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Estudio Metódico del Pentateuco Kardeciano Português   Inglês

Año 6 292 – 23 de Diciembre de 2012

ASTOLFO O. DE OLIVEIRA FILHO                    
aoofilho@gmail.com
                                      
Londrina,
Paraná (Brasil)  
 
Traducción
Maria Reyna - mreyna.morante@gmail.com
 

 

El Libro de los Médiums 

Allan Kardec 

 (Parte 42)
 

Continuamos con el estudio metódico de “El Libro de los Médiums”, de Allan Kardec, la segunda de las obras que componen el Pentateuco Kardeciano, cuya primera edición fue publicada en 1861. Las respuestas a las preguntas sugeridas para debatir se encuentran al final del texto.

Preguntas para debatir

A. ¿Cuál es el mejor antídoto contra la perturbación en los grupos?

B. ¿Debe ser usada la oración en las reuniones espíritas?

C. La eficacia de la oración ¿está en su fórmula?

D. ¿A qué deberá el Espiritismo su más poderosa propagación?

Texto para la lectura 

385. Los grupos recién creados se ven a veces obstaculizados en sus trabajos por la falta de médiums. Éstos – no se puede negar – son uno de los elementos esenciales de las reuniones espíritas, pero no constituyen una condición indispensable y sería un error creer que sin ellos nada se puede hacer. Los que tienen como objetivo el estudio serio tienen mil asuntos de qué ocuparse. (Ítem 347)

386. Las sociedades religiosas meditan sobre las Escrituras. Las sociedades espíritas deben hacer lo mismo y sacarán un gran provecho para su progreso organizando conferencias en las que sea leído y comentado todo lo que se diga respecto al Espiritismo, a favor o en contra. Además de las obras espíritas, abundan los periódicos repletos de hechos, relatos, acontecimientos, ejemplos de virtudes o vicios, que encierran graves problemas morales cuya solución sólo puede ofrecer el Espiritismo, lo que constituye incluso un medio para probar que él se relaciona con todas las ramas del orden social (ítem 347)

387. La bandera que enarbolamos bien alto, es la del Espiritismo cristiano y humanitario, en torno al cual ya tenemos la dicha de ver congregados a tantos hombres en todos los lugares del mundo, porque comprenden que allí está el ancla de salvación, la salvaguardia del orden público, la señal de una nueva era para la Humanidad. Invitamos a todas las Sociedades espíritas a colaborar en esta gran obra. Que de un extremo a otro del mundo ellas se extiendan fraternalmente las manos y atrapen al mal en redes inexpugnables. (Ítem 350)

388. El Capítulo XXX de El Libro de los Médiums está constituido por la transcripción íntegra del Reglamento de la Sociedad Parisiense de Estudios Espíritas, fundada por Kardec el 1º de Abril de 1858. De acuerdo con su primer artículo, queda claro que en la aludida Sociedad estaban prohibidas las cuestiones políticas, de controversia religiosa y de economía social. (Cap. XXX, artículo citado)

389. El Reglamento establece que las sesiones de la Sociedad se realizarán los viernes a las 20 horas. Las sesiones podrán ser particulares o generales, pero nunca serán públicas. (Cap. XXX, art. 17)

390. En el diálogo con los Espíritus, establece el Reglamento que están prohibidas todas las preguntas fútiles, de interés personal, de pura curiosidad, o que tengan el objetivo de someter a los Espíritus a pruebas, así como todas las que no tengan un objetivo general, desde el punto de vista de los estudios. (Cap. XXX, art. 18)

391. El mismo Cristo preside los trabajos que se encuentran realizándose, para que os abran la era de renovación y perfeccionamiento que los guías espirituales os predicen. ¡Coraje, hermanos! Trabajad para vosotros y para el futuro de los vuestros; trabajad, sobre todo, para vuestro mejoramiento personal y gozaréis en vuestra primera existencia de una dicha de la que os es tan difícil haceros una idea, como a mí, hacérosla comprender. (Cap. XXXI, ítem II, Chateaubriand)

392. Si Dios envía a los Espíritus para instruir a los hombres, es a fin de que se esclarezcan sobre sus deberes, es para mostrarles el camino que podrá abreviar sus pruebas y así, apresurar su progreso. Pero al lado de los Espíritus buenos, que desean vuestro bien, hay igualmente Espíritus imperfectos que desean vuestro mal. Debéis poner toda vuestra atención para saber distinguirlos. Es fácil el medio: se trata únicamente de comprender que lo que viene de Espíritu bueno no puede perjudicar a nadie y que todo lo que sea malo sólo puede proceder de un mal Espíritu. (Cap. XXXI, ítem IV, Un Espíritu familiar)

393. Es bella y santa vuestra Doctrina. El camino que se os ha abierto es grande y majestuoso. Feliz aquél que llegare al puerto; cuantos más prosélitos hubiera hecho, tanto más le será tomado en cuenta. Pero para eso, debe abrazar la Doctrina sin frialdad; es necesario hacerlo con ardor y ese ardor será duplicado, por cuanto Dios está con vosotros siempre que hacéis el bien. Todos los que atrajerais serán otras tantas ovejas que volverán al redil. (Cap. XXXI, ítem V, San Benito) 

Respuestas a las preguntas propuestas

A. ¿Cuál es el mejor antídoto contra la perturbación en los grupos?

El antídoto más potente contra este mal es la caridad; por eso es la caridad la que ellos tratan de sofocar. No se debe entonces esperar que el mal se vuelva incurable para ponerle remedio, ni  siquiera esperar los primeros síntomas sino, sobre todo, es necesario trabajar para prevenirlo. Para esto hay dos medios eficaces, si se emplean bien: la oración de corazón, y el estudio atento de las primeras señales que revelen la presencia de los Espíritus mentirosos. Si uno de los miembros siente la influencia de la obsesión, todos los esfuerzos deben tender, desde los primeros indicios, a abrirle los ojos, de manera que el mal no se agrave, a fin de llevarle a la convicción de que está engañado y el deseo de apoyar a aquellos que quieren liberarlo. (El Libro de los Médiums, ítem 340.) 

B. ¿Debe ser usada la oración en las reuniones espíritas?

Sí. Las reuniones deben comenzar con la oración, una especie de plegaria que facilite la concentración; pero no basta pronunciar algunas palabras para alejar a los malos Espíritus. La eficacia de la oración está en la sinceridad del sentimiento que la dicta; está sobre todo en la unanimidad de la intención, porque ninguno de aquellos que no se asociara a ella de corazón, no se podrá beneficiar, ni beneficiará a los demás. (Obra citada, cap. XXXI, ítem XVI.)

C. La eficacia de la oración ¿está en su fórmula?

No. No existe una fórmula absoluta para la oración. Dios es muy grande para atribuir más importancia a las palabras que al pensamiento. Cuídense, sobre todo, de no hacer una de esas fórmulas banales que se recitan para aquietar la conciencia. El sentimiento es todo; la fórmula nada vale. (Obra citada, cap. XXXI, ítem XVI)

D. ¿A qué deberá el Espiritismo su más poderosa propagación?

A las reuniones verdaderamente serias; a ellas deberá el Espiritismo su más poderosa propagación. Al unir a los hombres honestos y de conciencia recta, esas reuniones impondrán silencio a la crítica, y cuanto más puras sean sus intenciones, serán más respetadas por sus adversarios, porque cuando la burla ataca al bien, deja de provocar risa y se vuelve despreciable. (Obra citada, ítem 341.)

 

 


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