Expiaciones colectivas
Ante las leyes divinas
todos los hombres son
iguales.
La diversidad de los
instintos y de las
actitudes intelectuales
y morales innatas
observadas resulta de
las vivencias, de las
experiencias y
habilidades conquistadas
a lo largo del tiempo a
través de innumerables
reencarnaciones. Cuando
utilizamos mal el libre
albedrío, suprimiendo la
libertad de nuestros
semejantes, imponiendo
con violencia nuestras
ideas, perjudicando
sobremanera a nuestro
prójimo, nos situamos
contrarios a las leyes
naturales, siendo
catalogados por las
Leyes Divinas como
declarados reos,
trayendo inscritas las
sentencias en nuestras
conciencias, vivenciando
intenso sufrimiento
interior.
En los dominios
espirituales, el
remordimiento nos
domina, el sufrimiento
tiene la apariencia de
tiempo indeterminado,
como algo que jamás
tendrá fin; sin paz,
ansiamos por la
esperanza,
consustanciada en la
misericordia divina,
permitiendo la
reparación de las
faltas. Urge, entonces,
empeñarnos en la tarea
del rescate de nuestros
debitos.
El apóstol de los
gentiles, Paulo, dijo
que el hombre, en la
“carne” (existencia
física), habiendo
sembrado la corrupción,
tendrá la
oportunidad
de
segarla,
erradicándola de
si (Gálatas 6:7-8). El
amor inconmensurable de
Dios nos permite la
experiencia del retorno
al camino en el mismo
punto en el que de el
nos apartamos (“la
siembra es libre, la
cosecha es obligatoria).
El Salmo 28 de David
igualmente contiene esa
enseñanza, manifestado
así: “Págales según
sus obras, según la
malicia de sus actos;
dales conforme la obra
de sus manos,
retribúyeles lo que
merecen”. Todo eso
confirmado por el
Maestro: “…a cada uno
según sus obras”
(Apocalipsis 22:12)
Perpetrando la
trasgresión, somos
conducidos al tribunal
de nuestra propia
conciencia, penetrando
en el mundo espiritual
como verdugos. Con la
oportunidad de la
rectificación expiatoria
en la carne, retornamos
por el portal de la
muerte, como victimas,
sin la presencia más
desagradable de la
culpa para consumirnos.
El suplicio se torna
temporal; conforme la
enseñanza de Jesús:
“En verdad te digo que
no saldrás de la prisión
mientras no hayas pagado
el último centavo”
(Mateo 5:26)
La acción del rescate
puede acontecer,
correlacionándola con el
tipo de infracción. Si
el mal fue practicado
colectivamente, esto es,
con maquinación
lastimable junto a un
grupo de verdugos (“Hay
de aquellos por quien
viene el escándalo”-
Mateo 18:7), la
liquidación de los
debitos acontecerá con
la presencia de todos
los protagonistas
envueltos, proceso
conocido, en la Doctrina
Espirita, como expiación
colectiva.
Clelie Duplantier dice
que las faltas
colectivas
deben ser expiadas
colectivamente por
los que las practicaron,
juntos
Las desgracias sociales
envolviendo a muchas
victimas son
relacionadas a factores
casuales por los
materialistas y
espiritualistas menos
avisados, lo que
caracteriza una
hipótesis por demás
ingenua, no mereciendo
consideración, desde que
la propia armonía y el
orden del universo. Como
igualmente la grandeza
matemática y estructural
de las galaxias, apuntan
para una causa
inteligente. Más allá,
la frase perfecta de
Teofilo Gautier es
siempre recordada: “El
acaso es tal vez el
seudónimo de Dios cuándo
El no quiere escribir
su propio nombre”.
El estudio profundo del
espiritismo nos lleva al
entendimiento de los
factores causales de las
calamidades, oponiéndose
a los que ponen la
causa de lado, por
falta de explicaciones
suficientes y
convincentes.
En “Obras Postumas”, en
el cap.
Intitulado “Cuestiones
y Problemas”, hay un
abordaje especial de
Kardec y de los
Espíritus al respecto
de las expiaciones
colectivas, comprobando
a la entidad Clelie
Duplantier que las
faltas colectivas deben
ser expiadas
colectivamente por los
que juntos, la
practicaron. Dice
que todas las faltas,
sea del individuo, sea
de familias y de
naciones, sea cual sea
el carácter, son
expiadas en cumplimiento
de la misma ley. Así
como existe la expiación
individual, lo mismo
sucede cuando se trata
de crímenes cometidos
solidariamente por más
de una persona. A
propósito, el
Codificador, en “La
Génesis”, en el Cáp. 18,
ítem 9, nos llama la
atención de que la
Humanidad es un ser
colectivo en el cual
acontecen las mismas
revoluciones morales que
en cada
Duplantier afirma
también que, gracias al
Espiritismo la justicia
de las pruebas es ahora
comprendida y no
proviene de los actos
de la vida presente,
porque corresponde al
rescate de las deudas
del pasado. Después
afirma que habrá de ser
así con relación a las
pruebas colectivas, que
son expiadas
colectivamente por los
individuos que en ellas
concurrieron, los cuales
se reencuentran para
sufrir juntos la pena de
Talion.
Solamente los
acontecimientos
importantes y
capaces de influir en
nuestra evolución
moral son provistos por
Dios
Las tragedias, que
ocasionan las
desencarnaciones
colectivas, no son fruto
dela caso. ¿En la
cuestión 258, de “OLE”,
A.K. se pregunta, antes
de reencarnar, el
espíritu tiene
conciencia o provisión
de lo que le sucederá
en el curso de la vida
terrena? La respuesta:
“El mismo escoge el
genero de pruebas porque
las que ha de pasar y en
esto consiste su libre
albedrío”. La
desencarnación, el
momento cierto de la
muerte es realmente
predeterminado, así es
como está predeterminado
en “OLE”, Q. 853,
diciendo que el
instante de la muerte es
fatal, en el sentido
verdadero de la palabra,
y, llegado ese momento,
de una forma u de otra,
de el no podemos huir.
La cuestión 853 (a)
acentúa que, cuando es
llegado el momento de
nuestro retorno para la
Dimensión espiritual,
nada nos librará y
también relata que ya
sabemos el género de
muerte por el cual
partiremos de aquí,
pues eso nos fue
revelado cuando hicimos
la elección de esta o
aquella existencia.
Es importante,
igualmente, el
comentario de A.K., en
la Q. 738, diciendo que
“Aunque venga por un
flagelo la muerte, o por
una causa común, nadie
deja por eso de morir,
desde que haya sonado la
hora de la partida”.
En la Q. 859, los
Espíritus dicen a A.K.
que la fatalidad,
verdaderamente, solo
existe cuando llega el
momento en el que
debemos aparecer o
desaparecer de este
mundo. En la Q. 872,
A.K. enfatiza: “en lo
que concierne a la
muerte es que el hombre
se halla sometido, en
absoluto, a la
inexorable ley de la
fatalidad, por eso es
que no puede escapar a
la sentencia que le
marca el termino de la
existencia, ni el genero
de muerte que haya de
cortar a esta el hilo”.
Debemos destacar que
solamente los
acontecimientos
importantes y capaces
de influir en nuestra
evolución moral son
previstos por Dios,
porque son útiles para
nuestra purificación y
para nuestra instrucción
(“O Le”, Q. 859ª).
Entretanto, “el amor que
cubre multitud de
errores”, en sintonía
con la Ley de Acción y
Reacción y con el libre
albedrío, puede evitar
acontecimientos que
deberían realizarse,
como igualmente permitir
otros que no estaban
previstos (OLE”, Q.860).
Por tanto, el acaso no
tiene participación en
las determinaciones
divinas. El padre nos
ama incondicionalmente y
nos proporciona la
oportunidad de la
redención espiritual,
dándonos la oportunidad
bendita de rescatarnos
de las infracciones del
pasado contrarias a Sus
Leyes, de varias formas,
inclusive colectivamente.
Las expiaciones
colectivas, según “El
libro de los espíritu”,
cuestión 737, ofrecen la
ocasión de progresar más
deprisa en el rumbo
evolutivo, realizándose
en algunos años lo que
se necesitaría muchos
siglos.
Los Espíritus, dicen los
inmortales, influyen
en nuestros pensamientos
y en nuestros
actos mucho más de lo
que imaginamos
¿Como se procesa la
convocación de los
encarnados para el
evento de la
desencarnación colectiva?
¿Cuál es la explicación
espiritual para el hecho
de muchas personas salir
ilesas de las
catástrofes algunas
hasta aun mismo
perdiendo el embarque
del medio de transporte
para ser accidentado?
Las respuestas son
basadas en las premisas
de que el acaso no puede
regir fenómenos
inteligentes y en la
certeza de la
inhabilidad de la Ley
Divina, actuando por
cuenta de Espíritus
propuestos, bajo la
subordinación de las
entidades superiores.
En la Q. 459 de “OLE”,
A.K., preguntando si los
espíritus influyen en
nuestros pensamientos y
en nuestros actos,
obtuvo la siguiente
respuesta: “Mucho más
de lo que imagináis.
Influyen hasta tal punto,
que, de ordinario, son
ellos los que os
dirigen”. Por tanto,
hay destacada
influencia, sin embargo
oculta, de los espíritus
en nuestros actos,
sugiriendo pensamientos,
“dando la impresión de
que alguien nos habla”
(Q. 461). Recibimos una
sugestión mental,
funcionando nuestra
mente como un aparato
emisor receptor, de
acuerdo con nuestra
sintonía. Las cuestiones
526, 527 y 528 de “OLE”
son importantísimas para
ese entendimiento, desde
que los Espíritus, en la
ejecución de los
designios divinos,
actúan sobre la materia
para el cumplimiento de
las Leyes de la
Providencia, nunca
derogándolas.
En la producción de
hechos voluntarios, las
entidades se valen de
las circunstancias
naturales para generar
los acontecimientos. Se
sonara el momento de
alguien desencarnar y “era
destino de el perecer
por cuenta de un
accidente”, puede la
espiritualidad
inspirarle para subir en
una escalera débil que
no resista su peso. La
escalera no fue rota por
los Espíritus.
En otro ejemplo, “un
hombre tiene que morir
electrocutado por un
rayo”. Los Espíritus
le inspiraran la idea de
abrigarse debajo de un
árbol sobre el cual
caerá la descarga
eléctrica. Las entidades
no provocaran la
producción de rayo, más
sabían cual árbol la
tendría.
En otra enseñanza bien
practica, “si alguien no
tiene que perecer” y una
persona malintencionada
dispara sobre el un
proyectil de fuego, los
espíritus no actúan
desviando la trayectoria
de la bala, ya que el
proyectil tiene que
seguir su curso de
acuerdo con las leyes de
la materia; entre tanto,
la espiritualidad le
sugiere la idea de
desviarse o perturbar a
quien está empuñando el
arma. Es importante esa
enseñanza, ya que muchas
personas moran y
circulan por lugares muy
peligrosos,
principalmente en las
grandes ciudades
brasileñas, y solamente
perecieron por balas
perdidas si estuvieron
subordinadas a esa
programación.
Es muy importante la
enseñanza de que el mal
no es programado, esto
es, nadie nace para ser
agente del cumplimiento
de una prueba o
expiación, como es
descrito en la Q. 470 de
“OLE”: “a ningún
Espíritu es dada la
misión de practicar el
mal. Aquel que lo hace
lo hace, por cuenta
propia, sujetándose, por
tanto, a las
consecuencias”.
El naufragio del Titanic
fue presentido por
algunas personas, como,
de entre ellas, el
empresario inglés
Middleton
|
Muchas personas que
poseen habilidades en el
campo de la presciencia
o premonición consiguen
prever tragedias
futuras. Citamos al
irlandés Zax Martin,
describiendo un avión
colisionando en un
rascacielos y
explotando en llamas.
Seis días después, dos
aviones comerciales
fueron lanzados contra
las torres gemelas, en
Nueva York. El terrible
naufragio del Titanic
fue presentido por
algunas personas como el
empresario Inglés
Middleton
que
soñó |
durante dos noches
seguidas con un
navío en quilla por
el viento,
cercado
de
|
personas y
provisiones flotando.
Decidió, entonces,
cancelar su viaje y
el de sus
familiares. Un
marinero recuso la
función de subjefe
de maquinas a causa
de una premonición
de desastre. La
sensitiva americana
Silvia Browne,
en octubre del 2004,
dijo en pleno
programa de TV
que
los
turistas
deberían
evitar
viajar para la India.
|
|
Dos meses después
parte de los países
mencionados fue
atacado por el
tsunami. |
En la literatura
subsidiaria espirita
tenemos algunas fuentes
de consulta al respecto
del asunto en tela: 1-
En el 17 de diciembre
de 1961, en Niteroi
(RJ), aconteció la
trágica tragedia en un
circo, relacionado,
según el Espíritu
Humberto de Campos, con
la expiación colectiva,
envolviendo romanos que
asesinaron decenas de
cristianos, en un circo
armado en LIAO, en el
año de 177 (“cartas y
Crónicas, Cáp. 6, FEB);
2- El Incendio del
edificio Joelma en San
|
|
Paulo
(foto), con muchas
victimas, fue explicado
como deudas reportadas
al tiempo de las guerras
Cruzadas (“Dialogo de
los Vivos”, Cáp. 26);
3- Emmanuel, a través
de la psicografía de
Chico Xavier, en la
cuestión 250 del Libro
“El Consolador”, nos
esclarece: “en la prueba
colectiva se verifica la
convocación de los
Espíritus |
encarnados,
participantes del mismo
debito, con referencia
al pasado delictuoso y
oscuro. El mecanismo
de justicia, en la ley
de las compensaciones,
funciona entonces
espontáneamente, a
través de las
propuestas de Cristo,
que convocan a las
comparsas en la deuda
del pretérito para los
rescates en común,
razón por la que, muchas
veces, intituláis -
doloroso acaso – a las
circunstancias que
reúnen a las criaturas
más dispares en el mismo
accidente, que les
ocasiona la muerte del
cuerpo físico o las más
variadas mutilaciones,
en el cuadro de sus
compromisos individuales”
y André Luiz, en el
capitulo 18, del libro
“Acción y reacción”,
psicografíado por Chico
Xavier, describe las
palabras del benefactor
espiritual Druso, a
respecto de un accidente
ocurrido con una
aeronave, en la cual
perecieron 14 personas.
Resaltamos la
información de que
“millares de
delincuentes que
practicaron crímenes
hediondos en rebeldía
contra la Ley Divina se
encuentran aun, sin
tener los debitos
acertados”. |
Tengamos la certeza de
que el amor de Dios es
inconmensurable y existe
una razón para las
tragedias que dejan
aterrorizadas a las
criaturas terrenas. El
Padre nos proporciona a
todos nosotros, sus
hijos, herederos y
viajeros del Cosmos, su
eterna Misericordia.
|