En todas las áreas del
conocimiento, en la
búsqueda por la Verdad,
necesitamos de criterios
racionales que permitan
obtener deducciones
sobre los hechos
naturales de la Vida.
Obviamente, esos
requisitos también
contemplan las
cuestiones espirituales
de la naturaleza. Sin
embargo, la aplicación
de esos criterios a los
fenómenos mediúmnicos y
de emancipación del alma
(la llamada
“fenomenología
paranormal”) y,
principalmente, al
conocimiento de las
características y
detalles del día a día
en el mundo espiritual
no consiste en un
estudio trivial, o sea,
comprende un mayor
número de complejidades
en el que se refiere a
la evaluación del
contenido del mensaje.
El número de rangos
vibratorios del mundo
espiritual es
incontable, pues
incontable también es el
número de escalones
evolutivos de los
Espíritus propiamente
dichos. Además, muchas
veces “la pobreza del
lenguaje” de parte de
nosotros, encarnados,
limita la capacidad de
los Espíritus para
revelar aspectos del
mundo espiritual incluso
que sea a través de
analogías. Además de
eso, los Mentores
espirituales también
acostumbran a
suministrar
informaciones de forma
gradual, para que paso a
paso, podamos ir
profundizando el
contenido espiritual sin
precipitaciones. Dentro
de ese contexto, también
existen las limitaciones
anímicas de la
instrumentación
mediúmnica que acaban
restringiendo
posibilidades de
información espiritual.
Como si no bastara, los
textos oriundos del
mundo espiritual también
pueden sufrir con
repasos editoriales
infelices, o, en algunos
casos, sean publicados
sin ningún repaso o
análisis crítico a la
luz de la Doctrina
Espírita.
Igualmente, las
dificultades asociadas a
la “captación” de
informaciones del mundo
espiritual ocurren
debido a las
limitaciones de
obtención de datos
consistentes por parte
de los estudiosos que no
sean médiums ostensivos
y que no tengan
oportunidad de estudiar
con médiums ostensivos,
los cuales, además de la
intensidad mediúmnica
propiamente dicha, deben
presentar elevado
equipaje intelecto-moral
en sí mismos y en las
informaciones que
suministran. Siendo así,
muy frecuentemente la
evaluación del contenido
del mensaje acaba
ocurriendo después de la
publicación definitiva
del material mediúmnico
o supuestamente
mediúmnico.
La obra
de André Luiz hasta hoy
suscita polémicas
– En el movimiento
espírita actual, tal
situación ha adquirido
preocupantes contornos,
una vez que el volumen
de producción literaria
de origen mediúmnica ha
crecido en gran
intensidad, haciéndose
verdadero fenómeno
editorial.
Sin embargo, la cuestión
de la calidad
doctrinaria de esa
producción gigantesca,
sobre todo en aquello
que no puede ser
evaluado fácilmente
(tales como
informaciones de la vida
en el mundo espiritual)
consiste en discusión
que no puede ser
postergada o relevada a
un segundo plano. A
título de ilustración de
esa dificultad
concerniente al estudio
del mundo espiritual,
podemos citar la obra
del benefactor
espiritual André Luiz,
que hasta hoy suscita
polémicas en el
movimiento espírita.
En ese contexto, hemos
observado en el
movimiento espírita la
existencia de diferentes
interpretaciones
doctrinarias por parte
de varios grupos de
compañeros. Algunos
tienden a rechazar gran
parte de los trabajos de
origen mediúmnico por
alegar que son
informaciones que no
fueron ratificadas por
la concordancia
universal de la
enseñanza de los
Espíritus. En ese caso,
según algunos
compañeros, las
informaciones que no
están explícitamente
registradas y
ampliamente propagadas
por Allan Kardec no
pueden ser aceptadas
como pertenecientes a la
“Doctrina Espírita” (de
hecho, muchos compañeros
utilizan la expresión
“Doctrina Espírita”
exclusivamente para los
textos de Allan Kardec,
sin admitir cualquier
otros autores).
Por otro lado, otros
compañeros defienden la
ampliación de las tareas
mediúmnicas y de los
grupos mediúmnicos con
base en una única frase
de “El Libro de los
Médiums” que afirmaría
que “Todos son médiums”.
Son dos propuestas
antagónicas, o sea, dos
líneas de interpretación
doctrinaria bastante
diferenciadas, una vez
que, si no existe
credibilidad mediúmnica,
la ampliación de las
tareas mediúmnicas sería
improductiva, cuando no
fueran efectivamente
perjudiciales en la
búsqueda de la Verdad.
“¡Evoque una piedra y
ella atenderá!”
– Además de las dos
vertientes citadas,
existe una tercera vía
que contempla compañeros
que, paradójicamente,
defienden tanto el
aumento de los grupos
mediúmnicos en las casas
espíritas como el
rechazo de cualquier
información que no esté
explícitamente
registrada en las obras
básicas de Allan Kardec.
Realmente, se trata de
un posicionamiento un
tanto contradictorio,
¡¿pues si no podemos
aceptar casi nada en
términos de
publicaciones de origen
mediúmnico posteriores a
Allan Kardec por qué
aumentar tanto el número
de grupos mediúmnicos?!
Algunos alegarían que el
aumento de los grupos
mediúmnicos serviría
para ejercicios
mediúmnicos iniciales y
trabajos que buscan más
el consuelo de los
Espíritus sufridores. A
pesar de tener
conciencia de la
relevancia de tal
propósito, si no tenemos
confianza alguna en las
informaciones obtenidas,
al punto de rechazar
cualquiera dato que no
hubiera previamente sido
establecido por Allan
Kardec, ¡¿cuál es la
utilidad doctrinaria de
un trabajo que nosotros
no aceptamos en el que
se refiere a lo que
puede generar de
información?! Admitimos
que podría haber alguna
relevancia indirecta,
pero, aun así, bien
limitada.
Además de eso, muchos
compañeros que no
aceptan informaciones de
los más respetables
médiums han recomendado
la práctica de
“evocaciones directa de
los Espíritus” en las
reuniones mediúmnicas,
práctica esa
desaconsejada por
médiums y autores
espirituales como Chico
Xavier, Emmanuel, Yvonne
Pereira, Divaldo Franco,
Herculano Pires (que
criticaba tal práctica y
citaba la frase que
denota la temeridad de
tal práctica: “¡Evoque
una piedra y ella
atenderá!”), entre
otros. Ahora, si no
aceptamos las
informaciones sobre el
mundo espiritual
obtenidas de forma
espontánea por médiums
ostensivos (que serían,
además, dedicadísimos
trabajadores), ¡¿cómo es
que vamos a evocar
directamente a los
Espíritus?! ¿Y,
principalmente, a través
de cuáles médiums?!
¡¿Cuáles serían, por lo
tanto, los instrumentos
mediúmnicos con
credibilidad?!
Esa propuesta de
emprendimiento de tareas
mediúmnicas iniciales
sería, en principio,
bastante razonable. Sin
embargo, por lo menos
para una pequeña minoría
de grupos mediúmnicos,
sería de esperarse que
algunas informaciones
pudieran ser dignas de
comentario y/o
publicación, por ser
informaciones válidas
para el conocimiento
general.
El
carácter evolutivo del
Espiritismo es
enfatizado por Kardec
– Por lo menos bajo la
óptica de aquellos que
defienden el aumento del
número de grupos
mediúmnicos en las casas
espíritas, algunas
informaciones obtenidas
por esos grupos deberían
hacer avanzar nuestro
conocimiento
doctrinario.
Por otro lado, la
inmovilización en las
bases kardecistas “no
sería actitud
doctrinaria”, pues la
Doctrina Espírita
envuelve, como el propio
Codificador aseveró. De
lo contrario, estaríamos
admitiendo ya saber todo
sobre el mundo
espiritual o estaríamos
afirmando que poco puede
ser avanzado, una vez
que Kardec no está
físicamente entre
nosotros. Sería el caso
de cuestionar si creemos
que Kardec habría dicho
“la última palabra”
sobre el mundo
espiritual y cuestiones
espirituales
(¡¿finalmente, el
Maestro lionés habría
dicho absolutamente todo
sobre el mundo
espiritual en catorce
años incompletos de
estudio?!). Hay
incontables pasajes que
demuestran
inequívocamente que
Kardec jamás tuvo esa
pretensión y jamás
escribió algo que
pudiera hacer suponer
alguna cosa en ese
sentido.
De hecho, el carácter
evolutivo de la Doctrina
Espírita es bien
enfatizado por el
Codificador en “La
Génesis”. Si no
admitiéramos eso, los
libros kardecistas
podrían ser
interpretados de forma
“absolutamente textual”
(como el Viejo
Testamento es leído por
muchos grupos
cristianos), no estando
susceptibles de
cuestionamientos,
estudios,
desdoblamientos,
ampliaciones y análisis
comparativos con
conquistas de la Ciencia
de los hombres (en su
caso). Las implicaciones
a partir de la
aceptación de tal
paradigma podrían ser
extremadamente
problemáticas para el
Movimiento Espírita,
pues el mismo quedaría
estacionado para
siempre. Ningún texto
que añadiera cualquier
anexo al que Kardec
estableció como base,
aunque fuera coherente
con esa base, podría ser
admitido como hipótesis
plausible. De ese modo,
podríamos enveredar por
caminos que ya fueron
trillados por otras
denominaciones
religiosas en la
Historia de la Humanidad
(y que, en muchos casos,
nosotros, en
encarnaciones pasadas,
tuvimos participaciones
directas y/o
indirectas). Así,
estaríamos repitiendo
errores históricos y
comprometiendo la
evolución del
pensamiento espírita.
Como
avanzar respetando las
bases kardecistas
– Por otro lado, eso no
quiere decir que todas
las informaciones de
todos los médiums
tenidos cómo espíritas
pueden ser aceptadas del
punto de vista
doctrinario. Hay,
realmente, una vasta
publicación de obras
mediúmnicas que no
resisten al más pequeño
análisis.
La discusión en cuestión
gira, directa y/o
indirectamente, en torno
al control de la
concordancia universal
de la enseñanza de los
Espíritus (CCUEE). De
hecho, la cuestión es
compleja, pues dice
respecto a la búsqueda
de una metodología de
estudio que permita,
realmente, un avance
seguro en términos de
conocimiento de la
cuestión espiritual de
la vida (con especial
destaque para la vida en
el mundo espiritual y
sus implicancias). Si
quedáramos estacionados,
estaremos rechazando el
carácter evolutivo de la
Doctrina Espírita así
como desconsiderando el
carácter científico del
Espiritismo (los textos
kardecistas serían,
entonces, considerados
literalmente “la palabra
de Dios” o “El Texto
Sagrado” con inevitables
consecuencias negativas
para el Movimiento
Espírita), lo que no es
razonable considerando
el propio pensamiento
del Codificador. Por
otro lado, si
admitiéramos cualquier
dato de origen
espiritual, estaremos
fácilmente susceptibles
de fascinación y de
groseros equívocos
doctrinarios. Así pues,
en suma, la cuestión es:
¿cómo avancemos con
seguridad en búsqueda de
la Verdad, respetando
las bases kardecistas,
pero estando
predispuestos a estudiar
posibles contribuciones
a esas bases?
En primer lugar, tenemos
que admitir que el
sobredicho método
(Control de la
Concordancia Universal
de la Enseñanza de los
Espíritus) fue un legado
que Kardec dejó para
contribuir en nuestros
estudios (con base en el
principio de que
Espíritu superior “no
cuenta mentira” y que,
si el médium fuera bien
orientado
espiritualmente, los
Espíritus Superiores,
que guían diferentes
médiums, tienden a
corroborar las
informaciones de los
otros mentores). O sea,
no valía solamente para
él, Allan Kardec, sus
estudios y para los
médiums que sirvieron al
Codificador en su
trabajo misionero de
obtención de la Tercera
Revelación. Valdría y
vale igualmente para
todos nosotros,
espíritas militantes
imbuidos del sincero
deseo de aprender y de
contribuir con una
divulgación doctrinaria
de buena calidad.
Fueron
pocos los médiums
utilizados por Kardec
– Muchos pueden alegar
que nosotros no somos
Allan Kardec y que no
tenemos la “categoría”
del Maestro lionés para
hacer el amarre” de los
contenidos concordantes
oriundos de diversos
médiums; y, además de
eso, que el Codificador
tenía una misión
especialísima. Sin duda,
las dos afirmaciones
están correctísimas.
Pero, de ahí a
“dogmatizar” a Kardec y
enyesar la evolución del
pensamiento espírita va
una gran distancia. Si
Kardec propuso varias
medidas, no era sólo
para los grupos que él
dirigía o para sus
contemporáneos; era,
obviamente, también para
la posteridad, esto es,
para la evolución del
pensamiento espírita
independientemente de la
presencia física de el
en la Tierra.
Podríamos analizar, por
ejemplo, la obtención de
“El Libro de los
Espíritus”, en su
primera edición, en la
cual la participación de
las hijas del Sr. Baudin
(Caroline Baudin y Julie
Baudin) y Ruth Celine
Japhet como médiums
representan grandísima
parte de las
informaciones del mundo
espiritual (obviamente,
organizadas de forma
magistral por nuestro
gran Codificador).
Posteriormente, para la
elaboración de la
segunda edición (que se
hizo la definitiva,
siendo aquella que
nosotros estudiamos
cotidianamente en
nuestros hogares y casas
espíritas), otros
médiums comenzarían a
suministrar una
contribución importante,
como sería el caso de
Ermance Dufaux, como
considera Silvino Canuto
Abreu en la introducción
de “El primer Libro de
los Espíritus de Allan
Kardec 1857” (sección
titulada “Notas del
Traductor”, pues Canuto
Abreu es el traductor
para el portugués de la
respectiva obra. El
autor hace un
interesante estudio
basado fundamentalmente
en informaciones de
Kardec obtenidas en la
“Revista Espírita” y en
“Obras Póstumas”. Vale
citar igualmente su obra
“El Libro de los
Espíritus y su tradición
histórica y legendaría”).
De cualquier manera,
pocos médiums fueron
empleados por Allan
Kardec en esa primera
fase, antes que las
sociedades espíritas
comenzaran a ser
fundadas por toda
Francia, Bélgica y otros
países (y muchos
compañeros pasan a
enviar mensajes
mediúmnicos de
diferentes grupos
espíritas para el
Codificador), lo que
ocurrió después del
impacto de la
publicación de “El
Libros de los
Espíritus”.
¿Cuáles
fueron los mejores
médiums psicógrafos?
– Siendo así, podríamos
hacer el siguiente
cuestionamiento: ¿¡Es
posible afirmar
taxativamente que
Caroline Baudin, Julie
Baudin, Ruth Celine
Japhet y Ermance Dufaux
eran mejores médiums
psicógrafos (y/o
psicofónicos) que Chico
Xavier (CX), Yvonne A.
Pereira (YAP), Divaldo
P. Franco (DFP) y Waldo
Vieira (WV)
(considerando, en el
caso de este último, su
contribución hasta el
año de 1966, la cual
generó más de veinte
obras en asociación con
Chico Xavier o
aisladamente), entre
otros?! De hecho, los
cuatro médiums
psicógrafos en cuestión
estarían entre los
principales médiums
posteriores a Allan
Kardec y habría, el
siglo XX, suministrado
relevantes informaciones
sobre mediumnidad,
emancipación del alma,
obsesión y vida en el
mundo espiritual etc. La
respuesta, muy
probablemente, es no. A
pesar del poco
conocimiento sobre la
biografía de las médiums
francesas de LE, sería
posible suponer
justamente lo contrario
(Caroline Baudin,
principal médium de la
primera edición tenía 16
años y su hermana
catorce). O sea, a pesar
de la gran calidad que
ellas muy probablemente
presentaban, los cuatro
médiums brasileños
citados podrían estar en
un nivel de vivencia y
experiencia mediúmnica
superior, hasta por los
periodos, en general,
más extensos de
dedicación a la Doctrina
Espírita de estos
últimos en relación a
las niñas de la
Codificación (además del
cúmulo de conocimiento
sobre Espiritismo y
cuestiones espirituales
en general que la
humanidad adquirió entre
mediados del siglo XIX y
el siglo XX).
Algunos compañeros
pueden no aceptar uno o
más de los nombres de
médiums brasileños
citados como ejemplo en
el presente texto. Pero,
en este caso, caeríamos
en el mismo problema
comentado anteriormente,
o sea, ¡¿cuáles serían
los médiums adecuados?!
¡¿O, realmente (según la
opinión de algunos),
estaríamos restringidos
a los textos Kardecistas
propiamente dichos y
nada más?!
Noticias sobre la vida
en el mundo espiritual
– Varias informaciones
sobre la vida en el
mundo espiritual
obtenidas por CX, YAP,
DPF y WV son
corroboradas unas por
las otras. A título de
ilustración, podríamos
recordar que cuando YAP
recibió las narraciones
de “Memorias de Un
Suicida” (de autoría de
Camilo Castelo Branco),
en 1926, Chico Xavier ni
espírita era. De hecho,
Chico Xavier se
convierte al Espiritismo
después de una reunión
espírita el día 8 de
julio de 1927. Como
“Memorias de Un Suicida”
sólo fue publicado a
mediados de la década de
los 50, ni Chico leyó
“Memorias...”, antes de
recibir las obras de
André Luiz, y ni Yvonne
habría leído André Luiz
antes de psicografiar
las narraciones de
Memorias... ” (pues eso
fue en 1926 y Chico ni
espírita era. De hecho,
Chico Xavier sólo
comenzaría a recibir las
obras de André Luiz en
1943). Podríamos citar
igualmente otras
informaciones obtenidas
por Doña Yvonne de
Amaral Pereira que
corroboran datos de
André Luiz/Chico Xavier,
que son encontradas en
las obras “Traspasando
lo Invisible” y
“Recuerdos de la
Mediumnidad”, en las
cuales tanto Espíritus
como Charles y Bezerra
de Menezes, como la
propia Doña Yvonne
desdoblada, ofrecieron.
Además, es de
conocimiento de todos
que Chico Xavier recibía
un capítulo de
“Evolución en Dos
Mundos” en Pedro
Leopoldo mientras Waldo
Vieira recibía otro
capítulo en Uberaba, sin
generar solución de
continuidad en relación
al pensamiento del autor
espiritual André Luiz.
En el caso de Divaldo
Pereira Franco, los
libros que más
corroboran las
informaciones acerca de
la vida en el mundo
espiritual obtenidas en
las obras de André Luiz
y de Camilo Castelo
Branco son las textos de
Manoel Philomeno de
Miranda.
Hay otras interesantes
evidencias que
demuestran corroboración
de las referidas
informaciones
mediúmnicas, como es el
caso de la obra
mediúmnica de Heigorina
Cuña denominada “Ciudad
en el Más Allá”, en la
cual son presentados
dibujos que mostrarían
la disposición física”
de la colonia “Nuestro
Hogar”. Chico Xavier
tendría habría
confirmado las
informaciones, incluso
con el respaldo de André
Luiz, que prefacia el
respectivo libro.
La virtud
está en el medio término
– Como si no bastara,
tampoco deja de ser una
evidencia de
autenticidad de la
información (por el
CCUEE), la manifestación
de diferentes autores
espirituales, tales como
Maria João de Dios
(“Cartas de Una
Muerta”), Hermano Jacob
(“Volví”), Marcos
(“Niños en el Más
Allá”), en
Creemos que “la virtud
está en el medio
término”, o sea, no
debemos aceptar, sin
cualquier restricción
doctrinaria, toda
producción mediúmnica y
no rechazar todo lo que
no esté explícitamente
registrado en las obras
básicas de Allan Kardec.
Tampoco debemos aumentar
indiscriminadamente
grupos mediúmnicos,
muchas veces sin la
presencia de un único
médium ostensivo. Lo que
no significa que no
debemos estimular la
formación de grupos
mediúmnicos, desde que
de forma lenta, gradual
y con criterios
doctrinarios bien
establecidos por los
dirigentes de la Casa
Espírita.
Además, no es porque un
médium sea respetable y
serio que todas sus
obras tienen,
necesariamente, el mismo
valor doctrinario.
Algunos médiums
comienzan bien, y
terminan mal, en sus
tareas doctrinarias.
Otros van mejorando con
el tiempo.
Además, autores
espirituales diferentes,
revisiones editoriales
cuestionables, ausencia
de revisión doctrinaria,
problemas de filtración
mediúmnica, entre otros,
pueden hacer que un
médium con credibilidad
del punto de vista
doctrinario pueda tener
una u otra obra de más
pequeño valor
informativo.
Sometiendo todos los
mensajes a continuo y
renovado estudio
comparativo, después de
previa selección,
teniéndose en cuenta el
contenido y el carácter
moral del médium, así
como su lógica y su
coherencia (en su caso)
con las ciencias de la
materia, lenta,
paulatina, y
consistentemente
avanzaremos en el
conocimiento al respecto
de las llamadas
cuestiones espirituales
de la vida.