie.
Un tercio de la
vida física es
un tiempo
gigantesco, que
puede generar
intuiciones
positivas para
la resolución de
incontables
problemas
existenciales
que nos desafían
durante el día
(durante la
vigilia física).
Por otro lado,
considerando el
nivel espiritual
medio de nuestra
humanidad
terrestre,
podemos gastar
ese tiempo
engendrando
perturbaciones
para nosotros
mismos y para
otros,
perturbando
nuestra propia
capacidad de
desenvolvimiento
de las tareas
diárias.
Estrategias para
un mejor
aprovechamiento
de las horas de
sueño –En
este contexto,
el hábito de la
oración antes de
dormir es una
práctica
extremadamente
positiva y
saludable del
punto de vista
espiritual, y
con inevitables
consecuencias
periespirituales
y físicas. Sin
embargo,
solamente la
oración no es
suficiente.
Muchos piensan
que un simple
“Padre Nuestro”
o una “Oración
de Francisco de
Asís” u otra
oración,
decorada o no,
proporcionaría
una inmunidad
espiritual
total, o casi
total, para todo
y cualquier tipo
de posible
perturbación
espiritual que
podemos adquirir
durante las
horas de sueño
físico. Esa idea
no corresponde a
la realidad. De
hecho, los
pensamientos,
sentimientos,
fijaciones,
palabras y actos
que practicamos
durante todo el
día constituyen
la preparación
para la noche y
para los hábitos
que
desarrollamos
durante el
desdoblamiento
parcial generado
durante el sueño
físico. De forma
semejante, todo
aquello que
hacemos, en
Espíritu,
durante el
respectivo
desdoblamiento
parcial, influye
nuestro estado
mental, nuestra
tranquilidad,
nuestra
capacidad de
concentración,
nuestro apego o
no a la materia,
nuestros
recuerdos,
incluyendo las
negativas y/o
las positivas,
entre otros
estados íntimos,
durante el día
siguiente.
Eso ocurre
porque las
actividades del
Espíritu
inmortal no
paran nunca y,
no parando,
estamos
construyendo
nuestro estado
vibratorio y
nuestras
afinidades
espirituales a
cada instante y
siempre, sin
ninguna
interrupción en
cualesquiera que
sean las
situaciones
existenciais. Un
esfuerzo de
elevación de
pensamientos de
aproximadamente
cinco (5)
minutos, por
ejemplo,
ayudaría, pero
probablemente no
revertiría
completamente un
día entero de
pensamientos
negativos,
agresivos,
vengativos,
resentidos,
depresivos que
hayamos
cultivado.
Así, podemos
generar círculos
viciosos o
círculos
virtuosos
durante esos
ciclos de
vigilia-desdoblamiento
parcial- vigilia,
dependiendo de
nuestras
directrices
ético-morales y
nuestros
esfuerzos por
emprender
nuestra
evolución
espiritual.
Las obras de
André Luiz, por
intermedio de la
mediumnidad de
Chico Xavier
(citaríamos, a
título de
ejemplo, la
extraordinaria
obra “Misioneros
de la Luz”,
tercera obra de
la serie “La
Vida En el Mundo
Espiritual”,
también llamada
serie “Nuestro
Hogar” o serie
“André Luiz”), y
las obras
oriundas de la
mediumnidad de
Doña Yvonne de
Amaral Pereira
(tales como
“Memorias de un
Suicida”;
“Penetrando lo
Invisible” y
“Recuerdos de la
Mediumnidad”),
entre otras,
muestran gran
número de casos
en que la
necesidad de
educación para
el sueño
constituye uno
de los
requisitos
fundamentales
para una
evolución
espiritual
sostenible y más
sustancial. El
estudio de esta
realidad y el
intento de
aplicación
efectiva de esas
informaciones en
nuestra mejoría
íntima es
fundamental a
fin de generar
un salto
cualitativo que
nos permitiría
adquirir, de
hecho, un nivel
de mayor
espiritualidad
durante toda
nuestra vida
física,
veinticuatro
(24) horas por
día.
Creemos que tal
realidad podría
y debería ser
más enfatizada
en los estudios
de rutina en
nuestras
instituciones
espíritas, pues
tal problemática
consiste en um
factor
determinante
para la mejoría
intelecto-moral
de todos los
individuos.
Referências
bibliográficas:
A. Kardec, O
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Espíritos,
tradução de José
Herculano Pires,
Livraria Allan
Kardec Editoria,
São Paulo, São
Paulo. 62 ed.
2001.
A. Kardec, O
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Médiuns,
tradução de José
Herculano Pires,
Livraria Allan
Kardec Editora,
São Paulo, São
Paulo. 1 ed.
1973.
A. Luiz
[psicografado
por Francisco C.
Xavier], Missionários
da Luz,
Federação
Espírita
Brasileira,
Brasília,
Distrito
Federal. 1
edição
especial. 2003.
M.P. Miranda
[psicografado
por Divaldo P.
Franco], Tormentos
da Obsessão,
Livraria e
Editora
Alvorada,
Salvador, Bahia.
2 ed. 2001.