El
entusiasmo
juvenil
generó
la
formación
de
grupos,
inicialmente
autónomos
y
después
como
departamentos
de
instituciones
espíritas
a partir
de 1930.
Las
acciones
juveniles
en el
Movimiento
Espírita
conquistaron
expresión
significativa,
con
alcance
nacional,
alcanzando
auge los
años
1960.
1,2
En un
contexto
de
dificultades
políticas
del
país, se
enfrió
el apoyo
a
movimientos
jóvenes
y,
simultáneamente,
los
primeros
años de
la
década
de 1970,
a partir
de
decisiones
de la
Federación
Espírita
Brasileña3
surgieron
cuestionamientos
sobre
cursos,
eventos
de
jóvenes,
acarreando
un
desestímulo
y hasta
desmantelamiento
de
acciones
de
infancia
y
juventud,
lo que
no fue
seguido
por
todas
las
Entidades
Federativas
Provinciales.
El
presidente
de la
FEB
Francisco
Thiesen
consideró
una
“decisión
infeliz”
y
cuestionó
los
métodos
y medios
utilizados
para la
decisión
de
Consejos
de
Zonas.4
En su
gestión
como
presidente,
en 1977,
Thiesen
instala
la
Campaña
Nacional
de
Evangelización
Infanto-Juvenil,
después
transformada
en
Campaña
Permanente.
Se
inició
otro
ciclo en
el
tratamiento
de la
juventud
en los
Centros
Espíritas.
En la
segunda
mitad de
la
década
de 1980,
durante
la
gestión
de
Thiesen,
fueron
implantadas
las
Comisiones
Regionales
del CFN
de la
FEB y
comenzaron
a ser
creadas
sus
Áreas,
como la
de la
Infancia
y
Juventud.
En el
contexto
de estos
eventos,
los
últimos
años
comenzaron
a surgir
cuestionamientos
y
propuestas
para
evaluación
de la
situación
de la
juventud
espírita
en el
país,
para
definirse
mejor
los
límites
entre
infancia,
adolescencia
y
juventud.
Directrices
para las
acciones
del
joven
espírita
de
Brasil
El año
de 2011,
ocurrieron
manifestaciones
sobre el
tema en
las
reuniones
plenarias
realizadas
en las
cuatro
regiones
del
evento
del CFN.
Simultáneamente,
el DIJ
de la
Federación
Espírita
del
Estado
de Goiás
propuso
la
realización
de un
evento
joven
interestatal
en la
región
Centro,
que
originó
la
Confraternización
de la
Juventud
Espírita
de
Brasil –
Comisión
Regional
Centro,
aprobado
por el
Consejo
Federativo
Nacional
de la
FEB y
realizado
en
Goiânia
en 2013.
Ahora ya
se
programa
un
evento
similar
para las
otras
regiones
Sur y
Nordeste,
en 2015,
y Norte,
en 2016.
En la
reunión
ordinaria
del CFN
de 2013,
se
aprobaron
las
“Directrices
para las
Acciones
del
Joven
Espírita
de
Brasil”5,
que
caracterizan
la
acción
del
joven
espírita
como:
“Posibilitar
a los
jóvenes
momentos
de
estudio,
aprendizaje,
acción,
integración,
cambio
de
experiencias
y
vivencias,
proporcionando
espacio
para el
protagonismo
juvenil
en la
Juventud/Mocedad
Espírita,
en el
Centro
Espírita,
en el
Movimiento
Espírita
y en la
sociedad”,
estimulando
el
trabajo
con
espacios
de:
estudio,
confraternización,
vivencia
y acción
social,
comunicación
social,
integración
del
joven en
el
Centro y
en el
Movimiento
Espírita
y
convivencia
familiar.
La
tónica
principal
del
documento
es abrir
espacios
para el
protagonismo
juvenil.
Durante
la
reunión
ordinaria
del CFN
de la
FEB de
2014,
Jorge
Elarrat
presentó
un
estudio,
como
profesional
del
área,
sobre
las
estadísticas
del IBGE
– del
Censo de
2010 -,
relacionados
con
religiones.
Con base
en datos
comparativos
con las
demás
religiones
mostró
que el
Espiritismo
y las
religiones
orientales
son las
que
menos
crecieron
en las
fajas
etarias
hasta 29
años
(figs. 1
y 2).
Sobre el
Espiritismo,
em
general,
concluyó:
“es la
tercera
religión
en el
país con
un 2% de
declaraciones;
creció
55% en
una
década;
crece en
todas
las
regiones
siendo
más
presente
en el
Sudeste
(3,1%);
exige
actuación
en las
Regiones
Norte
(0,5%) y
Nordeste
(0,8%);
posee
mayor
presencia
en los
rangos
sociales
A y B y
de mayor
escolaridad;
exige
plan de
divulgación
para
poblaciones
de más
pequeña
renta;
presenta
un valle
profundo
en la
participación
etária
juvenil;
exige
repaso
de la
plantilla
de
actuación
del
movimiento
joven;
el
movimiento
está
envejeciendo.”6
El
análisis
del tema
juventud
espírita,
en una
línea
del
tiempo –
desde
las
agremiaciones
pioneras
de los
años
1930
hasta
nuestros
días –,
nos
permite
llegar
al
pensamiento
de que
es
necesaria
una
evaluación
sin
pasión y
amplia
de todo
el
proceso,
teniéndose
en
consideración
los
éxitos y
fracasos
y, hasta
en un
razonamiento
dialéctico,
considerar
que
después
de
momentos
característicos
como
tesis y
antítesis,
se sigue
la
síntesis,
con
planificación
de una
etapa
nueva y
adecuada
a la
realidad
actual y
atendiendo
a las
demandas
del
Movimiento
Espírita.2
Es
preciso
trabajar
con
problemas
y no
solamente
con
temas
Relacionado
también
con el
tema, en
una
serie de
cuatro
seminarios
titulados
“Educación
&
Actividades
Espíritas”
realizados
en la
FEB en
2014 y
en el
inicio
de 2015,
se
concluyó
que hay
necesidad
de
algunos
cambios
que
puedan
llevar
la
transformaciones,
como:
“crear
espacios
interactivos
y
dialogantes
en los
encuentros
de
aprendizaje
(más
conversación,
menos
exposición;
los
participantes
tienen
mucho
con que
contribuir);
organizar
espacios
de
aprendizaje
atractivos
y
diversificados
(jardines,
excursiones,
visitas
culturales
y
asistenciales);
promover
más
momentos
informales
de
confraternización;
conocer
el
perfil
del
grupo y
considerarlo
en la
elección
de
abordajes
didáctico-pedagógicos,
las
cuales
deben
ser
creativas
y
diversas;
desarrollar
acogimiento
y celo
en las
relaciones
interpesonales;
abordar
el
conocimiento
doctrinario
como
apoyo a
la
transformación
moral y
social y
no como
un fin
en sí
mismo;
considerar
los
conocimientos
anteriores
y
actuales
de los
participantes
en el
desarrollo
del
contenido;
trabajar
con
problemas
y no
solamente
con
temas”.7
Emmanuel
comenta
el
versículo
de la 2ª
Epístola
a
Timoteo
(2, 22):
“El
joven
podrá y
hará
mucho si
el
espíritu
envejecido
en la
experiencia
no lo
desamparara
en el
trabajo.
Nada de
nuevo
conseguirá
erigir,
si no se
vale de
los
esfuerzos
que le
precedieron
las
actividades.
En todo,
dependerá
de sus
antecesores.
[...] La
juventud
podrá
hacer
mucho,
pero que
siga, en
todo,
la
justicia,
la fe,
al amor
y la paz
con los
que, de
corazón
puro,
invocan
al
Señor”.8
Referências:
1) Perri
de
Carvalho,
Antonio
Cesar.
Abordagem
sobre a
juventude.
In:
Autores
diversos,
Rumos
para uma
nova
sociedade.
São
Paulo:
Ed. USE.
1996.
p.145-155.
2) Perri
de
Carvalho,
Antonio
Cesar.
Jovens
no
movimento
espírita.
Reformador.
Ano 131,
No.2.214,
setembro
de 2013,
p.
326-328.
3) A FEB
e o
chamado
“Movimento
de
Juventudes
Espíritas”.
Reformador.
Ano 93,
n. 1752.
Março de
1975,
p.60-61.
4)
Thiesen,
Francisco.
Legado
de um
administrador.
Edição
especial.
Rio de
Janeiro:
FEB.
1978. p.
49-50.
5)
http://goo.gl/GqLgth
(Acesso
em
26/4/2015).
6)
https://goo.gl/fqVgmG
(acesso
em
26/4/2015).
7)
http://www.febnet.org.br/blog/geral/noticias/material-do-seminario-educacao-atividades-espiritas/
(acesso
em
26/4/2015).
8)
Xavier,
Francisco
Cândido.
Pelo
espírito
Emmanuel.
Caminho,
Verdade
e Vida.
Rio de
Janeiro:
FEB.
cap.
151, p.
317-318.
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