Espírita de
Marília, además
de ocupar el
cargo de 2º
Tesorero del
Hospital
Espírita de
Marília y de
rector del
Centro
Universitario
Eurípides de
Marília,
mantenido por la
Fundación para
la Educación
Eurípides Soares
da Rocha. |
El cofrade nos
concedió la
siguiente
entrevista:
¿Cuándo y cómo
surgió la
Fundación para
la Educación
Eurípides Soares
da Rocha?
La Fundación
surgió en el año
1965, por
iniciativa de
miembros de la
comunidad
espírita de
Marília, que ya
se dedicaban a
las obras de la
escuela Dr.
Bezerra de
Menezes,
encabezados por
el Dr. Francisco
Benedito Luiz de
Anhaia Ferraz e
Hygino Muzzi
Filho, viniendo
la escuela a
convertirse en
la fundadora de
la Fundación en
el año 1967. El
gran trabajo de
este grupo fue
instalar en
Marília los
primeros cursos
superiores
(Derecho,
Administración y
Ciencias
Contables)
teniendo en
cuenta que en
ese entonces
había que
trasladarse
hasta Bauru para
estudiar en una
facultad.
¿Es de
iniciativa
espírita?
Sí, todos los
pioneros
fundadores de la
institución
fueron espíritas,
como dije,
ligados a la
escuela Dr.
Bezerra de
Menezes y
también al
Hospital
Espírita de
Marília.
Considerando sus
objetivos
académicos,
¿cuántos cursos
existen
actualmente en
su malla
curricular?
Son 11 cursos
superiores de
graduación,
siendo el curso
de Derecho con
Nota Máxima por
la MEC, 8 cursos
de post-grado
Lato Sensu y la
Maestría de
Derecho que es
Nota 3 por la
CAPES.
¿Hay algún
vínculo de la
institución con
el movimiento
espírita local?
La institución
mantiene un
vínculo
permanente con
la comunidad
espírita de
Marília y puede
ser considerada
la mayor
institución
espírita de
Brasil
trabajando en la
enseñanza
superior
brasileña. Los
miembros
patrocinadores
de la Fundación
son también
miembros de la
Escuela Dr.
Bezerra de
Menezes, del
Hospital
Espírita de
Marília, del
Instituto
Asistencial
Espírita de
Marília y de
varios centros
espíritas de
Marília. Para
participar del
grupo que
sostiene la
Fundación es
necesario que el
compañero sea
miembro espírita
activo. La
indicación de
los miembros
patrocinadores
de la Fundación
es encaminada,
por medio de una
asamblea
específica, por
el Instituto
Asistencial
Espírita o por
la Escuela
Bezerra.
De su historial
al frente de la
institución,
¿cuál ha sido su
mayor
aprendizaje,
considerando su
compromiso
personal con la
Doctrina
Espírita?
Creo que puedo
afirmar sin
duda, que el
principal
aprendizaje es
la práctica de
las enseñanzas
de la doctrina
en la
administración
de la Fundación.
Son más de 300
empleados,
personas de
diferentes
grupos y niveles
sociales.
Contamos con
personal de
nivel básico en
la
administración y
con varios
doctores y
maestros en la
docencia. Es un
grupo muy
heterogéneo,
pero las
responsabilidades
con las finanzas
y la buena
conducción de la
institución para
que se mantenga
dentro de los
patrones
saludables de la
economía, es un
desafío diario.
Cabe resaltar
aun que la
principal misión
de la Fundación
es ofrecer una
oportunidad a
los más
necesitados para
que realicen
estudios
superiores,
conforme a sus
estatutos
iniciales, y veo
que ahí está el
gran aprendizaje
-mantener viva
esta llama de la
caridad y de la
fraternidad,
incluso en los
tiempos más
duros de la
economía.
Mantener una
institución
filantrópica en
la actualidad,
con un gobierno
inestable de la
manera en la que
está, cambiando
las reglas de
financiamiento y
bolsas de
estudio a cada
momento,
buscando
aumentar la
recaudación por
medio de
tributos y de
impuestos, es un
aprendizaje
diario. La
paciencia y la
oración
constante han
sido nuestros
principales
guías.
En términos de
influencia
regional
académica, ¿cuál
es su
evaluación?
Desde su
creación, la
Fundación
priorizó la
calidad en la
enseñanza
superior. Fue
así que atrajo a
alumnos de un
círculo regional
de hasta 150 km.,
pasando por
ciudades como
Ourinhos,
Pedrinhas
Paulista, Assis,
Palmital,
Rancharia,
Tarumã, Garça,
Vera Cruz,
Pompeia, Tupã,
entre otras. Con
la instalación
de los cursos de
posgrado y de la
maestría, ese
universo se
amplió y hoy
contamos con
alumnos hasta de
Rondônia, Mato
Grosso, Goiás,
Paraná, Rio
Grande do Sul,
alumnos que
buscan la
calidad
mantenida por la
Fundación y
comprobada por
el MEC.
¿Algo resaltante
que le gustaría
destacar?
Desde el inicio
atendemos a
alumnos carentes
con bolsas de
estudios
integrales o
parciales. Son
dos los momentos
a resaltar: el
primero cuando
ellos nos buscan
para el examen
de ingreso y
posteriormente
para la
matrícula. Los
padres traen los
sueños, traen la
esperanza de ver
al hijo, muchas
veces el único
en el medio
familiar que
tiene la
oportunidad de
llegar a la
enseñanza
superior.
Necesitan la
bolsa de
estudios para
ver ese sueño
realizado. Pasan
por el Núcleo de
Asistencia
Social, hacen la
entrevista y
cuando quedan
encuadrados en
el perfil de la
carencia, están
aptos para
integrar el
cuadro
estudiantil. Es
la primera parte
del sueño
realizado. La
segunda parte, y
también la más
feliz, es cuando
en el día de la
graduación, la
familia entera
está presente,
trayendo
pancartas que
dicen:
"venciste", "lo
lograste",
"felicitaciones
por la
conquista",
"eres un
vencedor…” y
llenando el
ambiente de
aplausos y de
una alegría
contagiante. Es
allí donde veo
que todo ha
valido la pena,
valió creer en
el ser humano,
valió mantener
el ideal de
nuestros
pioneros, valió
cada minuto que
pasamos aquí en
la Fundación.
Sus palabras
finales.
Aun con todas
las
dificultades,
tengo el sueño
de ver a un
mayor número de
personas
teniendo acceso
a una mejor
calidad de vida,
a una mesa de
alimentos
saludables, que
no requieren ser
abundantes, pero
que tenga lo
suficiente para
la familia, que
todos puedan
estudiar y
ayudar a los
padres que
trabajaron tanto
para que sus
hijos tengan lo
mejor en la
vida. Tengo el
sueño de que los
hombres tomen
conciencia de
que la vida sólo
tiene sentido
cuando
practicamos el
amor al prójimo.
¿Una alegría? Ya
experimenté
algunas veces la
alegría de ver a
un exalumno que
fue becario
regresar a la
Fundación y
donar libros
para la
biblioteca como
una manera de
agradecimiento
por todo lo que
recibió. Ya
experimenté
también la
felicidad
encontrar a
alguno de esos
becarios,
después de años,
y saber que está
ayudando a
financiar los
estudios de
alguien más
necesitado. En
cada nuevo grupo
que formamos,
todos los años,
por lo menos 35%
de los alumnos
son becados o
reciben alguna
ayuda para
concluir sus
estudios. Tengo
el sueño de que,
en un futuro no
muy distante,
esos mismos
alumnos puedan
ayudar a otras
personas
necesitadas a
hacer el curso
superior que les
abrió la puerta
para un mundo
mejor para
todos, un mundo
de justicia
social, de paz y
de profesionales
muy competentes,
pero con la
diferencia de la
formación con
visión
humanista. Para
eso trabajamos y
en eso creemos.
N.R.:
Para saber más
sobre el Centro
Universitário
Eurípides de
Marília, acceda
al site de la
institución:
http://www.univem.edu.br/
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