de la
Codificación
Espírita, temas
que examina en
la siguiente
entrevista. |
¿De dónde le
surgió el gusto
por el estudio y
la investigación
espírita?
Cuando tenía 13
años, mis noches
y madrugadas
eran
eventualmente de
pavor: oía
pasos, ruidos,
veía bultos, que
interpretaba
como ladrones.
Mis padres, al
inicio,
comprobaban que
todo estuviera
bien en casa –
sin ladrones -;
entonces
pensaron que yo
era miedoso, que
tenía pesadillas
y alucinaciones,
lo que no
alejaba a mis
ladrones y
bultos y hacía
más grave aun
mis angustiosos
sufrimientos.
Después, dejaron
de verificar y
empecé a sufrir
solito.
Todo comenzó a
cambiar cuando
una vecina, una
señora mayor,
Maria Matin
Garcia, española
natural de
Barcelona, al
conocer mi
drama, dijo:
Kardec lo
explica; vea
El Libro de los
Espíritus,
de Allan Kardec.
Al día siguiente
compré la obra
y, apasionado
por el criterio
lógico del
raciocinio y por
el amoroso
sentimiento que
nos sugiere la
sublimidad,
estudié, estudio
y estudiaré la
obra completa de
Allan Kardec. Y
los pasos y
bultos que antes
me provocaban
miedo se
acercaron, y hoy
con enorme
satisfacción me
ayudan a
estudiar la
lógica espírita
cristiana y me
generan
nostalgia cuando
están ausentes.
¿Qué le atrae
más de las
investigaciones
históricas?
La Investigación
histórica es un
notable recurso
de
esclarecimiento
que facilita
mucho el desafío
del aprendizaje.
Y la
Codificación
Espírita,
¿también se
extiende a la
Revista
Espirita?
Existe una
relación
especial entre
lo aprendido
entre los libros
de la
Codificación y
la Revista
Espirita
(Periódico de
Estudios
Psicológicos,
que era mensual
en la época de
Kardec), difícil
de explicar en
palabras. Diría
que es como una
clase teórica y
una clase en el
laboratorio, ver
una película
lista y los
preparativos de
la filmación,
edición...;
sacar el carnet
de conducir y
tener
experiencia en
los caminos. Mas
allá de eso, la
Revista Espírita
nos muestra
particularidades
íntimas de
Kardec, luchas,
enfermedades,
controversias,
persecuciones,
acusaciones,
aspectos de su
personalidad,
rutinas de vida,
viajes. Es un
apasionante
viaje en el
tiempo y en el
proceso de la
Codificación
Espírita. Es
como la
diferencia entre
una película 2D
y una 3D (¡nos
sentimos
insertos en la
Codificación!).
(1)
Las visitas a
los lugares
históricos del
naciente
Cristianismo ¿le
llevaron a
reflexiones
adicionales en
torno a sus
investigaciones
y estudios?
Sí, y mucho.
¿Qué más le
llamó la
atención en esas
investigaciones
relacionadas con
la asistencia a
dichos lugares?
La presencia en
esos lugares
permite
verificar
informaciones
que en el papel,
en una película,
nos dan
impresiones
superficiales.
Una
circunstancia es
mostrar a una
persona que se
está mojando en
la lluvia, otra
es salir bajo la
lluvia y
mojarse. ¡Y ese
lugar es único
en el mundo! El
Mar Muerto
(aproximadamente
400 m. bajo el
nivel del mar,
¡muy salado!);
Genesaré
(aproximadamente
200 m. bajo el
nivel del mar,
agua dulce); el
río Jordán
descendiendo de
Genesaré hacia
el mar Muerto;
Jericó (oasis),
desierto con
muchas piedras y
un gran declive,
el monte Tabor
con una
magnífica vista
panorámica,
excavaciones
arqueológicas,
ruinas, montes,
algunas
tradiciones de
los mandamientos
preservados, y
mucho más.
En el contexto
histórico del
Cristianismo, de
la diseminación
del Evangelio y
de la posterior
Codificación del
Espiritismo,
¿cuál es el
aspecto más
destacado y
expresivo en
todo el proceso?
¿Por
qué?
La misericordia
divina. Somos
Espíritus que
estamos
insertados en un
proceso
evolutivo con
libre albedrio y
destinados a la
perfección
relativa al ser
humano, momento
en que
disfrutaremos la
felicidad
suprema.
Observamos
billones de años
trabajados por
el Creador y
sus hijos más
adelantados en
la escuela
planetaria
Tierra,
trayéndonos
mediante Jesús
una invitación a
una fiesta en Su
Reino. Sin
embargo, la gran
mayoría de la
Humanidad,
indiferente,
rebelde,
violenta,
rechaza la
amorosa
invitación,
alejándose del
Padre Celestial.
Eso nos recuerda
la Parábola del
Hijo Pródigo,
que desperdicia
los bienes del
Señor hasta que
el aguijón del
dolor le hace
recordar el
bienestar de la
Casa del Padre.
Y al regresar,
estando aún
lejos, su padre
lo avista y,
movido por la
compasión, corre
a su encuentro,
se lanza a su
cuello
cubriéndolo de
besos. ¡Lo más
destacado es la
misericordia
divina!
¿Cómo ve usted
el tema de las
diferencias
culturales, que
envuelven un
planeta tan
diversificado,
desde el idioma,
el clima y las
tradiciones
históricas?
En el Evangelio
de Lucas leemos
que cierto
hombre tenía una
higuera plantada
en su viña y,
como no podía
ocupar el campo
inútilmente,
tenía entonces
el deber de dar
frutos. Todos
estamos en el
campo del Señor,
plantados con
árboles
diferentes,
todos con el
deber de
producir frutos.
El Espíritu
Emmanuel a
través de la
psicografía de
Chico Xavier en
los libros “A
camino de la
luz” y
“El Consolador”
nos enseña con
grandes
alabanzas el
cultivo del
Señor en el
campo.
(1)
Los
12 volúmenes de
la Revista
Espírita fueron
estudiados de
forma metódica y
secuencial en
esta revista, en
las ediciones 37
al 208. He aquí
el link que
remitirá al
lector a la
lección que dio
inicio a ese
estudio:
http://www.oconsolador.com.br/37/estudandoasobrasdekardec.html
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