Un minuto de
placer
irreflexivo y
sus posibles
efectos
En el libro
Tramas del
Destino,
cap. 17, su
autor
espiritual,
Manoel Philomeno
de Miranda,
alude a los
llamados vicios
sociales, que
todos nosotros,
médium,
oradores,
dirigentes o
simples
trabajadores de
la mies
espirita,
deberíamos
evitar.
Tales vicios son
el tabaquismo,
el alcoholismo,
la toxicomanía;
los excesos de
la mesa; las
negligencias
mentales y
morales, como
las
conversaciones
enfermizas,
deprimentes y
obscenas; el
cultivo de
pensamientos
vulgares; el
halago de
tendencias
negativas, así
como la envidia,
el celo, la
queja, el
disgusto, la
maledicencia y
el reproche.
Según Philomeno,
el cultivo de la
oración y la
lectura
saludable, que
inspiran ideas y
pensamientos
dichosos, son
anticuerpos
valiosos contra
la virulencia de
esos escollos,
en cuanto que la
vigilancia, por
medio del
trabajo
paulatino y
sistemático,
organizado y
constante, la
acción
caritativa y las
contribuciones
de solidaridad y
de la tolerancia
nos fornecen
condiciones para
la feliz
ejecución de las
tareas e
incumbencias que
asumimos,
tornando nuestro
pasaje por la
experiencia
reencarnatoria
fructuosa.
¡Es necesario
tener siempre en
mente que un
minuto de placer
irreflexivo
puede acarrear
la pérdida de
una existencia
entera!
En el libro
El Tesoro de los
Espiritas,
traducido para
el portugués por
J. Herculano
Pires, Miguel
Vives estudia en
profundidad el
problema de las
tentaciones y
nos ofrece
orientación
segura de como
es posible
neutralizarlas.
Dos consejos
debemos
considerar
cuando tratamos
de ese tema, sea
cuando la
tentación
adviene sólo de
una inclinación
infeliz propia,
sin influencia
exterior
ninguna, sea
cuando a ella
esté asociada
influencia
proveniente del
mundo
espiritual.
El primer
consejo, tantas
veces recordado
aquí, está
expreso en una
conocida
recomendación
hecha por Jesús:
“Vigilad y orad
para que no
caigáis en
tentación”. Si
no le damos a
esa propuesta la
importancia
debida, no
tengamos duda,
podremos caer de
nuevo en las
mismas redes en
que ya
sucumbimos en el
pasado.
El segundo
consejo nos fue
dado en la
cuestión 469 de
El Libro de
los Espíritus,
la primera y
principal obra
de la doctrina
espirita.
He aquí lo que
se le en la
mencionada
cuestión:
469. ¿Por qué
medio podemos
neutralizar la
influencia de
los malos
Espíritus?
“Practicando el
bien y poniendo
en ello toda
vuestra
confianza en
Dios,
rechazaréis la
influencia de
los Espíritus
inferiores y
destruiréis el
imperio que
querrían tener
sobre vosotros.
Guardaos de
atender a las
sugerencias de
aquellos
Espíritus que
despiertan en
vosotros malos
pensamientos,
que fomentan la
discordia entre
los hombres y
que excitan en
vosotros todas
las pasiones
viles.
Desconfiad,
sobre todo, de
aquellos que
halagan vuestro
orgullo, porque
os están tomando
por vuestro lado
débil. He aquí
la razón por qué
Jesús os hace
exclamar en la
oración
dominical:
“!Señor, no nos
dejéis caer en
tentación, mas
líbranos del
mal!.”
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