El
Espíritu
que se
hace
pasar
por el
Dr.
Inácio
Ferreira
ha
buscado,
en sus
últimos
libros,
atenuar
sus
comentarios
jocosos,
irrespetuosos,
chulos,
de que
hizo uso
em otras
obras.
Tras
atacar a
los
espíritas
en
general
y los
médiums,
en
particular,
ahora
busca,
con la
técnica
propia
de los
fascinadores,
confundir
puntos
doctrinarios.
El libro
que
ahora
analizamos
constituye
un
intento
de, por
la
exageración,
llevar a
lo
inverosímil
y al
ridículo
las
revelaciones
hechas
por
André
Luiz.
Actúa
así
también
contra
Chico
Xavier:
alava
sus
hechos,
pero le
ridiculiza
la obra.
Véase el
libro
“Chico
Xavier
Responde”.
Transcribimos,
sin
comillas,
en
negrita,
los
textos
recogidos
del
libro em
analisís.
Nuestros
comentarios
serán
escritos
en tipo
normal.
(...)
hay
cierto
vacío en
los
centros
espíritas
con el
cual
muchos
están
preocupados
y con
justa
razón.
¿Si los
conductores
del
rebaño
se
vuelven,
de
bastón
en puño,
unos
contra
los
otros,
que
rumbo el
rebaño
tomará?
(27)
Esa
afirmación
es
completamente
destituída
de
fundamento,
pues lo
que se
observa
es
exactamente
lo
contrario:
Es hasta
preocupante
el
volumen
de
personas
que
están
llegando
a las
casas
espíritas.
¡Estamos
falando
por la
base...
El
autoritarismo,
el
rencor,
la lucha
por el
poder y
la
vanidad
andan
haciendo
estragos
irreparables!
(22/23)
Ese
comentario,
colocado
en la
boca de
Maria
Modesto
Cravo,
hace
coro con
la
cantilena
llevada
a efecto
por otro
Espíritu
fascinador
que,
bajo el
nombre
de
Ermance
Dufaux,
de lo
alto de
pretendida
cátedra
de
psicología,
hace
críticas
semejantes
a los
espíritas.
Tras
usar
cinco
páginas
del
libro
describiendo
la
comida
que
tomarían
en un
tal
Liceo,
comienzan
un
estudio
de “El
Libro de
los
Espíritus”,
de modo
informal,
como en
un
debate
charla...
Se nota
ahí la
gran
diferencia
entre
los
ambientes
descritos
por
André
Luiz, en
“Nuestro
Hogar”,
donde se
nota la
seriedad
con que
los
asuntos
y
trabajos
eran
tratados.
A cierta
altura
de los
estudios
sobre
reencarnación,
Domingas
dice que
oyó de
Chico
Xavier,
en la
Tierra,
la
siguiente
afirmación:
...
los que
poseen
la
creencia
indiscutible
en la
reencarnación
vinieron
de otros
mundos –
¡emigraron
de otros
planetas
para la
Tierra!
(43)
Si no
bastaran
que
muchos
encarnados
estén
dando al
público
esa
serie de
afirmaciones
basadas
en el
“Chico
dijo...”,
¡ahora
también
desencarnados!
Nótese
que esa
afirmación
contraria
lo que
se
aprendió
sobre
reencarnación
hasta
ahora.
Entonces,
los
espíritas
vinieron
de otros
planetas...
André
Luiz nos
reveló
la
existencia
de vida
organizada
en el
Mundo
Espiritual,
de
manera
análoga
a la de
la
Tierra.
El Dr.
Inácio
exacerba
ese
aspecto
“material”,
hablando
de
reencarnación
allá,
aunque
no
exista
carne.
Buscando
llevar,
por la
exageración,
al
descrédito,
habló,
en otra
obra, en
la
posibilidad
de
conseguir
terreno
en
préstamo
para uma
fundación
de
establecimiento
destinado
a la
protección
de
animales
y, ahora,
de la
posesión
de coche
particular,
con el
cual el
Dr.
Odilon
los
lleva a
una
aldea de
indios,
en un
servicio
asistencial...
Yo traje
algunas
bolsas
de
alimento
em el
coche –
alimento
para
adultos
y niños
–
esclareció.
(57)
Después
de
repartir
golosinas
com las
niñas,
oye de
una niña:
Tio, ¿el
señor
bendisse?
El
abuelo
está em
cama...
¿el
señor
bendisse?
Está
claro,
vamos a
verlo –
respondió.
La mamá
– dijo a
un chico,
sin
camisa
–, con
el
medicamento
que el
señor le
dio, ya
mejoró
del
dolor de
cabeza...
¿El
señor
trajo
más?
¿Cómo va
nuestro
Morubixaba?
-
Mejorando
–
respondió
con un
guiño. –
La
fiebre,
no
obstante,
va y
vuelve.
Extraño
el hecho
de un
indio
sabio,
capaz de
revelar,
sólo por
el olor
de las
manos,
encarnaciones
pasadas
y
futuras
de
algunos
Espíritus
allí
presentes,
aún
continuase
en la
condición
de viejo
y
enfermo.
En ese
punto,
Patuwa
tuvo una
crisis
de tos
que casi
lo dejó
sin
respiración.
Saliendo
el Dr.
Odilon
en
visita a
otras
familias
indígenas,
quedó el
Dr.
Inácio
conversando
con el
indio
Patuwa.
En esa
conversación,
coloca,
como
siempre,
autoelogios,
además
de
destacarse
en la
condición
de
revelador:
Patuwa
me gusta
mucho
usted:
hombre
sincero
y
valiente.
La lucha
suya es
grande,
pero no
puede
haber
desánimo.
El
hombre
en el
mundo
necesita
saber la
verdad...
¡basta
de tanta
mentira!
¿Usted
escribe
libros,
no es?
Continuando
la
conversación,
Patuwa
dice que
estuvo
encarnado
en la
época de
los
Padres
Anchieta
y Manoel
da
Nóbrega.
Después,
“revela”
que
Chico
Xavier
fue el
Padre
Anchieta...
Como si
no
bastara
la
polémica
inócua
acerca
de
Chico/Kardec,
bien
alimentada
por él,
ahora
viene el
Dr.
Inácio
con má
una,
colocadas
en la
boca del
indio
Patuwa:
Después,
la
última
noticia
que tuve
es que
él
estaba
nuevamente
en la
Tierra –
él en la
Tierra y
el Padre
Nóbrega
aquí, en
este
Otro
Lado...
El Padre
Nóbrega
escribía
por él –
¡igual a
lo que
Inácio
viene
haciendo
con su
amigo!
–
Anchieta,
entonces?...
–
cuestioné,
boquiaberto.
– Estaba
en una
religión
nueva...
¡El Pajé
blanco
Odilon
sabe de
todo!
– ¡¿Él
era
Chico
Xavier?!
- Sí,
los dos
asumieron
compromisso
con
Jesús
para
mucho
tiempo...
El Padre
Anchieta
en la
Tierra y
el Padre
Nóbrega
fuera
del
cuerpo.
¡Ahora
va a
invertir!
(65/66)
El
Morubixaba
enfermo
disse
que va a
“desencarnar”
(sería
mejor
decir
“desesperipiritizar)
em
breve,
dejando
su
cuerpo
al Dr.
Inácio
para
estudiar:
Patuwa
no dice,
pero
sabe que
él está
cerca de
morir de
nuevo...
No diga
nada a
nadie.
El Pajé
blanco
ya
sabe...
No
quiero
tristeza
en la
pequeña
tribu.
Cuando
Patuwa “morir”,
voy a
dar mi
cuerpo a
usted...
– ¡¿A mí?!
–
pregunté
con
espanto.
–
Entienda
bien,
para
usted
estudiar.
Quiero
que
usted lo
abra,
vea lo
que
tiene
dentro y
escriba
para la
Tierra
contando
lo que
vio.
– ¡Pero
yo no
soy
cirujano!
– alegué
– ¡Yo
soy
psiquiatra!
No sé
más
disecar
un
cuerpo...
(67/68)
Y el
dialogo
prosigue,
culminando
con esta
afirmación:
- Voy a
dejar um
documento
firmado,
donando
mi
cuerpo
para
usted...
(68)
Desmintiendo
todo lo
que
aprendió
hasta
ahora
sobre
periespíritu,
Patuwa
da
classe
de
anatomia
periespiritual.
Pero la
classe
fue
interrumpida...
Patuwa
tuvo
outro
acesso
de tos y
algunas
gotitas
de
sangre
le
alcanzaron
la
camisa
empapada
de sudor.
(69)
Todo
indica
que
Patiwua
va a
“desencarnar”
por
efecto
de una
tuberculosis,
que le
provocaba
fiebre,
además
de la
tos:
- La
fiebre
está
volvendo
cada vez
más
flerte –
disse él
com
tranquilidade.
– Dejaré
la
carcaza
em Luna
Nueva –
previó
com voz
entrecortada.
(71)
Em el
trecho
abajo,
repite
algo
inverosímil
que ya
fue
relatado
por
outro
médium:
¡San
Francisco
de Asís,
en
ciertas
ocasiones,
llegaba
a rodar
sobre
espinos,
flagelándose
de
manera
voluntaria,
para no
ofrecer
sintonía
a los
espíritus
que lo
tentaban!
(78)
De vez
em
cuando,
vuelve
al viejo
hábito
de
atacar a
espíritas
y
médiums:
Interesante
en
ciertos
adeptos
del
espiritismo:
llegan
ahora a
la
doctrina,
que
apenas
están
conociendo,
practican
media
docena
de
acciones
en la
Caridad,
comienzan
el
ejercicio
de la
mediumnidad
incipiente
y ya se
juzgan
espíritus
superiores...
¡Cuánta
ilusión!
(83)
Se
aprende,
en el
Espiritismo,
que el
Espíritu
humano
es la
resultante
de un
largo y
laborioso
caminar,
como
principio
espiritual,
acompañando
la
evolución
de las
formas
físicas,
a través
de
milenios
incontables.
En la
presente
obra hay
una
adhesión
a la
teoría
de la
caída
del
Espíritu.
Más allá
además,
el Autor
se
refiere
al “acto
de la
creación”,
como si
fuese el
momento
de la
creación
del
Espíritu,
tomando
al pie
de la
letra la
expresión
“simples
e
ignorantes”:
El
espíritu,
en el
acto de
la
creación,
fue
creado
sin
cuerpo –
simple e
ignorante.
La
necesidad
de
evolucionar
es que,
primero,
lo hizo
“encarnar”
y
reencarnar”
en el
Plano
Espiritual,
en su
“descendida”
a la
materia.
Adquiriendo
cuerpos,
cada vez
más
groseros,
en su
“descendida”,
el
espíritu,
en su
movimento
de
asceta,
gradualmente,
de ellos
habrá de
despojarse.
(86/87)
Al
contrarío
de lo
que se
lee
arriba,
se
aprende
que el
Espíritu
va
usando
cuerpos
cada vez
más
sutiles...
A
continuación,
cita
capciosamente
a André
Luiz,
queriendo
inducir
al
lector a
creer
que el
Espíritu,
al
respirar,
en el
Mundo
Espiritual,
no lo
hace con
su
periespíritu,
pero por
estar
“reencarnado”
allá.
En el
libro
Nuestro
Hogar
(...)
“mis
pulmones
respiraban
a largos
sorbos”.
(87)
Lo que
sigue,
no
carece
de
comentário,
delante
de lo
absurdo:
¡Absolutamente,
yo no me
consideraba
apto
para lo
que él
solicitó:
participar
de la
disecación
del
“cadáver”
de su
periespíritu!
(90)
Como
siempre,
el Dr.
Inácio,
insiste
en
mencionar
su
contacto
con
Espíritus
que
dejaron
en la
Tierra
marcas
de su
saber,
de su
seriedad,
de su
dignidad.
Em otras
obras,
citó
contacto
con
Emmanuel,
Bezerra
de
Menezes,
André
Luiz,
Leopoldo
Cirne,
Eurípedes
Barsanulfo,
Hernani
Guimarães
Andrade.
Queda
difícil
creer
que esos
Espíritus
serios
tuvieran
tiempo
para dar
atención
a quien
cultivaba
la
irreverencia,
el mal
gusto,
la burla
y hasta
el
anedotário
reprobable...
Esta
vez,
cita
apenas a
Hernani
Guimarães
Andrade
y
Hemendra
Nath
Banerjee.
Aún aquí,
se nota
la
preocupación
de
caricaturar
las
revelaciones
de André
Luiz
sobre la
vida em
el Mundo
Espiritual:
Al poco,
los
platos,
que yo
había
pedido
que
nuestras
excelentes
cocineras
prepararon
a la
moda
hindú,
fueron
llegando.
– ¡Arroz
basmati!
–
exclamó
Banerjee.
– En su
homenaje
–
respondí
– No sé
si la
salsa
estará
de su
agrado.
Nuestra
cocinera-jefe,
que es
minera,
está más
habituada
a
preparar
arroz
con
tonelete
de
feijão,
un
condimento
de corzo
y ...
– ¡Mayonesa
con
caril!
Exclamó
al ver
el
segundo
plato
que
Anastácia,
la
cocinera-jefe,
nos
traía
personalmente,
todo
decorado
con
tiernas
hojas de
lechuga.
(140/141)
La
descripción
de la
comida
se
prolonga,
hasta la
sobremesa,
um pudim
de
yogurt.
Más
adelante,
relata
que hizo
una
charla
para
jóvenes,
sobre
pesos
atómicos,
en una
flagrante
demostración
de
quienquiera
llenar
páginas
de libro.
Después,
relata
el
encuentro
con
Tomaz
Novelino,
discípulo
de
Eurípedes
Barsanulfo,
que
habría
fundado
un
colegio
en el
Mundo
Espiritual.
Para
tal,
habría
contratado
un
arquitecto,
hecho el
proyecto,
sólo
faltó
decir
donde
consiguió
la
financiación
para la
obra,
cuyo
primer
módulo
tendría
10.000
metros
cuadrados.
- ¿A
usted le
gustó
mucho,
Tomaz –
pregunté.
– No, y
voy a
explicar
por qué.
Aquí,
Doctor,
en el
Mundo
Espiritual,
las
obras
destinadas
a
beneficiar
a la
comunidad
–
escuelas,
hospitales,
fábricas
e
industrias,
parques
de
recreo,
etc. –
cuestan
menos
que las
de uso
privado.
-
Interesante.
– Existe
un
decreto
gubernamental
que
establece
las
obras
comunitarias
– de la
piedra
del
cimiento
a la
placa de
cobertura
–
costaron
1/3
menos
que
cualquier
otra.
– ¿Entonces
los
obreros
que se
envuelven
en su
construcción
ganan,
menos?
-
¡Absolutamente!
¡Ganan
más!
(159/160)
Alguien
pregunta
al Dr.
Inácio
si él no
sabía de
eso
cuando
construyó
su
hospital,
al que
él
respondió
que
estaba
preguntando
sólo
porque
estaba
escribiendo
un libro...
(160)
No
resistiendo,
una vez
más, al
hábito
de
vanagloriarse,
“transcribe”
palabras
de Tomaz
Novelino:
– ¡Sin
la
intención
de
elogiarlo,
Doctor –
lejos de
mí
semejante
propósito
– la
tesis de
la
reencarnación
en el
Mundo
Espiritual,
que el
señor
viene
presentando
en sus
obras,
amplía,
considerablemente,
los
horizontes
de la
Vida!
- No
obstante
–
argumenté
– la
referida
tesis há
sido
objeto
de
escarnio
de parte
de
algunos
adeptos
de la
Doctrina...
(166)
Kardec
trajo al
Mundo
varias
revelaciones,
que
fueron
complementadas
a través
de la
obra de
Chico
Xavier,
siempre
redactadas
en
lenguaje
serio,
elevado,
digna.
¿Será
que lo
Alto,
ahora,
enviaría
a la
Tierra
nuevas
revelaciones,
a través
de un
Espíritu
burlesco,
irreverente,
fanfarrón,
irrespetuoso?
Leamos
los
tramos
abajo,
analizando
algunas
expresiones
suyas:
¿Sería
digno de
hacer
revelaciones
complementarias
a Kardec
un
Espíritu
que dice
haber
comido
churrasco
de cerdo
espinho
en el
Umbral,
haber
tenido
dolor de
barriga
y, a
falta de
un
sanitario,
haber
bajado
los
pantalones
improvisando
una
letrina,
delante
de los
otros?
¿Será
digno de
crédito
un
Espíritu
que, en
una
pretendida
Fundación
Emmanuel,
en el
Mundo
Espiritual,
tras
leer los
comentarios
en un
periódico
dirigía
chismorreos,
da una
banana a
los
espíritas,
de la
Tierra,
que lo
habrían
criticado?
¿O un
Espíritu
que se
dice
director
de un
hospital
–
fundado
por
Eurípedes
Barsanulfo
– y que
despierta
de mal
humor o
con
crisis
de
depresión?
El Dr.
Inácio
no
revela
si él,
el Dr.
Odilon,
Domingas
y
Modesta
están
“encarnados”
en el
Mundo
Espiritual,
pero
“revela”
que son
susceptibles
de
contaminarse
por
virosis
por no
haberse
vacunado...
Nuestra
hermana
Domingas
está
pálida –
observo
Carmelita,
notando
que ella
transpiraba.
– Creo
tratarse
de una
virosi –
expliqué
– y, por
ese
motivo,
pediría
a
Modesta
que la
condujera
de
vuelta a
nuestra
base, en
el
Hospital
de los
Médiums.
(222)
Nuestra
hermana
Domingas,
realmente,
no
estaba
bien; la
noté muy
abatida
–
comentó
Carmelita.
- Como
tuvimos
que
venir
rápido
sopesé –
no hubo
tiempo
para la
debida
inmunización...
(227)
Patuwa
“desencarnó”
y,
conforme
la
promesa,
dejó su
cuerpo
para el
Dr.
Inácio
estudiarlo
en la
Facultad
de
Medicina.
Como
estaba
desencarnado
hace 22
años,
debería,
antes,
prepararse
para la
necropsia.
Planeó
quedar
en la
Superficie
tres
días
para
sentir
“como es
estar
encarnado”.
Para eso,
invade
la
intimidad
de un
encarnado,
como si
fuese un
obsesor.
Escogió
a un
hombre
que
estaba
tomando
café en
un bar:
Me
aproxime.
Algo
obeso y
cansado,
transpirando
al punto
de mojar
la
camisa
em las
axilas –
¡lo que
siempre
deteste!
– él
pidió un
café.
Cuando
él llevó
la taza
a la
boca
para
tomar el
primer
sorbo,
yo me
yustapuse
a su
cuerpo,
como si,
a partir
de aquel
instante
fuésemos
siameses.
Él, noté,
sintió
cierta
sensación
de
alivio,
pero, de
inicio,
casi que
me
asfixio
– tuve
que
hacer
fuerza
para
contener
el ansia
de
vomitar,
no es
que él
me
causara
asco,
pero es
como si
el
estómago,
de
manera
involuntaria,
intentase
librarse
del
alimento
que no
le había
caído
muy bien.
(348/349)
Después,
entra em
la vida
íntima
del
encarnado,
no
resistiendo
la
tentación
de
demostrar
su falta
de
respeto
y mal
gusto:
¡El
desgraciado,
cuando
iba a
tomar un
baño, la
barriga
doblaba
y él no
conseguía
frotar
las
partes
íntimas,
la
delantera
y
tampoco
la
trasera.
Con
rozaduras
generalizadas,
él
lanzaba
talco
y... la
higiene
estaba
hecha!
(...)
Finalmente,
en la
condición
de
exigente
“inquilino”,
yo
prácticamente
viví en
el
cuerpo
de aquel
pobre
hombre
sin,
hasta
entonces,
pagar
nada por
el “alquiler”.
Lo
esperé
dormir
(...) yo
me senté
en la
bera de
la cama.
Olí mi
propio
sovaco –
que
estaba
horrible
– y
auxilié
a
Sebastián
a
despegarse
algunos
centímetros
del
propio
cuerpo.
(354)
Volvendo
al
hospital,
durante
la
“autopsia”,
el Dr.
Inácio
anuncia
el peso
del
periespíritu:
una
milésima
del peso
del
cuerpo
humano:
Por
ejemplo:
en
alguien,
cuyo
cuerpo
carnal
pese 70
kilos,
el peso
del
periespíritu
será de
70
gramos –
el
cuerpo
mental
tendría
peso una
milésima
de
setenta
gramos,
casi el
peso de
la
glándula
pineal,
calculado
entre 70
y 100
miligramos.
(365)
A ser
cierto
esa “revelación”,
los
Espíritus
desencarnados
– y los
encarnados
liberados
por el
sueño –
podrían
comprobar
su
presencia
aquí en
la
Tierra,
sentandose
en el
plato de
una
balanza...
La
autopsia
prosigue,
con
explicaciones
sin
sentido
del Dr.
Inácio,
entre
las
cuales
se
destaca:
¡En los
Espíritus
Superiores,
en su
cuerpo
mental
sutilíssimo,
cerebro
y
corazón
se
funden!
(367)
El libro
todo es,
como en
los
demás,
un
verdadero
atentado
al bueno
sentido,
a las
buenas
costumbres,
a la
dignidad
y el
respeto
debidos
a la
Doctrina
Espírita.
De todo
eso, nos
queda la
pregunta:
¿cómo
pueden
algunas
personas
creer en
esas
“revelaciones”
hechas
por ese
Espíritu,
que
prima
por el
ataque a
los
espíritas,
al
Movimiento
Espírita,
usando
un
lenguaje
tan
irreverente
y
rastrero?
¿Será
que los
dirigentes
de
centros
espíritas,
de
librerías
espíritas,
los
responsables
por
clubs
del
libro
están
evaluando
la
responsabilidad
que
asumen
ante lo
Alto
promoviendo
la
divulgación
de obras
como
esas?