Los
asuntos
relacionados
con las
condiciones
de vida
en el
mundo
espiritual
siempre
despertaron
curiosidad
e
interés,
incluso
entre
los
espiritistas.
Y eso se
justifica
porque,
si no
todos
tenemos
condiciones
de
visitar
París,
todos
con
absoluta
seguridad,
partiremos
un día
para
alguna
de esas
moradas,
a que el
propio
Jesús se
refirió
en estas
conocidas
palabras
registradas
en el
Evangelio
de Juan
(cap..
14,
versículos
del 1 al
3): “Hay
muchas
moradas
en la
casa de
mi
Padre;
si así
no fuese,
yo ya os
lo
habría
dicho,
por
cuanto
yo voy
para
preparar
el lugar
para
vosotros”.
La
noticia
acerca
de la
existencia
de
ciudades
espirituales
en torno
de la
Superfície
terrena
es
anterior
a la
propia
Codificación
del
Espiritismo.
El
vidente
sueco
Swedenborg,
que
vivió en
el siglo
18, cien
años
antes
del
advenimiento
de la
Doctrina
Espírita,
veía con
frecuencia
escenas
del
mundo
espiritual
y los
seres
desencarnados
que
conoció
en vida,
habiendo
sido el
primer
sensitivo
describiéndolas.
Conforme
sus
relatos,
las
ciuades
espirituales
tienen,
como las
ciudades
terrenas,
templos,
casas,
escuelas
y
palacios.
Antes de
la
publicación
de las
obras de
André
Luiz,
las
cuales
se
refieren
a la
existencia
de
numerosas
colonias
espirituales,
muchos
autores
ya
habían
tratado
el
asunto,
como
podemos
comprobar
leyendo
“La Vida
en el
Otro
Mundo”,
de
Cairbar
Schutel,
“La Vida
Más Allá
del
Velo”,
del
reverendo
G. Vale
Owen, y
“En el
Límite
de lo
Etéreo”,
de J.
Arthur
Findlay,
además
de la
“Historia
del
Espiritismo”,
de
Arthur
Conan
Doyle.
Las
informaciones
más
precisas
sobre el
tema
vinieron,
sin
embargo,
con los
libros
“Nuestro
Hogar”,
de André
Luiz, y
“Alborada
Nueva”,
de
Cairbar
Schutel
(Espíritu).
La
colonia
espiritual
“Nuestro
Hogar”,
situada
en las
proximidades
de Rio
de
Janeiro,
es bien
conocida
por los
espíritas
brasileños.
Fundada
por
portugueses
desencarnados
en
Brasil
en el
siglo
XVI, su
edificación
exigió
una
enorme y
exhaustiva
lucha y,
según
André
Luiz,
los
trabajos
iniciales
para su
construcción
fueron
desalentadores,
aun
incluso
para los
Espíritus
más
fuertes.
Donde
hoy se
congregan
vibraciones
delicadas
y nobles,
edificios
de
blanco
fino, se
mezclaban
las
notas
primitivas
de los
salvajes
del país
y las
construcciones
infantiles
de sus
mentes
rudimentarias.
Reza la
historia
que los
fundadores
de
“Nuestro
Hogar”
iniciaron
sus
esfuerzos
a partir
de la
plaza
donde se
localiza
actualmente
el
palacio
del
Gobierno,
un
edificio
encabezado
de
torres
soberanas
que se
pierden
en el
cielo,
el cual
sirve de
punto de
convergencia
de los
seis
ministerios.
Vecina
de la
colonia
“Nuestro
Hogar”,
“Alborada
Nueva”,
fue
fundada
mucho
antes y
habría
sido
ella la
inspiradora
de la
creación
de los
ministerios
en
“Nuestro
Hogar”.
Situada,
como la
colonia
“Nuestro
Hogar”,
en una
región
umbralina,
“Alborada
“Nueva”
que
se
localiza
en el
mismo
grado de
inclinación
de la
ciudad
de
Santos.
Según el
libro
“Alvorada
Nueva”,
que la
describe,
es ella
una de
las más
antiguas
ciudades
espirituales
existentes
en el
mundo,
ya antes
incluso
del
descubrimiento
de
Brasil
sus
primeros
pilares
ya
habían
sido
fijados.
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