El día 24 del
mes pasado la
Red Globo de
Televisión
volvió a exhibir
la novela
Alma Gemela,
escritura por
Walcyr Carrasco,
la cual trae
como objetivo de
fondo el tema
reencarnación y
la siempre
polémica
cuestión de las
almas gemelas.
De acuerdo con
la trama, Luna y
Rafael formaban
una pareja hasta
que Luna,
después de
recibir un tiro,
muere. Momentos
después, en una
aldea indígena,
una mujer da a
la luz una niña
que va a
llamarse Serena
y que sería – en
la concepción
del autor – la
reencarnación de
Luna.
Obviamente,
siendo Luna y
Serena la misma
individualidad,
está claro que
su amor por
Rafael prosigue,
razón del título
de la novela.
El amor entre
Rafael y Luna
(ahora con el
nombre de
Serena) se
presenta así
envuelto por el
misticismo, pero
la historia,
explicó Walcyr
Carrasco, no se
prende a una
religión
específica, ni
la novela es
espírita, aunque
hable sobre
reencarnación,
uno de los
principios
fundamentales
del Espiritismo.
“El objetivo –
dije el
novelista – es
mostrar que la
vida se renueva,
que siempre
tenemos
oportunidades de
cambiar.”
Hay en la
literatura
espírita, como
sabemos,
romances
espíritas
consagrados que
darían buenas
novelas, como el
clásico Amor
y odio,
psicografiado
por Yvonne A.
Pereira,
responsable
también por la
extraordinaria
trilogía En
las vorágines
del pecado,
El caballero
de Numiers
y El drama
de la Bretaña,
pero los autores
brasileños
raramente
aciertan el paso
cuando entienden
de llevar para
la pantalla
asuntos
perfectamente
evaluados por
investigadores y
estudiosos
consagrados,
como lo es la
reencarnación.
Sabemos, por
ejemplo, que
difícilmente un
Espíritu de una
persona adulta
vuelve de
inmediato a la
existencia
corporal. Además
de los nueve
meses
correspondientes
al periodo de
gestación – ya
que el Espíritu
reencarnante es
conectado al
cuerpo físico en
el momento de la
concepción – le
es necesario
algún tiempo,
por mínimo que
sea, para la
elaboración de
su programa
reencarnatorio,
un ítem
importante en el
proceso
evolutivo, que
es uno de los
objetivos del
pasaje de la
criatura humana
por la
existencia
corporal.
En lo tocante al
tema almas
gemelas,
obsérvese que
existen
controversias
aún entre los
espiritistas
acerca del
asunto. Claro
que del punto de
vista literario
no hay que
oponer a la
tesis de las
almas gemelas.
Pero, si
trajéramos el
tema para la
discusión
espírita, ¿cómo
debemos
encararlo?
De acuerdo con
Emmanuel, almas
gemelas existen,
sí. Y nos parece
claro que
diversos autores
desencarnados
respetados, a
ejemplo de Jesús
Gonçalves, André
Luiz, Manoel
Philomeno de
Miranda y Victor
Hugo, lo apoyan.
Aceptar la
tesis, el
problema
consiste en
definir lo que
son almas
gemelas. Es
bueno no
olvidemos que,
según la
doctrina
expuesta en El
Libro de los
Espíritus, no
existen almas
hechas iguales,
no existen almas
idénticas a
otras, y no se
aplica a los
Espíritus el
concepto usual
pertinente al
vocablo gemelos
tal como lo
utilizamos
cuando nos
referimos a
hermanos que
nacen oriundos
de una misma
gestación. Las
almas gemelas
serían personas
que se buscan,
que nutren una
por la otra un
cariño especial,
y tal relación
prosigue hasta
que ambas
alcancen el
estadio de la
perfección.
Nos cabe, por
fin, decir que
Emmanuel tiene
razón al afirmar
que la tesis de
las almas
gemelas nada
tiene que ver
con las
cuestiones 298 a
303 del Libro de
los Espíritus,
porque almas
gemelas no son
lo mismo que
mitades eternas
y es de eso que
Allan Kardec
trató en la
referida obra.
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