Es un equívoco
asociar la
doctrina
espirita y el
racismo
Llegó a un buen
término, por lo
menos en su fase
inicial, la
Acción Popular
impetrada por el
Sr. Pedro
Valentim
Benedito contra
el Instituto de
Difusión
Espirita, de
Araras-SP, bajo
el argumento de
ser el libro
“Obras
Póstumas”, de
Allan Kardec,
publicado por el
Instituto, una
obra lesiva al
patrimonio
histórico y
cultural y
transmitir
contenido
racista.
En la Acción
Popular el autor
pedía en
carácter liminar
para recoger los
ejemplares del
libro, lo que no
fue acatado por
el juez federal
Marcelo
Freiberger
Zandavali, de la
3ª Vara Federal
de Bauru.
El magistrado
destacó en su
decisión un
trecho de la
convención
acerca de la
discriminación
racial, adelante
trascrito: ”Se
entiende
discriminación
racial cualquier
distinción,
exclusión,
restricción o
preferencia
fundadas en
raza, color,
descendencia o
origen nacional
o étnica que
tenga por fin o
efecto anular o
comprometer el
reconocimiento,
el gozo o el
ejercicio, en
igualdad de
condiciones, de
los derechos
humanos y de las
libertades
fundamentales en
los dominios
político,
económico,
social, cultural
o en cualquier
otro dominio de
la vida
pública”.
De acuerdo con
él, el Instituto
de Difusión
Espirita no tuvo
la intención
específica de
anular o
comprometer el
reconocimiento,
el gozo o el
ejercicio de los
derechos humanos
y libertades
fundamentales de
los negros. Al
contrario, en
“nota
explicativa”, al
final del libro,
expresa el “más
absoluto respeto
a la diversidad
humana, sin
prejuicio de
ninguna
especie”. Él
resaltó,
todavía, que la
obra trae la
opinión de una
persona que
vivió en el
siglo XIX, época
en que era común
este tipo de
pensamiento con
relación a los
negros, tanto
que en buena
parte de los
países aún había
la esclavitud,
como en los
Estados Unidos,
en Cuba y en
Brasil.
De acuerdo con
el magistrado,
”se queda claro
como el agua de
la roca la
intención de los
editores de
divulgar, sin
mutilaciones, el
pensamiento
Kardecista, sin,
para tanto
elevar la
distinción
basada en el
color de la piel
en ideología
discriminatoria”.
(He el link que
remite a la
decisión-http:/www.conjur.com.br/2011-mai-31/livro-espirita-allan-kardec-nao-recolhido-decide-juiz-federal.)
Fue, no hay
duda, sabia la
decisión
judicial, porque
quien conoce la
doctrina
espirita y las
obras de Allan
Kardec puede,
mismo movido por
mala voluntad,
llamarla de
todo, menos de
racista.
Con efecto, no
hay en la
doctrina
espirita nada
que nos haga
suponer la
existencia de
ideas o
propuestas
racistas. Al
contrario;
enseña el
Espiritismo que
los Espíritus
pueden
reencarnar
hombres o
mujeres, negros
o blancos, ricos
o pobres, árabes
o judíos,
brasileños o
argentinos, lo
que demuestra,
inequívocamente,
que esas
disputas
regionales,
nacionalistas o
de clases no
pasan de
tonterías.
Si el Espíritu –
como nos revela
el Espiritismo –
puede reencarnar
en un cuerpo de
piel negra,
amarilla o
blanca, eso
demuestra que es
una infantilidad
incentivar o
intentar
vislumbrar en
los textos
espiritas
contenido
racista.
Se considera
también el hecho
de que “Obras
Póstumas”, libro
publicado en
1890, 21 años
después del
fallecimiento de
Allan Kardec,
contiene textos
que no fueron,
ni podrían ser,
incorporados a
la doctrina
espirita y deben
ser considerados
en el contexto,
es decir, es
necesario llevar
en cuenta el
pensamiento
dominante en la
época en que
fueron escritos,
para que
tengamos de
ellos una mejor
comprensión.
Paulo de Tarso
escribió:
“Las vuestras
mujeres estén
calladas en las
iglesias; porque
no les es
permitido
hablar; pero
estén sujetas,
como también
ordena la ley.
Y, si quieren
aprender alguna
cosa,
interroguen en
casa a sus
propios maridos;
porque es
vergonzoso que
las mujeres
hablen en la
iglesia.” (1ª
Epístola a los
Corintios, 14,
v, 34 y 35.)
El Antiguo
Testamento nos
ofrece:
“Con hombre no
te acostarás,
como si fuese
mujer;
abominación es.”
(Levítico,
18:22.)
“Cuando también
un hombre
acostarse con
otro hombre como
con mujer, ambos
hicieron
abominación;
ciertamente
morirán; y su
sangre será
sobre ellos.” (Levítico,
20:13.)
¿Alguien de buen
seso solicitaría
a la justicia el
reconocimiento
del Nuevo y del
Antiguo
Testamento, por
contener
discriminación
contra la mujer
y a los
homosexuales? Es
evidente que no,
porque todos
entienden que
tales ideas eran
propias de la
época en que
fueron expresas.
En Septiembre de
2010, la Cámara
de Educación
Básica del
Consejo Nacional
de Educación
aprobó, por
unanimidad, el
parecer 15/2010
con
orientaciones a
las políticas
públicas para
una educación
antirracista, en
lo cual se hizo
una referencia
al libro
“Cazadas de
Pedrito”, de
Monteiro Lobato.
La reacción de
los sectores de
la sociedad
llevó la Cámara
de Educación
Básica a
profundizar las
bases del
parecer, en el
sentido de
resaltar la
importancia del
contexto en la
crítica del
autor y de la
obra literaria,
sobre todo en
las nuevas
ediciones de
libros
considerados
clásicos,
producidos en
otro contexto en
lo cual poco se
hablaba y se
reconocía la
existencia del
racismo y del
prejuicio
racial.
El Consejo
Nacional de
Educación
entiende que,
así como es
importante el
contexto
histórico en
que se produjo
la obra
literaria, tan o
más importante
es el contexto
histórico en que
se produce la
lectura de esa
obra.
Y, fundamentado
en ese
entendimiento,
aprobó el
siguiente
parecer,
conforme el voto
de la redactora,
consejera Nilma
Lino Gomes:”Es
responsabilidad
de los sistemas
de enseñanza y
de las escuelas
identificar la
incidencia de
estereotipos y
prejuicios
garantizando a
los estudiantes
y a la comunidad
una lectura
crítica de estos
de modo a
contraponerse al
impacto del
racismo en la
educación
escolar. Es
también deber
del poder
público
garantizar el
derecho a la
información
sobre los
contextos
históricos,
políticos e
ideológicos de
producción de
las obras
literarias
utilizadas en
las escuelas,
por medio del
contexto crítico
de estas y de
sus autores”.
“Una sociedad
democrática debe
proteger el
derecho de
libertad de
expresión y, en
ese sentido, no
cabe veto a la
circulación de
ninguna obra
literaria y
artística. Sin
embargo, esa
misma sociedad
debe garantizar
el derecho a no
discriminación,
en los términos
constitucionales
y legales, y de
acuerdo con los
tratados
internacionales
ratificados en
Brasil.
Reconociendo la
cualidad de
ficción de la
obra de Monteiro
Lobato, en
especial, en el
libro Cazadas de
Pedrito y en
otros similares,
bien como su
valor literario,
es necesario
considerar que
somos personas
de nuestra
propia época y
responsables por
los
desdoblamientos
y efectos de las
opciones y
orientaciones
políticas,
pedagógicas y
literarias
asumidas en el
contexto en que
vivimos. En ese
sentido, la
literatura, en
sintonía con el
mundo, no está
fuera de los
conflictos, de
las jerarquías
del poder y de
las tensiones
sociales y
raciales en las
cuales el trato
a la diversidad
se realiza.”
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