Eugênia Maria
Pinheiro Ramires:
“La
educación de hoy no
puede ser más
aquella que
heredamos de
nuestros padres y
abuelos”
La educadora
cearense, autora del
libro Niños
Olvidados, habla
sobre el tema de los
niños hiperactivos o
con disturbios de
atención y dice como
el tema debe ser
tratado por los
padres y por los
educadores
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Eugenia María
Pinheiro Ramires,
nuestra entrevistada
de la semana, es
educadora y
periodista. Nacida
en Fortaleza (CE),
reside actualmente
en la ciudad de
Jales (SP). Con tres
libros publicados y
uno en la imprenta,
espírita desde la
infancia, vinculada
al Grupo de Estudios
Espíritas en Jales y
coordinadora de
cursos de estudios
espíritas, además de
oradora espírita,
como madre vivió la
experiencia de una
hija hiperactiva,
que la llevó a una
amplia investigación
sobre la temática.
La respuesta a la
entrevista revela
circunstancias
sorprendentes
aclaraciones de una
madre que buscó
respuestas y ahora
ayuda a otras
madres.
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El Consolador: ¿De
dónde surgió su
interés por la
temática sobre niños
hiperactivos?
Ese interés mío
surgió cuando
descubrí que mi hija
más pequeña no tenía
un comportamiento
neurotípico. Para
convivir con ella
necesité estudiar
mucho, conocer su
comportamiento,
saber quién
realmente era ella,
para no ignorarla,
ni etiquetarla. Era
un desafío buscar
descubrimientos,
pero yo sabía que
era un Espíritu muy
querido que volvía.
El Consolador: ¿Cómo
fue el
descubrimiento de la
hiperactividad en su
propia hija?
Algunos
especialistas decían
que ella era autista
e hiperactiva.
Otros, que tenía
asperger, una forma
leve de autismo, y
otros no conseguían
dar un diagnóstico.
Eso me llevó a
buscar grupos de
estudios formados
por profesionales de
la salud y de la
educación y por
padres, en los
Estados Unidos,
Inglaterra y España,
donde los estudios
en esa área estaban
más adelantados. En
esa época, también
fui a buscar
informaciones en el
libro Autismo,
una visión
espiritual, de
Herminio Miranda.
El Consolador: ¿Y
cómo ocurrió el
proceso de
desarrollo de
métodos para la
educación de la
niña?
Ese proceso partió
del principio de que
la escuela
tradicional no sabía
lidiar con ella. Por
ejemplo: ella sólo
empezó a hablar a
los tres años y
meses después
comenzó a leer sola,
de forma compulsiva
y sin cualquier
orientación de los
adultos. Ella
siempre fue muy
independiente. Traía
un conocimiento de
la vida espiritual
muy grande, hablaba
de reencarnación y
siempre tuvo un
sentimiento de
justicia agudísimo.
Estaba desapegada de
las cosas
materiales. Y lo que
complicaba aun más
sus relaciones en la
escuela era que ella
buscaba argumentar
eso con el grupo.
¿Da para tener una
idea de lo que eso
representaba en la
sala de la clase?
Tenía una necesidad
muy grande de
aprender, pero la
escuela no era su
lugar, como ella
misma siempre decía.
Por eso, busqué
inspiración en
Pestalozzi para
educarla en casa,
sumando su
metodología con las
informaciones
actualizadas que
obtenía vía
Internet, con esos
grupos de estudios.
El Consolador: ¿Por
qué decidió
transformar su
experiencia en
libros y
conferencias?
El acumulo de
informaciones que
venían de las más
variadas fuentes,
todas con
credibilidad
comprobada, me
llevaron a una
reflexión muy seria
sobre la necesidad
de compartir todo
aquello con tantas
madres desesperadas
por no saber que
hacer con sus hijos
en situaciones
semejantes. Fue
cuando creé el
Proyecto FloreSer.
Uno de mis
motivadores en ese
periodo fue el
propio Herminio
Miranda, que en
correspondencia me
hablaba de mi mayor
conquista que era
rescatar a mi hija y
también me decía
para continuar con
mi trabajo. Él daba
mucha importancia
para la divulgación
de mi experiencia y
eso me llevó a
incluir el tema en
mis conferencias,
cuando también
comencé a ser
solicitada para dar
cursos y seminarios
sobre el asunto. La
repercusión fue
tanta que decidí
sintetizar parte de
esos estudios en el
libro Niños
Olvidados, con
referencias
pedagógicas y
fuentes de
investigación para
quien necesita
lidiar con esas
situaciones.
El Consolador:
¿Cuáles son sus
libros publicados?
Mi primer libro fue
Acordes del
Corazón, Editora
Sirius, 1998. Es un
libro autobiográfico
donde procuro narrar
algunos episodios de
esa búsqueda mía de
autoconocimiento, en
forma de reflexiones
y ejercicios, a
partir de mi día a
día. Diario de la
Meditación,
Editora Sirius,
1999, vino
enseguida, inspirado
por mi mentor que me
llevó a viajes
espirituales, en un
verdadero mensaje de
paz y armonía y como
testimonio de que no
estamos solos y no
vivimos una sola
vez. Niños
Olvidados,
Editora Sirius,
2007, como ya dije,
forma parte del
libro del Proyecto
FloreSer.
El libro ayuda a convivir con las diferencias.
En el busqué hacer
una síntesis de lo
que conseguí y de lo
que existe de más
avanzado en las
investigaciones
sobre la mente de
los niños de hoy.
Eso, junto con los
estudios y
enseñanzas sobre las
formas de obrar en
casa y en la
escuela. Es un
conjunto de estudios
sintetizados que
tienen en su base
las referencias
pedagógicas de
Kardec, Pestalozzi y
otros educadores con
visión
espiritualista.
El Consolador: ¿Hay
otras obras
inéditas? ¿Cuáles
son?
Mi próximo libro
tiene como título
Pedagogía de las
Diferencias y
deberá ser lanzado
en breve, por Mithos
Editora. Es donde
narro mi experiencia
y mis pasos, como
madre que fue a
informarse para
luchar con la hija
superdotada y los
resultados de esa
vivencia tan rica y
gratificante que
transformó mi vida.
En ese libro procuro
mostrar que
cualquier persona
que se dedique a la
verdadera educación,
desprovista de
preconceptos y
viejas tradiciones y
con visión de un
mundo en
transformación,
puede conseguir los
mismos resultados.
El Consolador: En
las conferencias,
¿cuáles son las
repercusiones? ¿Hay
informes de otras
madres?
Muchos. Las
repercusiones pueden
ser medidas
exactamente con esa
búsqueda de madres y
profesores, en todas
nuestras
conferencias y
cursos y en los
e-mails que recibo
diariamente de
Brasil y del
exterior de personas
queriendo
informaciones sobre
esas cuestiones y
sobre nuestro
trabajo. Siento
claramente y de
forma cada vez más
intensa que en
nuestro mensaje hay
una identificación
muy grande con la
ansiedad de esas
madres, padres y
abuelos que no saben
como luchar con esos
niños. Lo más
importante es que al
dar sus
declaraciones esas
personas se sienten
confortadas en saber
que existe una
solución diferente
del comportamiento
tradicional. En
verdad, creo que la
gran mayoría ya
sabía de eso antes
de hablar conmigo,
pero no tenían
conocimiento de los
mecanismos que
llevan a las
soluciones que están
por encima de las
posturas desfasadas.
Esas madres saben
que los viejos
métodos no resuelven
las situaciones que
ellas están
enfrentando, pero
tampoco saben qué
hacer. Las
dificultades
aumentan por el
hecho de no ser
comprendidas en esa
tarea, justamente
por las memeces, por
la simplificación
impuesta por la
sociedad actual que
resiste, pero está
siendo transformada
por la nueva
generación, ya
citada
exhaustivamente en
la literatura
espírita, incluso
por el propio
Kardec.
El Consolador: En su
visión, ¿Cómo
orienta la Doctrina
Espírita ese proceso
educativo?
Como ya venía
diciendo, estamos
viviendo en un mundo
en vertiginoso
proceso de
transformación que
tiene una unión muy
estrecha con lo que
Kardec llamó como de
nueva generación.
Necesitamos
comprender a esos
niños “diferentes”
que no son otros
sino aquellos que
Kardec ya anunciaba,
hace más de 150 años
y que vinieron para
consolidar esos
cambios para un
nuevo mundo. Sin
esas informaciones
queda difícil
desarrollar un
sistema de
aprendizaje que
exige, por encima de
todo, una visión
nueva, despojada de
los valores
materialistas y de
éxito a toda costa,
sino que se
preocupe,
principalmente, con
la cualidad de vida
de esos niños. La
Doctrina Espírita es
fundamental, como
también son
imprescindibles los
estudios y la
dedicación,
envolviendo a toda
la familia, en torno
de ese proyecto
educacional. Y ese
aprendizaje tiene
que ser compartido.
Tenemos que hacer
aquello que Herminio
Miranda me dijo en
uno de sus e-mails,
que es llevar esas
informaciones a
aquellos que aun no
hacen esa lectura
espiritual cuando se
deparan con esos
síndromes. Sólo así,
aun en el decir de
Herminio, estaremos
colaborando para que
un día se remueva el
velo que la ciencia
materialista no
tiene cómo hacerlo.
El Consolador: ¿Las
ideas defendidas son
provenientes de
investigaciones? ¿De
qué autores?
En verdad ya son
casi 15 años que
vengo estudiando las
cuestiones que
envuelven educación
incluida,
dificultades de
aprendizaje,
autismo, asperger,
hiperactividad,
déficit de atención
y altas
habilidades/superdotados.
Es un trabajo que
exige
investigaciones y
comparaciones sobre
estudios y obras de
diversos autores,
pero que se suma a
las aclaraciones de
madres y profesoras
que supieron luchar
con esos niños y que
vienen obteniendo
éxito en esa área,
transfiriendo esas
experiencias para
otras personas. Es
lo que hacemos en el
Proyecto FloreSer,
reconocido por
autoridades en el
asunto como el
profesor Rusell
Barkley,
investigador del
Departamento de
Psiquiatría de la
Suny Upstate Medical
University de New
York, autor de
varios libros sobre
TDAH y considerado
el más importante
investigador y
conferenciante
internacional en esa
área. Nuestro
proyecto es citado
por Barkley en su
libro “Trastorno de
Déficit de
Atención/Hiperactividad
– TDAH”, de la
editora Artmed, como
referencia en Brasil
en esa área.
Recientemente
tuvimos nuestro
trabajo destacado
por el editor del
periódico de la
Sociedad Autista
Nacional del Reino
Unido que nos invitó
para colaborar con
artículos sobre el
asunto. Se trata de
la sociedad fundada
por la psiquiatra
Lorna Wing, la mayor
investigadora del
autismo en el mundo.
El Consolador: ¿Y
cómo luchar, en el
Centro Espírita, con
esas diferencias de
comportamiento entre
los niños en las
clases de
evangelización
infantil?
Como ya dijimos, la
educación en los
días de hoy no puede
ser más aquella que
heredamos de
nuestros padres y
abuelos. La Doctrina
Espírita enseña que
educar es mucho más
que simplemente
enseñar buenas
maneras y que
trabajar las
diferencias pasó a
ser fundamental. Si
la propia doctrina
nos dice eso,
tenemos que llevar
esa nueva visión
para las clases de
evangelización
infantil, incluso
porque es en esa
fase que el niño
comienza a despertar
para los valores de
la vida. Así, ellos
van aprendiendo
desde el inicio que
las personas no son
iguales y precisan
ser vistas y
tratadas de la forma
como ellas son,
respetando sus
individualidades.
Conviviendo con las
diferencias, esos
niños, “diferentes”
o no, estarán
preparándose para
vivir mejor en este
mundo en
transformación.
El Consolador: Sus
palabras finales.
Me gustaría hablar
un poco más sobre
nuestro proyecto. El
FloreSer es una
organización sin
fines lucrativos.
Además de cursos y
conferencias,
tenemos un trabajo
de atención a padres
y educadores, donde
procuramos ofrecer
informaciones y
orientaciones que
permiten identificar
esos síndromes para
ayudar en la
educación y
formación de esos
niños. Tenemos un
site y un boletín
diario en portugués,
inglés y español,
distribuido en
Brasil y exterior.
Para quien se
interese nuestra
dirección en la Web
es:
http://projetofloreser.blogspot.com/.
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