La telenovela
Salve
Jorge
en la mira de la
intolerancia
religiosa
Ha sido
transmitida en
las redes
sociales una
manifestación de
sectores
evangélicos en
contra la
telenovela
Salve Jorge,
por la supuesta
relación que
existiría entre
el contenido de
la telenovela
exhibida por la
Red de
Comunicación
Globo y la
figura de San
Jorge, que es
venerado como el
orixá Ogum por
los adeptos de
la Umbanda.
Hay quien piense
que la
manifestación es
una disputa
entre bastidores
por razones
puramente
económicas. Ése
es el
pensamiento de
dos miembros del
parlamento de
Rio de Janeiro,
el diputado
Átila Nunes y el
concejal elegido
Átila Alexandre
Nunes.
Puede ser que
tengan razón. El
hecho concreto,
sin embargo, es
que, al declarar
guerra a la
telenovela de la
Globo, los
dichos sectores
evangélicos
alegan que su
argumento sería
una adoración al
orixá Ogum, el
mismo San Jorge
de las
tradiciones
católicas. La
manifestación
pide, entonces,
que los
evangélicos no
asistan a la
telenovela
Salve Jorge,
pero, sí, en su
lugar, la
reposición de la
telenovela
Rey David,
que reestrenó en
la misma noche,
cuando la Globo
alcanzó 35
puntos en Índice
de Audiencia, en
cuanto que la
Record, que
exhibe Rey
David, obtuvo
modestos 6
puntos.
En su
intolerancia
religiosa, los
dichos sectores
evangélicos
acusan San Jorge
de ser un dios
pagano
travestido de
santo, al paso
que David
tendría sido, de
hecho, un héroe
verdadero. Por
causa de eso,
buscan convencer
a sus fieles de
que no es
posible aceptar
en sus casas
algo que
contraería
directamente su
fe.
San Jorge, que
tendría vivido
entre los años
275 y 303 de la
era cristiana,
fue, de acuerdo
con la
tradición, un
soldado romano
que integró el
ejército del
imperador
Diocleciano y,
años después,
por sus acciones
en favor de los
cristianos,
considerado un
mártir del
Cristianismo.
Por causa de
eso, es él uno
de los santos
más venerados en
las huestes del
Catolicismo y en
diversos cultos
de las
religiones
afrobrasileñas,
donde es
sincretizado en
forma de Ogum. Y
es, aún, el
santo patrono de
diversos países,
además de ser el
patrono del
escutismo, del
club de fútbol
Corinthians
Paulista y de la
Caballería del
Ejército
Brasileño.
Todo, pues, nos
sugiere que la
guerra a la
telenovela es,
principalmente,
más una reacción
fundamentalista
de fanáticos
religiosos en
contra la
Umbanda, que
tiene en Ogum
uno de sus
iconos más
importantes, y
también en
contra las
tradiciones
católicas, en
flagrante falta
de respeto a la
diversidad
religiosa,
consagrada en la
Constitución
brasileña.
Infelizmente,
los hechos
demuestran que
ciertos sectores
de las llamadas
religiones
evangélicas no
pierden jamás la
oportunidad de
manifestar su
prejuicio en
contra los que
no piensan como
ellos,
incluyendo en el
rol de sus
desafectos los
umbandistas, los
espiritas y los
católicos,
olvidados de que
es libre en
Brasil el culto
de la religión
que deseamos.
Esa libertad no
es un favor del
gobierno que
está de guardia,
pero un precepto
constitucional,
que ellos
invariablemente
no respetan,
actuando
exactamente de
manera contraria
al que era
practicado por
Jesús, que jamás
hizo distinción
entre personas,
fuesen ellas
pobres o ricas,
damas o
prostitutas,
publicanos o
simple
contribuyentes.
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