Continuamos con el
estudio metódico de “El
Libro de los Médiums”,
de Allan Kardec, la
segunda de las obras que
componen el Pentateuco
Kardeciano, cuya primera
edición fue publicada en
1861. Las respuestas a
las preguntas sugeridas
para debatir se
encuentran al final del
texto.
Preguntas para debatir
A. ¿Cuál
es la naturaleza del
periespíritu?
B. ¿Cómo
puede el Espíritu, que
es inmaterial, actuar
sobre la materia?
C. ¿Cómo
es el fenómeno designado
con el nombre de “mesas
giratorias”?
D. ¿Cómo
se produce el fenómeno
de las mesas giratorias?
Texto para la lectura
51. ¿Cuál
es la necesidad de
contar con un médium?
¿No podría el Espíritu
actuar solo? Los
Espíritus dieron una
explicación muy
diferente de la
imaginada por Kardec,
mostrando que su teoría
no tenía nada que ver
con la opinión del
Codificador. (Ítems 72 y
73.)
52. El
fluido no es una
emanación de la
Divinidad: es una
creación de Dios. (Ítem
74, preguntas Nº 1 y 2)
53. El
fluido universal es el
principio elemental de
todas las cosas. Es,
pues, la fuente de la
vida, pero no de la
inteligencia. (Ítem 74,
preguntas Nº 3 y 6)
54. El
estado en el cual el
fluido universal se
presenta en su mayor
simplicidad es el que se
encuentra en el ambiente
de los Espíritus puros.
En la Tierra está más o
menos modificado para
formar la materia
compacta que nos rodea.
El fluido magnético
animal es el estado que
más se acerca a la
simplicidad encontrada
junto a los Espíritus
puros. (Ítem 74,
pregunta Nº 5)
55. El
fluido universal compone
el periespíritu. (Ítem
74, pregunta Nº 7)
56. Para
ejecutar el movimiento
de un objeto sólido, el
Espíritu combina una
parte del fluido
universal con el fluido
que el médium
exterioriza, apropiado
para lograr ese efecto.
(Ítem 74, pregunta Nº 8)
57.
Cuando una mesa se mueve
por acción del Espíritu,
sucede que él toma del
fluido universal el
elemento que anima a la
misma con una vida
artificial. Al estar la
mesa preparada así, la
atrae y la mueve bajo la
influencia de su propio
fluido irradiado por su
voluntad. (Ítem 74,
pregunta Nº 9)
58. Esta
clase de fenómenos
siempre es producido por
Espíritus inferiores que
todavía no están
completamente liberados
de la influencia
material. (Ítem 74,
pregunta Nº 11)
59.
¿Podrían los Espíritus
superiores producir
tales fenómenos, si así
lo quisiesen? Ellos
poseen la fuerza moral,
como los otros tienen la
fuerza física. Ahora
bien, cuando necesitan
de esta última, se
sirven de los Espíritus
que la poseen. De esta
manera, utilizan a los
Espíritus inferiores
como nosotros nos
valemos de los
cargadores. (Ítem 74,
pregunta Nº 12)
60. La
densidad del
periespíritu varía según
el estado del planeta; y
parece que varía también
en un mismo planeta
según los individuos.
Entre los Espíritus
moralmente
adelantados, éste es más
sutil y se acerca al
periespíritu de los
Espíritus elevados.
Entre los Espíritus
inferiores, al
contrario, se aproxima a
la materia, y esto hace
que tales Espíritus
conserven por tanto
tiempo las ilusiones de
la vida terrestre.
Piensan y actúan como si
estuviesen encarnados;
tienen los mismos deseos
y, hasta podríamos
decir, la misma
sensualidad. (Ítem 74,
pregunta Nº 12)
Respuestas a las
preguntas propuestas
A. ¿Cuál
es la naturaleza del
periespíritu?
También
llamado fluido nervioso,
el periespíritu se
eteriza a medida que el
Espíritu se purifica y
se eleva en la jerarquía
espiritual. Constituido
por el fluido peculiar a
la atmósfera del globo
al que esté vinculado,
está en el conocimiento
de esa envoltura la
llave de una porción de
problemas hasta ahora no
explicados. Su
naturaleza es fluídica,
pero es también una
especie de materia,
hecho comprobado por las
apariciones tangibles de
los Espíritus. Se vieron
en efecto, bajo la
influencia de ciertos
médiums, aparecer manos
con todas las
propiedades de las manos
vivas, que tenían calor,
que podían ser palpadas,
que ofrecían la
resistencia de un cuerpo
sólido, que sujetaban y
que, de repente, se
desvanecían como una
sombra. La acción
inteligente de esas
manos, que evidentemente
obedecen a una voluntad
cuando ejecutan ciertos
movimientos, hasta tocar
melodías en un
instrumento, prueba que
son la parte visible
de un Ser inteligente
invisible. Su
tangibilidad, su
temperatura, la
impresión que causan
sobre los sentidos
prueban que son de
alguna materia. Su
desaparición instantánea
prueba, por otro lado,
que esa materia es
eminentemente sutil y se
comporta como ciertas
sustancias que pueden,
de manera alternada,
pasar del estado sólido
al estado fluídico, y a
la inversa.
(El Libro
de los Médiums, ítem
57.)
B. ¿Cómo
puede el Espíritu, que
es inmaterial, actuar
sobre la materia?
La acción
del Espíritu sobre la
materia se concibe
fácilmente cuando se
conoce la existencia del
periespíritu. El
Espíritu se vale de su
envoltura sutil, que es
también de naturaleza
material, como el hombre
se vale de su cuerpo. El
instrumento directo de
la acción del Espíritu
es, por lo tanto, su
periespíritu. Tiene
también por agente
intermediario al fluido
universal, especie de
vehículo sobre el cual
actúa como nosotros
actuamos sobre el aire
para producir algunos
efectos con la ayuda de
la dilatación, de la
compresión, de la
propulsión o de las
vibraciones. Los efectos
de esa acción, que antes
parecían sobrenaturales,
entran en el orden de
los hechos naturales,
cuya causa reside
completamente en las
propiedades
semimateriales del
periespíritu.
(Obra
citada, ítem 58.)
C. ¿Cómo
es el fenómeno designado
con el nombre de “mesas
giratorias”?
Se da el
nombre de
manifestaciones físicas
a aquellas que se
traducen en efectos
sensibles, tales como
los ruidos, el
movimiento y el
desplazamiento de
cuerpos sólidos. Algunos
son espontáneos, es
decir, independientes de
la voluntad de los
hombres; otros son
provocados. El efecto
más sencillo, y uno de
los primeros que fueron
observados, consiste en
el movimiento circular
impreso a una mesa. Este
efecto se produce
igualmente con cualquier
objeto, pero al haber
sido practicado más con
la mesa, porque era más
cómodo, el nombre de
mesas giratorias
prevaleció para la
designación de este tipo
de fenómenos. Es
necesario explicar, sin
embargo, que tal
fenómeno ya se producía
antes de la llegada del
Espiritismo. Tertuliano
habla en términos
explícitos de las mesas
giratorias y parlantes,
lo que demuestra la
antigüedad del hecho.
(Obra
citada, ítem 60.)
D. ¿Cómo
se produce el fenómeno
de las mesas giratorias?
Antes que
nada, es necesario que
haya uno o más médiums
dotados de la aptitud
especial para la
producción de efectos
físicos. Las personas se
sientan alrededor de una
mesa y colocan encima la
palma de sus manos, sin
presión y sin tensión
muscular. Es necesario
que haya recogimiento,
un silencio absoluto y
paciencia, si el efecto
demora en producirse.
Puede suceder que éste
se produzca en unos
pocos minutos, como
puede tardar media o una
hora; esto dependerá de
la fuerza mediúmnica de
los participantes.
Cuando el efecto
comienza a manifestarse,
se oye generalmente un
crujido en la mesa; se
siente un temblor que es
el preludio del
movimiento; la mesa
parece hacer esfuerzos
para desamarrarse; el
movimiento de rotación
se acentúa y se acelera
hasta el punto de
adquirir tal velocidad,
que los asistentes
experimentan serias
dificultades para
seguirlo. Una vez que el
movimiento se ha
establecido, pueden
apartarse de la mesa,
que continúa moviéndose
en diferentes sentidos y
sin contacto. En otras
circunstancias, la mesa
se levanta y se apoya
primero en una pata,
luego en otra, después
vuelve con suavidad a su
posición natural. Otras
veces, se balancea
imitando el movimiento
oscilatorio de un barco.
Otras veces, en fin, se
eleva completamente del
suelo y se mantiene en
equilibrio en el
espacio, sin punto de
apoyo; después,
desciende lentamente
balanceándose como si
fuera una hoja de papel,
o bien cae violentamente
y se rompe, lo que
prueba de una manera
evidente que no se trata
de una ilusión óptica.
(Obra
citada, ítem 61 a 63.)
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