WEB

BUSCA NO SITE

Edição Atual Edições Anteriores Adicione aos Favoritos Defina como página inicial

Indique para um amigo


O Evangelho com
busca aleatória

Capa desta edição
Biblioteca Virtual
 
Biografias
 
Filmes
Livros Espíritas em Português Libros Espíritas en Español  Spiritist Books in English    
Mensagens na voz
de Chico Xavier
Programação da
TV Espírita on-line
Rádio Espírita
On-line
Jornal
O Imortal
Estudos
Espíritas
Vocabulário
Espírita
Efemérides
do Espiritismo
Esperanto
sem mestre
Divaldo Franco
Site oficial
Raul Teixeira
Site oficial
Conselho
Espírita
Internacional
Federação
Espírita
Brasileira
Federação
Espírita
do Paraná
Associação de
Magistrados
Espíritas
Associação
Médico-Espírita
do Brasil
Associação de
Psicólogos
Espíritas
Cruzada dos
Militares
Espíritas
Outros
Links de sites
Espíritas
Esclareça
suas dúvidas
Quem somos
Fale Conosco

Estudio Metódico del Pentateuco Kardeciano Português   Inglês

Año 6 266 – 24 de Junio de 2012   

ASTOLFO O. DE OLIVEIRA FILHO                    
aoofilho@gmail.com
                                      
Londrina,
Paraná (Brasil)  
Traducción
Maria Reyna - mreyna.morante@gmail.com
 

 

El Libro de los Médiums 

Allan Kardec 

 (Parte 16)
 

Continuamos con el estudio metódico de “El Libro de los Médiums”, de Allan Kardec, la segunda de las obras que componen el Pentateuco Kardeciano, cuya primera edición fue publicada en 1861. Las respuestas a las preguntas sugeridas para debatir se encuentran al final del texto.

Preguntas para debatir 

A. ¿Cómo ocurre el fenómeno de la voz directa o pneumatofonía?

B. ¿En qué consiste el fenómeno de la escritura directa?

C. La escritura directa ¿queda registrada permanentemente o desaparece con el tiempo?

D. ¿Existen lugares encantados?

Texto para la lectura 

151. Al llegar al final de la página, el lápiz hace espontáneamente un movimiento para voltear el papel. Si desea referirse a un pasaje ya escrito, en la misma página o en otra, lo busca con la punta del lápiz, como lo haría cualquier persona con la punta del dedo, y lo subraya. Si el Espíritu quiere dirigirse a alguien, con el extremo de la vara de madera señala a la persona. Si desea expresar cólera o impaciencia, hace golpes repetidos con la punta del lápiz y a menudo lo rompe. (Ítem 155)

152. En lugar de la cesta, algunas personas utilizaron una especie de mesa pequeñita con tres patas, hecha especialmente, que medía de 12 a 15 centímetros de longitud por 5 ó 6 de altura. En una de las patas es adaptado un lápiz; las otras dos son redondeadas, o provistas de una bola de marfil, para que se deslice más fácilmente sobre el papel. Otros utilizaron sólo una tablita triangular, oblonga u ovalada, de 15 a 20 centímetros cuadrados, teniendo en uno de los bordes un agujero oblicuo para introducir el lápiz. Está claro que todos esos dispositivos no tienen nada de absoluto: el mejor es el que resulta más cómodo. En todos ellos, sin embargo, casi siempre es necesario que los operadores sean dos: uno dotado de aptitud mediúmnica y otro para mantener el equilibrio del objeto. (Ítem 156)

153. Llamamos psicografía indirecta a la escritura obtenida así, en contraposición a la psicografía directa o manual, obtenida por el médium mismo, sin utilizar ningún apéndice. El proceso es éste: el Espíritu que se comunica actúa sobre el médium que, bajo esta influencia, mueve maquinalmente el brazo y la mano para escribir, sin tener en la mayoría de los casos la menor conciencia de lo que escribe: la mano obra sobre la cesta y la cesta sobre el lápiz. Así, no es la cesta la que se torna inteligente; ésta no pasa de ser un portalápiz, un apéndice, un intermediario entre la mano y el lápiz. (Ítem 157)

154. Suprima ese intermediario, coloque el lápiz en la mano y el resultado será el mismo, puesto que toda persona que escribe con la ayuda de una cesta, una tablita o cualquier otro objeto, puede escribir directamente. (Ítem 157)

155. De todos los medios de comunicación, la escritura manual que algunos denominan escritura involuntaria, es sin objeción, la más simple, la más fácil y la más cómoda porque no exige ninguna preparación y se presta, como la escritura corriente, a mayores desarrollos. (Ítem 157)

156. Así, entendamos: Si la comunicación tiene lugar por medio de la escritura, cualquiera que sea el instrumento que sostenga el lápiz, para nosotros, es psicografía; si fuera por medio de golpes, se llama tiptología. (Ítem 158)

157. La facultad mediúmnica no constituye, en sí misma, indicio de un estado patológico, porque no es incompatible con una salud perfecta. Si aquél que la posee sufre, ese sufrimiento se debe a una causa ajena, de donde se deduce que los medios terapéuticos son impotentes para hacerla desaparecer. (Ítem 161)

158. Los que difunden la idea de que el agente de los fenómenos mediúmnicos es el diablo, no saben la responsabilidad que asumen, porque la creencia en eso puede matar. Ahora bien, el peligro no existe sólo para el paciente, sino también para los que le rodean, los cuales pueden quedar aterrorizados al pensar que su casa se volvió una guarida de demonios. Esta creencia funesta es la que fue causa de tantos actos de atrocidad en los tiempos de la ignorancia. (Ítem 162)

159. Los Seres invisibles que revelan su presencia por efectos sensibles son, en general, Espíritus de un orden inferior y que pueden ser dominados por el ascendiente moral. La adquisición de este ascendiente es lo que se debe buscar. Para alcanzarlo, es necesario que el individuo pase del estado de médium natural al de médium voluntario. (Ítem 162)

Respuestas a las preguntas propuestas

A. ¿Cómo ocurre el fenómeno de la voz directa o pneumatofonía?

Los sonidos espíritas o pneumatofónicos se producen de dos maneras muy diferentes: algunas veces son una voz íntima que hace eco en la conciencia, pero aunque las palabras sean claras y distintas, no tienen nada de material; otras veces son exteriores y tan distintamente articuladas como si proviniesen de un persona ubicada a nuestro lado. De cualquier forma que se produzca, el fenómeno de la pneumatofonía es casi siempre espontáneo y sólo rara vez puede ser provocado. Experiencias posteriores a la Codificación demuestran que en el fenómeno de la voz directa, el Espíritu habla a través de una garganta ectoplásmica, pudiendo su voz imitar a la de su existencia terrenal precedente. Los sonidos pneumatofónicos expresan pensamientos, forman frases y es por ello que podemos reconocer que se deben a una causa inteligente y no accidental. (El Libro de los Médiums, ítems 150 y 151.)

B. ¿En qué consiste el fenómeno de la escritura directa?

La escritura directa, o pneumatografía, es la que se produce espontáneamente sin la participación de la mano del médium, ni del lápiz. Basta tomar una hoja de papel en blanco, doblarla y colocarla en algún lugar, en un cajón, o simplemente sobre un mueble, y si estuviésemos en condiciones favorables, después de un tiempo más o menos largo, encontraremos en el papel caracteres, signos diversos, palabras, frases y hasta discursos, trazados muchas veces con una sustancia grisácea igual al plomo, otras veces con un lápiz rojo, tinta común y hasta tinta de imprimir. En ese tipo de fenómeno el Espíritu no se sirve ni de nuestras sustancias ni de nuestros instrumentos: él mismo hace la materia y los instrumentos que necesita, extrayendo sus materiales del elemento primitivo universal al cual él le imprime con su voluntad, las modificaciones necesarias para el efecto que quiere producir. De esta manera, puede muy bien fabricar tinta roja, tinta de imprimir y hasta caracteres tipográficos bastante resistentes para dar relieve a la impresión, de la que hemos visto ejemplos. Es de ese modo que podemos explicar la aparición de las tres palabras en la sala del festín de Baltasar, de la que nos habla la Biblia. (Obra citada, ítems 127 y 146 a 148.)

C. La escritura directa ¿queda registrada permanentemente o desaparece con el tiempo?

Los trazos de la escritura directa no desaparecen, porque son señales que es útil conservar y por ello  se conservan. (Obra citada, ítem 128, párrafos 17 y 18.)

D. ¿Existen lugares encantados?

Sí. Ciertos Espíritus pueden sentirse atraídos por cosas materiales. Puede suceder esto con determinados lugares, los cuales parece que eligen como domicilio, hasta que cesan las circunstancias que los llevaron allí: la simpatía por algunas personas que allí asisten o el deseo de comunicarse con ellas. Sus intenciones no siempre son loables, por lo que pueden querer ejercer venganza contra individuos de los que tienen motivos de queja. La permanencia en un lugar determinado puede ser también, para algunos Espíritus, un castigo que se les inflinge, sobre todo si cometieron un crimen allí, para que tengan constantemente ese crimen ante sus ojos. No se debe temer a los lugares encantados, porque los Espíritus que espantan en ciertos lugares y hacen ruido en ellos, buscan divertirse a costa de la credulidad y del miedo, antes que hacer mal. El mejor medio de alejarlos de allí es atraer a los buenos Espíritus, lo que se consigue haciendo el bien. Hagamos siempre el bien, y tendremos sólo Espíritus buenos a nuestro lado. (Obra citada, ítem 132, párrafos 5 a 14.)

 

 

 


Volver a la página anterior


O Consolador
 
Revista Semanal de Divulgación Espirita