El Nuevo Testamento
Presentamos en esta edición
el tema
nº
136
del Estudio Sistematizado de la Doctrina Espirita, que
está siendo presentado aquí
semanalmente, de acuerdo con
el programa elaborado por la
Federación Espirita
Brasileña, estructurado en
seis módulos y 147 temas.
Si el lector utiliza este
programa para el estudio en
grupo, sugerimos que las
cuestiones propuestas sean
debatidas libremente antes
de la lectura del texto que
a ellas sigue.
Si es destinado solamente
para uso por parte del
lector, pedimos que el
interesado intente
inicialmente responder las
cuestiones y solo después
lea el texto referido. Las
respuestas correspondientes
a las cuestiones presentadas
se encuentran al final del
texto abajo.
Cuestiones
para debate
1. ¿En cuantas partes puede
ser dividido el Nuevo
Testamento?
2. ¿Cuáles Evangelios son
llamados sinópticos y por
qué se les da ese nombre?
3. Además de los Evangelios
reconocidos por la Iglesia
como divinamente inspirados,
¿cuántos son los Evangelios
llamados apócrifos?
4. ¿En qué aspecto el
Evangelio de Juan se
diferencia de los demás?
5. ¿En cuántas partes, según
Kardec, pueden dividirse las
materias contenidas en los
Evangelios?
Texto para la
lectura
El Nuevo Testamento puede
ser dividido en dos partes
1. Según J. Herculano Pires
(véase "Introducción al
Libro de los Espíritus",
Lake, 1957), fue de las
manos de Moisés que surgió
la Biblia. "No fue Moisés
quién la escribió", dice
Herculano, "pero fue él el
motivo central de esa
primera codificación del
nuevo ciclo de revelaciones:
el cristiana." La Biblia es,
así, la codificación de la
primera revelación
cristiana. El Evangelio es
la codificación de la
segunda revelación cristiana
– acentúa Herculano – "la
que brilla en el centro de
la tríada de esas
revelaciones, teniendo en la
figura de Cristo el sol que
ilumina las dos otras, que
lanza su luz sobre el pasado
y el futuro, estableciendo
entre ambos la conexión
necesaria". El Viejo
Testamento puede ser
comparado, en el decir de
Emmanuel, a un llamamiento
de los hombres a Dios. El
Nuevo Testamento sería la
respuesta de Dios a los
hombres, y "El Libro de los
Espíritus", la síntesis de
ese diálogo.
2. El Nuevo Testamento puede
ser dividido en dos partes:
los Evangelios y los
Escritos Apostólicos. Los
Evangelios surgieron en este
orden: Mateo, Marcos, Lucas
y Juan. Los Escritos
Apostólicos son
constituidos por los Actos
de los Apóstoles, escritos
por Lucas entre los años 62
y 63 d.J.C., por las
Epístolas y por el
Apocalipsis.
3. Las Epístolas son cartas
que Pablo, Santiago, Pedro,
Juan y Judas escribieron a
las comunidades cristianas.
Pablo escribió 14 epístolas
con destinatarios definidos.
Las epístolas escritas por
los otros Apóstoles son
consideradas universales o
católicas, por no dirigirse
a iglesias o personas como
las de Pablo de Tarso.
4. El Apocalipsis fue
escrito por Juan en la Isla
de Patmos, entre los años 94
y 96 d.C.
Los tres primeros Evangelios
son llamados sinópticos
5. Mateo, o Leví, el
publicano que integra el
colegio de los doce
apóstoles, escribió el
primer Evangelio, compuesto
en la lengua hebraica, es
decir, el arameo, siendo más
tarde
traducido para el griego.
Juan, también apóstol del
Señor, Marcos y Lucas
escribieron sus textos en
griego. Marcos, que no
convivió con Cristo, se
valió para escribirlo en las
reminiscencias de Pedro.
Lucas utilizó otras fuentes,
entre ellas Pablo de Tarso.
6. Los Evangelios de Mateo,
Marcos y Lucas son llamados
de sinópticos porque
permiten una vista de
conjunto, dada la semejanza
de sus versiones. El
Evangelio de Juan, el último
de los cuatro, constituye
una obra singular y obedece
a un plan diferente.
7. Es preciso, sin embargo,
recordar que al lado de esos
Evangelios, que fueron los
únicos reconocidos por la
Iglesia como auténticos y
divinamente inspirados, son
conocidos actualmente cerca
de veinte textos, llamados
Evangelios apócrifos,
número ese que en el siglo
III Orígenes decía ser mucho
mayor y Fabricio estimaba en
treinta y cinco.
8. Los Evangelios sinópticos
se hallan fuertemente
impregnados del pensamiento
judío-cristiano inherente a
los apóstoles, mientras el
Evangelio de Juan se inspira
en una influencia diferente
y, a pesar de ser mucho más
complejo, se dirige a los
cristianos en general.
En los Evangelios lo que
importa son las enseñanzas
morales de Jesús
9. Juan parece haber
sufrido, al escribirlo, una
influencia bastante fuerte
de una corriente de
pensamiento ampliamente
difundida en ciertos
círculos del judaísmo, cuya
expresión se redescubrió
recientemente en los
documentos esenios de Qumrã,
en los cuales se atribuye
una importancia especial al
conocimiento.
10. Acerca del asunto,
escribió Emmanuel: “Las
piezas en las narraciones
evangélicas se identifican
naturalmente, entre sí, como
partes indispensables de un
todo, pero somos compelidos
a observar que, si Mateo,
Marcos y Lucas recibieron la
tarea de presentar,
en los textos sagrados, al
Pastor de Israel en su forma
sublime, a Juan cupo la
tarea de revelar al Cristo
Divino, en su sagrada misión
universalista” (El
Consolador, cuestión
284).
11. En la introducción de su
libro “El Evangelio según el
Espiritismo”, aseveró Allan
Kardec: “Pueden dividirse en
cinco partes las materias
contenidas en los
Evangelios: los actos
comunes de la vida de
Cristo; los milagros; las
predicciones; las palabras
que fueron tomadas por la
Iglesia para el fundamento
de sus dogmas, y la
enseñanza moral. Las cuatro
primeras han sido objeto de
controversias; la última,
sin embargo, se conservó
constantemente inatacable.
Delante de ese código
divino, la propia
incredulidad se curva. Es
terreno donde todos los
cultos pueden reunirse,
estandarte bajo el cual
pueden todos colocarse,
cualesquiera que sean sus
creencias, por cuanto él
jamás constituyó materia de
las disputas religiosas”
12. La advertencia del
Codificador del Espiritismo
viene bien a propósito en
estos tiempos en que han
surgido tantas controversias
sobre los actos comunes de
la vida de Cristo y los
personajes que de ella
formaron parte, porque para
nosotros lo que es realmente
importante en los Evangelios
son
las enseñanzas morales que
ellos contienen, y es en
ellos que podemos encontrar
los recursos que nos pondrán
en el camino infalible de la
felicidad esperada. Las
controversias referidas
pueden interesar al cine y a
los aficionados a la
ficción, pero ninguna
relevancia tiene para el
cristiano consciente de su
papel y de sus deberes.
Respuestas a las cuestiones propuestas
1. ¿En cuántas partes puede
ser dividido el Nuevo
Testamento?
El Nuevo Testamento puede
ser dividido en dos partes:
los Evangelios y los
Escritos Apostólicos. Los
Evangelios surgieron en este
orden: Mateo, Marcos, Lucas
y Juan. Los Escritos
Apostólicos son constituidos
por los Actos de los
Apóstoles, escritos por
Lucas entre los años 62 y 63
d.J.C., por las Epístolas y
por el Apocalipsis.
2. ¿Cuáles Evangelios son
llamados sinópticos y por
qué se les da ese nombre?
Son tres los evangelios
sinópticos: los Evangelios
de Mateo, Marcos y Lucas.
Son ellos llamados
sinópticos porque permiten
una vista de conjunto, dada
la semejanza de sus
versiones. El Evangelio de
Juan, el último de los
cuatro, constituye una obra
singular y obedece a un plan
diferente.
3. Además de los Evangelios
reconocidos por la Iglesia
como divinamente inspirados,
¿cuántos son los Evangelios
llamados apócrifos?
El número real varía. Se
habla en cerca de veinte
textos los llamados
Evangelios apócrifos, número
ese que en el siglo III
Orígenes decía ser mucho
mayor y Fabricio estimaba en
treinta y cinco.
4. ¿En qué aspecto el
Evangelio de Juan se
diferencia de los demás?
Los Evangelios sinópticos se
hallan fuertemente
impregnados del pensamiento
judío-cristiano inherente a
los apóstoles, mientras el
Evangelio de Juan se inspira
en una influencia diferente
y, a pesar de ser mucho más
complejo, se dirige a los
cristianos en general. Juan
parece haber sufrido,
al escribirlo, una
influencia bastante fuerte
de una corriente de
pensamiento ampliamente
difundida en ciertos
círculos del judaísmo, cuya
expresión se redescubrió
recientemente en los
documentos esenios de Qumrã,
en los cuales se atribuye
una importancia especial al
conocimiento.
5. ¿En cuántas partes, según
Kardec, pueden dividirse las
materias contenidas en los
Evangelios?
Pueden – dice Kardec –
dividirse en cinco partes
las materias contenidas en
los Evangelios: los actos
comunes de la vida de
Cristo; los milagros; las
predicciones; las palabras
que fueron tomadas por la
Iglesia para fundamento de
sus dogmas, y la enseñanza
moral. Las cuatro primeras
han sido, al largo de los
tiempos, objeto de
controversias.
La última, sin embargo, se
conservó constantemente
inatacable y delante de ella
la propia incredulidad se
curva. Es un terreno donde
todos los cultos pueden
reunirse, estandarte bajo el
cual pueden todos colocarse,
cualesquiera que sean sus
creencias, por cuanto jamás
constituyó materia de las
disputas religiosas.
Bibliografia:
O Evangelho
segundo o Espiritismo,
de Allan
Kardec, Introdução.
A Bíblia de
Jerusalém,
publicada por
Edições Paulinas.
Cristianismo
e Espiritismo,
de Léon
Denis.
A Caminho da
Luz,
de Emmanuel,
psicografado por Francisco
Cândido Xavier.
O Consolador,
de Emmanuel,
psicografado por Francisco
Cândido Xavier.
Síntese d´O
Novo Testamento,
de Mínimus.
Vocabulário
Histórico-Geográfico,
de Roberto
Macedo.