Vestimenta de los Espíritus
Presentamos en esta edición
el tema
nº
92
del Estudio Sistematizado de
la Doctrina Espirita, que
está siendo presentado aquí
semanalmente, de acuerdo con
el programa elaborado por la
Federación Espirita
Brasileña, estructurado en
seis módulos y 147 temas.
Si el lector utiliza este
programa para el estudio en
grupo, sugerimos que las
cuestiones propuestas sean
debatidas libremente antes
de la lectura del texto que
a ellas sigue.
Si es destinado solamente
para uso por parte del
lector, pedimos que el
interesado intente
inicialmente responder las
cuestiones y solo después
lea el texto referido. Las
respuestas correspondientes
a las cuestiones presentadas
se encuentran al final del
texto abajo.
Cuestiones
para debate
1. ¿Qué especie de
vestimenta presentan los
Espíritus desencarnados?
2. ¿Hay desencarnados que se
muestran vestidos con una
simple túnica?
3. ¿Algún médium vidente ya
relató haber visto Espíritus
enteramente desnudos?
4. ¿Dónde consiguen los
Espíritus sus ropas y sus
complementos?
5. ¿Por qué algunos
Espíritus se presentan
cubiertos de andrajos y
harapos?
Texto para la
lectura
Muchos Espíritus utilizan
como vestimenta una simple
túnica
1. Los informes de los
médiums videntes son
concordantes en el hecho de
que los Espíritus son
generalmente visto llevando
una vestimenta cualquiera.
En algunos casos, los trajes
de los Espíritus presentan
gran riqueza de detalles,
adornos variados y coloridos
sorprendentes.
2. Algunos se presentan
trajeados con ropas de época
o vestimentas típicas, con
adornos característicos de
algún periodo histórico. Los
videntes han registrado, al
respecto de ese hecho, los
más variados tipos de ropas,
que recuerdan desde los
tejidos leves, vaporosos,
encajes, hasta los pesados o
groseros. Túnicas de colores
diversificados, pantalones,
camisas, americanas,
chalecos, corbatas, faldas
cortas o estrechas, blusas,
abrigos, uniformes,
indumentarias ricas,
modernas y antiguas, ropas
modestas, pobres e incluso
andrajosas o harapientas –
es lo que los médiums han
referido sobre el asunto.
3. Algunas vestimentas
descritas por los videntes
resaltan por el estampado de
colores vivos, como se da
con los Espíritus que se
presentan bajo la apariencia
de gitanos, los cuales
exhiben aun, collares, aros
bien grandes y hasta
pulseras. Otros se presentan
uniformados, ostentando
armaduras, casco y hasta
incluso armas, mientras que
los hay que ocultan la
cabeza con una capucha.
4. Entre los trajes
observados, se verifica, sin
embargo, que el más común es
la túnica. Tal es el caso de
Espíritus plenamente
espiritualizados, como
Adolfo Bezerra de Menezes y
Bittencourt Sampaio, que
Yvonne A. Pereira ya vio
vistiendo una larga túnica
vaporosa, blanca,
centelleante, levemente
coloreada de azul, como la
notable médium describe en
su Libro Descubriendo lo
Invisible, pp. 51 a 55.
Hay Espíritus que son
observados enteramente
desnudos
5. Como Yvonne Pereira
relata en la citada obra,
los Espíritus se muestran,
con frecuencia, vestidos
como lo hacían cuando
estaban encarnados. Los que
fueron hombres se presentan
con la vestimenta
acostumbrada; las mujeres se
exhiben con los vestidos de
uso habitual. Pocos se
muestran con ropa semejante
a la que usaban cuando
sepultaron su cuerpo físico.
6. Algunos Espíritus – añade
Yvonne – pueden ser
observados enteramente
desnudos. Es lo que ocurre
con aquellos que fueron
hombres y mujeres de baja
condición moral que se
arrastraron en existencia
consagradas a los excesos
carnales y al libertinaje de
las costumbres, y que, por
eso mismo, pueden aparecer
desnudos delante de los
médiums videntes, revelando
hasta incluso, escenas
deprimentes – que les fueron
habituales en el estado de
encarnados –la degradación
mental en que aun
permanecen.
7. Una cuestión que se
impone, en el asunto
enfocado, es saber dónde
consiguen los Espíritus sus
ropas y complementos. Kardec
trata del tema en dos obras
– El Libro de los Médiums
y La Génesis -,
donde explica que los
Espíritus manipulan los
fluidos espirituales por
medio del pensamiento y de
la voluntad. Con la acción
del pensamiento, ellos
imprimen aquellos fluidos
tal o cual dirección y los
aglomeran, combinan o
dispersan, organizando
conjuntos que presentan una
apariencia, una forma, una
coloración determinada.
8. Los fluidos espirituales
son, por consiguiente, el
elemento del mundo
espiritual, del que extraen
sustancias para los más
diversos fines. Es con el
auxilio de ese principio
material que el periespíritu
se reviste de vestuarios
semejantes a los que el
Espíritu usaba cuando estaba
encarnado.
La vestidura fluídica indica
superioridad del Espíritu
9. Hay Espíritus, con todo,
que se ven vestidos y no
tienen la menor idea de cómo
esto se da, o sea, ellos no
siempre han conocido cómo
sus vestiduras son formadas.
Concurren, así, para su
formación obrando
instintivamente.
Yvonne A. Pereira da, a
propósito de eso, un informe
interesante en su libro
Descubriendo lo Invisible,
donde describe el caso de
Joaquín Pires, que se
presentó a su visión
vistiendo una ropa en que
había tierra, o mejor,
impresiones de la porción de
tierra donde fue sepultado.
Joaquín Pires fue suicida en
la última existencia.
10. Por regla, los Espíritus
se visten y modifican la
apariencia de las vestiduras
que usan conforme les place,
exclusión hecha de algunos
muy inferiores, como los
criminales y los obsesores
de ínfima condición moral,
cuya mente no posee
vibraciones a la altura de
efectuar la operación
plástica requerida. He ahí
porqué la apariencia de
estos últimos acostumbran a
ser chocante para el
vidente, por la fealdad o
simplemente por la pobreza
de las formas, ya que se
presentan cubiertos de
andrajos y harapos, como
empapados de lodo o
embutidos en largos sudarios
negros, con mantos o capas
envolviéndoles los hombros y
la cabeza.
11. Enseña León Denis en su
libro Después de la
Muerte que la vestidura
fluídica denuncia la
superioridad o la
inferioridad del Espíritu.
Es como un involucro formado
por sus méritos y por las
cualidades adquiridas en la
sucesión de sus existencias.
12. Opaca y sombría en el
alma inferior, su blancura
aumenta de acuerdo con los
progresos realizados,
volviéndose cada vez más
pura. Brillante en el
Espíritu elevado, ella
llega, en las almas
superiores, a ofuscar a los
otros Espíritus.
Respuestas a
las cuestiones propuestas
1. ¿Qué Especie de
vestimenta presentan los
Espíritus desencarnados?
R.: Los Espíritus son
generalmente vistos llevando
una vestimenta cualquiera
que, en algunos casos,
presenta gran riqueza de
detalles, hechos variados y
coloridos sorprendentes.
Algunos se presentan
vestidos con ropas de época
o vestimentas típicas. Los
videntes han registrado, al
respecto de ese hecho, los
más variados tipos de ropas,
que recuerdan desde los
tejidos leves, vaporosos,
encajes, hasta los pesados o
groseros.
2. ¿Hay desencarnados que se
muestran vestidos con una
simple túnica?
R.: Sí, y tal hecho es
bastante común.
3. ¿Algún médium vidente ya
relató haber visto Espíritus
enteramente desnudos?
R.: Sí.
Yvonne A. Pereira se refiere
a eso diciendo que tal hecho
puede ocurrir con aquellos
que fueron hombres y mujeres
de baja condición moral que
se arrastran en existencias
consagradas a los excesos
carnales y al libertinaje de
las costumbres, y que por
eso, pueden aparecer
desnudos delante de los
médiums videntes.
4. ¿Donde consiguen los
Espíritus sus ropas y sus
complementos?
R.: Kardec dice que los
Espíritus manipulan los
fluidos espirituales por
medio del pensamiento y de
la voluntad con que imprimen
a los fluidos tal o cual
dirección y los aglomeran,
combinan o dispersan,
organizando conjuntos que
presentan una apariencia,
una forma, una coloración
determinadas. Es con el
auxilio de ellos que el
periespíritu se reviste de
vestuarios semejantes a los
que el Espíritu usaba cuando
estaba encarnado.
5. ¿Por qué algunos
Espíritus se presentan
cubiertos de andrajos y
harapos?
R.: Eso se da en algunos
casos con los criminales y
los obsesores de ínfima
condición moral, cuya mente
no posee vibraciones a la
altura de efectuar la
operación plástica
requerida. Por eso la
apariencia de ellos
acostumbra a ser chocante
por la fealdad o simplemente
por la pobreza de las
formas, ya que se presentan
cubiertos de andrajos y
harapos, como empapados de
lodo o embutidos en largos
sudarios negros, con mantos
o capas envolviéndoles los
hombros y la cabeza.
Bibliografia:
A Gênese,
de Allan
Kardec, cap. 14, item 14.
O Livro dos
Médiuns,
de Allan
Kardec, cap. VIII, itens
126 a 131.
Depois da
Morte,
de Léon Denis, FEB, p. 226.
Devassando o
Invisível,
de Yvonne A.
Pereira, FEB, pp. 47 a 60.