Los problemas más
comunes en la tarea de
los médiums
principiantes
Una
alternativa interesante
para los trabajadores
principiantes de la
mediumnidad, que no
presenten mayor
ostentación mediúmnica,
puede ser la mediumnidad
socorrista de los pases
La famosa explicación de
la codificación que
establece que “todos son
médiums” representa una
de las frases más
deformadas en el
Movimiento Espírita.
Todos son médiums en
potencia, así como todos
presentan potencial para
ser escritores,
cantantes, actores,
predicadores etc. Esto
no significa, sin
embargo, que el
individuo presente en un
determinado momento todo
su potencial desarrollo
para una acción dinámica
e intensa en la
respectiva área. Por lo
tanto, “todos son
médiums”, pero pocos son
“médiums ostensivos”, o
sea, los “médiums de
acción”. Una semilla es
un árbol en potencia,
pero aún no es un árbol
propiamente dicho. De
hecho, cuando alguien
nos pregunta si somos
médiums, muchas veces,
como es mi caso
particular, respondo
simplemente: “No. Soy
espírita, pero no soy
médium”.
|
Los médiums en potencia,
los cuales podrían ser
simplemente llamados de
“no médiums”,
constituyen la mayoría
presionada de las
criaturas. Los “no
médiums” son aquellos
cuyas manifestaciones
mediúmnicas se
restringen, por norma,
sólo a fenómenos
intuitivos, que son
comunes a todas las
personas. Por lo tanto,
son los individuos que
básicamente inter-accionan
con el mundo espiritual
sólo a través de la
“telepatía”, no
presentando, a priori,
una tarea más específica
en el área de la
mediumnidad propiamente
considerada en el
presente momento
existencial. A pesar de
no alcanzar la totalidad de los casos,
|
más
frecuentemente
esa limitación
se extiende por
toda la presente
encarnación. El
Dr. Bezerra de
Menezes
(Espíritu), en
la maravillosa
obra “Recuerdos
de la
Mediumnidad”,
llega a
comentar, a
través de Yvonne
A. Pereira, en
el primer
capítulo,
titulado
“Facultades en
Estudio”, que
normalmente los
médiums más
seguros son
aquellos que
presentaron una
gran intensidad
mediúmnica desde
la primera
infancia, pues
estos ya
traerían en la
gran mayoría de
los casos, una
tarea específica
en la
mediumnidad,
habiendo,
consiguientemente,
sido preparados
en encarnaciones
anteriores y en
la erraticidad
de forma
cuidadosa para
|
|
|
tal
desiderato.
Vale
citar
literalmente
un tramo
referente
a la
respectiva
explicación
del Dr.
Bezerra
de
Menezes:
“...
Existen
mediumnidades
que de
la cuna
se
revelan
en su
portador,
y estas
son las
más
seguras,
porque
las más
positivas,
frutos
de
largas
etapas
reencarnatorias,
durante
las
cuales
sus
poseedores
ejercieron
actividades
importantes,
así
desarrollando
fuerzas
del
periespíritu,
sede de
la
mediumnidad,
vibrando
intensamente
en uno
y
en
otro
sector
de
la
existencia
y
así
adquiriendo
|
vibraciones
acomodaticias
del
fenómeno.
|
|
Hay dirigentes que
estimulan
manifestaciones
ostensivas
de personas
que, en realidad, no son
médiums
Otras existen aún en
formación (fuerzas
vibratorias frágiles,
incompletas, los
llamados ‘agentes
negativos’), que jamás
llegarán a adiestrarse
satisfactoriamente en
una sola existencia, y
que se mezclaran de
implantaciones mentales
del propio médium en
cualquier actividad
intentada, dándose
también la posibilidad
incluso de la pseudo-perturbación
mental, ocurriendo
entonces la necesidad de
los estadios en casas de
salud y hospitales
psiquiátricos tratándose
de individuos
desconocedores de las
ciencias psíquicas”.
Presentar muy raramente
algún fenómeno más
ostensivo no caracteriza
al individuo como médium
de acción y mucho menos
como portador del
llamado “mediunato”.
No siendo un médium de
acción, el individuo que
sólo presenta una
“mediumnidad básica”
solamente participará de
una forma productiva de
una reunión mediúmnica
si fuera en la llamada
“sustentación”, o en la
adoctrinación.
Obviamente, algunas
excepciones pueden ser
permitidas, pues los
médiums neófitos
necesitan de cierta
libertad para dar baza a
fenómenos iniciales,
como una forma de
entrenamiento. Sin
embargo, la excepción no
debería hacerse la
regla, lo que ha sido
una práctica muy común
en diversas casas
espíritas. Si eso
ocurre, la reunión
solamente será de
elevada calidad si
predomina, en términos
de división del tiempo,
el estudio evangélico y
doctrinario que siempre
son productivos, dejando
sólo un intervalo de
tiempo minoritario para
las experiencias
prácticas. De lo
contrario, se pierde la
oportunidad de estudio
doctrinario y la
contrapartida es de baja
calidad, simplemente
porque no existen
médiums propiamente
dichos en la reunión. De
hecho, básicamente, la
reunión mediúmnica es
constituida por 1 o 2
dirigentes, por los
médiums de acción, por
los adoctrinadores y por
médiums iniciantes y/o
de sustentación,
incluyendo ahí los
llamados “médiums
pasistas”.
Una reunión formada
solamente por médiums de
sustentación merece un
cuidado muy especial
para no caer en un
complejo proceso
anímico-mistificador
generalizado. De hecho,
basados en el paradigma
apenas interpretado de
que “todos son médiums”,
muchos dirigentes han
inducido o incluso
estimulado
manifestaciones más
ostensivas de individuos
que, en realidad, no son
propiamente médiums. Ese
tipo de comportamiento
genera un círculo
vicioso de sugerencia y
autosugestión, una vez
que fenómenos meramente
anímicos reciben
connotación de intensas
manifestaciones
mediúmnicas.
La videncia es un tipo
de mediumnidad que está
sujeta
a una serie de
“interferencias”
Las reuniones sin la
presencia de médiums
ostensivos deben
priorizar el estudio
doctrinario,
envolviendo, sobre todo,
el contenido teórico de
la mediumnidad asociado
al estudio evangélico
con un periodo mínimo
para ejercicios
prácticos – en torno a
tres cuartos (3/4)
dedicados al estudio y
un cuarto (1/4) a la
experiencias prácticas.
De lo contrario,
habiendo un énfasis
excesivo en los trabajos
prácticos, o la reunión
caerá obligatoriamente
en la monotonía por la
ausencia casi que total
de eventos, o, lo que es
mucho peor, estimulará
la imaginación y la
autosugestión, pudiendo
generar graves
perjuicios al trabajo
del grupo. Si,
eventualmente, las
manifestaciones
mediúmnicas pasan a
presentar mayor
intensidad de fenómeno
y, principalmente,
calidad de contenido, el
intervalo dedicado a la
práctica podrá ser
expandido de forma lenta
y gradual.
Dentro de este contexto,
es extremadamente
peligrosa una práctica
que tiene se ha hecho
común en muchas casas
espíritas que es la
conexión casi directa
entre los cursos
teóricos introductorias
de mediumnidad con la
reunión mediúmnica
propiamente considerada.
Individuos recién
llegados al movimiento
espírita que quieren
“ver Espíritus”, “oír
Espíritus”, y cosas del
género, salen de
estudios sistematizados
de 2 o 3 años a lo sumo
y son incluidos en
reuniones mediúmnicas.
La justificación de los
dirigentes, por norma,
es que “todos son
médiums” y/o que los
“no-médiums” son
igualmente necesarios en
las reuniones
mediúmnicas. La segunda
afirmación no deja de
ser correcta, sin
embargo no se puede
utilizar para elaborar
incontables grupos
mediúmnicos que no
tengan ningún médium
efectivo. El hecho de
ser importantes los
“no-médiums” no
significa que se pueda
desarrollar una reunión
mediúmnica de calidad
solamente con
“no-médiums”, porque,
en este caso, esa
reunión ya no sería “mediúmnica”.
Por lo tanto, vale
frasear “ni todos son
médiums de acción”, por
el contrario, la
presionada mayoría de
los individuos no son
médium de acción y no se
desarrolla una reunión
mediúmnica práctica de
contenido mínimo, sin al
menos un médium de
acción.
Un importante añadido
que se debe hacer, en
concordancia con
aclaraciones de Allan
Kardec en “El Libro de
los Médiums”, es que la
videncia es un tipo de
mediumnidad que está
sujeta a una serie de
“interferencias”,
debiendo recibir un
cuidado especial en el
que se refiere a su
análisis.
La Doctrina Espírita
debe guiar el movimiento
y no el movimiento
“flexibilizar” a la
doctrina según los
modismos
De hecho, la
“ideoplastia”, la
imaginación, la
auto-sugestión, la
telepatía, la condición
fisiológica, los
problemas
oftalmológicos, la
luminosidad ambiente y
sus efectos ópticos
naturales, entre otros
fenómenos anímicos y
mediúmnicos pueden
afectar la percepción y
la consecuente
interpretación del
médium. La propia
cultura, así como el
equipaje doctrinario
propiamente dicho pueden
influenciar en la
decodificación de los
mensajes espirituales,
sobre todo en un
contexto de videncia.
Hermínio Miranda, en
“Diálogo con las
Sombras”, sugiere un
trabajo
multidisciplinario, o,
si preferimos,
multimediúmnico, para
que el médium vidente
reciba el apoyo de otros
médiums que presenten
otros tipos de
facultades para
confirmar e incluso
profundizar la
comprensión de los
fenómenos y de los
mensajes.
Por lo tanto, una vez
más queda evidente la
necesidad de médiums que
presenten una
“ostensiva”
significación, bajo pena
de fomentar muchas
“reuniones mediúmnicas”
sin fenómenos
mediúmnicos reales.
Otro argumento
comúnmente utilizado por
los dirigentes para
explicar esa “filosofía
de trabajo” es que, con
mucho esfuerzo, los
directores del centro
espírita consiguen
“detener” a los neófitos
por 2 o 3 años en los
estudios meramente
teóricos. Ahora, ese
pretexto es
injustificable, pues el
novato está aprendiendo
lo que es doctrina
espírita y va a seguir
las directrices
establecidas por la casa
espírita. En verdad, ese
artificio generalmente
esconde un deseo
proselitista de agradar
a los frecuentadores a
todo coste para mantener
los centros espíritas
llenos. A pesar de ser
legítima la aspiración
de divulgarse la
Doctrina Espírita, esa
divulgación no puede
caer en errores de otras
doctrinas del pasado.
Como diría Divaldo P.
Franco, en su “Encuentro
con Dirigentes Espíritas”
(Seminario/DVD), “Todo
es válido, desde que no
corrompa la Doctrina”.
La Doctrina Espírita
debe guiar el movimiento
y no el movimiento
“flexibilizar” la
doctrina según sus
modismos, conflictos y
opiniones personales
transitorias. Esa
conciencia doctrinaria,
que debe mantenerse por
encima del deseo de
“arrastrar multitudes”,
es fundamental para que
el Espiritismo no repita
errores de otras
religiones que, sin la
misma solidez
doctrinaria del
“Consolador prometido”,
admiten cualquier cambio
de propuesta, por más
liviano que sea el
subterfugio, desde que
el frecuentador se
mantenga vinculado a su
institución.
Los médiums deben
esforzarse para
desarrollar los
pre-requisitos morales
inherentes a todo
trabajo espírita
Siendo así, nosotros
tenemos que admitir que
en muchos núcleos
espíritas las reuniones
mediúmnicas deben poseer
una parte práctica de
más pequeña duración,
enfocada más en el
llamado “percebimiento
fluídico”, bajo pena de
crearse un proceso en
cascada de inducción
anímico-mistificador en
los frecuentadores.
Recurramos, una vez más,
a la orientación segura
del Espíritu Dr. Adolfo
Bezerra de Menezes en
“Recuerdos de la
Mediumnidad” (Yvonne A.
Pereira), en el capítulo
titulado “El Complejo
Obsesión”: “... De ahí
la razón de porqué Allan
Kardec declaró ser la
mediumnidad facultad
espontánea que no debe
ser provocada y sí
noblemente aceptada
cuando naturalmente se
presentara, tampoco
debiendo sufrir
insistencia en su
desarrollo. La facultad
mediúmnica no alcanza el
grado necesario, a la
posibilidad del
desarrollo normal, un
año o en diez, sino a
través de etapas
reencarnatorias”.
Específicamente con
relación a las
actividades de
desobsesión, que con
frecuencia ya son
emprendidas en muchas
reuniones mediúmnicas
constituidas por
principiantes, se hace
necesario una adicional
alerta, teniéndose en
cuenta los riesgos
espirituales a que el
grupo se expone en estos
casos. La propia médium
Doña Yvonne do Amaral
Pereira, en este mismo
capítulo “El Complejo
Obsesión” del monumental
“Recuerdos de la
Mediumnidad”, pocas
páginas tras la
aclaración supra-mencionada
del Dr. Bezerra de
Menezes, tiene ocasión
de afirmar: “Será de
utilidad que en todos
los procesos de curas de
obsesiones un médium
bastante desarrollado y
fiel al elevado mandato
se haga portavoz de las
necesarias instrucciones
de los Guías
Espirituales, lo que
quiere decir que no nos
debemos arrojar por el
espinoso camino si tal
médium no existiera en
el grupo”.
Una alternativa
interesante a los
trabajadores
principiantes de la
mediumnidad, que no
presenten mayor
ostensión mediúmnica,
podría ser la
mediumnidad socorrista
de los pases. De hecho,
esta también habría sido
una sugerencia de Yvonne
do Amaral Pereira. De
hecho, tal propuesta
podría ser una forma de
trabajo, que, a pesar de
no ser ideal,
suministraría resultados
mínimamente
satisfactorios, desde
que los candidatos
mantengan rigurosa
frecuencia a las
reuniones de estudio
doctrinario y otras
actividades de la casa.
Además, los médiums
deben esforzarse para
desarrollar los
requisitos morales
inherentes a todo
trabajo espírita, para
que estén razonablemente
disciplinados y
sintonizados con la
tarea en cuestión.
El fenómeno anímico
auténtico es un hecho
paranormal legítimo y de
gran contribución en una
reunión mediúmnica
Hay una pequeña reseña a
ser mencionada en
relación a todo lo que
fue expuesto. El
excesivo celo contra el
animismo puede ser tan
perjudicial a la tarea
mediúmnica como la
ausencia total de
cuidado a ese respecto.
De hecho, la propia obra
de André Luiz trae
ejemplos de este tipo de
problema. Sin embargo,
de manera ninguna ese
cuidado desmiente el
análisis anterior. Por
el contrario, si el
proceso de selección de
los componentes del
grupo mediúmnico es
riguroso, con una
selección previa del
equipo, muy
probablemente el mayor
conocimiento doctrinario
y la mayor madurez
personal tienden a
minimizar los problemas
más groseros que puedan
ocurrir en las reuniones
mediúmnicas. El presente
análisis es mucho más un
llamamiento contra los
procesos de imaginación,
sugerencia,
autosugestión y de
mistificación
inconsciente
desarrollados por
dirigentes y dirigidos,
que propiamente contra
el fenómeno anímico
auténtico, que no deja
de ser un hecho
paranormal legítimo y de
gran contribución
espiritual en una
reunión mediúmnica.
Para concluir este
análisis, recordemos a
Chico Xavier, el mayor
médium espírita de la
historia, que hubo dicho
la célebre frase “el
teléfono toca de allá
para acá!”. Pues bien,
si los guías
espirituales no
responden a nuestros
inmediatismos para
telefonearnos
rápidamente”, debe
existir una razón más
profunda para eso. Los
mentores espirituales
trabajan de manera
altamente responsable
teniendo en
consideración diversos
aspectos de nuestras
vidas que muchas veces
nos pasan
desapercibidas,
inclusive aspectos de
reencarnaciones
anteriores y prioridades
establecidas en nuestra
planificación
reencarnatoria.
Lógicamente, esos
factores desconocidos
buscan nuestra seguridad
y evolución espiritual,
teniendo en
consideración la
eternidad que nos está
destinada. Si deseamos
la mediumnidad, pero aún
no somos médiums
ostensivos, trabajemos
en la siembra infinita
de posibilidades que el
Padre nos ofreció dentro
y fuera del movimiento
espírita y dejemos que
“se haga la Voluntad del
Padre antes que la
nuestra” porque
ciertamente futuras
oportunidades surgirán
si nos implicamos bien
de las tareas del día de
hoy.
|