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Estudio Sistematizado de la Doctrina Espirita Portuguese   Inglês
Programa IV: Aspecto Filosófico

Año 2 – Nº 71 31 de Agosto del 2008

THIAGO BERNARDES
thiago_imortal@yahoo.com.br

Curitiba, Paraná (Brasil)  
Traducción
ISABEL PORRAS GONZÁLES - isy@divulgacion.org
 

 

Ocupaciones y misiones
de los Espíritus
 

 
Presentamos en esta edición el tema
nº 71 del Estudio Sistematizado de la Doctrina Espirita, que está siendo presentado aquí semanalmente, de acuerdo con el programa elaborado por la Federación Espirita Brasileña, estructurado en seis módulos  y 147 temas.

Si el lector utiliza este programa para el estudio en grupo, sugerimos que las cuestiones propuestas sean debatidas libremente antes de la lectura del texto que a ellas sigue.

Si es destinado solamente para uso por parte del lector, pedimos que el interesado intente inicialmente responder las cuestiones y solo después lea el texto referido. Las respuestas correspondientes a las cuestiones presentadas se encuentran al final del texto abajo.

Cuestiones para debate 

1. ¿Es correcto decir que todos los Espíritus tienen ocupaciones que desempeñar?

2. ¿Hay en la erraticidad Espíritus que no se ocupan de ninguna cosa?

3. ¿Las misiones de los Espíritus tienen siempre por objetivo el bien?

4. ¿A quién son confiadas las misiones más importantes?

5. ¿El Espíritu encarnado tiene deberes con relación a la obra general, o esa ta-rea pertenece a los desencarnados?

Texto para la lectura 

La ocupación de los Espíritus es continua, pero no penosa 

1. Los Espíritus tienen ocupaciones y misiones que desempeñar. Además del trabajo de mejorarse personalmente, les incumbe ejecutar la voluntad de Dios, concurrriendo así, para la armonía del Universo. La ocupación de los Espíritus es continua, pero esa acción nada tiene de penosa, una vez que no están sujetos a la fatiga ni a las necesidades propias de la vida terrena. 

2. Los Espíritus inferiores e imperfectos también desempeñan funciones útiles del Universo, aunque muchas veces no perciban eso. Todos tienen, como se ve, deberes que cumplir. 

3. Deben los Espíritus recorrer todos los grados de la escala evolutiva, para perfeccionarse. De ese modo, todos deben habitar en todas partes y adquirir el conocimiento de todas las cosas. Hay, sin embargo, tiempo para todo. La experiencia y el aprendizaje por el que un Espíritu está pasando hoy, otro ya pasó y otro aun pasará. 

4. Hay Espíritus que no se ocupan de ninguna cosa, conservándose totalmente ociosos. Ese es, no obstante, un estado temporal, pues tarde o temprano el deseo de progresar los impulsa para una actividad, volviéndolos felices por sentirse útiles. 

Los géneros de misiones son muy variados 

5. Las misiones de los Espíritus tienen siempre por objetivo el bien. Estando encarnados o desencarnados, son ellos implicados en auxiliar al progreso de la Humanidad, de los pueblos o de los individuos, dentro de un círculo de ideas más o menos amplias, más o menos especiales, y de velar por la ejecución de determinadas cosas. Algunos desempeñan misiones más restringidas y, de cierto modo, personales o enteramente locales, como asistir a los enfermos, a los agonizantes, a los afligidos, velar por aquellos de quien se constituirán guías y protectores, dirigirlos, dándoles consejos o inspirándoles buenos pensamientos. Existen tantos géneros de misiones como las especies de intereses a resguardar, tanto en el mundo físico como en el moral y el Espíritu se adelanta conforme a la manera por la cual desempeña su tarea. 

6. Los Espíritus se ocupan de las cosas de nuestro mundo de acuerdo con el grado de evolución en que se encuentran. Los superiores sólo se ocupan con lo que sea útil al progreso. Los inferiores se unen más a las cosas materiales y de ellas se ocupan. 

7. La felicidad de los Espíritus bienaventurados no consiste en la ociosidad contemplativa, que sería una eterna y fastidiosa inutilidad. Sus atribuciones son proporcionadas a su grado evolutivo, a las luces que poseen, a su capacidad, experiencia y al grado de confianza que inspiran al Supremo Creador. 

8. Ni favores, ni privilegios que no sean el premio al mérito – todo es medido y pesado en la balanza de la más estricta justicia. Las misiones más importantes son confiadas solamente a aquellos que Dios juzga capaces de cumplirlas e incapaces de desfallecimiento o comprometimiento. 

En todas partes la actividad de los Espíritus es constante 

9. Al lado de las grandes misiones confiadas a los Espíritus superiores, existen otras de importancia relativa en todos los grados, concedidas a Espíritus de todas las categorías, pudiendo afirmarse que cada encarnado tiene la suya, esto es, deberes a cumplir el bien del semejante, desde el jefe de familia, a quien incumbe el progreso de los hijos, hasta el hombre de genio, que lanza a las sociedades nuevos gérmenes de progreso. 

10. Es en las misiones secundarias que se verifican desfallecimientos, prevaricaciones y renuncias que perjudican al individuo sin afectar el todo. 

11. Por todas partes la actividad es constante, de la base al ápice de la escala, lo que les enseña la oportunidad de instruirse y, dándose las manos, alcanzar la meta, que es para todos la perfección. 

12. Podemos, así, afirmar con seguridad – con base en las informaciones de los Espíritus – que todas las inteligencias concurren para la obra general, cualquiera que sea su grado evolutivo, y cada cual en la medida de sus fuerzas, esté en el estado de encarnado o de Espíritu libre.

Respuestas a las cuestiones propuestas  

1. ¿Es correcto decir que todos los Espíritus tienen ocupaciones que desempeñar? R.: Sí. Además del trabajo de mejorarse personalmente, les incumbe ejecutar la voluntad de Dios, concurriendo así, para la armonía del Universo. Los Espíritus inferiores e imperfectos también desempeñan funciones útiles del Universo, aunque muchas veces no se den cuenta de eso. Todos tienen, como se ve, deberes que cumplir.

 

2. ¿Hay en la erraticidad Espíritus que no se ocupan de ninguna cosa? R.: Sí. Existen Espíritus que no se ocupan de ninguna cosa, conservándose totalmente ociosos. Ese es, sin embargo, un estado temporal, pues tarde o temprano el deseo de progresar los impulsa para una actividad, volviéndolos felices por ser útiles.

 

3. ¿Las misiones de los Espíritus tiene siempre por objeto el bien? R.: Sí. Encarnados o desencarnados, son ellos responsables de auxiliar el progreso de la Humanidad, de los pueblos o de los individuos, dentro de un círculo de ideas más o menos amplias, más o menos especiales, y de velar por la ejecución de determinadas cosas.

 

4. ¿A quién son confiadas las misiones más importantes? R.: Las misiones más importantes son confiadas solamente a aquellos que Dios juzga capaces de cumplirlas e incapaces de desfallecimiento o comprometimiento.

 

5. ¿El Espíritu encarnado tiene deberes con relación a la obra general, o esa tarea pertenece a los desencarnados? R.: Todas las inteligencias deben concurrir para la obra general, cualquiera que sea su grado evolutivo, y cada cual en la medida de sus fuerzas, esté en el estado de encarnado o de Espíritu libre.

 

 

Bibliografia:

El Libro de los Espíritus, de Allan Kardec, items 558, 563, 569 e 584. 

El Cielo y el Infierno, de Allan Kardec,  1a. parte, items 12 a 15.

 

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Revista Semanal de Divulgación Espirita