divulgación del
Espiritismo en
su institución. |
¿Cómo llegó al
Espiritismo?
Mi búsqueda del
Espiritismo
ocurrió en un
momento de mi
vida, en el que
buscaba muchas
respuestas para
entender el
motivo por el
cual, en esta
encarnación, no
podía tener
hijos
biológicos.
Después de pasar
por innumerables
tratamientos
médicos para
quedar
embarazada, sin
éxito, busqué
una casa
espírita,
insertándome en
un grupo de
estudio y
tratando de
entender la ley
de acción y
reacción, entre
tantas otras
leyes divinas. Y
fue en la
Doctrina
Espírita donde
encontré el
consuelo y la
comprensión para
muchas de mis
preguntas
íntimas.
¿Cuáles son los
desafíos y las
oportunidades
para el Centro
Espírita del
tercer milenio?
Como dirigí por
muchos años
nuestra
institución, sé
que los desafíos
son muchos.
Entre tantos
citaría que es
muy importante
mantener un
equipo de
trabajadores
motivados para
las tareas,
unidos por el
mismo ideal.
Siempre estamos
divulgando la
Doctrina
Espírita y esto
sólo se consigue
con mucho amor,
cariño,
confianza,
amistad y
entrenamientos
entre todos. El
Centro Espírita
tiene la sublime
oportunidad de
continuar
divulgando la
Doctrina
Espírita, a
través de
conferencias,
libros
espíritas,
grupos de
estudio, así
como utilizando
otros medios de
comunicación
para llevar esos
conocimientos
más allá del
Centro Espírita,
por medio de
revistas, radio
e internet, para
que se instale
más rápidamente
el Reino del
Bien en la
Tierra.
Recientemente se
inauguró un
nuevo espacio
para la
librería de la
Sociedad
Espírita
Fraternidad.
¿Qué les
recomendaría a
los dirigentes
de los Centros
Espíritas que
aún no han
estructurado sus
librerías?
Que es de suma
importancia una
librería en el
centro espírita,
pues
proporciona a
los asistentes
un contacto más
directo con los
libros
espíritas, más
allá de divulgar
la misma
doctrina. La
librería
espírita es una
gran fuente de
luz, de
sabiduría, de
consuelo y
esclarecimiento
para todos
nosotros, además
de proporcionar
una renta para
la manutención
de las expensas
mensuales del
centro. Debemos
siempre tener
cuidado de tener
obras básicas y
libros
confiables para
ofrecer al
público.
Hace algún
tiempo ustedes
crearon en su
Casa un Club del
Libro Espírita.
¿Cómo funciona y
cual su opinión
de esta
iniciativa?
La iniciativa de
formar un club
del libro fue
muy positiva y,
al mismo tiempo,
muy gratificante
para mí, que
trabajo en la
librería hace
más de diez
años, ver el
entusiasmo de
las personas
cuando
preguntan: ¿ya
llegó el libro
del mes?
Demuestra cuán
presente está la
lectura en su
vidas y que el
libro espírita
nos brinda
grandes
conocimientos,
fortaleciéndonos
inclusive, en
nuestra fe y el
coraje para
superar
obstáculos y
dificultades.
Nuestro club del
libro está en
sociedad con
varios centros
espíritas con
quienes
comenzamos
regionalmente, y
hoy ya tenemos
centros
espíritas de
otras regiones
de nuestro
estado
participando. Es
una de
modalidad de
venta de libros
con el objetivo
principal de
divulgar la
Doctrina
Espírita y
fomentar la
lectura,
ofreciendo al
asociado buenos
libros con
precios
reducidos,
además de
obtener un
ingreso lícito
para los centros
espíritas.
Ofrecemos libros
para todas las
edades,
incentivando ese
hábito saludable
a los niños,
jóvenes y
adultos. Para
asociarse solo
requiere
inscribirse en
nuestra librería
o a través de
nuestra página
web –
www.auxiliofraternidade.com.br
y efectuar el
pago mensual. El
asociado recibe
mensualmente un
libro, que debe
ser retirado de
nuestra librería
hasta el día 10
de cada mes, o
si prefiere, le
enviamos el
libro a su
dirección,
sumándole el
costo del
correo.
Usted enfrentó
una grave
enfermedad. ¿Qué
nos puede contar
de esa
experiencia?
Sí, ya la
enfrenté. En el
año 2000
descubrí que
tenía cáncer de
mama. En un
primer momento
fue muy difícil,
pero después
decidí que
enfrentaría la
enfermedad, con
la cabeza
erguida,
confiando en
Dios y en los
amigos
espirituales,
que nunca me
abandonarían;
estaba en mí no
dejarme vencer
por la
enfermedad.
Ellos realmente
me ampararon. En
todo momento
sentía la
presencia
espiritual.
Buscaba
diariamente
tener
pensamientos
positivos,
trataba de
comprender la
enfermedad por
la cual
atravesaba,
buscando
esclarecimiento
en los libros
espíritas,
principalmente
en las
orientaciones de
Joanna de
Angelis y de
André Luiz. En
esa época ya era
trabajadora del
centro espírita,
colaboraba
incluso
aplicando
pases, y sabía
que los
Espíritus me
podían auxiliar
en todo el
tratamiento.
Entré en
cirugía,
quimioterapia y
radioterapia. Mi
más grande apoyo
fue mi esposo
Renato, que
estuvo siempre a
mi lado, dándome
fuerza y coraje,
siendo un hombro
amigo, tan
necesario en
esos momentos.
Cuando tuvo el
diagnóstico de
la enfermedad,
¿qué significó
la fe para
usted?
La Doctrina
Espírita me
enseñó que la
cura viene según
la fe, el
merecimiento y
la búsqueda de
cada uno.
Entonces, yo
oraba con mucha
fe para que, si
era merecedora,
los Benefactores
Espirituales
pudiesen
auxiliarme en la
cura de la
enfermedad,
dándoles
intuición
inclusive a los
médicos para que
realicen el
mejor
tratamiento.
Nunca desprecié
el auxilio de la
medicina, porque
la Doctrina
Espirita no
consiente el
conformismo. Es
lícito buscar
estos recursos
de la medicina
terrena, que
pueden aliviar
mucho nuestros
dolores y curar
hasta donde les
fuera permitido.
¿Qué cambió a
partir de esa
prueba? ¿Cambió
su visión de la
vida?
Después de
luchar para
vencer la
enfermedad, me
sentí mucho más
fortalecida.
Tengo una
inmensa gratitud
a los
Benefactores
Espirituales que
me ampararon en
esos momentos.
Al término del
tratamiento,
intenté
dedicarme aún
más a las tareas
espíritas, pues
sabemos que
ayudando a los
demás es que
somos ayudados,
que el trabajo
del Bien nos
permite un gran
crecimiento
espiritual. Y,
por incentivo de
amigos del
movimiento
espírita,
preparé una
conferencia, con
una visión
espírita sobre
el cáncer, fruto
de algunas de
mis
investigaciones
en libros
espíritas, para
ayudar a las
personas que
pasan por esa
enfermedad, y
hasta para los
trabajadores que
hacen atención
fraterna en el
centro espírita,
para que tengan
una mayor
comprensión de
la enfermedad.
Esa conferencia
está disponible
en la página
www.auxiliofraternidade.com.br
en el ítem
conferencia
multimedia, con
el título
“Venciendo al
cáncer”.
¿Qué le gustaría
decir a quién
está pasando por
alguna
enfermedad?
Sea cual fuera
la enfermedad
que enfrente, lo
más importante
es tratar de ser
positivos y
mantener la fe
dentro de
nosotros. Que la
oración es
nuestra gran
aliada, en todos
los momentos de
nuestra vida,
principalmente
cuando se hacen
tratamientos más
largos, como es
el caso del
cáncer. Se deben
buscar todos los
recursos de la
medicina y
también la
atención
fraterna del
centro espírita,
nunca
rebelándose sino
comprendiendo la
lección que la
enfermedad trae
y tener la
certeza de que
podemos contar
siempre con el
auxilio de los
Benefactores
Espirituales,
pues ellos se
encuentran a
nuestro lado,
amparándonos,
envolviéndonos
con sus
vibraciones
amorosas. Cuando
termine el
tratamiento,
vamos a mirar
atrás y
percibiremos que
fuimos
suficientemente
fuertes para
enfrentar la
enfermedad.
Procurando
mejorar siempre,
trabajando en el
bien,
vivenciando el
Evangelio de
Jesús,
practicando la
caridad, siempre
vamos a estar en
el camino
correcto.
Sus palabras
finales.
Uno de los
factores que me
ayudó en la cura
del cáncer fue
el conocimiento
que tenía de la
Doctrina
Espírita. Ella
fue la base
principal y me
fortaleció para
enfrentar la
enfermedad con
fe, coraje y
perseverancia,
entendiendo que
todo ese proceso
sería para
probar mis
conocimientos y
mi capacidad de
lucha. En estos
tiempos en que
la Tierra pasa
por un proceso
de
transformación
para un mundo
mejor, nos toca
hacer nuestra
transformación
interior,
librándonos de
hábitos nocivos
perjudiciales
para nuestra
salud física y
mental, poniendo
en práctica todo
lo que
aprendemos a
través de los
libros, de los
mensajes
reconfortantes y
de las
enseñanzas de
los Espíritus
Superiores.
Recordemos que
poseemos una
gran fuerza
interior, capaz
de superar todos
los obstáculos y
dificultades. Y
necesitamos
creer y actuar,
pues sin
esfuerzo de
nuestra parte
jamás
alcanzaremos la
elevación
espiritual. El
Cristo espera
por nosotros.
Hay aún mucho
por realizar.
Sigamos
perseverantes en
el trabajo del
bien, trabajando
con alegría,
entusiasmo y con
mucho amor.
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