José Raul Teixeira:
“Si
bien comprendida y
orientada, todo y
cualquier criautra
que llega a la
Tierra cambiará la
vida en el planeta”
El entrevistado de
la semana, nuestro
estimado compañero
José Raúl Teixeira
(foto), uno
de los
incentivadotes de la
creación de esta
revista, no necesita
de presentación
alguna, ya que ha
sido, al lado de
Divaldo Franco, uno
de los principales
divulgadores de la
Doctrina Espírita en
Brasil y en el
exterior.
Para entrevistarlo,
la dirección de la
revista contacto con
sus colaboradores
más directos y el
resultado está aquí,
expresada en 26
preguntas formuladas
por los compañeros
José Passini,
Ricardo Baesso de
Oliveira, Arthur
Bernardes de
Oliveira, Jorge
Hessen, Astolfo O.
de Oliveira Filho,
Célia Xavier Camargo
– todos miembros del
Consejo Editorial –
y Orson Peter
Carrara, Fernanda
Borges, Wellington
Balbo, Antonio
Augusto Nascimento y
Katia Fabiana
Fernandes –
|
|
editores
responsables por las
entrevistas
publicadas por la
revista. |
Las cuestiones que
componen la
entrevista fueron
divididas en tres
bloques: problemas y
cuestiones de la
actualidad, temas de
naturaleza
doctrinaria y
asuntos pertinentes
al movimiento
espírita. Dada su
extensión, ella será
publicada en dos
partes y en la
próxima edición de
El Consolador.
He ahí, integra, la
primera parte:
Problemas y
cuestiones de la
actualidad
El Consolador: ¿Cómo
ve usted la
oficialización del
casamiento entre
homosexuales y la
adopción de hijos
por parte de ellos?
Consideramos que
cualquier
oficialización que
se establece en el
mundo corresponde a
la formalización de
situaciones que ya
existen, o que
necesitan ser
normalizadas para
evitar distorsiones
en los juicios de
diversificadas
situaciones, en
respeto al concepto
formal de justicia.
Así, si se habla de
oficialización de
casamientos entre
personas del mismo
sexo es que esas
personas ya están
unidas sin ninguna
formalización,
deparándose, a
partir de eso, con
problemas cuyas
soluciones exigen un
pronunciamiento de
la ley que regula la
vida de un pueblo o
de una sociedad.
Independientemente
del nombre que se
desee dar a esas
uniones, la realidad
es que tales uniones
existen. Sus
compañeros pueden
convivir poco o
mucho tiempo juntos;
pueden hacer
adquisiciones de
variada índole en
nombre de la pareja
o durante el periodo
en que están juntos
los individuos.
¿Cómo quedará,
delante de la
sociedad organizada,
la situación de uno
y del otro
compañero? En caso
de fallecimiento de
uno de ellos, ¿hay o
no hay derecho de
pensiones y otros
beneficios, después
de pasar una vida en
común? Todos los
cuadros con los
cuales nos
enfrentamos y que
toman cuerpo en la
sociedad necesitan
ser estudiados y
disciplinados por la
legislación.
No hay como hacer la
vista gorda y hacer
cuenta que tal cosa
no existe. Luego, no
hay cómo huir de esa
oficialización en
nombre de cualquier
tradición o
preconcepto, una vez
que los hechos ahí
están afrontando los
tiempos y exigiendo
un posicionamiento
oficial de las
autoridades, pues no
hay ley que pueda
impedir de hecho que
dos personas del
mismo sexo tengan
vida en común, que
se entiendan, que se
cuiden o que se
amen.
En lo que respecta a
la adopción de
hijos, estamos
delante de una
cuestión de buen
sentido. ¿Qué será
mejor para un niño:
vivir en las calles,
al abandono, sujeto
a todos los peligros
que inundan las
calles – o en
instituciones que,
por más respetables
que sean, no
consiguen
convertirse en un
hogar para ningún
niño abandonado – o
ser amparado por la
generosidad y por el
cariño de dos
personas del mismo
sexo y que vivan
juntos? El Espíritu
Camilo siempre me
enseñó lo que el
amor, en sí mismo,
no tiene sexo y que
es muy valerosa la
actitud de quien
quiera que sea que
se decida a adoptar
a un niño. Solamente
la hipocresía o la
indiferencia para
con los niños
huérfanos o
abandonados puede
crear impedimentos
para tal adopción.
El Consolador: Hay
muchos debates sobre
células-tronco
embrionarias.
Considerando como
son formados los
embriones
resultantes de la
fertilización in
Vitro, nos es
difícil entender
que todos ellos
estén ligados a
Espíritus, ya que,
para una misma
pareja, se producen
diversos embriones,
de los cuales
algunos son
implantados y otros
mantenidos en
bajísima
temperatura. Si todo
va bien en la
gestación, es común
que los embriones
congelados sean
olvidados y, por
consiguiente, jamás
utilizados. En
algunos países, como
Inglaterra, la ley
estipula un plazo,
finalizado el cual
ellos son
eliminados. Aunque
no tratándose de una
posición del
Espiritismo, y sí un
argumento personal,
¿cómo ve usted esa
cuestión?
Siendo una persona
vinculada a las
ciencias, veo como
muy delicada esa
pregunta, teniendo
en cuenta muchos
posicionamientos
extremadamente
apasionados y que
nos remiten a los
tiempos distantes de
las posiciones
ultrapasadas en
relación al progreso
científico.
Es común que los
religiosos, en
general, pidan para
sí el derecho de
actuar en sus
creencias como bien
lo deseen – aunque
toda la sociedad se
depare, incontables
números de veces,
con posicionamientos
argumentativos y
prácticas astutas,
anti-sociales e
incluso criminales
contra el pueblo -,
sin admitir ninguna
intromisión de
científicos, ninguna
opinión que se
oponga a sus
intentos o que no
formen parte de sus
cuadros, casi
siempre distanciados
de los verdaderos
fines de las
enseñanzas
inmortales dejadas
por Jesucristo y por
otros Misioneros
espirituales de la
humanidad. Con todo,
casi siempre los
mismos religiosos se
derogan el derecho
de no solamente
opinar sino de
determinar sobre las
reflexiones y
prácticas de la
Ciencia, como si
fuesen detentores de
la verdad absoluta.
Fuera de los
posicionamientos
políticos, de
laboratorios,
comerciales y demás
intereses
particulares que se
lanzan en los
caminos de los
científicos-investigadores
– que acostumbran a
estar presentes en
esas discusiones,
haciendo lobbies a
favor de empresas o
de grupos, con los
cuales se debe tener
mucha cautela por el
cinismo y por las
presiones con que
actúan -, soy del
parecer que a los
religiosos cabría
resaltar y propagar
la realidad
espiritual del ser
humano, trabajar en
la educación moral
de los individuos,
lo que les
posibilitaría tomar
las mejores
decisiones delante
del mundo y delante
de la
Espiritualidad,
dejando a aquellos
que asumieran
responsabilidades
delante de la
Ciencia la labor que
les cabe,
ofreciendo, cuando
son solicitados, sus
más lúcidos
pareceres que
deberán ser tan
lúcidos como
desapasionados, como
si tuviesen el
privilegio de la
verdad sobre los
demás pensadores.
Indiscutiblemente,
encontraremos abusos
que a la justicia
cabrá cuestionar y
corregir, evocando
los preceptos éticos
imponentes. Lo que
no creo razonable es
partir del principio
de que, por adoptar
posiciones muchas
veces materialistas
o ateas (en relación
a los preceptos y
dogmas de las
religiones
institucionales),
deban los
científicos ser
considerados como no
serios o como
irresponsables.
Entendiendo que
deberemos respetar
ese gran grupo de
investigadores que
han ofrecido sus
vidas en pro de una
sociedad mejor,
permitiendo que
realicen sus
emprendimientos, sus
trabajos, sus
investigaciones.
Habiendo oído del
Espíritu Camilo que
muchos
desencarnados,
retenidos en
situaciones de
complejos conflictos
y sufrimientos en el
más allá, son
visitados e
indagados en cuanto
al interés que
tengan de servir de
instrumentos al
progreso de la
Ciencia en el mundo,
presentándose para
animar embriones que
se prestaron a las
investigaciones.
Finalizadas las
experiencias, esas
entidades que
reencarnarían en
delicadas
situaciones de
enfermedades
físicas, mentales o
socio-económicas, o
todas conjugadas,
logran obtener
mejorías
significativas en
los procesos en que
están implicadas.
Son muchas las que
aceptan y que son
llevadas a tales
recitales en las
esferas del trabajo
científico.
Es real que no todos
los embriones,
teniéndose en cuenta
las fases en que son
tomados, están
ligados a
inteligencias
espirituales, pero
otros tantos están,
sí, animados por
esas entidades
referidas, o sea,
las que se presentan
para servir de
“cobayas” en las
actividades de
investigaciones
científicas.
Hay, por otro lado,
una cuestión que se
quiere callar. ¿Por
qué hay defensas tan
extremadas de los
posibles embriones
con ligaciones
espirituales,
mientras que no hay
la misma pasión por
los niños ya
reencarnados,
mal-nacidas,
abandonadas en las
calles o en los
orfanatos? ¿Qué debe
pasar por la mente
general
relativamente a
tales niños y los
citados embriones?
¿Por qué no
acostumbramos a ver
a nadie solicitar a
los laboratorios
detentores de
embriones algunos de
ellos como hijo?
Delante de las
cantidades que son
tirados fuera,
después del periodo
exigidos por ley, es
de extrañar que
nadie reclame a unos
dos o tres para ser
cuidados,
implantados en la
condición de hijos,
de modo a salvarlos
de la destrucción…
El Consolador: La
eutanasia, como
sabemos, es una
práctica que no
tiene el apoyo de la
doctrina espírita.
Surgió, no obstante,
últimamente, la idea
de la ortotanasia,
defendida hasta
incluso por algunos
médicos espíritas.
¿Cuál es su opinión
al respecto?
Lo más importante en
la esfera de la
ortotanasia será
siempre el uso del
buen sentido, pues
una cosa es dejar al
individuo morir
naturalmente, cuando
se vea que su
vitalidad va bajando
de nivel como una
llama que se apaga.
Otra situación, sin
embargo, será ver a
alguien sufriendo y
cruelmente no
aplicarle cualquier
sedante o
medicamento, dejando
que muera en medio
de la desesperación
o el dolor intenso.
Ni la eutanasia ni
la ortotanasia,
cuando huya al buen
sentido y se
aproxime a la
crueldad. Que los
conocimientos
médicos vigentes
puedan ayudar a los
que se encuentran a
la vera de la
desencarnación,
facilitándole un
tranquilo retorno a
lo Invisible sin
compromiso negativo
de médicos,
enfermeras o
familiares.
El Consolador: ¿Cómo
ve usted el nivel de
la criminalidad y de
la violencia que
parece aumentar en
todo el país y en el
mundo, y cómo los
espíritas podemos
cooperar para que
esa situación sea
revertida?
Nada no obstante las
informaciones de los
Inmortales de que
están renaciendo en
el planeta muchos
espíritus aun
inferiores, en lo
que se relaciona a
sus condiciones
morales, no debemos
perder de vista la
elevación de la
educación como bien
acentuó Allan
Kardec, en El
Libro de los
Espíritus. Se
hace necesaria una
educación moral
capaz de formar bien
los caracteres de
los individuos.
Como espíritas, se
hace fundamental la
observancia de los
cuidados con la
auto-educación (a
partir de los
esfuerzos por el
autoconocimiento), a
fin de que nos
capacitemos para
orientar y educar a
los propios hijos
que son víctimas,
muchas veces, de la
incuria o de la
negligencia de sus
padres que están más
preocupados con el
éxito social de los
hijos que con su
felicidad. La
educación, con todo,
es un proceso que
tendrá éxito a largo
plazo, ya que
corresponde a una
modificación gradual
de mentalidad y a la
adopción y fijación
de nuevos valores
por parte de las
criaturas. Hay, no
obstante,
providencias que
pueden ser tomadas
por quien de
derecho, en el
sentido de disminuir
la gravedad de los
cuadros de violencia
vigentes actualmente
en el mundo, y eso
tiene que ver con la
legitimidad, madurez
y respetabilidad
moral de las
autoridades
constituidas y que
están al frente de
las sociedades, así
como tiene relación
con la necesidad de
imputarse
responsabilidades a
los ciudadanos y
hacer que aquellos
que cometen
desatinos sean
llevados a los
trabajos de
quitarlos delante de
sus víctimas, sean
individuos o grandes
grupos sociales. En
cuanto se persista,
en nombre de oscuros
intereses y
criminales
desintereses, el
clima de impunidad,
como si nada
estuviese
ocurriendo, por la
falta de coraje de
poner cascabeles en
el cuello del gato,
es cierto que la
situación tanto en
Brasil como del
resto del mundo no
sufrirá
significativas
alteraciones.
El Consolador: La
preparación del
advenimiento del
mundo de
regeneración en
nuestro planeta ya
dio, como sabemos,
sus primeros pasos.
¿De aquí a cuántos
años cree usted que
la Tierra dejará de
ser un mundo de
pruebas y de
expiación, pasando
plenamente a la
condición de un
mundo de
regeneración, en
que, según San
Agustín, la palabra
amor estará escrita
en todas las frentes
y una equidad
perfecta regulará
las relaciones
sociales?
Aunque podamos
desenvolver alguna
ansiedad en torno de
ese futuro anunciado
por los Inmortales,
lo cierto es que no
tenemos ninguna
posibilidad de dar
fecha a ese hecho,
una vez que estarán
siempre pendientes
de los movimientos
de los progresos
humanos.
Las bases geológicas
del planeta están
dando sus pasos en
la dirección de la
madurez ciclópea del
mundo. Con todo, el
aspecto moral, gran
definidor de todo,
depende de las
disposiciones
morales de la
humanidad.
No nos cabe ninguna
tormenta con
relación a esos
tiempos. Cada uno de
nosotros deberá
asumir la parte que
le corresponden ese
esfuerzo individual
y colectivo para la
construcción de ese
mundo mejor que
anhelamos. Entonces,
trabajaremos con
dedicación y verdad,
cuidando de realizar
lo que nos compete,
y dejemos todo lo
demás en las manos
de Dios, pues sólo
Él sabe al respecto
de los tiempos, como
afirmó nuestro
Maestro Jesús.
El Consolador: En
datos citados en el
libro El Clamor
de la Vida, de
la Dra. Marlene
Nobre, se afirma que
son hechos cerca de
60 millones de
abortos por año en
el mundo. La
vida, como se ve, no
es valorada como
debería. ¿Cuál es su
evaluación sobre el
asunto y cómo los
espíritas podríamos
contribuir para
disminuir esos
números asustadores?
Creo que ese cuadro
que grita se debe a
la cultura
materialista que
vemos ganar cuerpo
cada día en nuestras
sociedades. Incluso
familias de rotulo
cristiano y, en
particular,
cristiana-espírita,
entran en esa
excitación
materialista. Todo
lo que han sentido y
valor son el salario
que se gana, las
cosas que se
consumen, los
títulos que se
consiguen o las
posiciones
socio-político-económicas
que se disfrutan en
el mundo. Si en esas
cosas están los
mayores valores del
individuo, claro
queda que todo lo
más estará en
segundo o en tercer
plano, incluso el
hijo que se lleva en
el vientre.
La visión
materialista del
mundo ha llevado a
muchas inteligencias
a menoscabar la
excelencia de la
vida terrestre,
impulsando a mucha
gente para el
consumo excesivo de
variadas drogas, en
busca de
“adrenalinas”
suicidas, de
homicidios sin
ningún propósito y
del suicidio
propiamente dicho.
El deber de los
espíritas no es
volver para sí la
renovación del
mundo, dando pésimo
ejemplo de
insustentable
mesianismo, una vez
que el mensaje de
Jesucristo fue
dirigido a todos que
de el pudieran tener
conocimiento.
Viviendo como
personas de bien y
haciendo esfuerzos
para dominar las
malas inclinaciones,
conforme la
definición
kardecista de
verdadero espírita,
indudablemente
estaremos dando una
importante cuota de
nuestras vivencias
para contribuir en
la disminución de
ese horrendo
espectáculo de
desprecio por la
vida.
El Consolador: El
fanatismo religioso
alcanza a casi todas
las religiones e,
infelizmente, parece
que no es diferente
en el medio
espírita. ¿Cuál es
su mensaje a
aquellos que
incurren en ese
error?
El fanatismo de
cualquier naturaleza
está comúnmente
vinculado a la
ignorancia. Cuanto
menos se interesan
las personas por el
estudio del
Espiritismo, tanto
más facilidad
encontrarán para
fanatizarse, una vez
que el fanatismo
acostumbra a ser
consecuencia de la
creencia irracional
de quien no sabe,
pero que se golpea
en el pecho
admitiendo saber.
Un poco más de
dedicación a la
lectura atenta, a
las reflexiones y a
los esfuerzos por
vivir los elementos
conocidos, al
propiciar una mayor
utilización de la
razón crítica, menos
posibilitará a
alguien volverse
fanático en el
Movimiento Espírita.
El Consolador: ¿Cómo
debe obrar el
espírita delante de
las solicitudes de
limosna, en las
calles,
particularmente por
parte de niños?
Siempre creí que el
buen sentido y agua
fluidificada no
hacen mal a nadie.
Cabe siempre una
visión más global
sobre el momento del
pedido. Muchas veces
se puede llevar a la
criatura a comer o
beber algo, pues el
niño no necesita de
dinero. Cuando el
pide dinero está
atendiendo a
determinaciones de
algún adulto que lo
explota, sea por la
necesidad
desatendida, sea por
el vicio.
Importantísimo es
que la sociedad de
la cual formamos
parte consiguiese
movilizarse y cobrar
de las autoridades
político-administrativas
los cuidados para
los casos que
testimoniamos en la
ciudad, diariamente.
Así, sería siempre
más significativa la
contribución para
con las
instituciones
sociales que se
incumben de cuidar
de esos niños que
viven casi siempre
en situación de
grandes riesgos.
El Consolador: El
desmantelamiento de
la selva amazónica
camina a largos
pasos, y de entre
las causas que lo
acentúan esta la
económica. Además,
Brasil es uno de los
mayores exportadores
de carne bovina del
mundo. ¿Cómo debe el
espírita
posicionarse ante la
alimentación basada
en la carne bovina,
teniendo en cuenta
que, entre otras
cosas, ella también
contribuye para ese
desmantelamiento?
El espírita obrará
como un ciudadano
común, tratando de
cumplir sus deberes
sociales y políticos
con seriedad,
teniendo en cuenta
que el problema del
desmantelamiento
amazónico no tiene
por campesinos los
rebaños de ganado,
pero el egoísmo y el
cinismo de vastos
liderazgos políticos
de nuestro país, que
hacen la vista gorda
para la situación,
una vez que sus
intereses personales
pueden estar en
juego en esa
circunstancia.
Observemos que tanto
se despoja para
criar rebaños de
ganado como para
plantar soja y otros
productos. Al ser
llevado todo al pie
de la letra de lo
que dicen los
diversos medios –
casi nunca presentan
la real situación o
lo que está por
detrás de ella –
tendríamos que dejar
de usar tanto carne
como vegetales.
En cuanto los
gobernantes hicieran
cuenta que no están
sabiendo que los
habitantes de la
selva, siempre los
más expertos, está
claro, mancomunados
con políticos sin
escrúpulos y gente
envuelta en los
respectivos órganos
públicos, es que
extraen la madera
noble del Amazona,
que permiten la
extracción ilegal de
minerales del
subsuelo regional de
sus naciones
indígenas, y que
permiten mucho la
bio-piratería
existente en nuestro
país, la tendencia
será que quedará
todo como está…
tendiendo a
empeorar.
En cuanto nuestros
gobiernos hagan la
vista gorda para esa
cantidad enorme de
ONGs plantadas en la
Amazonia, educando a
su modo a nuestros
nativos,
adoctrinándolos a su
placer (de mirada en
sus/nuestras
riquezas
diversas),pero que
no tienen ningún
interés por “prestar
servicios” en el
Marajó, por ejemplo,
donde existe
muchísima necesidad
y abandono
gubernamental,
ningún interés en
instalarse en la
región interior
nordeste, donde la
sequía, el hambre y
la experiencia de
algunos “coroneles”
imperan, esas
dificultades no
serán sanadas.
Acusar puntualmente
al ganado o a la
soja nos haría
atacar el lado
frágil de la
cuestión, dejando de
lado el foco más
grave del problema.
Temas de naturaleza
doctrinaria
El Consolador: Las
divergencias
doctrinarias en
nuestro medio se
reducen a pocos
asuntos. Uno de
ellos es el llamado
Espiritismo laico.
¿Para usted, el
Espiritismo es una
religión?
Sí. Indudablemente,
para mí lo es.
El Consolador:
¿Usted encuentra
valida la propuesta
de Kardec pertinente
a la actualización
periódica de las
enseñanzas espíritas,
en base al avance de
la ciencia? En caso
afirmativo, ¿cómo
debemos efectuar esa
medida?
Encuentro extraño
que Kardec haya
hecho esa propuesta
de actualización
periódica de las
enseñanzas espíritas
– una vez que las
referidos enseñanzas
no son de reflexión
científica, ya que
la Ciencia formal
viene manteniendo
bajo la égida del
materialismo por
medio de la gran
masa de sus
representantes
encarnados -, por
haber él mismo
escrito en la
Introducción de
El Libro de los
Espíritus, parte
VII: Ved, por
tanto, que el
Espiritismo no es de
la competencia de la
Ciencia.
En la medida en que
avanza la Ciencia,
mayores
confirmaciones hemos
encontrado para la
tesis que
fundamentan el
Espiritismo. Hasta
hoy, ninguno de los
descubrimientos
científicos
consiguió sacudir
los cimientos de la
hermosa Doctrina
que, al contrario,
se fortifica más
delante de los
espíritas estudiosos
y de la mentalidad
general de los que
acompañan a
distancia. En la
capacidad de esos
avances
contemporáneos de la
Ciencia, hemos
encontrado muchos
cambios de
entendimientos
científicos, muchos
cambios de
nomenclatura,
incontables
descubrimientos que
enriquecen el
terreno de las
investigaciones. Sin
embargo, ninguno de
esos valores que nos
han llegado en razón
de las humanas
investigaciones ha
arañado el
pensamiento
fulgurante y
vanguardista del
Espiritismo.
Cualquier
información
mediúmnica señalada,
incluida en la
Codificación, no es
mayor que el cuerpo
doctrinario del
Espiritismo, que se
fundamenta en la
existencia de Dios,
en la existencia e
inmortalidad del
alma, en la
pluralidad de las
existencias
(reencarnación), en
la pluralidad de los
mundos habitados y
en la
comunicabilidad de
los Espíritus
(mediumnidad).
Ninguna ciencia
consiguió herir esos
principios.
Hay muchos
compañeros
valientes, mal
informados, o sin
mucha intimidad con
el pensamiento
científico – me
refirmo al
pensamiento
científico académico
y no de libros
periódicos de
informaciones
científicas -, que
están siempre
“oyendo decir” eso o
aquello y que se
muestran muy
apresurados en
efectuar cambios en
el cuerpo de la
Doctrina Espírita,
pautados en sus
creencias de que la
Ciencia ya haya
superado el
Espiritismo… ¡Es una
pena! Eso demuestra
que pueden tener
alguna lectura de
las obras
kardecistas pero no
el entendimiento
profundo que se
espera de quien
pretende hacer
modificaciones en el
trabajo ajeno.
Hay personas que
proponen y hasta
publican propuestas
de alterar, por
ejemplo, el término
fluido, usado por
Kardec en sus obras,
por el término
energía, utilizado
científicamente. Sin
duda sería una
aberración tal
modificación, caso
de que fuese
implantada. Por sus
características y
definiciones, fluido
y energía en las
ciencias tienen
significados muy
diferentes. Uno se
define, la otra no.
Por otro lado, lo
que Kardec llama
fluido, en el
Espiritismo, no es
el mismo fluido de
la físico-química, y
así sucesivamente.
Lo mejor en todo eso
será nuestro mayor
estudio y
profundidad de las
cuestiones y tesis
espíritas, a fin de
que, comprendiendo
mejor la enseñanza
de los Inmortales, a
el nos uniremos,
procurando
modificarnos para
asumir la posición
de sal de la Tierra
de la cual nos
incumbió Jesús.
El Consolador: El
tema de los Angeles
de la Guarda una vez
por otra es
focalizada a los
medios. ¿En qué
momento y de que
manera actúan a
favor de sus
protegidos? ¿Como es
su relación con
nosotros?
Muchas veces, vemos
ese tema de los
Ángeles de la
Guardia ser tratado
en diversos medcios
empobrecido por
místicas
deformaciones. O por
fantasías de tal
modo ingenuas que
consiguen disminuir
el sentido divino de
esas presencias
junto a las
criaturas
encarnadas.
Por lo que nos
enseñan los
Inmortales, en El
Libro de los
Espíritus, esos
Ángeles actúan sobre
nuestras vidas desde
el nacimiento hasta
la muerte y muchas
veces nos acompañan
en la vida
espiritual, después
de la muerte,
igualmente a través
de muchas
existencias
corpóreas.
Entendemos que, para
estar ligados a sus
tutelados desde la
cuna, y que, en la
erraticidad, ya
auxiliaban a sus
protegidos en la
ponderación y
preparación de las
existencias que
deberían vivenciar
en el planeta.
La relación de estos
Ángeles con nosotros
es la de un padre
con relación a sus
hijos; la de
guiarnos por la
senda del bien,
auxiliarnos con sus
consejos,
consolarnos en
nuestras
aflicciones,
levantarnos el ánimo
en las pruebas de la
vida.
El Consolador: En
algunos medios se
divulgó la tesis de
que los niños
índigos representan
una nueva
generación, a la que
Kardec se refirió en
La Génesis.
En su opinión, ¿El
tema de los niños
índigos se encuadra
en la seriedad y
racionalidad con la
que deben ser
tratados los
conceptos espíritas?
Es muy conocido el
impulso que tenemos,
los humanos, por las
novedades que van
surgiendo a nuestro
alrededor, y de todo
lo que nos gusta, lo
que juzgamos
importante o
especial, deseamos
de modo velado o
declarado atraerlo
hacia el mundo del
Espiritismo. Fue lo
que ocurrió con la
tesis de los
psicólogos
americanos Dr. Lee
Darlo y la Dra. Jan
Tober.
Muy pronto los
referidos autores
americanos afirmaron
que su trabajo era
una información
inicial y no la
palabra final sobre
cierto tipo de
criaturas que venían
naciendo, lo cierto
es que eso ya llegó
a nuestro medio
popular, y no fue
diferente en el
medio espírita, como
algo dispuesto,
acabado y
“espírita”.
¡Lamentable!
Vale la pena
verificar como es
que los supracitados
psicólogos
americanos definen
una criatura índigo
(la Dra. Jan Tober
informa haber
llamado así a esas
criaturas, por ser
de color índigo lo
que veían a su
alrededor): son
aquellos que
representan un
conjunto de
características
psicológicas no
comunes y un patrón
de comportamiento
aún no clasificado
por la ciencia. Ese
tipo de
comportamiento hace
que todos los que
interactúan con ella
(principalmente sus
padres) tengan que
adaptarse a
circunstancias
diferentes y a un
tipo específico de
crianza. Hasta aquí,
no vemos nada que
sea diferente de lo
que observamos en
nuestras criaturas,
aquellas con las que
hemos tenido
contacto
diariamente,
dándonos cuenta de
que son, de hecho,
criaturas
diferentes, no
importándonos los
nombres con los que
las rebauticemos.
Con todo, todas
ellas están en el
mundo bajo cuidados
paterno maternales
para evolucionar
hacia Dios. Todos
sabemos que no es
fácil entender,
dirigir, corregir,
educar, en fin, a
esos pequeños,
teniendo en cuenta
los bagajes que
trajeron de otras
vivencias
rencarnatórias.
El psicólogo
argentino Egidio
Vecchio, que se
estableció en Porto
Alegre, en Rio
Grande del Sur,
también se dedicó a
los estudios de
estos niños índigo,
sumando sus
esfuerzos a los de
notables estudiosos
como Ingrid Cañete y
Teresa Guerra.
Afirma él en uno de
sus libros que en la
década de 1970
vinieron al mundo
seres muy
especiales,
portadores de un
cambio potencial en
su ADN. Se descubrió
que tienen una
misión a cumplir y
un potencial a
desarrollar. Como
nosotros, también
dotados de libre
albedrío, por lo
tanto, pueden no
aceptar ese encargo.
No son
predestinados.
Ninguna diferencia
vemos nos dice
Vecchio de aquello
que hemos aprendido,
hace más de 150
años, en las
enseñanzas espíritas.
Todos llegamos al
mundo con una misión
a cumplir, sea de
gran o de pequeño
porte, sea a nivel
del grupo familiar o
en temas sociales y
mismamente en
misiones mundiales.
Reencarnamos,
exactamente, para
hacer brillar
nuestra luz,
conforme orientó
Jesucristo, o sea,
para desarrollar
nuestras potencias
espirituales, o
intelecto morales,
si así lo queremos.
Notemos como
continúa Vecchio
hablando de los
indigo: Estas
criaturas, fruto de
esta evolución
genética que está
ocurrriendo,
necesitan del apoyo
para adaptarse y
desarrollarse entre
nosotros. Para ellos
es necesaria una
pedagogía adecuada
a su grado de
evolución, por que
son portadoras de
herramientas
psicológicas y
espirituales muy
adelantadas de
aquellas que la
psicología
tradicional conoce.
Pero bien
comprendidas y
orientadas, los
niños índigo
cambiarán la vida
del planeta de forma
asombrosa y nunca
imaginada antes de
hoy.
No hay ninguna
novedad en eso, para
quien lidia con la
enseñanza y
aprendizaje, para
quien lidia con
niños y escolaridad.
Es llamativo el
atraso en que se
encuentra la
institución escolar,
en todo el mundo.
Llegamos a constatar
que las
instituciones del
mundo que más se
resisten al cambio
son exactamente la
escolar. Parece una
afrentosa paradoja.
Nuestras criaturas
que están tan mal
cuidadas por la
escuela
contemporánea con
sus viejas
características, con
su metodologías, sus
pruebas, sus notas,
etc.., anticuadas,
que consiguen matar
el poder creador de
los alumnos por las
actitudes ingenuas,
laissez-faire,
excesivamente
directoras o
dictatoriales de
profesionales
malformados, si
acaso tuviesen esos
recursos a los que
se refiere Edigio
Vecchio, con certeza
que no tendríamos
los grandes índices
de éxodo escolar,
las altas tasas de
reprobaciones; no
veríamos el horror
con el que gran
número de criaturas
se ve obligado a ir
a la escuela, la
alegría por las
vaqcaciones, días de
fiesta o por la
ausencia de los
profesores.
En un mundo de
ordenadores e
internet, de blogs y
orkuts, desear
mantener a las
criaturas presas en
un espacio físico
por medio de “escupe
y cuspe e giz”,
convengamos que no
precisarán ser tan
índigos para vivir
“indignados” con el
sistema.
En el siglo XIX,
Kardec ya hablaba de
la transición por la
que pasaba el mundo.
Luego, no es un
fenómeno nuevo.
Posiblemente,
solamente los
psicólogos
americanos se darán
cuenta que deberían
estudiar tal cosa.
Pero, con certeza,
no fue a partir de
1970 que esas cosas
comenzaron a ocurrir
en el planeta.
Leamos lo que nos
dice el libro
Génesis,
publicado en 1868:
La época actual
es de transición; se
confunden los
elementos de las dos
generaciones.
Colocados en un
punto intermedio,
asistimos a la
partida y a la
llegada de otra, ya
conociéndose cada
una, en el mundo,
por los caracteres
que les son
peculiares. Tienen
ideas y puntos de
vista opuestos las
dos generaciones que
se suceden. Por la
naturaleza de las
disposiciones
morales, pero, sobre
todo de las
disposiciones
“intuitivas” e
“innatas”, se vuelve
fácil distinguir a
cuál de las dos
pertenece cada
individuo.
Observemos como
continúa Kardec:
Cabiéndole fundar la
era del progreso
moral, la nueva
generación se
distingue por la
inteligencia y la
razón generalmente
precoces, junto al
sentimiento “innato”
del bien y a las
creencias
espiritualistas, lo
que constituye una
señal indudable de
cierto grado de
adelantamiento
“anterior”. No se
compondrá
exclusivamente de
Espíritus
eminentemente
superiores, pero sí
de los que, ya
habiendo progresado,
se hallen
predispuestos a
asimilar todas las
ideas progresistas y
aptas para secundar
el movimiento de
regeneración.
Aprendemos, así, que
desde la época de
Allan Kardec, que,
siendo bien
comprendida y
orientada, toda y
cualquier criatura
que llega a la
Tierra cambiará la
vida del planeta, de
manera bastante
significativa, nunca
imaginada
actualmente. Cuando
el hogar y la
escuela se vuelven
lugares de
satisfacción, de
aprendizaje y de
seguridad para
nuestras criaturas
de ahora y para las
que vendrán,
conseguiremos
auxiliar a todos los
Espíritus que,
llegados al mundo
para desempeñar sus
papeles misionarios,
de hombres y mujeres
de bien, puedan
realizar con éxito
aquello que vinieron
a hacer sobre el
suelo del mundo.
Lo que lamento es
que, con tantas
enseñanzas del
Espiritismo, desde
El Libro de los
Espíritus hasta
La Génesis,
al respecto de la
conducta educacional
de nuestras
criaturas, sin que
nunca haya esto
provocado cualquier
furor educacional,
ninguna emoción o
acontecimiento
social, bastó para
que llegase a
nuestro país la
traducción del libro
de Carrol y Tober
para que el
Movimiento Espírita,
en considerables
expresiones y
localidades, se
sintiese abalado en
sus creencias y
prácticas, sin darse
cuenta de lo que
venía ocurriendo, y
todavía viene
ocurriendo, y
todavía existe, un
agigantado desfase
entre nuestra
confesión labial de
fe espírita y
nuestra integración
al espíritu del
Espiritismo.
El Consolador: Hay
controversias con
relación a las
medidas que pueden
ser tomadas en el
sentido de retardar
o acelerar el
proceso
desencarnatorio.
¿Tienen los
encarnados medios
para prolongar la
vida física, hasta
el punto de poder
interferir en el
procedimiento de los
Espíritus?
Aprendemos con los
nobles Benefactores
Espirituales, como
nuestras existencias
planetarias están
bajo los cuidados de
entidades
sublimadas, que
responden junto a
nosotros en nombre
de Jesucristo, al
retraso (a la
moratoria) o a la
aceleración (a la
anticipación) del
proceso de nuestra
desencarnación,
estando, del mismo
modo, bajo esas
divinas
responsabilidades.
Hemos sabido de
incontables
circunstancias que
pueden llevar a los
Guías Espirituales a
interceder a favor
de la permanecía
física de alguien en
el mundo, así como
de otras que los
hacen actuar en pro
de la anticipación
del período de la
reencarnación, a
partir del momento
que haya intereses
superiores en juego,
significando una
contribución para el
progreso de quien
deberá permanecer o
de quien deberá
partir.
Individuos que, en
la época prevista
para su desenlace,
estén realizando
procesos
espirituales
renovadores junto a
familiares de
relación compleja;
que estén
consiguiendo
liberarse de
difíciles conflictos
o dependencias
tormentosas, lo que
les permitirá
grandes adelantos
espirituales, o que
se encuentren
realizando
actividades en
beneficio de alguna
obra de hermosa
expresión, lo que
les propiciará una
feliz contribución
ascensional, esos
acostumbran a
recibir el
beneplácito de
bendecidas
moratorias.
Muchos que están
enredados en
situaciones
comprometedoras,
fascinados con las
libertades que nadie
consigue frenar;
muchos de los que
llegaron a la Tierra
con un respetable
bagaje espiritual,
pero que se están
dejando llevar por
ciertos niveles de
orgullo y de vanidad
comprometedores de
su valor espiritual;
los que vinieron
para llevar a cabo
determinadas
misiones, para los
que fueron
investidos años y
años con
preparativos en el
Mundo Invisible, y
que están
desperdiciando las
oportunidades,
acostumbran a ser
llamados de vuelta
al Gran Hogar, con
el fin de revaluar
sus conductas
terrenas, para que
no comprometan sus
valores conquistados
y para rehacer sus
planteamientos en
cuanto a su futuro,
de tal modo, que no
se perturben en los
mismos caminos y
situaciones que los
pusieron en peligro.
Tanto las demoras
como los adelantos
no acostumbran de
ser de conocimiento
directo del
beneficiado. Las
leyes de nuestro
Creador funcionan
silenciosamente y
atienden a Sus
hijos, en sus
variadísimas
necesidades, sin
ningún alarde. Así,
es improbable que
los encarnados, de
manera consciente,
consigan esos
resultados,
volviéndose capaces
de interferir en la
programación de los
Benefactores de la
Vida Mayor,
desenvuelta sobre
nosotros bajo el
mando de Jesús.
El Consolador:
Considerando que
la vivencia diaria
de la moral
cristiana es uno de
los dos grandes
desafíos de los
espíritas, ¿cómo se
puede superar el
orgullo y el egoísmo
que por ventura
residan en nosotros,
evitando así el
personalismo?
Aquí, debemos
acordarnos de
aquello que preguntó
Kardec a los
inmortales, deseoso
de conocer un modo
práctico y eficaz
para mejorarnos en
esta vida y
resistirnos al mal.
Veamos que el
Codificador pidió a
los Espíritus algo
que fuese factible,
o sea, práctico, y
al mismo tiempo,
que ese resultado,
fuera eficaz. Obtuvo
por respuesta la
instrucción de un
Sabio de la
antigüedad: Conócete
a ti mismo.
Será muy difícil
trabajar por
deshacer el orgullo
y egoísmo, en cuanto
no tuviéramos clara
conciencia de su
existencia
devastadora en
nuestro
interior.solamente a
partir de esa
constatación que hagamos
es que, entonces,
buscaremos caminos,
planes, en el
sentido de atacar lo
que nos sea
incómodo.
En la próxima
edición la
entrevista se
localizará asuntos
pertenecientes al
movimiento espírita
en Brasil y en el
exterior. |