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Livro: A
Vida Viaja na
Luz (La Vida
Viaja en la Luz)
Autor:
Inácio Ferreira
Médium:
Carlos A.
Baccelli
Editora:
LEEPP
Al largo de este
análisis,
deberían ser
colocados entre
comillas los
nombres de los
Espíritus
citados, por el
hecho de que sus
palabras y
actitudes no nos
convencen de la
identidad a
ellos atribuida.
Sin embargo,
para facilitar
la
|
redacción de
este texto,
dejamos de
hacerlo. |
Los textos del
libro serán
transcritos en
negrita,
las páginas,
entre
paréntesis.
Ese Espíritu,
que se hizo
pasar por el Dr.
Inácio Ferreira,
tras ridiculizar
la mediumnidad,
de atacar a los
espíritas, de
inventar
materialización
a partir de
ectoplasma
extraído de un
cadáver de un
borracho, de
inventar
reencarnación en
el Mundo
Espiritual, de
usar un lenguaje
absolutamente
incompatible con
la sobriedad, la
dignidad y la
nobleza de la
Doctrina
Espírita, ahora
se coloca, en
lenguaje mucho
más moderado,
como defensor de
Chico Xavier,
olvidado de que
en el libro
“Chico Xavier
Responde” colocó
en la boca del
médium
desencarnado una
clara defensa
del aborto.
Si ese Espíritu
fuera realmente
el ilustre Dr.
Inácio Ferreira,
debería valorar
la obra del
médium Chico
Xavier,
estudiando y
desplegando las
tesis
presentadas por
André Luiz, que
se presentan
como un
complemento de
la Codificación.
Pero, en un
intento de
valorar el
trabajo
equivocado del
médium que le
sirve de
instrumento,
primero defiende
la tesis de que
Chico Xavier fue
Kardec, y ahora
presenta a
Baccelli como
médium de Chico,
luego del propio
Kardec, que
estaría
volviendo para
completar la
Codificación.
- ¡Pero nadie
puede querer
imponer silencio
a Chico! -,
exclamó,
indignado, el
fiel amigo.
– Es un intento
de lanzar al
descrédito todo
el mensaje de
él, vía
mediúmnica.
Vea: contestan
algunos libros
de su labranza
psicografica –
teniendo el
visible objetivo
de que no sean
admitidos por
complemento de
la
Codificación...
(22)
Quién estudia la
obra de André
Luiz tiene una
visión clara de
cómo se organiza
la vida en el
Mundo
Espiritual. El
Dr. Inácio nunca
se refiere a la
bella
organización
delineada en la
comunidad
“Nuestro Hogar”
y en otras
colonias, en que
son resaltados
los valores
espirituales, la
vivencia
evangélica, el
orden, la
seriedad, el
merecimiento, la
obediencia.
– El otro día,
bien pronto, en
la compañía de
Modesta y Manoel
Roberto, fui a
ver, en las
inmediaciones
del Hospital, un
terreno que
hubimos
conseguido en
régimen de
préstamo, para
la realización
de viejo sueño.
(25)
– ¡El Hospital
de los médiums
será la
institución
mantenedora de
la Sociedad
Protectora de
los Animales
“Francisco de
Asís”!
– ¡Una Sociedad
Protectora de
los Animales en
el Más Allá!
(27)
– El Hospital de
los Médiums, del
punto de vista
jurídico,
responderá por
la Sociedad
“Francisco de
Asís”.
(30)
El Dr. Inácio,
en su consulta,
encontró sobre
su mesa una
carta
confidencial de
Chico Xavier,
como si hubiera
allá un servicio
postal.
(33/35)
Esa, uno de las
incontables
intentos que
hace en el
sentido de hacer
la vida
espiritual
semejante a la
vivida en la
Tierra, en un
intento claro de
minimizar las
revelaciones de
André Luiz.
Después, recibe
un hombre que
había sido
condenado a 200
años de prisión
en el Mundo
Espiritual, y
que había
obtenido
licencia del
juez para una
consulta.
– Jamás podría
suponer que, en
la Vida del Más
Allá de la
Tumba, la
justicia
funcionara como
funciona en la
Tierra. Así que
me vi fuera del
cuerpo, me
dieron voz de
prisión y fui
para una
penitenciaria,
donde quedé
aguardando
juicio.
(49)
Obsérvese la
continuación del
relato del
entibador
desencarnado:
– Conforme le
digo, así que me
vi fuera del
cuerpo – tuve
oportunidad de
ver mi cuerpo
inmóvil, caído
en el cuarto de
baño de una de
mis propiedades
-, dos
detectives se
aproximaron y me
preguntaron si
yo era el dueño
de aquellas
propiedades y de
la herrería.
– Los detectives
pronunciaron mi
nombre completo.
En otras
circunstancias,
como huí
incontables
veces, yo habría
huido, pero...
¡Yo tenía
incontables
contactos en la
policía, Doctor!
(50)
– Conforme le
digo, me dieron
voz de prisión y
me esposaron.
– ¿Y usted fue
esposado?
– ¿Conducido en
el vehículo?
– Me llevaron
para el
presidio. Me
quitaron las
esposas, un
médico me
examinó y
prescribió
algunos
medicamentos.
Debo haber
dormido unos
cuatro o cinco
días seguidos…
(51)
La fábula
prosigue,
dándonos la
impresión de que
el Dr. Inácio se
volvió un
novelista…
Más adelante,
dice que fue a
Uberaba y,
habiendo
materializado un
oído y un ojo
(¿necesitaría?),
oyó unas
conversaciones
de espíritas y
presenció
algunas escenas
triviales, cuya
descripción,
como muchas
otras, sirve
sólo para llenar
páginas de
libros.
(58)
Dando lecciones
de buenas
costumbres, dice
que leyó en los
periódicos (sic)
de la localidad
donde habita:
– ¿Usted leyó,
en los
periódicos, la
ley que fue
aprobada
recientemente? –
¡Quién sea
cogido tirando
papel en el
suelo, o
escupiendo,
además de ser
multado, será
condenado a un
mes de servicios
comunitarios!
(60)
Difícil de
comentar es la
afirmación de la
posibilidad de
ahogamiento
seguido de
muerte en la
colonia “Nuestro
Hogar”. Tras la
muerte, en la
sepultura, o la
cremación.
– ¿Será que, sin
saber nadar, si
alguno de
nosotros cae en
las aguas del
Río Azul, podrá
ahogarse y
morir? Doctor,
si el cuerpo
espiritual es
dotado de
sistema pulmonar
y todo lo demás,
si continuamos
inflando los
pulmones de
oxígeno, la
respuesta es
lógica: ¡sí,
podrá ahogarse y
morir !
(87)
Y no sólo
muere, más
es enterrado o
quemado…
– ¡Muere y es
enterrado!
¡Va para el
cementerio, o,
como en este
Otro Lado, es
más común, para
el horno
crematorio!
(119)
¿Pero como puede
haber
desencarnación
si no hay carne?
A pesar del
absurdo, el Dr.
Inácio prosigue
en su raciocinio
falaz,
aprovechando
para reafirmar
su tesis de la
reencarnación en
el Mundo
Espiritual,
partiendo de un
sofisma creando
por él mismo:
– Mi gente,
reflexione
conmigo. Si del
Lado de Acá se
muere, o sea, se
desencarna,
¿qué impide que
también se
reencarne?
Pablo, en su
Primera Carta a
los Corintios
(15: 40), hace
distinción entre
cuerpo carnal y
cuerpo
espiritual,
demostrando que
este sobrevive a
la muerte: “Y
hay cuerpos
celestes y
cuerpos
terrestres
(...)”. Pero, El
Dr. Inácio cita
el pasaje sólo
por la mitad,
intentando
confundir al
lector:
- “... ¡también
hay cuerpos
celestiales!”
(121)
Continuando en
su campana de
diseminar
descontento en
el medio
espírita, hace
acusaciones,
como si hubiese
algún órgano
censor:
– Sí. Bajo el
pretexto, por
ejemplo, de
pureza
doctrinaria, en
sustitución a la
fraternidad, la
intolerancia
viene siendo
adoptada.
Estamos
repitiendo casi
los errores
cometidos por la
Iglesia, en el
campo de la
censura a las
nuevas ideas con
el cercenamiento
de la libertad
de expresión.
(133)
Luego adelante,
el Dr. Odilon
afirma
justamente lo
contrario, ¿o
estará haciendo
un mea culpa
en nombre del
Dr. Inácio y
advirtiendo a su
médium?:
– Es sumamente
desagradable
digamos, pero
los médiums,
principalmente
los psicógrafos,
deberían ser más
comedidos. Ni
todo médium
nació para
escribir bajo la
inspiración de
los espíritus.
En consecuencia,
presionados por
las editoras,
los médiums
pierden todo el
criterio de
evaluación en
cuanto se
refiere a la
conveniencia o
no de publicarse
esta o aquella
obra de su
coautoría.
(137)
En el cap. 19,
el Dr. Inácio
hace una
interpretación
curiosa de la
Parábola del
Hijo Pródigo, en
la cual se
aventura como
teólogo y
produce
afirmaciones
cómo esta, en
que niega la
encarnación como
necesidad
evolutiva,
cuando dice que
sólo tras el
hijo haber
dejado la casa
paterna es que
necesitó de la
reencarnación
(será esta una
nueva versión de
la “¿caída de
los ángeles?):
– ¡En una
traducción
metafísica,
dejando el Plano
Etéreo, él
reencarna! ¡Se
sumerge, de
cabeza, en la
experiencia de
la
reencarnación!
¡Hasta entonces,
él no poseía
carma, estaba
exento!
(158)
Nótese como es
“terreno” el
plano espiritual
en que el Dr.
Inácio se sitúa:
– Querido, ¿por
dónde es que
andaba usted ? –
pregunté a
Cássio.
– Por ahí,
Doctor.
– ¿Qué está
haciendo ahora?
– Aprendiendo y
cuidando de la
Clínica.
- ¿Usted abrió
uma clínica por
aqui?
(178)
En la obra
“Nuestro Hogar”
hay una
observación de
Lisias a André
Luiz, en el
sentido de ser
evitados
comentarios que
no sean
constructivos.
En el libro
“Fundación
Emmanuel”, el
Dr. Inácio hace
referencia a un
periódico,
titulado
“Reseña”, que
circularía en
aquella región,
llevando
comentarios
hechos en la
Tierra. Al tomar
conocimiento de
apreciaciones
que le fueron
desagradables,
el Dr. Inácio da
un corte de
manga a los
espíritas que no
concuerdan con
sus tesis. En el
libro en
estudio, hay una
afirmación
equivocada,
afirmando la
existencia de
prensa en la
colonia “Nuestro
Hogar”, lo que
no es verdad:
– El recuerdo de
Altiva es
interesante,
Inácio- habló
Modesta -, el
personal que lee
la obra “Nuestro
Hogar” poco
comenta sobre la
Prensa en el
Mundo
Espiritual.
(179)
El Dr. Inácio,
siempre
disminuyendo el
valor de los
espíritas, y
dándose
importancia...
– Últimamente,
muchos espíritas
recién
desencarnados
tienen consulta
conmigo. No que
estén
propiamente
enfermos, pero
desean ajustar
ciertas ideas en
conflicto con la
realidad de la
Vida, ante la
cual se deparan
en la existencia
del Más Allá de
la Tumba.
(184)
Ese Espíritu,
que se dice Dr.
Inácio, moderó
un tanto los
ataques a los
espíritas y las
bromas que hacía
en sus libros
anteriores, pero
no las dejó del
todo, como se ve
en esos diálogos
que dice haber
tenido con un
espírita recién
desencarnado:
– ¡Usted no
podía: sonreír
era contra la
pureza
doctrinaria! ¡De
hecho, para
muchos espíritas,
fumar es más
contra la pureza
de la Doctrina
que contra la
pureza de los
pulmones!
El amigo ahora
pasó a sonreír
sonoramente.
– Yo aún, Doctor
– consideró –,
ya combatí mucho
el hábito de
comer carne...
Llego a este
Otro Lado y
percibo que
ciertos
espíritus...
– Espíritus,
no – ¡hombres! –
reparé.
– Cierto.
Percibo que
muchos hombres
se están
deshabituando
poco a poco...
(189)
Prosiguiendo la
conversación,
pasó a
entrevistar al
Espíritu:
– ¿Usted es
espírita?
– Sí, hace más
de 40 años...
- Desencarno, ¿y
de ahí?
– No aconteció
absolutamente
nada. Estoy en
la misma.
– ¿No voló?
– Apenas me
arrastré y estoy
arrastrándome...
– ¿Come y duerme?
– ¡Y bebo agua!
– ¿Hace sexo?
– ¡Lo hago!
– ¿Con qué?
– ¡Doctor, el
señor está loco!
– Responda.
– ¡Con las
cosas, oh!
– ¿Usted es
espíritu
vampiro?
– No, yo soy
normal.
– ¿Entonces,
usted hace sexo
es con
desencarnado?
– ¡Sí! ¿Pienso
qué? Yo no soy
íncubo...
– ¿Tiene
orgasmo?...
¡Bien,
disculpadme,
pero el resto de
la entrevista es
prohibido para
menores y no
quiero poblar la
cabeza de ese
nuestro personal
beato, que
considera pecado
tener orgasmo en
un sólo lado de
la Vida,
mientras más en
los Dos!
(190/191)
En una
entrevista
concedida a un
periódico (sic)
de la colonia
espiritual donde
se encontraba,
el Dr. Inácio
declara algo
inusitado, como
el hecho de que
un Espíritu
desencarnado
normalmente no
recuerde su
última
encarnación:
– Si estamos
viniendo de la
Tierra – de su
contraparte más
materializada –,
¿por qué no nos
acordamos?
– ¡Por la misma
razón que, al
reencarnar, el
espíritu no se
acuerda de donde
viene!
(202)
Imaginemos la
confusión que
causa en alguien
que se está
iniciando en el
Espiritismo, al
tener
conocimiento de
que un Espíritu,
que se dice
médico y
orientador de
grupos
espirituales, se
presente
resfriado, con
la nariz
goteando:
Percibiendo que
yo estaba con la
nariz goteando,
el compañero me
preguntó:
– ¿El señor se
resfrió?
– No sé –
respondí – si es
la “porquería”,
con la cual el
personal anda
preocupado
allá debajo,
pero estoy todo
atascado, la
cabeza pesada,
respirando
apenas...
(209)
En toda la obra
de André Luiz no
hay ni un relato
de dolencias en
Espíritus
trabajadores del
Bien. El Dr.
Inácio presenta
esa novedad.
– Luego por la
mañana de aquel
jueves, tras
haberme alejado
de la consulta
por tres días
consecutivos, a
fin de
recuperarme de
un fuerte
resfriado,
Nelson
compareció para
una consulta
más.
(227)
La información
abajo está
equivocada, pues
“Nuestro Hogar”
es sólo una de
las miles de
ciudades
espirituales. De
hecho, no se
puede hacer
paralelo con la
parodia
presentada en la
obra:
– ¡La referida
colonia es una
organización
sui generis!
No se tiene
paralelo al
respecto en otra
obra de cuño
espiritualista,
transmitida para
la Tierra
mediumnicamente.
(213)
El capítulo 28
es dedicado a
una crítica al
Movimiento
Espírita
Unificado, y a
los espíritas en
general. Tras
mucho quejarse
del trabajo que
tiene como
Director-Médico
de un hospital,
se niega a
afiliarlo a una
entidad de
unificación
existente en el
Mundo
Espiritual. Su
interlocutor,
buscando
aproximarse al
Dr. Inácio, se
declara, también
él, masón (sic).
Imaginando que
su interlocutor
hablara de
intervención en
el hospital, el
Dr. Inácio, no
perdió la
oportunidad para
una bravata:
– No es mi
recelo, porque,
primero,
vosotros
tendríais que
pasar por encima
de mí. Mientras
yo esté en la
dirección de
este sanatorio,
excepto Jesús y
los Mayores que
nos orientan,
nadie se
entromete. ¡En
ese sentido, si
fuera el caso,
no dudaría en
recurrir a los
servicios de un
buen abogado!
Parece que el
Dr. Inácio
quiere
materializar el
Mundo Espiritual
al punto de
hacerlo
inverosímil...
Finalmente, tras
mucha
conversación, el
Dr. Inácio se
sale con esta,
como si
circulara dinero
en el Mundo
Espiritual:
– Vosotros
podéis contar
con nosotros,
inclusive, en su
caso, con dinero
para las
promociones en
pauta, pero no
nos afiliaremos.
(243)
Y continúa con
sus ataques a la
Unificación:
– Casi me
arriesgué a
decir que en los
moldes con que
viene siendo
conducido, el
Movimiento de
Unificación es
más perjudicial
que útil al
Espiritismo.
(244)
Usa todo el
capítulo 29 para
describir una
conversación
informal con la
cocinera del
sanatorio, lo
que da al lector
idea de que el
hospital está en
el plano
físico...
¡Además de eso,
dice que la
cocinera había
llegado con el
niño de la mano,
con hambre! No
es eso que se
aprende con
André Luiz,
principalmente
en las obras
“Entre la Tierra
y el Cielo” y
“Liberación”,
relativo a los
niños
desencarnados.
– ¿Se acuerda de
cómo llegué
aquí, trayendo a
Benedito por la
mano? Miedosa y
retraída hecha
una coquina
asustada... El
señor me miró,
jugueteó con
Benedito,
preguntó si
estábamos con
hambre y nos
trajo justamente
para aquí, la
Cocina – ¡el
señor aún hizo
el plato de
Benedito!...
- ... ¡que comió
hecho un leon!
– Teníamos
hambre, Doctor.
El común de la
gente no sabe lo
que es pasar
hambre y llegar
ahuyentados del
mundo...
(260)
Algo que no
encuentra
explicación en
el libro es el
hecho del Dr.
Inácio recibir
cartas de
encarnados y de
desencarnados,
como esa que él
responde abajo:
“Confieso que
sus obras mucho
me han auxiliado
a entender lo
que André Luiz
escribió a
través de Chico
Xavier. (...) Y
el señor es el
único espíritu
en defender la
obra mediúmnica
de Chico Xavier
– ¡No
generalizando,
la mayoría no
dice una única
palabra, a no
ser para
exaltarse a sí
mismo! ¡Reciba
mi abrazo y
balón para la
frente!”
Respondiendo la
carta recibida,
ataca a médiums
y al Movimiento
Unificador:
– El
Espiritismo, mi
amigo, para
mucha gente, hoy
volvió un medio
de vida. La
inquisición que
los “cardenales”
del movimiento
vienen haciendo
a los nuevos
médiums, en el
fondo, es lucha
por el poder y -
¡pásmese! – ¡por
el vil metal!
Muchos de ellos,
sin que lo
perciban, están
siendo usados
por los lobos
disfrazados de
ovejas...
(268)
Más adelante,
continuando la
respuesta a la
“carta” que
había recibido,
hace una defensa
de la obra
mediúmnica de
Chico Xavier,
como si aquella
que él recibió
cuando
encarnado, como
médium,
estuviera siendo
contestada. Pero
la defensa que
él hace es de
esas obras
supuestamente
atribuidas a
Chico
desencarnado,
recibidas por
Baccelli.
– ¡Pero, antes
del punto final,
necesito decirle
una cosa más: no
dude de que, en
el propio medio
espírita, haya
una conspiración
contra las obras
mediúmnicas de
la labor de
Chico Xavier!
(270)
Al final de su
respuesta,
retoma aquel
lenguaje
rastrero de sus
primeros libros:
– Sea usted
mismo y,
conforme dijo,
¡”balón para el
frente”!
Permítame sólo
pluralizar la
palabra “balón”,
incitándolo a
ser digno
representante de
los que, sin ser
machistas, son
machos lo
suficiente para
decir lo que
piensan.
P.S: En lo que
se refiere al
coraje del
testimonio y
verdadero amor a
la Causa, no
puedo dejar de
reconocer que,
por sus ovarios,
muchas mujeres
poseen
“balones” que
muchos hombres!
(271)
Tras hablar, en
otras obras, de
reencarnación en
el Mundo
Espiritual, el
Dr. Inácio ahora
intenta amenizar
la tesis,
mezclando
reencarnación
con
materialización,
argumentando con
lo que relata
André Luiz en
“Nuestro Hogar”
y en
“Liberación”:
– En sus bases
el fenómeno es
el mismo; lo que
difiere es el
proceso... de
ahí, en
passant,
nosotros podamos
conjeturar en
torno a la
reencarnación en
los diferentes
planos
espirituales de
la Vida, sin
que, para tanto,
el sexo
concurse, en los
patrones con que
concursa en la
Tierra, en
otros mundos y
dimensiones.
(287)
En el cap. 36
hay una curiosa
carta que Chico,
desencarnado,
habría dirigido
al Dr. Inácio.
Siempre el
intento del Dr.
Inácio de
“materializar”
el Mundo
Espiritual.
(314)
Siempre atacando
y ridiculizando
a los espíritas
que estudian y
que siguen una
línea moral:
– Los ortodoxos,
en el campo de
la Filosofía
Espírita, están
impidiendo a
nuestro pueblo
de pensar –
¡están
cometiendo un
crimen! ¡Ese
grupo de
clérigos
reencarnados,
que se cansó de
arrodillar, pero
no de tener a
los otros
arrodillados
delante de sí,
cree que la Ley
de Causa y
Efecto funciona
sola! Si fuera
así, también la
Ley de la
Reencarnación
también
funcionaría –
¡no habría
necesidad ni de
relación sexual!
El
espermatozoide –
yo no sé por qué
orificio –,
saldría solo
preguntando en
cada esquina: –
“¿Vosotros
vieron un óvulo
dando vueltas
por ahí?...”
Ahora, no hagan
poco de la mía
ya tan poca
inteligencia…
- ¡Los espíritas
necesitan
incluso
actualizar su
concepción de
vida más allá de
la muerte!
En otro intento
de
“materializar”
la Vida
Espiritual,
habla de la
fuerza policial
en el Más Allá,
que vino a la
Tierra a
aprisionar
Espíritus:
– Iremos, pero
voy a entrar en
contacto con el
Dr. Elpídio,
amigo mío y
Delegado de
Policía, para
que prepare un
destacamento
policial.
Aquellas
entidades
necesitan ser
prendidas!
(319)
– Conforme
acordamos,
Odilon vino a
encontrarme en
el hospital y,
en compañía de
Elpídio,
previamente
contactado por
mí y tres
detectives más
bajo su mando,
partimos en
dirección a la
Superficie
(324)
– Mientras
“descendíamos”,
fuimos,
naturalmente,
integrándonos en
el ambiente, de
tal manera a ser
identificados en
la condición de
entidades recién
desencarnadas.
Inhalando
fluidos menos
rarefactos, en
la atmósfera de
la Tierra,
promoviendo una
relativa
condensación en
nuestros cuerpos
espirituales y,
entonces, nos
confundimos con
los transeúntes
de la ciudad que
visitábamos.
(324)
“Confundirnos
con los
transeúntes”.
Entonces se
materializaron,
como dijo en el
libro “Por Amor
al Ideal”,
refiriéndose a
Edgar Alan Poe,
que se habría
materializado
con el
ectoplasma del
cadáver de un
borracho y
habría andado
por las calles
de Uberaba, a
fin de
consultarse,
como si fuera un
paciente
encarnado. ¡Si
es así como
habla el Dr.
Inácio, queda
difícil saber si
estamos viendo
un Espíritu
encarnado o un
desencarnado
materializado!
Finalmente, se
trata de un
trabajo grosero,
emanado de un
Espíritu que
pretende
informar
equivocadamente
a aquellos que
están
interesándose
por el
Espiritismo, al
tiempo que
cuenta con la
falta de cuidado
de aquellos que,
conociendo la
Doctrina, nada
hacen para
cohibir su
acción nefasta.
Con la palabra
principalmente
los responsables
por centros,
librerías y
clubes de libros
espíritas por la
divulgación de
libros como ese.
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