Los 40 años de la
conquista lunar
La 62ª Asamblea General
de la Organización de
las Naciones Unidas
eligió el 2009 como
Año Internacional de la
Astronomía,
por
iniciativa de la IAU –
Unión Astronómica
Internacional
Fue en 1969, por tanto
hace cuarenta años, que
el Apolo 11 llevó al
hombre a la Luna. Una
gran conquista humana,
sin duda, bien apropiada
del avance de la
tecnología, consecuencia
natural de la Ley del
Progreso, conforme el
capítulo VIII – Libro
Tercero –que trata de
las Leyes Morales,
especialmente en las
preguntas 779 a 785 –
clasificadas con el
subtítulo Marcha del
Progreso, en El
Libro de los Espíritus.
El impresionante
tema de las conquistas y
de las investigaciones
en el Universo nos
remite al capítulo VI –
Urografía General,
de la Génesis –
dada la publicidad en
1868-, obra integrante
de la Codificación
Espírita de Allan
Kardec. El referido
capítulo, conforme
indicó el Codificador en
una nota al pie en el
propio capítulo, reune
una serie de
comunicaciones dictadas
a la Sociedad Espírita
de París(1)
en 1862 y 1863, bajo el
título de Estudios
Uronográficos, y que
fueron firmadas por el
físico, matemático y
astrónomo Galileo
Galilei (1564-1642). El
citado capítulo trae
importantes sustítulos
con estudios sobre El
Espacio y el Tiempo, La
materia, Las leyes y
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las
fuerzas, Los soles y los
planetas, Los satelites,
Los cometas, La Vía
Láctea, entre otros
atrayentes temas allí
reunidos. |
Por otro lado, en El
Cielo y el Infierno,
obra igualmente
integrante de la
Codificación Espírita
publicada en 1865,
tenemos el capítulo III
con el significativo
título El Cielo,
que fuera antes
publicado en la
Revista Espírita
(2),
ejemplar de marzo
del mismo año, con el
inducido título ¿Dónde
está el Cielo?
Y no es sólo esto. Entre
otras importantes
materias, el capítulo
III de El Evangelio
según el Espiritismo
trae esclarecedores
textos ligados a la
temática en referencia.
Tales referencias, que
con énfasis indicamos al
lector para la lectura
íntegral, son muy
oportunas en el momento
en que la 62ª Asamblea
General de la
Organización de las
Naciones Unidas eligió
el 2009 como Año
Internacional de la
Astronomía, por
iniciativa de la IAU –
Unión Astronómica
Internacional, quedando
la UNESCO (3)
designada agencia líder
en las conmemoraciones.
Las atenciones del mundo
estarán volcadas para
Brasil, porque la XXVII
Asamblea General de la
IAU será realizada en la
ciudad de Rio de
Janeiro, del 3 al 14 de
agosto del 2009,
reuniendo,
aproximadamente, 3.000
científicos de 150
países. Es grande la
expectativa en torno del
mayor evento del área de
las ciencias promovido
en territorio
brasileño.
Interesante repetición
del número nueve en la
secuencia de las
conquistas terrenas en
cuanto a la exploración
del cielo: 1609, 1709,
1909, 1969
El evento busca
conmemorar fechas
importantes que se
alcanzan en 2009,
coincidentemente en
números redondos,
generando mucho júbilo
en el medio científico
de la astronomía, como
abajo describo:
1) El distante año de
1609, hace cuatrocientos
años, Galileo construyó
el primer telescopio
astronómico, desvelando
los secretos del cielo,
nunca buscados
anteriormente, como las
lunas de Júpiter, por
ejemplo. Los
descubrimientos fueron
publicados en el libro "Siderus
Nuntius" ("Mensajero de
las Estrellas") en 1610.
2) En 1709, cien años
después, el sacerdote e
inventor luso-brasileño
Bartolomé Lourenço de
Gusmão, natural de
Santos (SP), hizo en
Lisboa la primera
demostración pública
bien exitosa de un globo
a aire caliente. Él fue,
pues, el primer hombre a
elevar un objeto del
suelo movido por el
calor y, por eso, se
transformó en el primer
Científico de América.
Por la hazaña, Gusmão es
considerado el Padre de
la Aerostación.
3) Dos siglos después,
en 1909, Alberto Santos-Dumont,
Padre de la Aviación,
presentó su último
invento aeronáutico, el
Demoiselle nº 20, que
entró en la Historia
como el primer avión
popular del mundo. Fue
el Demoiselle,
verdaderamente, la
máquina eficaz de vuelo
que llevó el hombre al
cielo.
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4)
Y
sesenta años más tarde,
en 1969, el día 20 de
julio –
exactamente en
el aniversario
de Santos
Dumont, nacido
en 1873 – el
Apolo 11, quinta
misión tripulada
del Programa
Apolo, condujo
el hombre al
suelo lunar.
Tripulada por
los astronautas
Neil Armstrong,
Edwin Aldrin y
Michael Collins,
la misión
cumplió el
objetivo final
del presidente
John Kennedy
que, en un
discurso de
1962, estableció
el plazo del fin
de la década
para que el
programa
espacial
americano
realizara ese
hecho. Vale
resaltar, por lo
tanto, que
estamos, en la
Humanidad,
completando 40
años de la
llegada del ser
humano a la
Luna. |
Interesante observar la
repetición del número
nueve en la secuencia de
las conquistas terrenas
en cuanto a la
exploración del cielo:
1609, 1709, 1909, 1969.
Y, en 2009, la
institución, por la ONU,
del Año Internacional de
la Astronomía. Eso nos
remite, de inmediato, al
extraordinario abordaje
de Allan Kardec
constante de la Revista
Espírita de julio de
1868 con el título La
Ciencia de la
Concordancia de los
Números y la Fatalidad.
La ley de la
concordancia de las
fechas no es una
quimera, es una de las
que nos serán reveladas
más tarde
Allan Kardec fue
cuestionado, en la
época, sobre la posible
existencia de una
ciencia en cuanto a la
coincidencia de fechas y
la concordancia
numérica. En la materia
en cuestión el
Codificador dio su
opinión personal y
sometió el asunto a los
Espíritus, que
suministraron una
respuesta brillante.
Destacamos un pequeño
tramo, pero indicamos al
lector consultar
íntegro el abordaje.
Dice el Espíritu en la
respuesta al
cuestionamiento de
Kardec: “(...) La ley de
la concordancia de las
fechas no es una
quimera, es una de las
que os serán reveladas
más tarde, y os darán la
llave de las cosas que
os parecen anomalías.
Porque, creedlo bien, la
Naturaleza no tiene
caprichos; marcha
siempre con precisión y
con seguridad. De hecho,
esa ley no es tal cuál
imagináis; para
comprender su razón de
ser, en su principio y
en su utilidad,
necesitáis adquirir
ideas que aún no
poseéis, y que vendrán a
su tiempo. En el
momento, ese
conocimiento sería
prematuro, razón de por
qué no os es dado;
sería, pues, inútil
insistir. Limitaos a
recoger los hechos;
observad sin concluir
nada, con recelo de
engañaros. Dios sabe dar
a los hombres el
alimento intelectual a
medida que están en
condiciones de
soportarlo. Trabajad
sobre todo en vuestro
adelantamiento moral, lo
más esencial, porque es
por este que mereceréis
poseer nuevas luces.
(...)”. (Grifos de este
autor) (Paréntesis de
este autor).
Más que coincidencias
numéricas está el
esfuerzo humano en todos
los tiempos. Hombres y
mujeres luchan por las
conquistas que hacen
avanzar la humanidad. La
Asamblea General de la
IAU – Unión Astronómica
Internacional (5),
con gran júbilo para la
comunidad científica
brasileña – que tendrá
la honra de acoger el
evento – e
internacional, es
demostración clara de
ese esfuerzo. Realmente,
desde Galileo hasta la
conquista lunar y a las
maravillosas conquistas
espaciales de la
actualidad, no hay como
permanecer indiferente.
Principalmente porque
todo eso nos conecta a
la grandeza de la
Revelación Espírita (los
números entre paréntesis
corresponden a las
cuestiones, en
transcripciones
parciales, del Libro de
los Espíritus):
- El velo se levanta
para el a medida que se
depura; pero, para
comprender ciertas
cosas, necesita de
facultades que aún no
posee. (18)
- La Ciencia le fue dada
para su adelantamiento
en todos los campos,
pero él no puede
atravesar los límites
fijados por Dios. (19)
- (...) se Dios lo
juzgar útil, puede
revelar lo que la
Ciencia no consigue
incautar. (20)
- (...) nada está vacío;
lo que te parece vacío
está ocupado por una
materia que escapa a tus
sentidos e instrumentos.
(36)
Bueno sentido es la
palabra exacta en esas
conquistas del cielo, en
todos los tiempos, como
en todos
los desafíos
humanos
Es oportuno aún indicar
que el lector estudie
las cuestiones 55 a 58
de la obra en
referencia, que tratan
de la habitación de los
diferentes globos del
espacio, su constitución
física y fuente de calor
en los diferentes
mundos. Simplemente
extraordinarias tales
cuestiones en el estudio
en sí.
En ese punto, para
concluir el abordaje –
inagotable por sí sólo –
el recuerdo espontáneo
se dirige al gran
Camille Flammarion
(1842-1925), el “Poeta
de los Cielos”.
Contemporáneo y amigo de
Kardec, autor clásico de
la literatura espírita
con obras notables
versando sobre el
postulado de la
pluralidad de los mundos
habitados, y habiendo
sido el orador designado
para proferir las
últimas palabras al
borde del túmulo
(4) del
Codificador del
Espiritismo, lo denominó
"el bueno sentido
encarnado".
De hecho, bueno sentido
es la palabra exacta en
esas conquistas del
cielo, en todos los
tiempos, como en todos
los otros desafíos
humanos.
Podemos, pues, crear un
link interesante en toda
esa cuestión: establecer
un puente de Galileo a
Guzmán, de Camille a
Dumont y de este a
Armstrong, culminando
con el importante evento
previsto para agosto en
Brasil, conmemorativo de
los 300 años del globo
en el importante Año
Internacional de la
Astronomía, instituido
por la ONU.
Notas:
(1) Primera institución
espírita del mundo,
fundada el 1º de abril
de 1858 por Allan
Kardec.
(2) Publicación fundada
por Allan Kardec el 1º
de enero de 1858 y que
estuvo bajo su
coordinación hasta el 31
de marzo de 1869, cuando
retornó a la Patria
Espiritual.
(3) Órgano de la ONU
responsable por la
Educación, Ciencia y
Cultura.
(4) El referido
discurso, íntegro, se
encuentra en el libro
Obras Póstumas, obra que
reúne escritos de Kardec
y publicados después de
su desencarnación.
(5) Todas las
informaciones sobre el
evento que va a ocurrir
en Río de Janeiro,
Brasil, del 3 a 14 de
agosto del 2009, están
disponibles en la Web
http://www.astronomy2009.con.br/
Nota del Autor - El
presente trabajo está
basado en la materia
2009 – AÑO DEL CIELO POR
EXCELÊNCIA, de autoría
de la escritora Lauret
Godoy y del físico
Ricardo Magalhães,
coordinadores de la
Comisión 300 Años del
Globo, disponible en la
Web
www.artefatocultural.con.br,
ahora adaptada a la
visión espírita.
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