Politeísmo y paganismo
Presentamos en esta edición
el tema
nº
128
del Estudio Sistematizado de
la Doctrina Espirita, que
está siendo presentado aquí
semanalmente, de acuerdo con
el programa elaborado por la
Federación Espirita
Brasileña, estructurado en
seis módulos y 147 temas.
Si el lector utiliza este
programa para el estudio en
grupo, sugerimos que las
cuestiones propuestas sean
debatidas libremente antes
de la lectura del texto que
a ellas sigue.
Si es destinado solamente
para uso por parte del
lector, pedimos que el
interesado intente
inicialmente responder las
cuestiones y solo después
lea el texto referido. Las
respuestas correspondientes
a las cuestiones presentadas
se encuentran al final del
texto abajo.
Cuestiones
para debate
1. ¿En qué consiste el
politeísmo?
2. ¿Cuántos y cuales son los
principales sistemas del
politeísmo?
3. ¿Paganismo y politeísmo
son la misma cosa?
4. Según J. Lubboch, la
historia religiosa de la
Humanidad se divide en seis
periodos. ¿Cuáles son ellos?
5. ¿Dónde, según Emmanuel,
se encuentra la génesis de
las religiones de la
Humanidad?
Texto para la
lectura
El politeísmo implica la
creencia en una pluralidad
de dioses
1. Enseña el Espiritismo, en
la cuestión 667 de El Libro
de los Espíritus, que la
concepción de un Dios único
no podría existir en el
hombre sino como resultado
del desarrollo de sus ideas.
Incapaz de concebir un ser
inmaterial, sin forma
determinada, el hombre
le concedió atributos de la
naturaleza corpórea y desde
entonces todo lo que parecía
sobrepasar los límites de la
inteligencia común era, para
él, una divinidad, una
potencia sobrenatural.
2. Politeísmo es, como el
propio vocablo indica, la
creencia religiosa en una
pluralidad de dioses, o la
adoración de más de un dios.
Conforme señalan los
Espíritus en la cuestión 668
de la obra citada, al llamar
dios a todo lo que era
sobrehumano, los hombres
tomaban los Espíritus como
se fueran dioses. De eso
resultó que cuando un hombre
por sus acciones, por su
genio, o por un poder oculto
que el vulgo no lograba
comprender, se distinguía de
los demás, hacían de él un
dios y, después de su
muerte, le rendían culto.
3. La palabra Dios tenía,
entre los antiguos, una
acepción muy amplia y no
indicaba, como actualmente,
una personificación del
Señor de la vida. Era una
calificación genérica, que
se daba a todo ser existente
fuera de las condiciones de
la Humanidad, lo que es
fácil de verificar
estudiando atentamente los
atributos de las divinidades
paganas.
4. Entre los varios factores
responsables por la creación
y multiplicación de los
dioses debemos destacar: a)
la personificación de las
fuerzas de la naturaleza y
su consecuente elevación al
reino de la divinidad; b) la
divinización de antepasados
y héroes; c) la
centralización política de
los grandes Estados,
provocando la fusión y la
unificación de culturas y
creencias. De ahí derivaron
los tres principales
sistemas del politeísmo: la
idolatría – adoración
de muchos dioses
personificados por ídolos
groseros; el sabeísmo
– culto de los astros y del
fuego; y el encantamiento
o fetichismo –
adoración de todo cuánto
impresiona la imaginación y
que se le atribuye poder.
5. El vocablo paganismo es
comúnmente utilizado como
sinónimo de politeísmo. En
esencia, el es igual, pero,
del punto de vista histórico
y teológico, no. Cuando
Constantino consagró el
Cristianismo como la nueva
religión del Imperio Romano
los no-
cristianos fueron llamados
paganos – adeptos del
paganismo. Acabaron entonces
siendo generalizados como
paganos tanto los
politeístas propiamente
dichos como los monoteístas
no-cristianos.
La historia religiosa de la
Humanidad se divide en seis
periodos
6. Los fetichistas eran, en
su origen, politeístas, como
aún se da entre los pueblos
salvajes. Según C. de
Brosses en “Del Culto de los
Dioses Fetiches”, todas las
religiones, excepto la de
los hebreos, derivaron del
fetichismo, que por su parte
tuvo origen en el miedo. J.
Lubboch dividió en seis
periodos la historia
religiosa de la Humanidad:
1º – ateísmo; 2º –
fetichismo o encantamiento
(vocablo que vino del
portugués hechizo,
sortilegio); 3º – culto de
la naturaleza; 4º –
chamanismo (religión de los
chamanes, hechiceros
profesionales); 5º –
antropomorfismo; 6º -
creencia en un Dios creador
y providencial. No hay, en
la antropología, consenso
general en cuanto a la
diferenciación precisa entre
chaman, hechicero y
sacerdote. Se acostumbra a
emplear el término chaman
así como chamanismo en el
contexto de los pueblos
asiáticos.
7. En 1767, la francesa N.
S. Bergier defendió la tesis
según la cual el fetichismo
se explicaba por la
semejanza que existe entre
la mentalidad del hombre
primitivo y la del niño, que
presta alma y personalidad
activa a cada uno de los
objetos que le rodean. La
etnología comparada permitió
a Y. B. Tylor retomar y
desarrollar esa idea.
8. Estudiando los orígenes
del politeísmo y del
paganismo, Emmanuel en su
libro “A Camino de la Luz”
afirmó que la génesis de
todas las religiones de la
Humanidad tuvo origen en el
corazón augusto y
misericordioso de Cristo, en
base, evidentemente, de ser
él el director espiritual
del orbe terrestre. Para
tanto, de tiempo en tiempo,
él envía mensajeros a la
Tierra para enseñar y
difundir las verdades
evangélicas, que son
recibidas e interpretadas
según el nivel evolutivo de
cada época.
9. Constituye, por lo tanto,
un error grande juzgar como
bárbaros y paganos a los
pueblos terrenales que aún
no conocen directamente las
lecciones del Evangelio, por
cuanto su desvelada
asistencia acompañó y aún
acompaña la evolución de las
criaturas en todas las
latitudes del planeta. La
historia de China, de
Persia, de Egipto, de India,
como la de los árabes, de
los israelitas, de los
celtas, de los griegos y de
los romanos, está iluminada
por la luz de sus poderosos
emisarios y muchos de ellos
también se juzgaron, en el
cumplimiento de sus deberes,
que fueron tenidos como
siendo el propio Cristo en
reencarnaciones sucesivas y
periódicas.
10. Otra alerta que Emmanuel
nos hace en la referida obra
es sobre la unidad
sustancial de las
religiones. Afirma el
conocido mentor espiritual
que todos los libros y
tradiciones religiosas de la
Antigüedad guardan
entre sí de una más estrecha
unidad sustancial. Las
revelaciones evolucionan en
una esfera gradual de
conocimiento y todas se
refieren a Dios
impersonificable que es la
esencia de la vida de todo
el Universo.
Apendice
Mito
– Es una narración poética
referente al nacimiento,
vida y hechos de los
antiguos dioses y héroes del
paganismo.
Mitología
– Es el culto de los mitos.
No toda religión está ligada
a una mitología, pero las
religiones politeístas
ofrecen, en principio,
materia propia a la
imaginación mítica.
Orígenes de los mitos
- Guardan relación con la
observación de la naturaleza
y sus variados y multiformes
elementos. La imaginación
humana personificó los
fenómenos naturales y los
imaginó como
individualidades libres,
independientes, cuya
actuación estaba sometida a
las invariables leyes
morales y dotadas de una
corporeidad muy próxima a la
forma humana.
Evolución de los mitos
– La mitología griega era
mucho más rica que la de los
romanos y de otros pueblos,
debido al hecho de que el
espíritu helénico fue
altamente creador y el
romano más práctico.
Fuentes de la mitología
– Se basan en el legado de
los poetas griegos y
latinos, de entre los cuales
se destaca Homero.
Como eran los dioses
– La apariencia de los
dioses era totalmente
humana, aunque mejorada, más
bella y majestosa. Más
fuertes, más vigorosos,
poseían todas las facultades
humanas en escala ampliada.
Necesitaban, como los
hombres, del sueño, de la
comida y de la bebida, y
andaban vestidos, sobre todo
las diosas, que escogían las
vestiduras y los adornos con
capricho. Su nacimiento era
semejante al de los hombres,
pero los dioses eran
precoces y el periodo de la
infancia bien reducido.
Inmortales, nunca envejecían
ni eran alcanzados por
ninguna enfermedad.
Moralmente, eran muy
superiores a los mortales, y
porque la maldad, la
impureza y la injusticia los
aborrecían, no dudaban en
castigar las maldades e
injusticias humanas. Los
dioses, a pesar de su
superioridad física, moral y
espiritual, estaban
prendidos a sus destinos,
fijados desde la eternidad y
pasaban la vida desocupados,
buscando toda la suerte de
divertimentos y pasatiempos.
Sacrificios
– Los pueblos primitivos y
politeístas adoraban a los
dioses por medio de
ofrendas, cultos, rituales
que, generalmente,
comportaban sacrificios de
animales o de seres humanos.
Respuestas a las cuestiones propuestas
1. ¿En qué consiste el
politeísmo?
Politeísmo es, como el
propio vocablo indica, la
creencia religiosa en una
pluralidad de dioses, o la
adoración de más de un dios.
2. ¿Cuántos y cuáles son los
principales sistemas del
politeísmo?
Los principales sistemas del
politeísmo son: la idolatría
– adoración de muchos dioses
personificados por ídolos
groseros; el sabeísmo –
culto de los astros y del
fuego; y el sortilegio o
fetichismo – adoración de
todo cuánto impresiona la
imaginación y a la que se
atribuye poder.
3. ¿Paganismo y politeísmo
son la misma cosa?
En esencia, sí, pero del
punto de vista histórico y
teológico, no. Cuando
Constantino consagró el
Cristianismo como la nueva
religión del Imperio Romano
los no-cristianos fueron
llamados de paganos –
adeptos del paganismo.
Acabaron entonces siendo
generalizados como paganos
tanto los politeístas
propiamente dichos como los
monoteístas no-cristianos.
4. Según J. Lubboch, la
historia religiosa de la
Humanidad se divide en seis
periodos. ¿Cuáles son ellos?
He ahí los seis periodos,
conforme J. Lubboch: 1º –
ateísmo; 2º – sortilegio o
fetichismo (vocablo que vino
del portugués hechizo,
sortilegio); 3º – culto de
la naturaleza; 4º –
chamanismo (religión de los
chamanes, hechiceros
profesionales); 5º –
antropomorfismo; 6º –
creencia en un Dios creador
y providencial.
5. ¿Dónde, según Emmanuel,
se encuentra la génesis de
las religiones de la
Humanidad?
La génesis de todas las
religiones de la Humanidad
tuvo origen en el corazón
augusto y misericordioso de
Cristo, en base a ser él el
director espiritual del orbe
terrestre y, a la vista
de eso, por haber enviado,
de tiempo en tiempo,
mensajeros a la Tierra para
enseñar y difundir las
verdades evangélicas, que
fueron recibidas e
interpretadas según el nivel
evolutivo de cada época.
Bibliografia:
O Livro dos
Espíritos,de
Allan Kardec, questões 667 a
669.
A Caminho da
Luz,
de Emmanuel,
psicografado por Francisco
Cândido Xavier, pp. 17 a 33,
83 e 84.
Enciclopédia
Delta Larousse,
2a edição, 1967,
volume 4, pp. 1733 e 1780.
Dicionário de
Ciências Sociais,
FGV, 1986,
pág. 921.