El Evangelio según Marcos
Segundo
libro del Nuevo Testamento
Marcos (Discípulo de
Pedro)
(Parte 1)
Damos continuidad en esta
edición al Estudio
Sistematizado del Nuevo
Testamento, que comprenderá
el estudio de los Evangelios
de Mateo, Marcos, Lucas y
Juan y del libro Actos de
los Apóstolos. El estudio
está basado en la versión del Nuevo
Testamento que el lector
puede consultar a partir de
este link: http://www.bibliaonline.con.br/tb.
Las respuestas
correspondientes a las
cuestiones presentadas se
encuentran a finales del
texto de abajo.
Cuestiones
para el debate
1. El Evangelio según Marcos
nada dice sobre el
nacimiento de Jesús, pues
comienza hablando de Juan.
¿Que es lo que Juan – de
acuerdo con Marcos – hablaba
acerca de Jesús? ¿Y cómo se
dio su encuentro?
2. En la sinagoga de
Cafarnaún, Jesús realizó –
según Marcos – su primera
cura. ¿Como se realizó esa
cura?
3. En Cafarnaún, estando en
una casa enteramente cercada
por la multitud, Jesús curó
a un paralítico que fue
conducido hasta él de una
manera inusual. ¿Cómo ese
hecho ocurrió y que dijo
Jesús al paralítico?
4. Acusado por los escribas
y fariseos de comer con
publícanos y pecadores, ¿qué
respuesta les fue dada por
Jesús?
5. Jesús pidió a sus
discípulos que tuvieran
siempre listo un barco junto
a él. ¿Por qué él les hizo
tal pedido?
Texto para la lectura
1. El Evangelio según
Marcos - El evangelista
Marcos, habiendo sido,
conforme la opinión más
aceptada, convertido
principalmente por la
predicación de Pedro, que
por eso lo llama hijo, se
dirigió el año 44 en
compañía de su maestro a
Roma, donde escribió su
Evangelio, a
instancias de los fieles
que, deseando ansiosamente
tener por escrito aquellas
mismas verdades oídas de la
boca de Pedro, le rogaron
escribiera el Evangelio
anunciado por el grande
apóstol, para servirles como
monumento perpetuo de la
doctrina que abrazaban.
Escrito
probablemente por el año 67
o 68, Pedro aprobó su texto
y, para mostrar que lo
hallaba auténtico, mandó que
fuera leído en todas las
iglesias. (La Biblia
Sagrada, edición
de Libros de Brasil S.A.,
volumen I, pág. XXIX.)
2. Juan es prendido y
Jesús comienza a predicar
- Marcos comienza su
narración hablando de Juan,
que apareció bautizando en
el desierto y predicando el
bautismo de arrepentimiento,
para remisión de los
pecados. Toda la provincia
de Judea y el pueblo de
Jerusalén iban a tener con
Juan, siendo por él
bautizados en el río Jordán,
ocasión en que confesaban
sus pecados. Vestido sólo de
pieles de camello y portando
un cinturón de cuero
alrededor de sus costados,
Juan se alimentaba de raíces
y miel silvestre. Luego que
fue bautizado por Juan, el
Espíritu impelió al Señor
para el
desierto, donde estuvo por
cuarenta días, tentado por
Satanás. Jesús vivía
entonces entre las fieras, y
los ángeles que lo servían.
Sólo después que Juan fue
prendido es que él se
dirigió a la Galilea, donde
predicaba el evangelio del
reino de Dios, diciendo: “El
tiempo está cumplido, y el
reino de Dios está próximo.
Arrepentíos, y creed en el
evangelio”. (Marcos, 1; 1
a 1; 15.)
3. Jesús no permite que
los demonios hablen -
Saliendo de la sinagoga,
donde había hecho su primera
cura, Jesús fue a la casa de
Pedro con Santiago y Juan,
donde curó también a la
suegra de Simón, que estaba
acostada con fiebre. A la
tarde, cuando el sol se
ponía, le trajeron a todos
los que se hallaban enfermos
y los endemoniados. Toda la
ciudad se junto a la puerta
y él curó a muchos de los
enfermos y expulsó muchos
demonios, sin embargo no
dejaba que estos hablaran,
porque lo conocían. Al día
siguiente, bien pronto, él
invitó a sus discípulos para
ir a las aldeas vecinas,
para que allí predicara,
porque para eso había
venido. De ese modo, él
predicaba en las sinagogas
de ellos, por toda Galilea,
y expulsaba los demonios. Se
aproximó de él entonces un
leproso que, poniéndose de
rodillas, le dijo: “Si
quieres, bien puedes
limpiarme”.
Jesús, movido de gran
compasión, extendió la mano,
lo tocó y dijo: “Quiero, sé
limpio”. Enseguida, lo
dispensó, diciendo: “Mira,
no digas nada a nadie; sin
embargo ve, te muestras al
sacerdote, y ofrece por tu
purificación lo que Moisés
determinó, para servirles de
testimonio”. El hombre, sin
embargo, comenzó a divulgar
lo que le había ocurrido, de
tal forma que Jesús ya no
podía entrar públicamente en
la ciudad, conservándose
fuera en lugares desiertos,
lo que no impidió que de
todas las partes el pueblo
fuera hasta él. (Marcos,
1:29 a 1:45.)
4. Nadie echa vino nuevo
en odres viejos -
Después que Jesús invitó
para seguirlo a Leví
(1), hijo de Alfeo,
que trabajaba en la
alfarería, los discípulos de
Juan Batista le preguntaron:
“¿Por qué ayunan los
discípulos de Juan y los de
los fariseos, y no ayunan
tus discípulos?”
Jesús les respondió,
diciendo: “¿Pueden
posiblemente los hijos de
las bodas ayunar mientras
anda con ellos el esposo?
Mientras tienen consigo al
esposo, no pueden ayunar;
pero días vendrán en que les
será quitado el esposo, y
entonces ayunaran aquellos
días. Nadie hace un remiendo
de paño nuevo en vestido
viejo; de otra suerte el
mismo remiendo nuevo rompe
el viejo, y la rotura queda
mayor. Y nadie echa vino
nuevo en odres viejos; de
otra suerte, el vino nuevo
rompe los odres y se derrama
el vino, y los odres se
estropean; el vino nuevo
debe ser echado en odres
nuevos”. (Marcos, 2:14 a
2:22.)
5. El sábado fue hecho
para el hombre, y no el
hombre para el sábado -
Habiendo los discípulos de
Jesús cogido espigas en día
de sábado, los fariseos los
censuraron, diciendo: “¿Por
qué hacen en sábado lo que
no es lícito?” Jesús les
dijo: “¿Nunca leísteis lo
que hizo David, cuando
estaba
con necesidad y tuvo hambre,
él y los que con él
estaban?” Y, recordándoles
que David entró en la casa
de Dios y comió hasta los
panes de la proposición,
aseveró el Maestro: “El
sábado fue hecho a causa del
hombre, y no el hombre a
causa del sábado. Así el
Hijo del hombre hasta del
sábado es Señor”. (Marcos,
2:23 a 2:28.)
Respuestas a las preguntas
propuestas
1. El Evangelio según Marcos
nada dice sobre el
nacimiento de Jesús, pues
comienza hablando de Juan.
¿Qué es lo que Juan – de
acuerdo con Marcos – hablaba
acerca de Jesús? ¿Y cómo se
dio su encuentro?
Juan, el Bautista,
predicaba, diciendo:
“Después de mí viene aquel
que es más fuerte que yo,
del cual no soy digno de,
bajándome, desatar la correa
de sus sandalias. Yo, en
verdad, os he bautizado con
agua; él, sin embargo, os
bautizará con el Espíritu
Santo”. (Marcos, 1:7 a
1:11.)
2. En la sinagoga de
Cafarnaún, Jesús realizó –
según Marcos – su primera
cura. ¿Cómo se realizó esa
cura?
Era día de sábado cuando
Jesús entró en la sinagoga y
se puso a enseñar. En la
sinagoga se hallaba un
hombre poseído de un
espíritu inmundo, que gritó:
"¿Qué tienes tú con
nosotros, Jesús de Nazaret?
¿Viniste a perdernos? Sé
quién eres: ¡el Santo de
Dios!” Jesús, entonces, lo
intimidó, diciendo:
"¡Cállate, sal de este
hombre!" El espíritu inmundo
lo agitó violentamente y,
dando un gran grito, salió.
(Marcos, 1; 16 a 1; 28.)
3. En Cafarnaún, estando en
una casa enteramente cercada
por la multitud, Jesús curó
a un paralítico que fue
conducido hasta él de una
manera inusual. ¿Cómo ese
hecho ocurrió y qué dijo
Jesús al paralítico?
El paralítico allí llegó
cargado por cuatro hombres.
Como no pudieron
presentárselo a causa de la
multitud, descubrieron el
techo por cima del lugar
donde Jesús se hallaba y,
por una abertura,
descendieron el lecho en que
yacía el paralítico. Jesús,
viéndoles la fe, dijo al
paralítico: "Hijo,
perdonados
te son los pecados". Y
añadió: “Levántate, toma tu
lecho y ve para casa". En el
mismo instante, él se
levantó y, tomando el lecho,
se fue a la vista de todos.
(Marcos, 2:1 a 2:12.)
4. Acusado por los escribas
y fariseos de comer con
publícanos y pecadores, ¿qué
respuesta les fue dada por
Jesús?
Jesús, al oír esa
recriminación, les dije:
"Los sanos no necesitan de
médico, sino los enfermos;
no vine a llamar a los
justos, sino a los
pecadores". (Marcos, 2:15
a 2:17.)
5. Jesús pidió a sus
discípulos que tuvieran
siempre pronto un barco
junto a él. ¿Por qué él les
hizo tal pedido?
Según el evangelista Marcos,
Jesús hizo ese pedido a
causa de la multitud, para
que ella no lo oprimiera, ya
que, habiendo curado a
muchos, todos cuántos tenían
algún mal se arrojaban sobre
él para tocarlo. (Marcos,
3:7 a 3:10.)