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Estudio Metódico del Pentateuco Kardeciano Português   Inglês

Año 5 227 – 18 de Septiembre de 2011 

ASTOLFO O. DE OLIVEIRA FILHO                    
aoofilho@gmail.com
                                      
Londrina,
Paraná (Brasil)  
Traducción
Maria Reyna - mreyna.morante@gmail.com
 

 

El Libro de los Espíritus

Allan Kardec

(Parte 19)
 

Continuamos con el Estudio Metódico del Pentateuco Kardeciano, que focalizará las cinco principales obras de la Doctrina Espírita, en el orden en que fueron inicialmente publicadas por Allan Kardec, el Codificador del Espiritismo.

Las respuestas a las preguntas presentadas, fundamentadas en la 76ª edición publicada por la FEB, basadas en la traducción de Guillon Ribeiro, se encuentran al final del texto.

Preguntas para debatir

A. ¿Como se explican, a la luz del Espiritismo, los casos de catalepsia y letargia?

B. ¿Qué es el sonambulismo y cuál es la causa de la clarividencia sonambúlica?

C. ¿Qué nos enseña el Espiritismo sobre el éxtasis?

D. ¿En qué consiste el fenómeno llamado segunda vista, también conocido como doble vista?

E. ¿Pueden los Espíritus ver lo que hacemos? ¿Pueden también leer nuestros pensamientos?

Texto para la lectura

228. En la letargia y la catalepsia, el Espíritu se encuentra consciente pero no puede comunicarse. Y por los sentidos del alma, ve y oye lo que pasa a su alrededor. (L.E., 422)

229. En estos estados, el Espíritu no puede comunicarse porque el estado del cuerpo material se opone a ello. Tal hecho prueba que existe en el hombre algo más que el cuerpo, puesto que el cuerpo no está funcionando y el Espíritu continúa la acción. (L.E., 422-a)

230. En la letargia, el cuerpo no está muerto, pues hay funciones que se siguen  realizando: la vitalidad se encuentra en estado latente, como en la crisálida, pero no se extingue. Ahora bien, el Espíritu está ligado al cuerpo en tanto éste vive. Una vez rotos los lazos por la muerte real y la disgregación de los órganos, la separación es completa y el Espíritu no vuelve más. Cuando un hombre aparentemente muerto vuelve a la vida, es porque la muerte no estuvo consumada. (L.E., 423)

231. Es posible reanudar los lazos a punto de romperse y devolver a la vida un ser que, sin este recurso, moriría. Esto ocurre con frecuencia y el magnetismo es muchas veces, en estos casos, un medio poderoso porque da al cuerpo el fluido vital que le falta y que no era suficiente para mantener el funcionamiento de los órganos. (L.E., 424)

232. La letargia y la catalepsia tienen el mismo principio, que es la pérdida momentánea de la sensibilidad y del movimiento. En una, la suspensión de las fuerzas vitales es general, dando al cuerpo todas las apariencias de la muerte. En la otra, está localizada y puede afectar sólo una parte del cuerpo. La letargia siempre es natural; la catalepsia es a veces espontánea, pero puede ser provocada y desactivada artificialmente por la acción magnética. (L.E., 424, comentario de Kardec)

233. He aquí la naturaleza del fluido magnético: fluido vital, electricidad animalizada, que son modificaciones del fluido universal. (L.E., 427)

234. No existen cuerpos opacos, sino para vuestros órganos groseros. La materia no ofrece obstáculos al Espíritu, puesto que la atraviesa libremente. Es por esto que el sonámbulo puede ver a través de los cuerpos considerados opacos. (L.E., 429)

235. No es dado a los Espíritus imperfectos ver y conocer todo; además de esto, cuando están ligados a la materia, no gozan de todas sus facultades de Espíritu. Dios concedió al hombre la facultad de la clarividencia sonambúlica con un fin útil y serio, y no para que él aprenda lo que no debe saber. Es por esto que los sonámbulos no pueden ver todo. (L.E., 430)

236. El sonámbulo puede poseer más conocimientos de los que le reconocéis en la presente existencia; solamente están adormecidos. Cuando entra al estado que llamas crisis, los recuerda pero siempre de manera incompleta. Él conoce otras cosas, pero no puede decir de dónde le viene ese conocimiento. La experiencia muestra también que los sonámbulos reciben avisos e instrucciones de otros Espíritus, que suplen su insuficiencia. He ahí la razón por qué en el sonambulismo dicen cosas por encima de su aparente capacidad. (L.E., 431)

237. El desarrollo de la clarividencia sonambúlica depende de la organización física y de la naturaleza del Espíritu encarnado. Hay disposiciones físicas que permiten al Espíritu liberarse de la materia con mayor o menor facilidad. (L.E., 433)

238. Las facultades que el sonámbulo disfruta son parecidas a las del Espíritu desencarnado, pero es necesario tener en cuenta la influencia de la materia a la que él se encuentra unido todavía. (L.E., 434)

239. La mayoría de los sonámbulos puede ver muy bien a los otros Espíritus; esto depende del grado y la naturaleza de la lucidez de cada uno. Pero, a veces ellos no comprenden el hecho y los toman por seres corporales. El mismo efecto se produce en el momento de la muerte, entre los que se consideran todavía vivos. Nada a su alrededor les parece haber  cambiado; les parece que los Espíritus tienen cuerpos semejantes a los nuestros, y ellos toman la apariencia de sus propios cuerpos como cuerpos reales. (L.E., 435)

240. En la visión a distancia, es el alma la que ve, no el cuerpo. Las sensaciones de calor o de frío que ella experimenta derivan del hecho de que, no habiendo dejado completamente al cuerpo, permanece unida a él por el lazo que los une, y ese lazo es el conductor de las sensaciones. (L.E., 436 y 437)

241. El uso que el sonámbulo hace de su facultad influye mucho en el estado de su Espíritu después de la muerte, así como ocurre con el buen o malo uso de todas las facultades que Dios concedió al hombre. (L.E., 438)

242. El extático puede engañarse con mucha frecuencia, sobre todo, cuando quiere penetrar aquello que debe permanecer como un misterio para el hombre, porque entonces se abandona a sus propias ideas o se convierte en juguete de los Espíritus mentirosos, que se aprovechan de su entusiasmo para fascinarle. (L.E., 444)

243. Aquél que estudia los fenómenos del sonambulismo y el éxtasis, de buena fe y sin prevenciones, no puede ser materialista ni ateo. (L.E., 446)

244. La enfermedad, la proximidad de un peligro, una gran conmoción, pueden desarrollar la segunda vista. El cuerpo se encuentra a veces en un estado particular, que permite al Espíritu ver lo que no podéis ver con los ojos del cuerpo. (L.E., 452)

245. No siempre las personas dotadas de segunda vista tienen conciencia de esto. Quiere decir que para ellas esto es algo muy natural, y muchas de estas personas creen que si todos se observasen en este sentido, se darían cuenta que son como ellas. (L.E., 453)

246. La segunda vista puede, en ciertos casos, dar la presciencia de las cosas y también los presentimientos, porque existen muchos grados de esta facultad y el mismo individuo puede tener todos los grados o sólo algunos. (L.E., 454-a)

247. Los fenómenos del sonambulismo natural se producen espontáneamente y son independientes de cualquier causa exterior conocida. El estado designado con el nombre de sonambulismo magnético no difiere del sonambulismo natural, sino por el hecho de ser provocado, mientras que el otro es espontáneo. (L.E., 455)

248. Las causas de la clarividencia del sonambulismo magnético y del sonambulismo natural son la misma: un atributo del alma. El sonámbulo ve en todas partes adonde su alma puede trasladarse, cualquiera que sea la distancia. (L.E., 455)

249. En el estado de desprendimiento en que se encuentra el Espíritu del sonámbulo, entra con más facilidad en comunicación con los otros Espíritus, encarnados o no. Esta comunicación se establece por el contacto de los fluidos que componen los periespíritus y sirven de transmisión al pensamiento, como el hilo conductor a la electricidad. (L.E., 455)

250. El éxtasis es el estado en el cual la independencia entre el alma y el cuerpo se manifiesta de manera más sensible. En el sueño y en el sonambulismo, el alma vaga por los mundos terrenales; en el éxtasis, ella penetra un mundo desconocido, el de los Espíritus etéreos, con los cuales entra en comunicación sin poder, sin embargo, exceder ciertos límites. (L.E., 455)

251. La emancipación del alma se manifiesta a veces en estado de vigilia y produce el fenómeno designado con el nombre de segunda vista, que da a los que la poseen la facultad de ver, oír y sentir más allá de los límites de nuestros sentidos. Se comprueba que los órganos de la visión son ajenos al fenómeno, al verificarse que la visión persiste aún con los ojos cerrados. (L.E., 455)

Respuestas a las preguntas propuestas

A. ¿Como se explican, a la luz del Espiritismo, los casos de catalepsia y letargia?

La letargia y la catalepsia derivan de la pérdida temporal de la sensibilidad y del movimiento, por una causa fisiológica todavía no explicada. En una, la suspensión de las fuerzas vitales es general y da al cuerpo todas las apariencias de la muerte. En la otra, la suspensión está localizada, pudiendo afectar una parte más o menos extensa del cuerpo, de manera que permite que la inteligencia se manifieste libremente, lo que impide que se la confunda con la muerte. La letargia es siempre natural; la catalepsia es a veces magnética. (El Libro de los Espíritus, preguntas 422 a 424.)

B. ¿Qué es el sonambulismo y cuál es la causa de la clarividencia sonambúlica?

El sonambulismo natural es un estado de independencia del Espíritu, más completo que en el sueño, en el que sus facultades adquieren mayor amplitud. De esto deriva la clarividencia sonambúlica. El alma tiene en ese caso percepciones de las que no dispone en el sueño, y puede por lo tanto, ver lo que ocurre a distancia. Cuando los hechos del sonambulismo se producen es porque el Espíritu, preocupado por una u otra cosa, se entrega a una acción cualquiera, para cuya ejecución necesita utilizar su cuerpo. Entonces, se sirve de éste como se sirve de una mesa o de otro objeto material en el fenómeno de las manifestaciones físicas, o como utiliza la mano del médium en las manifestaciones escritas. (Obra citada, preguntas 425, 426, 428 y 432.)

C. ¿Qué nos enseña el Espiritismo sobre el éxtasis?

Según el Espiritismo, el éxtasis es un sonambulismo más depurado. El alma del extático es aún más independiente. El Espíritu del extático puede penetrar otros mundos y comprender la felicidad de quienes los habitan, de donde le nace el deseo de permanecer allá. Hay, sin embargo, mundos inaccesibles a los Espíritus que todavía no están purificados lo suficiente. (Obra citada, preguntas 439, 440, 441, 442 y 443.)

D. ¿En qué consiste el fenómeno llamado segunda vista, también conocido como doble vista?

Lo que se llama doble vista es el resultado de la liberación del Espíritu, sin que el cuerpo esté dormido. La doble vista es la vista del alma. (Obra citada, preguntas 447, 448, 449, 450 y 450-a.)

E. ¿Pueden los Espíritus ver lo que hacemos? ¿Pueden también leer nuestros pensamientos?

Sí. Ellos pueden ver lo que hacemos, puesto que constantemente nos rodean. Cada uno, sin embargo, sólo ve aquello a lo que presta atención y no se ocupa de lo que le es indiferente. Ellos pueden también conocer nuestros más secretos pensamientos. No podemos ocultarles ni los actos ni los pensamientos. Cuando pensamos que estamos solos y ocultos, es común que tengamos a nuestro lado una multitud de Espíritus que nos observan. (Obra citada, preguntas 456, 457, 457-a y 458.)

 

 

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Revista Semanal de Divulgación Espirita