Perdida y suspensión
de la
mediumnidad
Presentamos en esta edición
el tema
nº
112
del Estudio Sistematizado de
la Doctrina Espirita, que
está siendo presentado aquí
semanalmente, de acuerdo con
el programa elaborado por la
Federación Espirita
Brasileña, estructurado en
seis módulos y 147 temas.
Si el lector utiliza este
programa para el estudio en
grupo, sugerimos que las
cuestiones propuestas sean
debatidas libremente antes
de la lectura del texto que
a ellas sigue.
Si es destinado solamente
para uso por parte del
lector, pedimos que el
interesado intente
inicialmente responder las
cuestiones y solo después
lea el texto referido. Las
respuestas correspondientes
a las cuestiones presentadas
se encuentran al final del
texto abajo.
Cuestiones
para debate
1. ¿Puede un médium tener
suspendida su facultad
mediúmnica?
2. ¿Qué motivos llevarían a
los buenos Espíritus a
apartarse de un médium?
3. ¿El Espiritismo aprueba
la práctica de los que leen
la suerte, un hecho bastante
común en nuestro país?
4. En los casos en que los
fenómenos mediúmnicos son
interrumpidos por
benevolencia del protector
espiritual, ¿qué objetivos
el benefactor tiene en
cuenta?
5. ¿Podemos aplicar a los
tributos mediúmnicos la
parábola de los talentos de
que nos habla el Evangelio?
Texto para la
lectura
Sin el concurso simpático de
los Espíritus, nada puede el
médium
1. La facultad mediúmnica
puede sufrir perdidas y
suspensiones, en la mayoría
de las veces pasajeras,
cualquiera que sea el tipo
de mediumnidad de que el
médium sea portador. Eso
ocurre porque la producción
mediúmnica ocurre gracias al
concurso simpático de los
Espíritus. Sin ellos, nada
puede el médium, o sea, la
facultad continúa
existiendo, pero los
Espíritus evitan utilizar
aquel instrumento mediúmnico,
sea porque no pueden, sea
porque no quieren.
2. Entendiendo la
mediumnidad como un medio
que Dios ofrece a los
hombres para su reforma
moral y consecuente progreso
espiritual, los buenos
Espíritus se alejan de los
médiums por varios motivos:
I. Cuando el médium se sirve
de la facultad mediúmnica
para atender la cosas
frívolas o con propósitos
ambiciosos y desvirtuados de
su verdadero objetivo.
II. Cuando el médium no
aprovecha las instrucciones
ni los consejos que los
protectores espirituales le
propician.
III. Cuando la interrupción
de los fenómenos se da como
una prueba de benevolencia
del Benefactor espiritual
para con el médium.
La mediumnidad con Jesús
edifica moralmente al hombre
3. Por cosas frívolas,
mencionadas en el tópico
anterior, entendemos, por
ejemplo, la práctica de la
lectura de la suerte y el
trabajo acostumbrado
realizado por los llamados
leedores del futuro,
hecho que, infelizmente,
ocurre en una larga escala y
que, a la corta o a la
larga, llevará a las
personas que lo practican a
arrepentirse amargamente,
especialmente en el momento
en que todos nosotros
tenemos que prestar cuentas
al Señor de la aplicación
dada a los talentos
recibidos.
4. Los llamados
“profesionales de la
mediumnidad” no se preocupan
por recibir pagos, sea bajo
la forma de dinero, regalos,
favores y privilegios, sea
bajo la forma de dependencia
afectiva o emocional.
5. A tales médiuns es
siempre útil recordar estas
palabras de Manoel Philomeno
de Miranda (Espíritu): “...
el médium, habituándose a
los negocios e intereses de
bajo tenor vibratório, se
embrutecen, se desarmonizan.
(...) La mediumnidad con
Jesús libera, edifica y
promueve moralmente al
hombre, en cuanto que, con
el mundo, aturde, esclaviza
y obsesa a la criatura”.
6. Los protectores
espirituales los aconsejan
siempre para el bien,
sugiriendo buenos
pensamientos o amparando en
las aflicciones a su
tutelado; pero, en situación
ninguna faltan al respeto
del libre-albedrío de quien
quiera que sea.
Los atributos mediúmnicos
son como los talentos del
Evangelio
7. Ellos se alejan cuando
ven que sus consejos son
inútiles y que más fuerte
es, en su protegido, la
decisión de someterse a la
influencia de los Espíritus
inferiores, pero jamás lo
abandonan completamente y
siempre se hacen oír. Es el
hombre, entonces, quien tapa
los oídos, porque el
protector espiritual volverá
todas las veces que sea
llamado.
8. En la interrupción de los
fenómenos por acto de
benevolencia del protector
espiritual, tres pueden ser
los objetivos. Primero,
cuando el amigo espiritual
desea probar que la
comunicación mediúmnica no
depende del médium sólo y
que, por eso, no debe él
vanagloriarse o envanecerse.
Segundo, cuando el médium se
encuentra debilitado
físicamente y necesita de
reposo. Por último, cuando
la suspensión tiene por
objetivo poner a prueba la
paciencia y la perseverancia
del médium o darle tiempo
para meditar en las
instrucciones recibidas de
los Espíritus.
9. En situaciones de esa
naturaleza, debe el médium
buscar en la resignación y
en la plegaria los recursos
para retomar la práctica
normal de sus facultades.
10. Como enseña Emmanuel,
los atributos mediúmnicos
son como los talentos del
Evangelio. Si el patrimonio
espiritual es desviado de
sus fines, el mal siervo se
hace indigno de la confianza
del Señor de la siembra.
Multiplicados en el bien,
los talentos mediúmnicos
crecerán para Jesús, bajo
las bendiciones divinas,
pero, si sufren el insulto
del egoísmo, del orgullo, de
la vanidad y de la
explotación inferior, pueden
dejar al intermediario de lo
invisible entre las sombras
pesadas del estacionamiento,
en las más dolorosas
perspectivas de expiación,
en vista del aumento de sus
débitos irreflexivos.
Respuestas a las cuestiones propuestas
1. ¿Puede un médium tener
suspendida su facultad
mediúmnica?
R.: Sí. La facultad
mediúmnica puede sufrir
perdidas y suspensiones, en
la mayoría de las veces
pasajeras, cualquiera que
sea el tipo de mediumnidad
de que el médium sea
portador.
2. ¿Qué motivos llevarían a
los buenos Espíritus a
apartarse de un médium?
R.: Los motivos principales
son tres: a.) cuando el
médium se sirve de la
facultad mediúmnica para
atender la cosas frívolas o
con propósitos ambiciosos y
desvirtuados de su verdadero
objetivo; b.) cuando el
médium no aprovecha las
instrucciones ni los
consejos que los protectores
espirituales le propician;
c.) cuando la interrupción
de los fenómenos se da como
una prueba de benevolencia
del Benefactor espiritual
para con el médium.
3. ¿El Espiritismo aprueba
la práctica de los que leen
la suerte, un hecho bastante
común en nuestro país?
R.: No.
4. En los casos en que los
fenómenos mediúmnicos son
interrumpidos por
benevolencia del protector
espiritual, ¿qué objetivos
tiene en cuenta el
benefactor?
R.: Tres pueden ser los
objetivos: 1) probar que la
comunicación mediúmnica no
depende del médium sólo y
que, por eso, no debe él
vanagloriarse o envanecerse;
2) posibilitar reposo en los
casos en que el médium se
encuentra debilitado; 3)
poner a prueba la paciencia
y la perseverancia del
médium o darle tiempo para
meditar de las instrucciones
recibidas de los Espíritus.
5. ¿Podemos aplicar a los
atributos mediúmnicos la
parábola de los talentos de
que nos habla el Evangelio?
R.: Sí. Los atributos
mediúmnicos son como los
talentos del Evangelio. Si
el patrimonio espiritual es
desviado de sus fines, el
mal siervo se hace indigno
de la confianza del Señor de
la siembra. Multiplicados en
el bien, los talentos
mediúmnicos crecerán para
Jesús, bajo las bendiciones
divinas. Si sufren el
insulto del egoísmo, del
orgullo, de la vanidad y de
la explotación inferior,
pueden dejar al
intermediario de lo
invisible entre las sombras
pesadas del estacionamiento,
en las más dolorosas
perspectivas de expiación,
en vista del aumento de sus
débitos irreflexivos.
Bibliografia:
O Livro dos
Médiuns,
de Allan
Kardec, item 220.
O Livro dos
Espíritos,de
Allan Kardec, questão 495.
Depois da
Vida,
de autoria de
diversos Espíritos,
psicografia de Divaldo P.
Franco, pp. 128 a 128.
Seara do Bem,
de autoria de
Espíritos diversos,
psicografia de Divaldo P.
Franco, pp. 55 e 56.
Encontro
Marcado,
de Emmanuel,
psicografia de Francisco
Cândido Xavier, pp. 28 a 30.
O Consolador,
de Emmanuel,
psicografia de Francisco
Cândido Xavier, questões
389, 402 e 411.
Novas
Mensagens,de
Humberto de Campos
(Espírito), psicografia de
Francisco Cândido Xavier,
pp. 39 a 48.
Nos Domínios
da Mediunidade,
de André Luiz, psicografia
de Francisco Cândido Xavier,
pp. 251 a 257.
Seara dos
Médiuns,
de Emmanuel, psicografia de
Francisco Cândido Xavier,
pp. 207 e 208.