Humberto
de
Campos
nació en
Miritiba
– hoy
Humberto
de
Campos
-, en el
Maranhão,
en 1886.
Fue niño
pobre,
quedó
huérfano
de padre
a los
cinco
años de
edad y
estudió
con
esfuerzo
y
sacrificio.
Vivió en
Parnaíba
(Piauí),
de los
10 a los
13 años,
allí
llegando
en 1896.
Tres
años
después
siguió
para Dâo
Luís,
después
para
Belém y
Rio de
Janeiro.
(1)
En sus
obras él
cuenta
algunos
episodios
que le
dejaron
ranuras
profundas
en el
alma y,
entre
ellos,
su amado
cajueiro
de
Parnaíba.
En el
capítulo
“Un
amigo de
infancia”
(Memorias,
1933)
escribió:
“Al día
siguiente
al del
cambio
para
nuestra
pequeña
cada dos
Campos,
en
Parnaíba,
en 1896,
toda
ella
oliendo
aún a
cal, la
tinta y
el barro
fresco,
me
ofreció
la
Naturaleza,
allí, un
amigo.
Entraba
yo en el
cuarto
de baño
tosco,
próximo
al pozo,
cuando
mis ojos
descubrieron
en el
suelo,
en el
intersticio
de las
piedras
toscas
que lo
calzaban,
una
castaña
de caju
que
acababa
de
rebentar,
hinchada,
en el
deseo
vegetal
de ser
árbol.
[...]”
Dijo su
madre:
“-
Planta,
mi hijo...
Ve a
plantar...
La
planta
en el
fondo
del
patio,
lejos de
la
cerca...
[...] A
los
trece
años de
mi edad,
y tres
de la
suya,
nos
separamo,
mi
cajueiro
y yo.
Embarco
para
Maranhâo,
y el se
queda.”
En Rio
de
Janeiro,
entonces
Capital
de la
República,
se hizo
famoso,
como
brillante
periodista
y
cronista;
sus
páginas
fueron "columnas"
en todos
los
periódicos
importantes
del
País. Se
dedicó
enteramente
al arte
de
escribir.
Ingresó
en la
Academia
Brasileña
de
Letras
en 1919.
Unos
años
después
fue
elegido
diputado
federal
por su
Estado
natal,
teniendo
sus
mandatos
sucessivamente
renovados
hasta
estar
casado
con la
Revolución
de 1930.
Adoptó
varios
pseudonimos,
inclusive
el de
Consejero
XX. Este
después
vino a
ser
adaptado
para los
libros
espíritas.
Cuando
enfermó,
modificó
completamente
el
estilo.
Se hizo
amado
por todo
el
Brasil,
especialmente
en Bahia
y São
Paulo.
Sus
padecimentos
aumentaron,
quedó
parcialmente
ciego y
se
sometió
a varias
cirugías;
viviendo
en uma
pensión,
sin el
calor de
la
familia,
su vida
era un
cuadro
de dolor
y
sufrimiento.
Pero
continuó
escribiendo
para
consuelo
de
muchos
corazones.
Encarnado,
escribió
casi 40
libros;
siendo
uno
publicado
póstumamente:
Diario
secreto
(2
vols.) -
memorias
– 1954.
El
rincón
del
terreno
de la
casa en
que él
residió
en
Parnaíba
fue,
después
de su
desencarnación,
transformado
en un
jardín
público
con la
denominación
de
Parque
“Humberto
de
Campos”.
Um hecho
importante
Hay um
hecho
importante
registrado
em su
Diario,
transcribiendo
trechos
publicados
em
“Diario
Carioca”
y
también
citado
em el
libro
psicografiado
por
Chico
Xavier,
Nuevos
Mensajes.
“Tres de
esas
misivistas,
compadecidos,
me
apuntan,
sin
embargo,
para
llegar a
la
presencia
de Dios,
y
obtener
aquí
mismo en
la
Tierra
sus
gracias,
otro
camino:
son
almas
caritativas
que me
desean
ver, no
libre de
los
tormentos
del
Infierno
en la
otra
vida,
sino de
la
ceguera
completa,
que
continúa
a
procesarse,
aquí
mismo,
en este
mundo.
[...]
¿Por qué
no
intenta
el
Espiritismo?
¿Por qué,
si la
Ciencia
de los
hombres
le quitó
la
esperanza,
no
intenta
lo
sobrenatural?
[...]
Domingo,
14 de
agosto
de 1932.
Hace un
mes, más
o menos,
Mme. F.,
propietaria
de la
pensión
en que
actualmente
resido,
me
preguntó
si creía
en el
Espiritismo.
Le
respondí
con un
gesto
libre,
pero en
que
había
más
negativa
que
afirmación.
Yo
tampoco
creo, me
respondió;
pero,
tales
son las
cosas
que he
visto, y
tantas
las
curas
por
Espiritismo,
que
quedo en
la duda,
sin
saber lo
que
piensa
al
respecto.
Y me
cuenta
su caso,
y el
caso de
amigas y
conocidas
suyas,
cuyas
enfermedades
fueron
diagnosticadas,
y
curadas
com
recetas
oferecidas
por los
“médiums”
los
cuales
llegan a
corregir,
algunas
veces, a
médicos
ilustres
anteriormente
consultados.
[...]
¿Por qué
el señor
no
experimenta
el
Espiritismo?
Si el
señor
quiere,
ponga su
nombre,
su edad
y su
residencia
en un
papelito,
que yo
doy a mi
marido y
él hace
la
consulta.
Le doy
la
papeleta,
con esas
informaciones
personales.
Y si
agota la
primera
semana.
Transcurre
la
segunda.
Termina
la
tercera.
Y no me
acordaba
más del
caso,
cuando
esta
mañana,
Mme. F.,
empujando
levemente
la
puerta
del
gabinete,
donde yo
escribía
tranquilamente,
pidió
permiso
y,
entrando,
se
acercó a
la mesa.
El señor
debe
estar
molesto
conmigo
y con
F.,
comienza,
al mismo
tempo
que se
pone los
guantes,
pues que
va a
salir
para la
reunión
dominical
de su
iglesia
protestante;
pero mi
marido
no se
olvidó
del
negocio
del
Espiritismo...
Él está
incómodo
para
darle la
respuesta...
El señor
es, sin
embargo,
un
hombre
superior,
y no
ignora
la
gravedad
de su
enfermedad.
De modo
que yo
encontre
mejor
venir a
decirle
luego la
verdad.
Tome
aliento.
Desabotona
los
guantes.
Los
abotona
nuevamente.
Continúa:
F.... (el
marido)
fue a
las dos
sesiones
de
Espiritismo,
y tanto
en una
como en
la otra,
con dos
"médiums",
que no
conocían
uno la
respuesta
del otro,
el
resultado
fue el
mismo:
es decir,
que el
señor
está muy
enfermo
y puede
morir de
un
momento
para
otro; de
modo que
ni
merece
la pena
recetar...
Los
espíritus
añaden
que el
señor
abusa
mucho de
su salud,
pero que
el
médico
que el
señor
tiene es
muy
bueno...
Y
notando,
parece,
en mí,
el
efecto
de la
noticia:
Es
posible,
sin
embargo,
que eso
no sea
verdad...
En mi
caso él
acertó...
En el de
S...
también,
y en
todos
los
otros...
Pero, en
el del
señor
puede no
dar
cierto...
De
cualquier
modo, el
señor es
un
espíritu
fuerte,
y es
mejor
estar
prevenido...
Un frío
irresistible
me corre
por la
espina
dorsal.
Agradezco
la
información,
simulando
serenidad,
y Mme.
F. se
retira.
El
corazón
me late,
descompasado.
Tengo la
impresión
de que
voy a
desfallecer.
Me pongo
de pie,
buscando
respirar
con
fuerza.
Me
acuesto.
Me
levanto.
Paseo
por las
dos
salas
desiertas,
atónito,
el
pensamiento
en
desgovernado,
como
quién
acaba de
recibir
una
violenta
patada
en el
cráneo.
Finalmente,
¿yo creo
o no
creo?
Ahí está
una
explicación,
sincera,
leal, a
los
espíritas
que me
escriben,
interesándose
por mi
salud.
Golpeé,
aunque
sin fe,
o mandé
golpear
por mano
ajena, a
la
puerta
en que
todos
reciben
esperanzas
y
consuelo.
Y lo que
de allá
me vino
fue, aún,
como ven,
la
desilusión
y el
dolor..."
Las
crónicas
del más
allá de
la tumba
El 5 de
diciembre
de 1934,
el
escritor
desencarno:
Tres
meses
después
de la
desencarnación,
volvió
del Más
Allá, a
través
del
joven
médium
Chico
Xavier,
este con
24 años
de edad
solamente,
y
comenzó
a
escribir,
sacudiendo
al País
entero
con sus
crónicas
de más
allá de
la
tumba.
El hecho
sacudió
la
opinión
pública.
Los
periódicos
de Rio
de
Janeiro
y otros
estados
estamparon
sus
mensajes,
despertando
la
atención
de toda
la
gente.
Agripino
Grieco y
otros
críticos
literarios
famosos
examinaron
atentamente
la
producción
de
Humberto,
ahora en
el Más
Allá. Y
atestiguaron
la
autenticidad
del
estilo.
"¡Sólo
podía
ser
Humberto
de
Campos!"
-
afirmaron
ellos.
Comenzó
entonces
uma fase
nueva
para el
Espiritismo
em
Brasil.
Chico
Xavier y
la
Federación
Espírita
Brasileña
ganaron
notoriedade.
Vários
libros
fueron
publicados.
¡Los
familiares
de
Humberto
movieron
una
acción
judicial
contra
la FEB,
exigiendo
los
derechos
autoriales
del
muerto!
La
Federación
ganó la
causa.
Humberto,
presionado,
cuando
volvió a
escribir,
usó el
pseudónimo
de
Hermano
X. Lo
histórico
de la
polémica
está
registrado
en el
libro
La
psicografia
ante los
tribunales,
escrito
por el
jurista
Miguel
Timponi
(Ed. FEB).
Como
espíritu
escribió
obras
por el
médium
Chico
Xavier,
doce
publicadas
por la
FEB
(entre
1937 y
1969):
Crónicas
del más
allá de
la
tumba;
Brasil,
corazón
del
mundo,
patria
del
evangelio;
Nuevos
mensajes;
Buena
nueva;
Reportajes
del más
allá de
la
tumba;
Lázaro
renacido;
Luz
encima;
Puntos y
cuentos;
Cuentos
y
apólogos;
Cuentos
de esta
y de la
otra
vida;
Cartas y
crónicas;
Estante
de la
vida, y,
por la
Editora
Buena
Nueva:
Historias
y
anotaciones
(2010).
A
finales
de
octubre
de 1950,
la
“Caravana
de la
Fraternidad”
visitó
Parnaíba.
Además
de las
actividades
en la
C.Y.
Perseverancia
en el
Bien, en
el Grupo
“Vida y
Progreso”,
en la
Maternidad
Marques
Bastos y
en la
Escuela
Padre
Damián,
los
caravaneros
también
visitaron
el
cajueiro
y la
urbanización,
hecha
por el
alcalde
Mirocles
Hubiste
Veras,
en 1940
Brasil
em la
visión
de
Humberto
(Espíritu)
Entre
muchos
comentários
oportunos
relacionados
com
nuestra
Patria,
destacamos
de la
presentación
de
Nuevos
Mensajes
(FEB):
“Y fue
así que
la
caridad
selló,
entonces,
todas
las
actividades
del
Espiritismo
brasileño.
Sus
núcleos,
en todo
el país,
comenzaron
a
representar
los
centros
de
eucaristia
divina
para
todos
los
desesperados
y para
todos
los
sufridores.
Se
multiplicaron
las
tiendas
de
trabajo
del
Consolador,
en todas
sus
ciudades
prestigiosas,
y las
recetas
mediúmnicas,
los
consejos
morales,
los
puestos
de
asistencia,
las
farmacias
homeopatas
gratuitas,
los
pases
magnéticos,
se
multiplicaron,
en todas
partes
en
Brasil,
para la
fusión
de todos
los
trabajadores,
en el
mismo
ideal de
fraternidad
y de
redención
por la
caridad
más
pura. (Recibido
por el
médium
Francisco
Cándido
Xavier,
el 5 de
noviembre
de
1938).”
Em
Brasil,
corazón
del
mundo,
pátrio
del
evangelio
(FEB,
1938),
Emmanuel
registra
em la
presentación:
“Brasil
no está
solamente
destinado
a suplir
las
necesidades
materiales
de los
pueblos
más
pobres
del
planeta,
sino,
también,
a
facultar
al mundo
entero
una
expresión
consoladora
de
creencia
y de fe
razonada
y a ser
el mayor
granero
de
claridades
espirituales
del orbe
entero.”
Y el
autor
espiritual
del
libro
destaca:
“¡Consideremos
el valor
espiritual
de
nuestro
gran
destino.
Engrandezcamos
la
patria
en el
saludo
del
deber
por la
orden, y
traduzcamos
nuestra
dedicación
mediante
el
trabajo
honesto
por su
grandeza!
¡Consideremos,
por
encima
de todo,
que
todas
sus
realizaciones
han de
merecer
la
luminosa
sanción
de Jesús,
antes de
fijarse
en los
bastidores
del
poder
transitório
y
precario
de los
hombres!
Los días
de
pruebas,
como en
las
horas de
venturas,
estemos
hermanados
en una
dulce
alianza
de
fraternidad
y paz
indestructible,
dentro
de la
cual
deberemos
esperar
las
claridades
del
futuro.
¡No nos
compite
estacionar,
en
ninguna
circunstancia,
y sí
marchar,
siempre,
con la
educación
y con la
fe
realizadora,
al
encuentro
de
Brasil,
en su
admirable
espiritualidad
y en su
grandeza
imperecedera!”
(1)
El texto
arriba
es una
síntesis
del
pronunciamento
hecho
por el
autor al
ser
homenajeado
con la
“Medalla
del
Mérito
Legislativo”
en uma
Sesión
Solemne
de la
Cámara
de
Concejales
de
Parnaíba,
el día
29/8/2015.
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