Invasión
de
Espíritus
del
umbral
Un
análisis
del
movimiento
joven de
la
década
de 1960,
con
sus
consecuencias
“Hasta
allá,
sin
embargo,
ellos
defenderán
palmo a
palmo el
terreno.
Habrá
por lo
tanto,
una
lucha
inevitable,
pero
lucha
desigual,
porque
es el
pasado
decrépito
que cae,
en
trampas,
contra
el
futuro
juvenil”.
(Allan
Kardec,
en La
Génesis,
cap.
XVIII,
ítems 24
a 26,
refiriéndose
a las
luchas
contra
la
renovación
social,
en las
fases de
pico de
la
historia
de la
humanidad.)
Marta
oía
nuevamente
el
argumento
de la
INVASIÓN
DE
ESPÍRITUS
DEL
UMBRAL.
Mientras
oía,
recordaba...
A los 15
años, la
sesión
espírita
que
frecuentaba,
el año
de 1954,
era
orientada
por el
Espíritu
del
Padre de
Compostela.
La
médium,
una ama
de casa,
que
poseía
sólo
hasta la
cuarta
serie
del
primer
grado,
cuando
mediumnizada,
hablaba
en la
segunda
persona
del
plural,
utilizando
el
tratamiento
de
vosotros,
sin
errores.
El hecho
impresionaba
a
abogados
y
políticos
que,
frecuentadores
a los
trabajos,
jamás
observaron
un
desliz
en los
discursos:
“Preparaos,
decía el
Padre de
Compostela,
millones
de
Espíritus
umbralinos
están
reencarnados
ahora.
Serán
Espíritus
rebeldes,
difíciles
de
educar.
Os
dejarán
abismados
con sus
actos.
Las
familias
no
sabrán
lo qué
hacer.
La
espiritualidad
podrá
auxiliarlos,
aproximándolos
a la
visión
espiritual.
Son
Espíritus
que
tienen
la
oportunidad
de
probar
su
moralidad,
para que
no sean
expulsados
del
planeta.
Ellos os
obligarán
a vivir
buscando
resolver
sus
abusos.
Pasaréis
por
profundas
transformaciones.
Cuando
viváis
esos
hechos,
acordaos
de mi
mensaje”.
Una
década
después,
Marta
tenía 25
años, ya
cursara
la
Facultad.
Hube
Percibido
la
emergencia
de esa
generación.
Hube
Convivido
con
rebeldes,
hippies,
revolucionarios,
observando
la
acción
de los
umbralinos.
Ellos
impulsaron
cambios
reales
en el
arte, en
la
música,
en la
literatura,
en el
teatro,
en la
política,
en las
costumbres.
Verdaderas
revoluciones
en el
planeta.
Muchos
desequilibrios,
exageraciones,
pero el
resultado
era
interesante.
Algunos
artistas
y
políticos
buscaron
lo
espiritual,
a través
de
incursiones
en el
orientalismo,
en la
consulta
a las
médiums
de la
época y
en el
estudio
de
culturas
mediúmnicas.
Intelectuales
y
artistas
estudiaban
las
sociedades
indígenas
descendientes
de
primitivos
habitantes
de
América
o de
otros
pueblos
y sus
relaciones
con lo
espiritual.
Acabada
la época
de la
rebeldía,
Marta,
habiendo
estudiado
en las
Universidades
los
movimientos
históricos
en la
Tierra,
hubo
buscado
aplicarlos
a los
estudios
hechos
por
Kardec
sobre el
asunto,
en el
capítulo
XVIII de
La
Génesis.
Ahora
entendía
que la
generación
rebelde
y
umbralina
había
hecho
realmente
su
prueba.
A la vez
realizó
importantes
cambios
en la
moral y
en las
costumbres
tradicionales,
revelando
la
hipocresía
farisaica
de las
religiones,
la moral
falsa
impregnada
por los
intereses
políticos,
en el
Cristianismo.
Discutir
los
valores
de las
familias,
la
libertad
sexual,
las
cuestiones
de la
miseria,
las
revoluciones,
volver a
ver
biografías
de
personajes
antes
respetados,
alterar
la
perspectiva
de la
historia,
aprobar
el
divorcio,
cambiar
la
música y
el
teatro,
en
especial.
Todo fue
alterado,
por la
influencia
de esa
generación
de
Espíritus
rebeldes
que en
el fondo
buscaban
como
todo
espíritu
“paz y
amor”,
por
caminos
diferentes,
y
mostraban
la
suspensión
de pagos
de
nuestros
métodos
antiguos
de
alcanzar
esos
ideales.
Notó que
ese
ciclo
histórico
de
progreso
de los
Espíritus
y de la
sociedad
había
terminado.
La
sabiduría
divina
hubo
aprovechado
la
generación
rebelde
y sin
rumbo en
su
contacto
con la
vida
material,
forzando
el
cambio
de la
estructura
social
para
rumbos
de mayor
libertad.
Otro
ciclo
lentamente
surgía.
Marta
sabía
ahora,
que un
nuevo
ciclo se
hubo
iniciado,
a partir
más o
menos de
1970 y
que
ahora
los
cambios
necesarios
serían
mucho
más que
sólo una
“revolución
sexual y
de
costumbres”
de la
década
de 1960.
Percibía
con
mayor
agudeza
de que
antes
que el
Espiritismo
tenía
una
ética
libre de
las
hipocresías
históricas
y una
historia
demasiado
corta,
para
tantos
desvíos
que
caracterizaban
los
movimientos
espiritualistas
diversos.
Ahora,
en ese
nuevo
ciclo
histórico,
que se
iniciaba
al final
del
tercer
milenio,
tendríamos
problemas
más
importantes
para
resolver.
¿Cómo
podría
la
Doctrina
Espírita
“secundar
el
movimiento
de
regeneración
social”
como
quería
Kardec,
en el
ítem 25
del
Capítulo
XVII, de
La
Génesis?
*
La
antigua
preocupación
con los
avisos
espirituales
acerca
de una
encarnación
colectiva
de
Espíritus
umbralinos
adentró
la
conversación
formal
entre
Marta y
José.
Julio
del
2005.
Marta
estaba
sentada
cómodamente
en una
importante
editora
espírita,
conversando
con un
señor de
semblante
suave y
ojos
bondadosos,
que le
decía
haber
oído de
un guía
espiritual
esa
revelación.
– Estoy
interesada
en esa
revelación.
¿Qué le
dijeron
los
guías
espirituales
sobre
esa
invasión
de
Espíritus
umbralinos?
– Que
esos
Espíritus
son muy
atrasados
y que
darían
mucho
trabajo.
El señor
José,
importante
ejecutivo
jubilado,
revelaba
la
palabra
de los
mentores
con
mucha
reverencia.
- ¿Y
ellos no
explican
lo que
nos
competía
hacer?
– No,
querida
mía.
Sólo me
auxiliaron
a
entender
porqué
la
violencia
crece
aquí en
Río de
Janeiro,
porqué
las
chabolas
aumentan
y porqué
los
niños no
aprenden
más a
leer,
cuando
antiguamente,
nosotros
los
niños
pobres,
con
padres
analfabetos
y
profesores
sin
Facultad,
salíamos
todos
alfabetizados
en el
segundo
semestre
de la
primera
serie de
lo
fundamental.
Marta
cambió
la
postura
relajada.
El
señor,
cuya
bondad
estaba
expresada
en los
ojos
suaves,
había
asuntos
en los
cuales
Marta se
había
especializado.
¿Oiría
bien?
¿Él
decía
que el
mal
desempeño
de los
niños en
la
escuela
era
debido a
su
inferioridad
espiritual?
¿Que la
violencia
en las
ciudades
grandes
era
producto
de
Espíritus
umbralinos,
volcados
al mal?
Santo
Dios...
Era
preciso
por lo
menos
plantar
alguna
duda.
Con
mucho
cuidado,
Marta
respetando
la mente
ingenua
y
bondadosa
del Sr.
José,
argumentó:
–
Prefería
entender
de otra
forma la
alusión
a esos
Espíritus
umbralinos.
Trabajo
en la
educación
desde
los
dieciocho
años. Me
jubilé
luchando
por la
enseñanza
en
Brasil.
Creo que
los
umbralinos
reencarnados
no son
los
chabolistas
y
jóvenes
semianalfabetos.
Son
otros.
Delante
de la
curiosidad
de José,
ella
prosiguió:
– A
partir
de la
década
de 1960
hubo un
movimiento
político
en
Brasil,
iniciándose
por la
Universidad,
y con
especial
énfasis
en los
Cursos
de
Psicología
y de
Educación,
que a
propósito
comenzó
a
cambiar
nuestra
enseñanza,
partiendo
de las
Universidades,
hasta el
segundo
grado.
De 1980
a 1990,
el
proceso,
ya con
veinte
años,
cambió
de
rumbo, y
pasó a
interferir
directamente,
en
especial
en el
Sur y
Sudeste
de
Brasil,
en el
área de
alfabetización,
jubilando
métodos
antiguos
e
implantando
novedades
que
impedían
a
nuestros
alumnos
ser
alfabetizados.
- ¿Y
nadie
hizo
nada
para
reaccionar?
– Indagó
José.
– Bien,
la
política
fue
genialmente
implantada.
En el
Estado
de San
Paulo,
sólo una
región
tuvo
Consejos
Municipales
de
Educación
que se
rechazaron
a
continuación
de esa
orientación.
En esa
región,
hasta
hoy, los
niños
son
alfabetizadas
con 4 o
5 años,
sin
ningún
método
que los
violente,
y sin
que se
exijan
de los
padres
cualquier
auxilio.
¿Será
que en
esas
ciudades
los
umbralinos
no
reencarnaron
o las
autoridades
tuvieron
sabiduría
política
para
enfrentar
la
“revolución
para
analfabetizar”,
que
invadía
las
Universidades,
bajo el
disfraz
de una
nueva
metodología?
–
¿Quiere
decir
que la
señora
no cree
que
nuestros
niños de
la obra
que
administro
no
aprenden
más a
leer
porque
son
Espíritus
atrasados?
– No
pienso
eso,
creo que
los
Espíritus
atrasados
e
inferiores
son los
dueños
del
poder y
en
diversos
países
montaron
a
propósito
ese plan
verdaderamente
de las
“tinieblas”.
Le digo
que
tales
métodos
ya
fueron
probados
en
países
muy
adelantados,
haciendo
que las
nuevas
generaciones
pierdan
el
dominio
del
lenguaje,
teman
hablar
en
público.
¿Sabía
que el
mayor
miedo de
nuestros
hermanos
americanos
no es el
de la
muerte,
sino el
de
hablar
en
público?
¿Cree
que eso
sea por
casualidad?
José oía
y su
aire
desencantado
conmovía
a Marta:
–
Percibo
que, por
ser un
gran
administrador,
está
pensando
en lo
que yo
digo,
sabe que
los
dirigentes
de una
empresa,
como los
de un
país,
pueden
hacer lo
que yo
estoy
diciéndole.
Crea.
Hicieron
eso con
muchos
países
y, a
partir
de 1980,
con
nuestra
enseñanza
fundamental.
¿Sabe
por qué
quitan
de
nuestros
niños la
capacidad
de usar
el
lenguaje,
leer y
escribir
con
fluidez
y los
limitan
a lo
visual,
la TELE,
vídeos y
DVDs?
–
Imagino
que así
les
quitan
la
posibilidad
de hacer
discursos,
hablar
en
público,
liderar,
leer
temas y
autores
revolucionarios
y,
principalmente,
cambiar
la
sociedad.
– No
sólo
eso.
Limitan
nuestros
jóvenes
que no
entienden
más los
textos
simples.
Se
cansan
delante
de
libros
con más
de un
centenar
de
páginas,
son
incapaces
de
analizar
un
texto,
recompilando
las
ideas
principales.
Los
jóvenes
espíritas
piensan
que leer
a Kardec
es
difícil,
apenas
entienden
a André
Luiz y
se hacen
presas
fáciles
de
médiums
enfermos
o
ignorantes,
que
producen
fenómenos,
pero sin
contenido
filosófico
o moral,
o, lo
que es
peor,
con
orientaciones
morales
peligrosas.
- Quien
no sabe
hablar,
no
entiende
lo que
lee, no
piensa,
no lucha
por sus
derechos,
¡es masa
fácil de
manipular!
–
Enhorabuena,
José,
usted
realmente
es
brillante.
Entendió
todo el
proceso.
Resta
que no
se
acomode,
no
desista,
sino que
luche
para que
por lo
menos
sus
niños
aprendan
a leer,
escribir,
lean
poesía,
prosa,
discutan,
hagan
teatro,
hablen
en
público.
Tenemos
en San
Pablo
una
escuela
espírita
para
niños
necesitados,
cuyos
alumnos
no son
alfabetizados
por esos
métodos
y
“papam”
casi
todos
los
empleos
de la
ciudad,
a hacer
test.
Dominio
de la
lengua,
querido.
El viejo
ejecutivo
miró a
Marta
bien a
los ojos
y dijo:
- Sabe,
su
palabra
duele
mucho
aquí – y
apuntó
al
corazón.
– Es
dura de
oír…
Hace mal
a la
gente.
Marta
entendió.
Destruyó
con sus
argumentos
muchas
ilusiones.
Es
difícil
para los
buenos
que
perciban
que
hacen el
juego de
los
grandes
manipuladores
de los
pueblos
y
encuentran
explicaciones
“espirituales”
y
“reencarnatorias”
para sus
planes
inteligentes
e
inmorales.
Se
apiadó
de José.
Nunca
había
notado
antes
que
hablando
así
mostraba
a los
buenos
su
impotencia
delante
de la
inteligencia
malévola
de los
jefes de
las
tinieblas
y que
eso, en
vez de
incentivarlos
a
luchar,
traía
mucho
sufrimiento...
Se
limitó a
decir:
– Lo
siento
mucho,
pero es
preciso
encarar
la
realidad.
Si
Anchieta
y
Nóbrega
creyeran
que los
Espíritus
que
consideraban
paganos
y
primitivos
eran
incapaces
de
entender
la
grandeza
del
latín y
de la
alfabetización,
ciertamente
no
habrían
hecho el
Colegio
de San
Pablo.
No
creerían
en el
potencial
de los
salvajes.
Siempre
que
fallamos
en la
educación
la culpa
no será
de los
que
consideramos
inferiores,
o sea,
del
niño, de
sus
padres,
de su
ambiente.
Siempre
será
nuestra,
que no
sabemos
los
medios
de
alcanzar
sus
Espíritus,
ni
buscamos
descubrirlos,
cambiando
nuestro
enfoque
en la
acción o
perfeccionando
nuestras
técnicas
y
métodos.
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