Desde niño
siempre me
gustaron las
artes plásticas.
En la escuela
secundaria,
adoraba el curso
de educación
artística, y
nunca me gustó
quedarme
rellenando
diseños ya
trazados.
Recuerdo que el
mimeógrafo era
algo abominable
para mí. No
lograba aceptar
esa máquina que
imprimía diseños
listos. Pensaba
que aquello era
una invitación a
la pereza. Sólo
quería dibujar a
mano libre, de
pura
imaginación.
Después de mucho
tiempo, en el
2004, me
aventuré como
artista
plástico. Llegué
hasta iniciarme
en un estudio
artístico, para
luego de unos
años,
abandonarlo
todo. Pero de
allí, en ese
proceso,
descubrí que
“escribir sobre
el arte” me
satisfacía más
que “pintar por
el arte”, y fui
desarrollando un
gusto especial
por las
biografías de
artistas. |
¿Y sobre la
pintura
mediúmnica?
La pintura
mediúmnica
surgió en mi
vida en el 2002,
cuando comencé a
estudiar la
Doctrina, en la
Federación
Espírita del
Estado de Sao
Paulo. En
aquella época,
estaba
descubriendo mis
posibilidades
mediúmnicas y
allí llegué a
“desafiar” (en
el buen sentido)
a los Espíritus
para que
pintasen por mi
intermedio, ya
que sólo faltaba
esta mediumnidad
para
desenmascarar mi
escepticismo.
Por suerte, mi
profesora en la
Federación era
una de las
coordinadoras de
un grupo de arte
mediúmnico
itinerante, en
la época del
GEAM – Grupo
Espírita de Arte
Mediúmnico, que
hoy se
transformó en un
centro espírita
del mismo
nombre. Yo le
había mostrado
una pintura
mediúmnica que
hice en casa y
entonces ella me
invitó a conocer
al grupo, y de
allá para acá,
esa mediumnidad,
de cierta
manera, nunca
más me abandonó.
¿Cómo ha
conseguido
reunir en una
única obra
tantas
informaciones
sobre este tema
tan polémico?
Esta
investigación
nació, primero,
debido a mi
propia necesidad
de ver
claramente la
mediumnidad a
través de la
pintura. La
primera vez que
trabajé como
médium pintor,
todo mi cuerpo
entró en una
especia de
choque, y allí
el dirigente del
GEAM de
entonces, el Sr.
Afonso Moreira
Junior, me dijo
que había una
fila de
Espíritus
esperando para
pintar por mi
intermedio. Como
yo estaba
iniciando mi
mediumnidad,
desconfié de
todo aquello, y
en cada trabajo,
mis dudas no
cesaban de
aumentar. Fue
entonces que,
por cuenta
propia, empecé a
investigar:
compré todos los
libros
disponibles que
se aproximaban
al tema (que en
esa época no
pasaban de media
docena); busqué
en Kardec
relatos sobre
diseños
mediúmnicos;
entrevisté a
médiums in situ,
etc. Cuando me
di cuenta, había
reunido un gran
volumen de
informaciones
sobre el tema,
organizadas por
medio de
preguntas y
respuestas. Allí
decidí compartir
esto con las
personas,
principalmente
los médiums
pintores,
surgiendo así la
idea de un
libro.
¿Por qué se
decidió a
escribir una
obra sobre ese
tema?
Definitivamente
yo insistí en
esa idea después
de haber notado,
en las diversas
presentaciones
de pintura
mediúmnica de
las que
participé en Sao
Paulo, que las
audiencias nos
abordaban con
frecuencia
preguntando
sobre los
entretelones de
este trabajo.
Fui percibiendo
también que los
médiums
pintores,
incluyendo los
principiantes,
como yo mismo en
esa época,
literalmente,
“se cerraban” en
dudas y
autocuestionamientos.
Entendí entonces
que un libro
sobre el tema
sería una
confluencia
benéfica de
ayuda para esas
personas.
En su opinión,
¿dónde está la
causa que
envuelve la
polémica y los
desencuentros en
torno a la
pintura
mediúmnica?
La causa, muchas
veces, está en
la
desinformación
sobre la función
principal de la
pintura
mediúmnica, que
es el desarrollo
mediúmnico
propiamente
dicho.
Infelizmente,
muchas personas
piensan que ese
trabajo depende
de las
presentaciones
públicas para
justificarse y,
consecuentemente,
queda en el aire
aquella
obligación de
vender las obras
y qué es lo que
se va hacer con
el dinero
recaudado. De
otro lado,
muchos
dirigentes de
casas espíritas,
críticos
acérrimos de la
fenomenología de
esta mediumnidad
y de su
resultado
estético (a
juicio exclusivo
del gusto
particular),
olvidan que la
pintura
mediúmnica es un
excelente medio
de inclusión,
principalmente
en la iniciación
de la
mediumnidad en
jóvenes, como
por ejemplo los
de los jóvenes
espíritas. Pero
ellos prefieren
ocultarla, que
iniciar en sus
casas espíritas
un curso de
desarrollo
mediúmnico a
través de la
pintura. Ya he
oído también
relatos absurdos
de “espíritas”
que piensan que
los médiums
pintores son
trabajadores
obsesados,
cuando en
realidad les
falta a estos
colegas más
sentido común y
estudio. Como
dice un amigo
mio: “¡Quien no
estudia, se
chamusca!”
En su
experiencia
mediúmnica,
¿cómo siente la
situación?
Es malo saber
que aún estamos
muy lejos de un
ideal de
discernimiento
sobre el tema
entre nosotros
los espíritas,
principalmente
cuando se da la
cara para la
discusión,
viviendo en la
piel la
experiencia de
ser un médium
pintor. Pero el
sólo hecho de
que tengamos la
apertura y la
oportunidad,
como en esta
entrevista, de
hablar de esos
paradigmas y
prejuicios y
comentarlos
también en
nuestras casas
espíritas, ya
configura un
tipo de apertura
a la charla
fraterna. Es
también una
señal de que
esas monoideas
tienen fecha de
expiración.
¿Piensa que hubo
evolución en el
estudio y
comprensión de
la temática?
Pienso que esa
evolución será
definitivamente
ascendente
cuando surjan en
las casas
espíritas cursos
de desarrollo
mediúmnico a
través de la
pintura, así
como existen
hace varios años
en la Federación
Espírita de Sao
Paulo, por
ejemplo. Cuando
nosotros los
espíritas nos
propongamos
cambios de
comportamiento y
de mentalidad
sobre este
asunto, pienso
que habrá más
dialogo y
aproximación
hasta en los
mismos médiums
pintores, siendo
el objetico
común la
conjugación de
ideas y de
ideales. ¿Quién
sabe si en un
futuro próximo
no sea posible
realizar hasta
un Simposio
Nacional de
Médiums
Pintores? ¡Es
posible! Ya
comenzamos a
plantar aquí las
semillas. Pero
no podemos ser
negligentes con
la realidad
actual, donde
las
incomprensiones
sobre el tema
están muy
diseminadas. No
se puede negar
que esta
modalidad
mediúmnica aún
es el “pariente
pobre” del
movimiento
espírita
brasileño.
¿Cómo se
comporta el
movimiento
espírita ante la
fenomenología
producida por
los Espíritus de
manera general y
ante el caso
específico de la
pintura
mediúmnica?
Pienso que en su
mayoría los
espíritas ya
comprendieron
que la
fenomenología ya
no es necesaria
para justificar
la existencia de
la
espiritualidad,
y que esto no
debe ser usado a
propósito como
señuelo para
convencer al
público,
principalmente a
los no
espíritas. Creo
que la pintura
mediúmnica debe
caminar en el
mismo sentido,
no habiendo más
la necesidad,
por ejemplo, de
pintar con los
pies, o que los
médiums permitan
que los
Espíritus (o
ellos mismos)
firmen las
obras, mucho
menos el
preciosismo de
cronometrar el
tiempo de
ejecución de una
pintura. Eso
quedó en el
pasado, en la
década de 1980,
cuando aún había
necesidad de
divulgar la
pintura
mediúmnica por
el fenómeno, y
también como uno
de los medios de
justificar la
presencia de los
Espíritus. Lo
que necesitamos
hoy, en mi
humilde opinión,
es la unidad en
la conciencia
del estudio y
del
perfeccionamiento
responsable de
esa mediumnidad.
¿Algo más que
desee añadir?
Un amigo me
preguntó hace
días si yo podía
imaginarme como
sería recibido
ese libro por
los espíritas.
Yo le dije que
esperaba que lo
recibiesen sin
prejuicios, con
“ojos libres”,
así como pienso
que los no
espíritas irán a
recibirlo. Quien
leyó El Libro
de los Médiums
debe haber
notado en el
Cap. XVI –
Médiums
Especiales, la
catalogación
oficial de esa
mediumnidad,
descrita por
Allan Kardec
como “Médiums
Pintores o
Diseñadores -
Los que pintan o
diseñan bajo la
influencia de
los Espíritus”.
Por lo tanto, la
pintura
mediúmnica no es
una moda de
nuestros días.
Como se ve, la
codificación y
práctica
consciente de
esa mediumnidad
viene desde los
tiempos de
Kardec, allá en
el siglo 19. Y
si no creyésemos
en la seriedad
de sus
mecanismos,
regidos por el
plano
espiritual, hace
tiempo que
habríamos
arriado la
bandera en
defensa de esa
causa. Creemos,
sí, que aún es
necesario
ventilar
opiniones y
repensar
sinceramente
esos viejos
tabúes creados
sobre el tema
por los propios
espíritas. En
fin, el
prejuicio y la
desinformación
son grandes
indicadores que
evidencian la
necesidad de más
comprensión de
aquello que
conocemos
superficialmente.
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