WEB

BUSCA NO SITE

Edição Atual
Capa desta edição
Edições Anteriores
Adicionar
aos Favoritos
Defina como sua Página Inicial
Biblioteca Virtual
 
Biografias
 
Filmes
Livros Espíritas em Português Libros Espíritas en Español  Spiritist Books in English    
Mensagens na voz
de Chico Xavier
Programação da
TV Espírita on-line
Rádio Espírita
On-line
Jornal
O Imortal
Estudos
Espíritas
Vocabulário
Espírita
Efemérides
do Espiritismo
Esperanto
sem mestre
Divaldo Franco
Site oficial
Raul Teixeira
Site oficial
Conselho
Espírita
Internacional
Federação
Espírita
Brasileira
Federação
Espírita
do Paraná
Associação de
Magistrados
Espíritas
Associação
Médico-Espírita
do Brasil
Associação de
Psicólogos
Espíritas
Cruzada dos
Militares
Espíritas
Outros
Links de sites
Espíritas
Esclareça
suas dúvidas
Quem somos
Fale Conosco

Editorial Português Inglês    
Año 4 174 5 de Septiembre del 2010


 

Traducción
ISABEL PORRAS GONZÁLES - isy@divulgacion.org
 

 

Casamiento, destino
y libre albedrío


Muchas personas, aún en nuestro medio, entienden que en la cuestión del casamiento todo lo que en él ocurre fue predeterminado, no existiendo espacio para experiencias no previstas en el momento en que, elaborando su programación reencarnatoria, el Espíritu planea los hechos principales de la existencia corpórea que se avecina.

La experiencia muestra el equívoco de ese pensamiento. Basta mirar lo que ha ocurrido en medios artísticos, tanto aquí como en el exterior, en que existen actores y actrices que ya se encuentran en la tercera o cuarta boda. Sería ingenuidad imaginar que todos ellos ocurrieron como resultado de un programa previamente elaborado en el mundo espiritual.

En efecto, examinando el tema fatalidad, los instructores espirituales dijeron a Kardec: “No creas que todo lo que ocurre esté escrito, como se dice”. “Un acontecimiento es, frecuentemente, la consecuencia de una cosa que hiciste por un acto de tu libre voluntad, de tal suerte que, si tú no hubieras hecho esa cosa, el acontecimiento no ocurriría.” (El Libro de los Espíritus, item 859-A.)

Con relación específicamente al casamiento, Divaldo Franco declaró oportunamente, en una entrevista al periódico O Imortal, que existen bodas programadas y bodas resultantes tan solamente de la precipitación. En el rol de estos últimos podemos relacionar, sin miedo de errar, todas esas uniones que, motivadas únicamente por una atracción del momento, no duran seis meses.

Podemos, por lo tanto, afirmar que las programaciones reencarnatorias están, sí, sujetas a cambio y que un hombre – gracias al libre albedrío de que es dotado – puede, perfectamente, relacionarse con una mujer no incluida en su proyecto reencarnatorio y de esa unión incluso nazcan hijos, lo que no significa que los hijos vengan por casualidad, simplemente porque el acaso inexiste.

El neófito en Espiritismo ciertamente preguntará como eso es posible. La razón no es difícil de comprender: los Benefactores Espirituales aprovechan toda oportunidad, aún las equivocadas, para sembrar el bien. El hijo que nace de una implicación de esa naturaleza tiene, evidentemente, conexión con los padres, o con uno de ellos, en la mayor parte de las veces con la madre.

Kardec trató del asunto de forma bien clara en el ítem 872 de El Libro de los Espíritus, en el cual enseña que el libre albedrío se ejerce de dos formas bien diferentes en la vida de una persona. En la erraticidad,  él se expresa en la elección que da forma a la llamada programación reencarnatoria; después, en la condición de encarnado, es él que permite al individuo adoptar esa o aquella conducta, que puede atender o no a lo que fue programado. 

Existen aún los casos de reprogramación, en que, para atender a una emergencia, puede ser dado nuevo rumbo a la historia de una persona. Ejemplos de eso, incontables, encontramos en las obras de André Luiz. Uno de los casos es cuando, por ejemplo, el marido se suicida, dejando mujer e hijos sin el arrimo necesario al cumplimiento de sus tareas. Una segunda boda en la vida de esa mujer puede perfectamente ser establecida, con la ayuda de los Benefactores Espirituales.

El caso Octavio, narrado en el cap. 7 del libro Los Mensajeros, de André Luiz, nos muestra lo que puede ocurrir en la vida de un hombre que se rebela ante el programa trazado, y revela que, aunque no destinado  a casarse, el individuo puede hacerlo e incluso tener hijos, incumpliendo el compromiso inicialmente firmado y asumiendo, por eso aún, todas las consecuencias derivadas de su acto.



 


Volver a la página anterior


O Consolador
 
Revista Semanal de Divulgación Espirita