La identificación
nominal y la
subsiguiente
confirmación de la
respectiva “firma” del
Espíritu, autor del
mensaje mediúmnnico, no
consiste en una tarea
trivial por parte de
estudiosos encarnados
del fenómeno mediúmnico.
La fascinación, que es
un fenómeno común dentro
de los estudios de la
obsesión, consiste en
una influencia
espiritual negativa que
se disfraza de
influencia espiritual
positiva, iludiendo al “asistido”,
que muchas veces
considera al Espíritu
comunicante, a veces un
pseudo-sabio, un gran
mentor espiritual (frecuentemente
con nombre célebre en
alguna área del
conocimiento). Ese
fenómeno consiste en
peligro constante en el
estudio de los mensajes
mediúmnicos, lo que hace
que el movimiento
espírita esté siempre
atento al estudio de los
mensajes que vienen del
mundo espiritual, una
vez que la adulteración
del nombre es el recurso
más fácil de ser
utilizado por Espíritus
mistificadores.
Por otro lado, el
trabajo por parte de
Espíritus verdaderamente
evolucionados que buscan
traer mensajes por
intermedio de
determinado médium es
hasta más complejo, pues
la influencia anímica
del médium, entre otras,
afecta decisivamente la
calidad del recibimiento
del mensaje. Los
mentores necesitan
“driblar” gran número de
dificultades para hacer
llegar el elevado nivel
de información de la
obra original del mundo
espiritual hasta las
páginas que nosotros
leemos en los libros. De
hecho, el propio
análisis del cuerpo
editorial, dependiendo
de la editora, puede, a
posteriori, alterar la
esencia del pensamiento
del autor espiritual. Es
claro que eso puede ser
positivo, si el mensaje
esté “truncado”,
prolijo, o poco
informativo. Sin
embargo, algunas
informaciones realmente
relevantes y elevadas
pueden ser perdidas y
los mentores, estando
conscientes de eso,
tienen que superar tales
obstáculos para que el
máximo del mejor mensaje
pueda llegar hasta los
hermanos encarnados.
Nosotros, como espíritas
encarnados, tenemos que
estudiar el máximo para
que nuestro análisis
crítico sea lo más
coherente con la
Doctrina Espírita que
podamos alcanzar.
Allan Kardec constató la
complejidad del asunto
gracias a su amplio y
profundo estudio acerca
de las comunicaciones
mediúmnicas. Además de
la complejidad de la
identificación, la
constatación, por parte
del Codificador del
Espiritismo, de aspectos
más relevantes a ser
analizados concernientes
al contenido del mensaje
(en primer lugar) y al
carácter moral del
médium (en segundo
lugar), hizo que Kardec
dejara como tercera
prioridad los estudios
referentes a la
identificación nominal
del autor espiritual.
El carácter moral del
médium es una
referencia
importante
De hecho, el contenido
del mensaje es lo
principal. Un mensaje de
contenido moral elevado,
lógico, objetivo, que
informa mucho con pocas
palabras, que presenta
un texto correcto
lingüísticamente,
altamente didáctico, que
agrega informaciones
interesantes a un
determinado tópico de
relevancia espírita,
siempre será deseable
para la lectura y el
estudio en el movimiento
espírita.
El carácter moral del
médium, por su parte,
acaba siendo una
referencia importante
cuando el contenido del
mensaje es de naturaleza
dudosa para los
estudiosos del texto.
Cuando las informaciones
son muy originales y, a
pesar de algún respaldo
doctrinario, suscitan
dudas en cuanto a su
credibilidad y
consistencia (eso ocurre
principalmente en
asuntos como “vida en el
mundo espiritual”,
procesos de
manifestación mediúmnica,
reencarnaciones de
individuos famosos,
entre otros asuntos), el
carácter moral del
médium, a pesar de no
resolver totalmente la
cuestión, es un
parámetro que debe ser
considerado. Eso ocurre,
pues un médium de
comportamiento moral
inferior solamente
recibe mensajes de nivel
espiritual elevado en
carácter excepcional. De
hecho, los mentores
espirituales, por
incremento de la
misericordia, pueden
relevar la falta de
mérito del médium y de
afinidad espiritual para
transmitir un mensaje
que sea importante para
el propio médium y para
el grupo espírita que
tendrá acceso al
referido mensaje. Sin
embargo, tal recurso
tiende a ocurrir sólo
excepcionalmente, o sea,
si el médium no se
esforzase por un cambio
de conducta, a medio y
largo plazo, la
tendencia es que pierda
la protección de los
amigos espirituales (Ley
de Causa y Efecto/Afinidad
espiritual) y sea
asesorado por Espíritus
de nivel evolutivo
inferior. De ahí, un
médium moralmente
elevado hace suponer que
su “vecindad”
espiritual, por la
afinidad de pensamientos,
sentimientos y
objetivos, sea también
elevada, lo que consiste
en un importante
requisito para un
trabajo mediúmnico
superior, el cual sea
sostenible a largo plazo.
La identificación
nominal del autor, sobre
todo de autores
conocidos, sea por obras
mediúmnicas, como
autores espirituales,
sea debido a obras
publicadas mientras eran
escritores encarnados,
es una forma de
confirmación de la
inmortalidad del alma y
de la comunicabilidad de
los Espíritus
(mediumnidad).
No siempre las
condiciones mediúmnicas
permiten la
identificación
Esa evidencia es aún muy
importante para aquellos
que dudan o no creen en
la vida después de la
muerte del cuerpo y
siempre será relevante
para los estudios cada
vez más profundizados
sobre temas relacionados
al Espiritismo, tales
como mediumnidad, mundo
espiritual, psicografia
y animismo. Sin embargo,
no siempre las
condiciones mediúmnicas
permiten tal
identificación en
función de limitaciones
enfrentadas por el
médium y/o su equipo de
trabajo mediúmnico. En
ese caso, los autores
prefieren utilizar un
pseudónimo para evitar
que la diferencia de
estilos presentados por
él en esa nueva obra
(por medio de ese
médium) y anteriormente
(por otro médium o en
cuanto a un escritor
encarnado) haga que los
críticos materialistas
rechacen la respectiva
autoría, aumentando el
rechazo al fenómeno
mediúmnico, por
desconocer las
dificultades de esa
compleja tarea.
Existen varios factores
que pueden dificultar la
identificación de la
autoría espiritual del
mensaje, tales como:
1. En el caso de autores
espirituales que fueron,
en cuanto a seres
encarnados, escritores
famosos: la diferencia
del equipaje cultural
entre el Espíritu
comunicante y el médium,
a punto de la influencia
anímica limitar la
capacidad del autor en
imprimir su estilo
literario.
2. En el caso de nombres
que se hicieron célebres
por medio de un médium
específico: la
transmisión de mensajes
por intermedio de otro
médium puede dificultar
la transmisión del
estilo literario
característico del autor
espiritual. Eso ocurre
porque la influencia
anímica de médiums
diferentes sobre el
proceso de “filtración
mediúmnica” de los
mensajes puede
distinguirse
significativamente,
dependiendo de factores
como la intensidad
mediúmnica de cada
médium, el equipaje
cultural general de cada
uno de ellos, el
conocimiento específico
sobre el asunto tratado
por el Espíritu, el
vocabulario y el estilo
de escritura de cada
médium, así como la
adecuación de ese estilo
con el estilo del
Espíritu comunicante.
3. El mecanismo
mediúmnico de
recibimiento (mecánico,
semi-mecánico o
consciente), el cual
puede variar de médium
para médium, afectando
la reproducción del
pensamiento original del
Espíritu comunicante.
Las inconstancias
emocionales pueden
interferir en la
comunicación
4. Las oscilaciones
emocionales del médium
durante la fase en la
cual es instrumento del
recibimiento mediúmnico
de mensajes de un
determinado Espíritu
(puede ser un único día,
cuando se tratara de un
mensaje aislado o puede
envolver un intervalo
bien mayor de tiempo,
llegando a varios meses,
cuando consistir en
recibimiento de obras
mayores y,
principalmente, con
contenido continuo,
como, por ejemplo,
historias mediúmnicas).
Esas inconstancias
emocionales pueden
dificultar la
reproducción del
pensamiento original del
Espíritu comunicante.
5. La diferencia de
vibración entre Espíritu
comunicante y médium,
que cuanto menor
afinidad espiritual
presenten más
dificultades encontrarán
para la transmisión de
ideas del comunicante.
6. Las influencias
espirituales negativas,
incluyendo obsesores
propiamente dichos, que
puedan estar afectando
al médium y/o el grupo
familiar y/o el grupo
espírita que el médium
frecuenta (y que puede
ser el grupo de
sustentación de esa
tarea mediúmnica
específica). Tales
dificultades
disminuirían al
“blindaje mediúmnico”,
que consiste en un
importante factor
protector de la tarea,
sobre todo para el
recibimiento de
historias mediúmnicas.
7. En el caso de autores
espirituales que fueron
escritores encarnados
famosos: las
oscilaciones emocionales
y la propia evolución
intelectual y,
principalmente, moral
del propio autor
desencarnado pueden
modificar las áreas de
interés y de estilo en
relación a aquello que
ese autor escribía
mientras estaba
encarnado. Eso
dificultaría la
identificación de él por
parte de críticos
encarnados. Procesos
semejantes son comunes a
los propios autores
encarnados, que muchas
veces modifican sus
estilos en diferentes
fases de la vida
física. Tratándose de
la desencarnación, eso
podría manifestarse con
mayor énfasis,
considerando la posible
ocurrencia de
desencarnaciones y/o
adaptaciones al mundo
espiritual traumáticas
para el autor
desencarnado. Vale
añadir que muchas veces
el autor espiritual está
escribiendo décadas o
incluso siglos tras su
fase célebre cuando era
escritor encarnado, lo
que tiende a aumentar
las diferencias de
estilo entre esas dos
fases del escritor (como
encarnado y como
desencarnado)
La falta de preparación
intelectual del médium
puede afectar el mensaje
8. Los vocabularios y
modismos lingüísticos
distinguidos en función
de las diferencias
épocas de las vidas
físicas del autor
espiritual en relación
al médium, favoreciendo
una influencia anímica
que descaracterizaria el
estilo del autor
espiritual.
9. En el caso de autores
espirituales que fueron
escritores famosos en
lengua extranjera a la
lengua nativa del
médium, la reproducción
del estilo del escritor
puede ser dificultada
por la diferencia de
estilos de construcción
literaria entre la
lengua nativa del autor
espiritual cuando sea
encarnado y la lengua
nativa del médium. Tal
influencia puede acabar
siendo acentuada por la
diferencia de épocas de
vida física, lo que debe
hacer que la lengua
extranjera “antigua” del
Espíritu comunicante se
distancie aún más de la
“traducción” más directa
en relación a la lengua
nativa “reciente” del
médium.
10. En el caso de la
defensa de postulados
filosófico-doctrinarios
que no corresponden a
las opiniones del médium
puede haber alguna
influencia en la
filtración mediúmnica,
si el médium no es muy
hábil en la actividad de
receptividad (“pasividad”)
en relación al
pensamiento del Espíritu
comunicante.
11. En el caso de
asuntos en los cuales el
médium tenga gran
equipaje cultural y
posicionamientos muy
contundentes, la
influencia anímica puede
generar una reproducción
de clichés mentales
inherentes a la
personalidad y a los
puntos de vista del
médium.
12. En el caso de
asuntos en los cuales el
médium es completamente
laico, el
desconocimiento por
parte del médium de
términos técnicos
asociados al argot del
asunto abordado por el
Espíritu pueden
dificultar la
objetividad y el uso de
las palabras de primera
elección del autor
espiritual.
13. Algunos autores
espirituales que son muy
solicitados por medio de
plegarias y evocaciones
conscientes e
inconscientes muchas
veces envían sus
mensajes mediúmnicos por
medio de “secretarios”,
intermediarios que
tienen la tarea de traer
el pensamiento del
mentor directamente
hasta el médium, en
función del gran número
de … y de grupos
asistidos por parte del
benefactores.
14. Mensajes de cuño
religioso después de
cambio intelecto-moral
drástica en la
erraticidad por parte de
Espíritus que, mientras
encarnados, eran
totalmente materialistas
y antirreligiosos.
Hay casos en que el
autor prefiere valerse
de un pseudónimo
El choque de la
supervivencia del
Espíritu a la muerte del
cuerpo acaba teniendo un
gran impacto sobre los
ideales de estos
escritores. En este
caso, el estilo personal
de escritura podría ser
observado, pero el
contenido es tan
diferenciado en relación
a las ideas anteriores
del autor que causan
rechazo por los
estudiosos de la obra
del referido autor, en
cuanto al escritor
encarnado.
Tales dificultades,
lejos de desmerecer,
enaltecen el gran número
de obras cuyas autorías
espirituales son
evaluadas por
especialistas y críticos
literarios. No podemos
olvidarnos del célebre
“Poemas del Más Allá de
la Tumba” de autores
diversos por la
mediumnidad de Chico
Xavier; de las obras de
Humberto de Campos,
también por la
mediumnidad de Chico
Xavier; de “Cristo
espera por ti” de Honoré
de Balzac por Waldo
Vieira; de “Memorias de
Un Suicida” de Camilo
Castelo Branco/Léon
Denis por Yvonne de
Amaral Pereira; de “El
Misterio de Edwin Drood”,
que fue iniciado por el
célebre autor británico
Charles Dickens, como
auto encarnado, y
concluido por ese mismo
autor, después de su
desencarnación, por
medio de un médium
americano prácticamente
iletrado, cuya obra fue
traducida al portugués
por Hermínio C. Miranda.
Muchas veces, cuando el
Espíritu comunicante
percibe que no será
posible imprimir su
estilo literario por
intermedio de
determinado médium,
buscando estudios
comprobatorios
subsecuentes que
gestionan más una
evidencia de la
inmortalidad del alma y
de la comunicabilidad de
los Espíritus, él
prefiere utilizar un
pseudónimo, para que la
obra llegue hasta
nosotros con el objetivo
de nuestra edificación
espiritual por el
contenido del mensaje.
Ocurrió algo semejante
cuando Victor Hugo se
abstuvo de enviar
personalmente una de sus
obras por intermedio de
Doña Yvonne de Amaral
Pereira y sugirió que
Charles lo hiciera, pues
ambos conocían el
respectivo contenido de
la narración a ser
contada.
Doña Yvonne tenía mayor
afinidad por el estilo
de escritura de Charles
en relación a Victor
Hugo, lo que
inviabilizaría el
intento de este último,
hasta por tratarse de un
escritor muy conocido de
la Literatura Universal.
Otras veces, el Espíritu
prefiere el pseudónimo
para evitar que el
médium sea agredido por
la incredulidad de la
familia, a la semejanza
de lo que ocurrió con
Chico Xavier en el “Caso
de Humberto de Campos”.
Ese habría sido,
inclusive, uno de los
motivos para que el
Espíritu André Luiz no
utilizara su verdadero
nombre para firmar su
obra. En esos casos, un
segundo objetivo de la
publicación de las obras
sería inviabilizado,
que sería justamente el
de suministrar una
evidencia adicional de
la inmortalidad del alma
por medio de la
identificación del autor
espiritual conocido en
la Tierra.
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