WEB

BUSCA NO SITE

Edição Atual Edições Anteriores Adicione aos Favoritos Defina como página inicial

Indique para um amigo


O Evangelho com
busca aleatória

Capa desta edição
Biblioteca Virtual
 
Biografias
 
Filmes
Livros Espíritas em Português Libros Espíritas en Español  Spiritist Books in English    
Mensagens na voz
de Chico Xavier
Programação da
TV Espírita on-line
Rádio Espírita
On-line
Jornal
O Imortal
Estudos
Espíritas
Vocabulário
Espírita
Efemérides
do Espiritismo
Esperanto
sem mestre
Links de sites
Espíritas
Esclareça
suas dúvidas
Quem somos
Fale Conosco

Especial Português Inglês    
Año 10 - N° 463 - 1° de Mayo de 2016
JOSÉ PASSINI
passinijose@yahoo.com.br
Juiz de Fora, MG (Brasil)
 
Traducción
Isabel Porras Gonzáles - isy@divulgacion.org
 
 

José Passini

Análisis del libro “Trabajadores de la Última Hora

   

Obra em enfoque: Trabajadores de la Última Hora

Autoria: Carlos A. Baccelli e Inácio Ferreira (Espírito)

Editora: Didier

 

El Espíritu que se hace pasar por el Dr. Inácio Ferreira ha buscado, en sus últimos libros, atenuar sus comentarios jocosos, irrespetuosos, chulos, de que hizo uso em otras obras. Tras atacar a los espíritas en general y los médiums, en particular, ahora busca, con la técnica propia de los fascinadores, confundir puntos doctrinarios. El libro que ahora analizamos constituye un intento de, por la exageración, llevar a lo inverosímil y al ridículo las revelaciones hechas por André Luiz. Actúa así también contra Chico Xavier: alava sus hechos, pero le ridiculiza la obra. Véase el libro “Chico Xavier Responde”.

Transcribimos, sin comillas, en negrita, los textos recogidos del libro em analisís. Nuestros comentarios serán escritos en tipo normal.

(...) hay cierto vacío en los centros espíritas con el cual muchos están preocupados y con justa razón. ¿Si los conductores del rebaño se vuelven, de bastón en puño, unos contra los otros, que rumbo el rebaño tomará? (27)

Esa afirmación es completamente destituída de fundamento, pues lo que se observa es exactamente lo contrario: Es hasta preocupante el volumen de personas que están llegando a las casas espíritas.

¡Estamos falando por la base... El autoritarismo, el rencor, la lucha por el poder y la vanidad andan haciendo estragos irreparables! (22/23)

Ese comentario, colocado en la boca de Maria Modesto Cravo, hace coro con la cantilena llevada a efecto por otro Espíritu fascinador que, bajo el nombre de Ermance Dufaux, de lo alto de pretendida cátedra de psicología, hace críticas semejantes a los espíritas.

Tras usar cinco páginas del libro describiendo la comida que tomarían en un tal Liceo, comienzan un estudio de “El Libro de los Espíritus”, de modo informal, como en un debate charla... Se nota ahí la gran diferencia entre los ambientes descritos por André Luiz, en “Nuestro Hogar”, donde se nota la seriedad con que los asuntos y trabajos eran tratados.

A cierta altura de los estudios sobre reencarnación, Domingas dice que oyó de Chico Xavier, en la Tierra, la siguiente afirmación: ... los que poseen la creencia indiscutible en la reencarnación vinieron de otros mundos – ¡emigraron de otros planetas para la Tierra! (43)

Si no bastaran que muchos encarnados estén dando al público esa serie de afirmaciones basadas en el “Chico dijo...”, ¡ahora también desencarnados! Nótese que esa afirmación contraria lo que se aprendió sobre reencarnación hasta ahora. Entonces, los espíritas vinieron de otros planetas...

André Luiz nos reveló la existencia de vida organizada en el Mundo Espiritual, de manera análoga a la de la Tierra. El Dr. Inácio exacerba ese aspecto “material”, hablando de reencarnación allá, aunque no exista carne. Buscando llevar, por la exageración, al descrédito, habló, en otra obra, en la posibilidad de conseguir terreno en préstamo para uma fundación de establecimiento destinado a la protección de animales y, ahora, de la posesión de coche particular, con el cual el Dr. Odilon los lleva a una aldea de indios, en un servicio asistencial...

Yo traje algunas bolsas de alimento em el coche – alimento para adultos y niños – esclareció. (57)

Después de repartir golosinas com las niñas, oye de una niña:

Tio, ¿el señor bendisse? El abuelo está em cama... ¿el señor bendisse? Está claro, vamos a verlo – respondió.

La mamá – dijo a un chico, sin camisa –, con el medicamento que el señor le dio, ya mejoró del dolor de cabeza... ¿El señor trajo más?

¿Cómo va nuestro Morubixaba?

- Mejorando – respondió con un guiño. – La fiebre, no obstante, va y vuelve.

Extraño el hecho de un indio sabio, capaz de revelar, sólo por el olor de las manos, encarnaciones pasadas y futuras de algunos Espíritus allí presentes, aún continuase en la condición de viejo y enfermo.

En ese punto, Patuwa tuvo una crisis de tos que casi lo dejó sin respiración.

Saliendo el Dr. Odilon en visita a otras familias indígenas, quedó el Dr. Inácio conversando con el indio Patuwa. En esa conversación, coloca, como siempre, autoelogios, además de destacarse en la condición de revelador:

Patuwa me gusta mucho usted: hombre sincero y valiente. La lucha suya es grande, pero no puede haber desánimo. El hombre en el mundo necesita saber la verdad... ¡basta de tanta mentira! ¿Usted escribe libros, no es?

Continuando la conversación, Patuwa dice que estuvo encarnado en la época de los Padres Anchieta y Manoel da Nóbrega. Después, “revela” que Chico Xavier fue el Padre Anchieta... Como si no bastara la polémica inócua acerca de Chico/Kardec, bien alimentada por él, ahora viene el Dr. Inácio con má una, colocadas en la boca del indio Patuwa:

Después, la última noticia que tuve es que él estaba nuevamente en la Tierra – él en la Tierra y el Padre Nóbrega aquí, en este Otro Lado... El Padre Nóbrega escribía por él – ¡igual a lo que Inácio viene haciendo con su amigo!

– Anchieta, entonces?... – cuestioné, boquiaberto.

– Estaba en una religión nueva... ¡El Pajé blanco Odilon sabe de todo!

– ¡¿Él era Chico Xavier?!

- Sí, los dos asumieron compromisso con Jesús para mucho tiempo... El Padre Anchieta en la Tierra y el Padre Nóbrega fuera del cuerpo. ¡Ahora va a invertir! (65/66)

El Morubixaba enfermo disse que va a “desencarnar” (sería mejor decir “desesperipiritizar) em breve, dejando su cuerpo al Dr. Inácio para estudiar:

Patuwa no dice, pero sabe que él está cerca de morir de nuevo... No diga nada a nadie. El Pajé blanco ya sabe... No quiero tristeza en la pequeña tribu. Cuando Patuwa “morir”, voy a dar mi cuerpo a usted...

– ¡¿A mí?! – pregunté con espanto.

– Entienda bien, para usted estudiar. Quiero que usted lo abra, vea lo que tiene dentro y escriba para la Tierra contando lo que vio.

– ¡Pero yo no soy cirujano! – alegué – ¡Yo soy psiquiatra! No sé más disecar un cuerpo... (67/68)

Y el dialogo prosigue, culminando con esta afirmación:

- Voy a dejar um documento firmado, donando mi cuerpo para usted... (68)

Desmintiendo todo lo que aprendió hasta ahora sobre periespíritu, Patuwa da classe de anatomia periespiritual. Pero la classe fue interrumpida...

Patuwa tuvo outro acesso de tos y algunas gotitas de sangre le alcanzaron la camisa empapada de sudor. (69)

Todo indica que Patiwua va a “desencarnar” por efecto de una tuberculosis, que le provocaba fiebre, además de la tos:

- La fiebre está volvendo cada vez más flerte – disse él com tranquilidade. – Dejaré la carcaza em Luna Nueva – previó com voz entrecortada. (71)

Em el trecho abajo, repite algo inverosímil que ya fue relatado por outro médium:

¡San Francisco de Asís, en ciertas ocasiones, llegaba a rodar sobre espinos, flagelándose de manera voluntaria, para no ofrecer sintonía a los espíritus que lo tentaban! (78)

De vez em cuando, vuelve al viejo hábito de atacar a espíritas y médiums:

Interesante en ciertos adeptos del espiritismo: llegan ahora a la doctrina, que apenas están conociendo, practican media docena de acciones en la Caridad, comienzan el ejercicio de la mediumnidad incipiente y ya se juzgan espíritus superiores... ¡Cuánta ilusión! (83)

Se aprende, en el Espiritismo, que el Espíritu humano es la resultante de un largo y laborioso caminar, como principio espiritual, acompañando la evolución de las formas físicas, a través de milenios incontables. En la presente obra hay una adhesión a la teoría de la caída del Espíritu. Más allá además, el Autor se refiere al “acto de la creación”, como si fuese el momento de la creación del Espíritu, tomando al pie de la letra la expresión “simples e ignorantes”:

El espíritu, en el acto de la creación, fue creado sin cuerpo – simple e ignorante. La necesidad de evolucionar es que, primero, lo hizo “encarnar” y reencarnar” en el Plano Espiritual, en su “descendida” a la materia. Adquiriendo cuerpos, cada vez más groseros, en su “descendida”, el espíritu, en su movimento de asceta, gradualmente, de ellos habrá de despojarse. (86/87)

Al contrarío de lo que se lee arriba, se aprende que el Espíritu va usando cuerpos cada vez más sutiles... A continuación, cita capciosamente a André Luiz, queriendo inducir al lector a creer que el Espíritu, al respirar, en el Mundo Espiritual, no lo hace con su periespíritu, pero por estar “reencarnado” allá.

En el libro Nuestro Hogar (...) “mis pulmones respiraban a largos sorbos”. (87)

Lo que sigue, no carece de comentário, delante de lo absurdo:

¡Absolutamente, yo no me consideraba apto para lo que él solicitó: participar de la disecación del “cadáver” de su periespíritu! (90)

Como siempre, el Dr. Inácio, insiste en mencionar su contacto con Espíritus que dejaron en la Tierra marcas de su saber, de su seriedad, de su dignidad. Em otras obras, citó contacto con Emmanuel, Bezerra de Menezes, André Luiz, Leopoldo Cirne, Eurípedes Barsanulfo, Hernani Guimarães Andrade. Queda difícil creer que esos Espíritus serios tuvieran tiempo para dar atención a quien cultivaba la irreverencia, el mal gusto, la burla y hasta el anedotário reprobable... Esta vez, cita apenas a Hernani Guimarães Andrade y Hemendra Nath Banerjee. Aún aquí, se nota la preocupación de caricaturar las revelaciones de André Luiz sobre la vida em el Mundo Espiritual:

Al poco, los platos, que yo había pedido que nuestras excelentes cocineras prepararon a la moda hindú, fueron llegando.

– ¡Arroz basmati! – exclamó Banerjee.

– En su homenaje – respondí – No sé si la salsa estará de su agrado. Nuestra cocinera-jefe, que es minera, está más habituada a preparar arroz con tonelete de feijão, un condimento de corzo y ...

– ¡Mayonesa con caril! Exclamó al ver el segundo plato que Anastácia, la cocinera-jefe, nos traía personalmente, todo decorado con tiernas hojas de lechuga. (140/141)

La descripción de la comida se prolonga, hasta la sobremesa, um pudim de yogurt.

Más adelante, relata que hizo una charla para jóvenes, sobre pesos atómicos, en una flagrante demostración de quienquiera llenar páginas de libro. Después, relata el encuentro con Tomaz Novelino, discípulo de Eurípedes Barsanulfo, que habría fundado un colegio en el Mundo Espiritual. Para tal, habría contratado un arquitecto, hecho el proyecto, sólo faltó decir donde consiguió la financiación para la obra, cuyo primer módulo tendría 10.000 metros cuadrados.

- ¿A usted le gustó mucho, Tomaz – pregunté.

– No, y voy a explicar por qué. Aquí, Doctor, en el Mundo Espiritual, las obras destinadas a beneficiar a la comunidad – escuelas, hospitales, fábricas e industrias, parques de recreo, etc. – cuestan menos que las de uso privado.

- Interesante.

– Existe un decreto gubernamental que establece las obras comunitarias – de la piedra del cimiento a la placa de cobertura – costaron 1/3 menos que cualquier otra.

– ¿Entonces los obreros que se envuelven en su construcción ganan, menos?

- ¡Absolutamente! ¡Ganan más! (159/160)

Alguien pregunta al Dr. Inácio si él no sabía de eso cuando construyó su hospital, al que él respondió que estaba preguntando sólo porque estaba escribiendo un libro... (160)

No resistiendo, una vez más, al hábito de vanagloriarse, “transcribe” palabras de Tomaz Novelino:

– ¡Sin la intención de elogiarlo, Doctor – lejos de mí semejante propósito – la tesis de la reencarnación en el Mundo Espiritual, que el señor viene presentando en sus obras, amplía, considerablemente, los horizontes de la Vida!

- No obstante – argumenté – la referida tesis há sido objeto de escarnio de parte de algunos adeptos de la Doctrina... (166)

Kardec trajo al Mundo varias revelaciones, que fueron complementadas a través de la obra de Chico Xavier, siempre redactadas en lenguaje serio, elevado, digna. ¿Será que lo Alto, ahora, enviaría a la Tierra nuevas revelaciones, a través de un Espíritu burlesco, irreverente, fanfarrón, irrespetuoso? Leamos los tramos abajo, analizando algunas expresiones suyas:

¿Sería digno de hacer revelaciones complementarias a Kardec un Espíritu que dice haber comido churrasco de cerdo espinho en el Umbral, haber tenido dolor de barriga y, a falta de un sanitario, haber bajado los pantalones improvisando una letrina, delante de los otros? ¿Será digno de crédito un Espíritu que, en una pretendida Fundación Emmanuel, en el Mundo Espiritual, tras leer los comentarios en un periódico dirigía chismorreos, da una banana a los espíritas, de la Tierra, que lo habrían criticado? ¿O un Espíritu que se dice director de un hospital – fundado por Eurípedes Barsanulfo – y que despierta de mal humor o con crisis de depresión?

El Dr. Inácio no revela si él, el Dr. Odilon, Domingas y Modesta están “encarnados” en el Mundo Espiritual, pero “revela” que son susceptibles de contaminarse por virosis por no haberse vacunado...

Nuestra hermana Domingas está pálida – observo Carmelita, notando que ella transpiraba.

– Creo tratarse de una virosi – expliqué – y, por ese motivo, pediría a Modesta que la condujera de vuelta a nuestra base, en el Hospital de los Médiums. (222)

Nuestra hermana Domingas, realmente, no estaba bien; la noté muy abatida – comentó Carmelita.

- Como tuvimos que venir rápido sopesé – no hubo tiempo para la debida inmunización... (227)

Patuwa “desencarnó” y, conforme la promesa, dejó su cuerpo para el Dr. Inácio estudiarlo en la Facultad de Medicina. Como estaba desencarnado hace 22 años, debería, antes, prepararse para la necropsia. Planeó quedar en la Superficie tres días para sentir “como es estar encarnado”. Para eso, invade la intimidad de un encarnado, como si fuese un obsesor. Escogió a un hombre que estaba tomando café en un bar:

Me aproxime. Algo obeso y cansado, transpirando al punto de mojar la camisa em las axilas – ¡lo que siempre deteste! – él pidió un café.

Cuando él llevó la taza a la boca para tomar el primer sorbo, yo me yustapuse a su cuerpo, como si, a partir de aquel instante fuésemos siameses.

Él, noté, sintió cierta sensación de alivio, pero, de inicio, casi que me asfixio – tuve que hacer fuerza para contener el ansia de vomitar, no es que él me causara asco, pero es como si el estómago, de manera involuntaria, intentase librarse del alimento que no le había caído muy bien. (348/349)

Después, entra em la vida íntima del encarnado, no resistiendo la tentación de demostrar su falta de respeto y mal gusto:

¡El desgraciado, cuando iba a tomar un baño, la barriga doblaba y él no conseguía frotar las partes íntimas, la delantera y tampoco la trasera. Con rozaduras generalizadas, él lanzaba talco y... la higiene estaba hecha! (...) Finalmente, en la condición de exigente “inquilino”, yo prácticamente viví en el cuerpo de aquel pobre hombre sin, hasta entonces, pagar nada por el “alquiler”.

Lo esperé dormir (...) yo me senté en la bera de la cama. Olí mi propio sovaco – que estaba horrible –  y auxilié a Sebastián a despegarse algunos centímetros del propio cuerpo. (354)

Volvendo al hospital, durante la “autopsia”, el Dr. Inácio anuncia el peso del periespíritu: una milésima del peso del cuerpo humano:

Por ejemplo: en alguien, cuyo cuerpo carnal pese 70 kilos, el peso del periespíritu será de 70 gramos – el cuerpo mental tendría peso una milésima de setenta gramos, casi el peso de la glándula pineal, calculado entre 70 y 100 miligramos. (365)

A ser cierto esa “revelación”, los Espíritus desencarnados – y los encarnados liberados por el sueño – podrían comprobar su presencia aquí en la Tierra, sentandose en el plato de una balanza...

La autopsia prosigue, con explicaciones sin sentido del Dr. Inácio, entre las cuales se destaca:

¡En los Espíritus Superiores, en su cuerpo mental sutilíssimo, cerebro y corazón se funden! (367)

El libro todo es, como en los demás, un verdadero atentado al bueno sentido, a las buenas costumbres, a la dignidad y el respeto debidos a la Doctrina Espírita.

De todo eso, nos queda la pregunta: ¿cómo pueden algunas personas creer en esas “revelaciones” hechas por ese Espíritu, que prima por el ataque a los espíritas, al Movimiento Espírita, usando un lenguaje tan irreverente y rastrero?

¿Será que los dirigentes de centros espíritas, de librerías espíritas, los responsables por clubs del libro están evaluando la responsabilidad que asumen ante lo Alto promoviendo la divulgación de obras como esas?



 


Volver a la página anterior


O Consolador
 
Revista Semanal de Divulgación Espirita