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Año 2 - N° 99 – 22 de Marzo del 2009


 

Traducción
ISABEL PORRAS GONZÁLES - isy@divulgacion.org
 


La niña y el aborto

 

Algunas dudas fueron aclaradas con relación a la posición espírita en el caso de la niña de 9 años que, al quedarse embarazada por una violación cometida por su padrastro, fue sometida al aborto. La excomunión de la madre de la niña y de los médicos, por parte de una autoridad de la Iglesia, provocó protestas de todos los lados, inclusive del Presidente de la República, y desde que el caso vino a la superficie no hubo más noticias comentadas en nuestro país.

 

La justificación médica fue puesta con claridad para que todos supiesen: el aborto fue practicado para preservar la vida de la gestante, ya que su embarazo fue considerado de altísimo riesgo en base a la poca edad de la niña y de no tener ella los órganos perfectamente formados para dar curso a la gestación de dos bebés.

 

He aquí lo que los inmortales dijeron sobre el asunto (El Libro de los Espíritus, pregunta 359):  

- Dado el caso que el nacimiento de la criatura pusiera en peligro la vida de la madre, ¿habrá crimen en sacrificarse a la primera para salvar a la segunda? 

 “Preferible es que se sacrifique el ser que aun no existe a sacrificar al que ya existe.” 

El motivo de tal entendimiento es por demás obvio. Preservándose la vida de la gestante, puede quedar perfectamente embarazada de nuevo. Muriendo, no. Y, en caso de fallecimiento, si del parto nace alguna criatura, está dependerá del favor ajeno para sobrevivir, crecer y ser amparada a lo largo de la vida.

 

Es bueno, no obstante, que quede claro que el aborto en una causa se justifica por el riesgo que la continuidad de la gestación impondría a la gestante, y no por la circunstancia del aborto, aunque en los dos casos la legislación brasileña considere legal el procedimiento. Los motivos por los cuales varios autores espíritas se posicionan contra el aborto en los demás casos, exceptuado el que se efectúa para salvar la vida de la gestante, ya fueron examinados aquí en otra oportunidad.

 

Con relación al acto de excomunión, invitamos al lector a que lea en esta edición el artículo “Los nuevos excomulgados”, en el que el compañero Milton R. Medran Moreira analiza con un primor especial lo que la excomunión provocaba en el pasado remoto y lo que ella provoca en los días que corren, algo que los verdaderos cristianos y nosotros espíritas sólo podemos lamentar.

 


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O Consolador
 
Revista Semanal de Divulgación Espirita