Patria del
Evangelio, ¿para
dónde caminas?
Delante de la
violencia
practicada
contra los
profesores del
Paraná, como
vimos en el
editorial de la
edición
anterior, una
profesora
espírita publicó
en una conocida
red social la
siguiente
pregunta:
“¿Brasil no es
el Corazón del
Mundo, la Patria
del Evangelio? ¿
por qué,
entonces, tanta
negatividad,
tanta
irresponsabilidad?”
.
Y podríamos
agregar: ¿Por
qué tanta
corrupción? ¿por
qué tantos
desmanes? ¿por
qué tantos
abusos? ¿por qué
tanta
incompetencia y
falta de
comprometimiento
de parte de
quien debería
gobernar con
sabiduría los
destinos del
país?
Muchos lectores,
mismo entre los
espíritas,
ciertamente
ignoran que la
expresión
Patria del
Evangelio
apareció por
primera vez
asociada a
Brasil en la
obra Brasil,
Corazón del
Mundo, Patria
del Evangelio,
el sexto libro
psicografado por
Francisco
Cândido Xavier,
con la fecha de
1938, de autoría
de Humberto de
Campos
(Espíritu).
En esa obra,
Brasil es
representado en
innúmeras
oportunidades
por la expresión
Patria del
Evangelio.
Admitiendo, sólo
para argumentar,
la veracidad de
que Humberto de
Campos allí
expuso, nos
queda claro,
desde el diálogo
inicial entre
Jesús y Helil,
que la idea
primera, con el
poblamiento que
se siguió a la
llegada de Pedro
Alvares Cabral,
era constituir
en nuestro
terrón natal una
nación imbuida
de nuevos
ideales, sin el
histórico de
guerras, de
intrigas y de
mancillas que
caracterizaban
la civilización
europea.
Del
descubrimiento
del país hasta
1889, cuando fue
proclamada la
República, la
conducción de
Brasil tendría
estado – según
relata Humberto
de Campos – bajo
las riendas de
la esfera
espiritual, algo
que es de
difícil
comprensión
cuando nos
acordamos que
fue exactamente
en todo ese
periodo que se
instaló y reinó
soberano en el
país el
lamentable
régimen de
esclavitud y en
que los pueblos
indígenas que
aquí vivían
fueron
prácticamente
diezmados.
Bien, admitamos
que el autor del
libro no se ha
equivocado.
Siendo así,
recordemos lo
que la obra en
evidencia nos
presenta en el
capítulo
titulado La
República,
donde el autor
reproduce un
interesante
mensaje
atribuido a
Jesús:
“Hermanos, la
Patria del
Evangelio atinge
ahora su mayoría
colectiva.
Profundas
transiciones
señalarán su
existencia
social y
política. Una
nación que
alcanza su
mayoría es la
responsable
legítima y
directa por
todos los actos
comunes que
practica, en el
acuerdo de los
pueblos del
planeta.
Necesario es que
separemos ahora
el organismo
político de
Brasil de las
sugerencias
permanentes y
constantes del
mundo
espiritual, para
que todos sus
emprendimientos
sean debidamente
valorados. A la
manera de los
individuos, las
patrias tienen,
igualmente,
derecho a la más
amplia libertad
de acción, una
vez atingido el
plan de sus
raciocinios
propios.
“Acompañaremos,
indirectamente,
Brasil, donde
las semillas del
Evangelio fueron
sembradas a
chorros, a fin
de que su
pueblo, generoso
y fraternal,
pueda inscribir
más tarde su
gloriosa misión
espiritual en
las más bellas
páginas de la
civilización, en
el libro de oro
de los progresos
del mundo. Sus
votos
evolutivos, en
lo que se
refiere a las
instituciones
sociales y
políticas, serán
cariñosamente
observados por
nosotros, de
manera que no
sean obstadas
las
deliberaciones
de sus
autoridades
administrativas
en el parte
tangible de la
materia
terrestre; pero,
como el reino
del amor
integral y de la
verdad pura aún
no es del orbe
terreno, urge
reformemos
también nuestras
actividades,
concentrándolas
en la obra
espiritual de la
evangelización
de todos los
espíritus
localizados en
la región del
Crucero”.
“La proclamación
de la República
Brasileña, como
índice de la
mayoría
colectiva de la
nación del
Evangelio, hay
que hacerse sin
derramamiento de
sangre, como se
operaron todos
los grandes
acontecimientos
que afirmaron,
delante del
mundo, la Patria
del Crucero, los
cuales se
desarrollaron
bajo nuestra
inmediata
atención.
De ahora en
adelante, el
Brasil político
será entregue a
su
responsabilidad
propia.”
Conforme está
dicho con
claridad en el
mensaje arriba,
a partir de 1889
salió de escena
la protección
espiritual, los
conductores
espirituales de
la República
decidieron dar
un tiempo, y el
país pasó a la
responsabilidad
directa, y sin
ninguna tutela,
de los propios
brasileños.
¿Tendrán todo
mejorado?
Del punto de
vista material,
es obvio que sí.
Para eso la
ciencia y las
innovaciones
tecnológicas
contribuyeron de
forma efectiva e
incuestionable.
Cuanto al
desarrollo
moral, social y
político, hay
controversias, y
la propia
observación
hecha por la
profesora, a que
nos reportamos
en el preámbulo,
indica eso.
Cierta vez
preguntaron al
profesor José
Raul Teixeira
como conciliar
la existencia de
la esclavitud en
Brasil por tanto
tiempo con el
hecho de tener
sido el país
colonizado bajo
la égida del
Cristianismo y
con el título,
que Humberto de
Campos
(Espíritu) le
atribuyó, de
corazón del
mundo y patria
del Evangelio.
Raul Teixeira
respondió:
“El Cristianismo
del Cristo mucho
se distingue del
cristianismo de
los cristianos.
Así es que
tantos abusivos
actos fueron y
son cometidos en
nombre del
Cristianismo,
sin que se
especificase
tratarse del
segundo. En la
alusión de
Humberto de
Campos
encontramos la
misma gravedad
de previsión de
Jesús, al
afirmar que la
Tierra sería el
mundo renovado
del porvenir,
cuando en el
mundo
encontramos,
aún, toda suerte
de locuras,
guerras y
materialismo, y
que, como
Brasil, espera
en el tiempo las
posibilidades de
alcanzar su
destino trazado
en el Mucho Más
Allá de la
Tumba”. (La
entrevista puede
ser
leída
integralmente
pulsándose en
este enlace:
http://www.oconsolador.com.br/5/entrevista.html/)
Delante de todo
lo que arriba
fue dicho, es
bastante valido,
pues, preguntar:
Patria del
Evangelio, ¿para
dónde caminas?
¿Qué piensas de
eso?
Nota de la
Redacción:
Para entender
bien la
condición
evolutiva de los
habitantes de la
Tierra,
sugerimos al
lector que lea
los textos
abajo:
1. Toda
cautela es poca
cuando se habla
en transición
planetaria –
http://www.oconsolador.com.br/ano5/224/editorial.html
2. El
advenimiento del
mundo de
regeneración es
algo aún
distante –
http://www.oconsolador.com.br/ano3/118/especial.html
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