Lo que es y lo
que no es
prioritario
El periódico
Zero Hora,
de 1º de Junio
de este año,
publicó un
artículo
estimulante de
autoría de la
profesora
Marilise Escobar
Bürger, doctora
en Ciencias
Biológicas por
la Universidad
Federal de Rio
Grande del Sul y
responsable,
entre otras, por
la asignatura de
Drogas de Abuso
de los programas
de postgrado en
Farmacología y
Bioquímica
Toxicológica, en
la Universidad
Federal de Santa
María-RS, en que
es también
orientadora de
máster y
doctorado.
En el artículo,
reveló ella su
extrañeza con
relación al
alarde y al
énfasis dado a
la cuestión de
la homo-fobia
que pareció, de
repente, a los
ojos de los que
gobiernan el
País, el nuestro
gran y exclusivo
problema.
El artículo
destaca, con
entera razón,
que existen
problemas más
graves y
urgentes que las
autoridades
brasileñas
parecen ignorar.
He aquí parte de
las
consideraciones
hechas por la
profesora:
“Las bebidas
alcohólicas son
iniciadas a los
13 años; en las
discotecas y
fiestas, la
escena
degradante de
jóvenes
emborrachados,
caídos, siendo
cargados por
otros; el futuro
de un país
ahogado y
entorpecido. Los
jóvenes usan
drogas como si
fuese permitido,
en nombre de una
ley que deja el
usuario libre
del crimen.
¿Pero qué es
eso? Jóvenes
alcoholizados
están muriendo
en las
carreteras, y
matando también.
¡El material
‘didáctico’ en
contra la
homo-fobia costó
más de R$ 1
millón a los
cofres públicos!
¿Cuánto se
inviste en
material
didáctico sobre
los daños del
alcohol?
¿Cuántos abordan
las drogas? No
estoy hablando
sólo del crack,
cocaína u oxy
(todas derivadas
de la planta
coca, pero pocos
saben acerca de
eso). Hablo
también de la
marihuana, que
desmotiva el
joven y puede
inducir síntomas
psicóticos.
Estoy -hablando
del Ritalin, que
huye de las
manos de los
profesionales de
salud,
invadiendo
cursos de
bachillerato con
el pretexto de
la tan necesaria
concentración.
¡Luego, hasta
hoy ningún
estudio comprobó
beneficios de
aprendizaje con
esa anfetamina!
Sí, el Ritalin
es una
anfetamina como
el éxtasis, y
puede causar
dependencia,
poca gente sabe
acerca de eso.
¿Pero lo que
ocurre en fin?
¿Nuestros
electos están
preocupados con
la homo-fobia?”.
Es evidente que
ni ella ni
nosotros
deseamos
disminuir la
importancia del
prejuicio
existente con
relación a las
uniones
homo-afectivas.
No es posible,
sin embargo,
ignorar la
gravedad de las
drogas y sus
efectos
perniciosos
sobre los
jóvenes, bien
como su notoria
influencia en la
cuestión de la
violencia
asociada al
tráfico.
“Si salimos por
la noche -
escribió la
profesora -,
vemos jóvenes
usando drogas en
las aceras, en
el patio de las
escuelas, nos
parece que está
permitido.
Asistimos a eso
estáticos,
indignados por
la falta de
criterio de los
representantes
parlamentarios;
las drogas y el
alcohol golpean
en nuestra
puerta como un
fantasma, y lo
que está en
evidencia es la
homo-fobia. ¿Por
qué los efectos
del alcohol y de
las drogas no
están en los
libros
didácticos? ¿Por
qué los alumnos
estudian
botánica,
fisiología
humana, química,
física…pero no
estudian las
acciones de las
drogas en el
organismo? Si la
situación está
al borde del
caos, es porque
ellos con
sencillez no
saben lo que
hacen. ¿Si el
material
didáctico
abordase los
efectos de la
drogas de manera
simple y clara,
cuántos jóvenes
evitarían tal
situación? ¿Si
el material
educativo en
contra la
homo-fobia fuese
elaborado con la
finalidad de
‘educar para
prevenir’, por
qué eso no fue
pensado para
evitar el abismo
de las drogas?”
*
Las preguntas
presentadas en
el artículo en
cuestión merecen
no sólo una
respuesta verbal
de parte de los
gobernantes,
pero sobre todo
acciones
decididas que
puedan
contribuir para
que tantas y
tantas vidas no
se pierdan en
consecuencia de
algo que puede,
por medio de la
educación y de
la prevención,
ser
perfectamente
resuelto.
El cofrade J.
Raul Teixeira,
refiriéndose al
asunto y a la
extravagante
idea de dejar el
usuario libre
del crimen del
uso de las
drogas, así se
manifestó
recientemente:
“Todos los
argumentos
presentados por
los defensores
de la libertad
de crimen del
uso de cualquier
tipo de droga
son falsos,
sofistas y
oportunistas. El
gran paso
socio-moral
sería el empeño
de las personas
de buena
voluntad en el
sentido de
incentivar los
procesos serios
y bien
acompañados de
la educación,
que necesitaría
tener comienzo
en los hogares,
donde,
infelizmente,
suele tener
inicio el uso de
las más
diversificadas
drogas,
considerándose
los vicios
inocentes de
padres, madres y
otros familiares
de fumar y de
ingerir bebidas
alcohólicas
abundantemente
cerca de los
niños y, a
veces,
ofreciéndoles o
permitiéndoles
los ‘tragos’
que, de ingenuos
a principio,
terminan por
desgobernar la
criatura en
función de la
instalación del
vicio”.
(La entrevista
concedida por
Raul Teixeira,
de la cual se
destacó el
trecho arriba,
puede ser vista
en la
edición 227 de
esta revista.
He
aquí el link:http://www.oconsolador.com.br/ano5/raulteixeiraresponde.html.)
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