El reino de
Dios y el
paraíso
perdido
Presentamos en esta edición
el tema
nº
78
del Estudio Sistematizado de
la Doctrina Espirita, que
está siendo presentado aquí
semanalmente, de acuerdo con
el programa elaborado por la
Federación Espirita
Brasileña, estructurado en
seis módulos y 147 temas.
Si el lector utiliza este
programa para el estudio en
grupo, sugerimos que las
cuestiones propuestas sean
debatidas libremente antes
de la lectura del texto que
a ellas sigue.
Si es destinado solamente
para uso por parte del
lector, pedimos que el
interesado intente
inicialmente responder las
cuestiones y solo después
lea el texto referido. Las
respuestas correspondientes
a las cuestiones presentadas
se encuentran al final del
texto abajo.
Cuestiones para debate
1. ¿Adán y Eva fueron los
primeros seres humanos a
habitar la Tierra?
2. ¿La migración de
Espíritus entre los
diferentes planetas
constituye una regla o una
excepción?
3. ¿Qué enseña el
Espiritismo acerca de los
exiliados de Capela?
4. ¿Cuál es el significado,
según el Espiritismo, de la
alegoría pertinente al árbol
de la ciencia?
5. ¿Los exiliados de Capela
ya volvieron a su planeta de
origen?
Texto para la lectura
Las migraciones de Espíritus
entre los planetas es un
hecho común
1. Moisés relata en el
Génesis la historia de Adán
y Eva, que habría sido –
según la interpretación
literal de las Escrituras –
los primeros seres humanos
habitantes de la Tierra.
Creados por Dios, ellos
vivían en un jardín de
delicias: el Edén bíblico,
pero tentados por la
serpiente, comieron del
fruto prohibido del árbol de
la ciencia y fueron
expulsados del paraíso para
la Tierra, donde su
sobrevivencia dependería, a
partir de entonces, de su
propio trabajo.
2. Esas explicaciones,
adecuada al nivel de
comprensión del pueblo judío
de la época de Moisés, no
puede ser aceptada como
verdad absoluta en los
tiempos actuales, en que el
progreso intelectual y
científico es mucho más
evolucionado. En efecto, las
teorías que identifican en
los seres humanos el
resultado del
perfeccionamiento biológico,
a lo largo de los milenios,
de organismos primitivos que
poblaron inicialmente la
Tierra, sólo hoy son
ampliamente difundidas,
aceptadas por la comunidad
científica y confirmada por
el Plano Espiritual.
3. Los recientes
descubrimientos de la
Antropología y de la
Arqueología no sólo han
confirmado esas teorías como
ofrecido argumentos a favor
de la tesis de la población
simultánea de varias
regiones del planeta, por
medio de pueblos que, aunque
oriundos de una única raza –
la raza humana -,
presentaban características
físicas distintas, lo que
explica su origen
diversificado y su
desenvolvimiento
independiente.
4. La simbología de la
narración bíblica refleja un
fenómeno usual en el proceso
de desarrollo y evolución de
los orbes y de los Espíritus
que los habitan. Los mundos
progresan a través del
crecimiento en moralidad y
sabiduría de los seres que
en ellos viven. Cuando un
planeta alcanza una fase de
apogeo en su transición
evolutiva, los Espíritus que
no acompañan el progreso
general del orbe y se
volvieron allí elementos de
perturbación del bienestar
de la colectividad son
conducidos a mundos menos
adelantados, donde aplicarán
su inteligencia y la
intuición de los
conocimientos adquiridos en
beneficio del progreso de la
humanidad que los habita.
5. Tales Espíritus expiarán,
en contacto con las
difíciles condiciones de
vida de su nuevo ambiente y
entre pueblos más atrasados,
las faltas pasadas y el
endurecimiento voluntario,
sufriendo el azote del dolor
que los impulsará a la
renovación. Esas migraciones
entre los diversos mundos
del Universo son periódicas
y pueden efectuarse con los
elementos de un pueblo o de
un planeta.
Los exiliados de Capela
ejercieron en la Tierra un
papel importante
6. En el Génesis, Moisés
registra las reminiscencias
de un grupo de Espíritus,
personificados por Adán y
Eva, que migró para la
Tierra, provenientes de un
planeta del sistema orbital
de la estrella llamada Cabra
o Capela, perteneciente a la
constelación de Cochero.
Hace milenios – informa
Emmanuel en su libro “A
Camino de la Luz” – ese
planeta capelino, que guarda
muchas afinidades con la
Tierra, alcanzó la cúspide
de uno de sus
extraordinarios ciclos
evolutivos. Algunos millones
de Espíritus rebeldes allá
se encontraban
obstaculizando la
consolidación de las penosas
conquistas de un pueblo que,
en general, era imbuido de
virtudes e hicieron
merecimiento a la concordia,
para la edificación de sus
elevados programas de
trabajo.
7. Las grandes comunidades
espirituales, directoras del
Cosmo, deliberaron entonces,
localizar a aquellas
entidades rebeldes, que se
habían vuelto pertinaces en
el crimen, aquí en este
mundo lejano, donde
aprenderían a realizar, en
el dolor y en los trabajos
penosos de su ambiente, las
grandes conquistas del
corazón, al mismo tiempo que
impulsaron el progreso
intelectual de sus hermanos
inferiores.
8. En el dolor de su exilio
y de la separación de sus
entes queridos, fueron ellos
recibidos por Jesús que, con
sus amorosas advertencias,
les despertó las esperanzas
de redención en el porvenir
y los invitó a la
cooperación fraterna para el
perfeccionamiento de los
pueblos primitivos que
habitaban nuestro planeta. A
ellos, Jesús prometió la
asistencia cotidiana y su
venida futura, para
indicarles el camino que les
posibilitaría el retorno al
paraíso perdido.
9. Con el auxilio de
aquellos Espíritus afligidos
y endeudados, que
reencarnaron en las regiones
de la Tierra ya habitadas
por los pueblos primitivos,
las falanges de Jesús
procedieron al
perfeccionamiento de los
caracteres biológicos de los
seres humanos que aquí
encarnarían y lanzaron las
bases del progreso y de la
civilización en el planeta.
Viviendo entre pueblos
primitivos, aun en situación
de barbarie, los exiliados
de Capela se sintieron
degradados, conducidos al
ambiente rudo, para expiar
sus faltas; pero,
intuitivamente, desearon la
vuelta al paraíso perdido,
cuyo recuerdo en la esfera
de la intuición se propagó a
través de las generaciones y
fue relatada en las páginas
bíblicas de forma alegórica.
10. La figura de Adán debe
ser comprendida, por tanto,
como símbolo de la humanidad
terrena. Su desobediencia a
las determinaciones divinas
representa la infracción de
las leyes del bien, en que
incurrieron los hombres,
particularmente los
exiliados del sistema
capelino, al dejarse dominar
por los instintos
materiales. El árbol de la
ciencia es una alegoría
relativa a la posibilidad de
que el hombre discerniera
entre el bien y el mal, a
través del progreso
intelectual y del
consecuente desarrollo de su
libre albedrío, que acarrea
la responsabilidad por sus
actos.
Muchos exiliados de Capela
aun continúan en la Tierra
11. El fruto del árbol de la
ciencia, que florece en
medio del “jardín de las
delicias”, corresponde al
producto de la evolución
material y se constituye en
el objeto de los deseos
materiales del hombre. Comer
el fruto es dejarse vencer
por las sensaciones de la
materia, en detrimento de
las conquistas espirituales
que cumple realizar.
12. El árbol de la vida
simboliza la vida
espiritual, es una
referencia a las conquistas
en moralidad y demás bienes
del Espíritus, que el orbe
capelino efectuó y que los
exiliados ya no pudieron
aprovechar por haberse
desarmonizado con el
ambiente espiritual de aquel
planeta.
13. La serpiente simboliza,
por su forma y modo de
locomoción, la sinuosidad de
los malos consejos que,
rodeando los obstáculos de
la conciencia, consiguen
alcanzar al ser, al
encontrar los resquicios de
la inferioridad en el
interior de su corazón.
14. De ese modo, las
enseñanzas espíritas
relativas a la llamada raza
adámica esclarecen el mito
registrado en el Génesis y
ofrecen una explicación
racional para las
reminiscencias de las
promesas de la venida del
Mesías, encontradas en
diversas comunidades
terrenas.
15. Gran número de los
Espíritus exiliados sólo
pueden volver a su orbe de
origen después de muchas
existencias en la Tierra.
Algunos, aun, se encuentran
por aquí, debido a su
endurecimiento en el mal.
Respuestas a las cuestiones
propuestas
1. ¿Adán y Eva fueron los
primeros seres humanos para
habitar la Tierra?
R.: No. Los recientes
descubrimientos de la
Antropología han ofrecido
argumentos a favor de la
tesis de la población
simultánea de varias
regiones del planeta, por
medio de pueblos que, aunque
eran oriundos de una única
raza – la raza humana -,
presentaban características
físicas distintas, lo que
explica su origen
diversificado y su
desarrollo independiente.
2. ¿La migración de
Espíritus entre los
diferentes planetas
constituye una regla o es
una excepción?
R.: Las migraciones entre
los diversos mundos del
Universo son periódicos y
pueden efectuarse con los
elementos de un pueblo o de
un planeta.
3. ¿Qué enseña el
Espiritismo acerca de los
exiliados de Capela?
R.: Los llamados exiliados
de Capela son una referencia
a un grupo de Espíritus,
personificados por Adán y
Eva, que migraron para la
Tierra, provenientes de un
planeta del sistema orbital
de la estrella llamada Cabra
o Capela. Hace milenios –
informa Emmanuel en su libro
“A Camino de la Luz” – ese
planeta capelino que guarda
muchas afinidades con la
Tierra, alcanzó la cúspide
de uno de sus
extraordinarios ciclos
evolutivos. Algunos millones
de Espíritus rebeldes allí
se encontraban dificultando
la consolidación de las
penosas conquistas de un
pueblo que, en general, era
imbuido de virtudes e
hicieron merecimientos para
la concordia, para la
edificación de sus elevados
programas de trabajo. Las
grandes comunidades
espirituales, directoras del
Cosmo, deliberaron,
entonces, localizar a
aquellas entidades rebeldes
en nuestro planeta, donde
aprenderían a realizar, en
el dolor y en los trabajos
penosos de su ambiente, las
grandes conquistas del
corazón, al mismo tiempo que
impulsarían el progreso
intelectual de sus hermanos
inferiores.
4. ¿Cuál es el significado,
según el Espiritismo, de la
alegoría pertinente al árbol
de la ciencia?
R.: El fruto del árbol de la
ciencia, que florecía en
medio del “jardín de las
delicias”, correspondería al
producto de la evolución
material y se constituiría
en el objeto de los deseos
materiales del hombre. Comer
ese fruto equivalía a
dejarse vencer por las
sensaciones de la materia,
en detrimento de las
conquistas espirituales que
nos cumple realizar.
5. ¿Los exiliados de Capela
ya volvieron a su planeta de
origen?
R.: En parte, sí. Algunos,
aun, se encuentran por aquí,
debido a su endurecimiento
en el mal.
Bibliografia:
A Gênese,
de Allan
Kardec, cap. 11, itens 38 a
49, e cap. 12, itens 2 a 26.
A Caminho da
Luz,
de Emmanuel,
psicografado por Francisco
Cândido Xavier, pág. 34.