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Estudio Sistematizado de la Doctrina Espirita Português   Inglês
Programa V: Aspecto Científico

Año 3 116 – 19 de Julio del 2009

THIAGO BERNARDES
thiago_imortal@yahoo.com.br

Curitiba, Paraná (Brasil)  
Traducción
ISABEL PORRAS GONZÁLES - isy@divulgacion.org
 

 

Señales precursoras de la mediumnidade: mediumnidade como prueba


Presentamos en esta edición el tema
nº 116 del Estudio Sistematizado de la Doctrina Espirita, que está siendo presentado aquí semanalmente, de acuerdo con el programa elaborado por la Federación Espirita Brasileña, estructurado en seis módulos  y 147 temas.

Si el lector utiliza este programa para el estudio en grupo, sugerimos que las cuestiones propuestas sean debatidas libremente antes de la lectura del texto que a ellas sigue.

Si es destinado solamente para uso por parte del lector, pedimos que el interesado intente inicialmente responder las cuestiones y solo después lea el texto referido. Las respuestas correspondientes a las cuestiones presentadas se encuentran al final del texto abajo.

Cuestiones para debate 

1. ¿Por qué a algunas personas es concedida la facultad mediúmnica?

2. ¿Cuales son los síntomas precursores de la mediumnidad?

3. ¿Por qué la mayoría de los médiums, sobre todo al inicio de sus tareas en la mediumnidad, tienen problemas diversos unidos a sus facultades?

4. ¿Los médiums, en su generalidad, pueden ser considerados misioneros en la acepción común del término?

5. ¿Por qué la existencia de muchos médiums es marcada de dificultades, pruebas y desventuras?

Texto para la lectura 

La mediumnidad se manifiesta por todas partes, en los más diferentes lugares

1. La mediumnidad, en la mayoría de las veces, es un don que el Espíritu pide delante de su necesidad de, una vez encarnado, concienciarse de forma indeleble de su condición de Espíritu eterno. Él es también instrumento de agilización de su progreso espiritual.

2. Es a causa de eso que, independientemente de las propias convicciones, muchas veces contrarias a la realidad espiritual, surge la facultad mediúmnica ampliando la sensibilidad del hombre para la percepción del ambiente espiritual que lo circunda, y, atendiendo a ese objetivo, se manifiesta en niños y en viejos, en hombres y en mujeres, cualesquiera que sea el temperamento, el estado de salud, el grado de desarrollo intelectual y el nivel moral de las personas.

3. Ignorando, muchas veces, los recursos mediúmnicos de que es dotado, el individuo comienza entonces a sentirse envuelto en problemas, muchas veces sin causas definidas, tales como un malestar generalizado, el desequilibrio emocional fácil, las enfermedades que aparecen y desaparecen sin explicaciones médicas claras, determinados desentendimientos en el hogar, problemas profesionales diversos y muchas otras formas de desarmonía personal, familiar, social y profesional.

4. Es en tales situaciones que, presionada por las circunstancias y sin encontrar solución en la religión que profesa, la persona toca a la puerta del Centro Espírita, donde deberá siempre ser recibida con los más nobles sentimientos de solidaridad, comprensión, esclarecimiento y ayuda.

Los síntomas precursores de la mediumnidad varían al infinito

5. Algo bastante común es que el principiante espírita quiere saber qué tipo de facultad mediúmnica posee, y uno de los recursos más utilizados es buscar informarse con los Espíritus por medio de otros médiums, lo que no siempre es una buena medida y no ofrece seguridad a aquel que indaga, como explica Kardec en “El Libro de los Médiums”, ítem 205.

6. Los síntomas que anuncian la mediumnidad varían al infinito. Martins Peralva los enumera: reacciones emocionales insólitas, escalofríos y malestar, sensación de enfermedad, irritaciones extrañas... Algunas veces, sin embargo, puede la facultad mediúmnica eclosionar sin ningún síntoma, espontánea, exuberante. Por eso es por lo que la paciencia, la perseverancia, la buena voluntad, la humildad, el estudio y el trabajo constituyen factores de extrema valía en la educación y en el desarrollo de la facultad mediúmnica.

7. Regístrese, sin embargo, que lo más común es que veamos la mediumnidad vinculada al dolor, sobre todo en su inicio, lo que no es difícil de comprender, una vez que vivimos en un mundo de expiaciones y pruebas, habitado por seres encarnados y desencarnados con los cuáles nos afinizamos y en quienes predomina la imperfección moral, expresada en la forma de envidia, celos, odio, despecho, venganza y tantos otros hijos del orgullo y de la ignorancia. Son las vibraciones decurrentes de esas imperfecciones que el médium iniciante, con la sensibilidad ampliada, pasa a sentir, sin tener aún condiciones de ofrecerles resistencia, lo que le vendrá posteriormente con el trabajo noble, la perseverancia en el bien, el estudio serio, la oración y la vigilancia.

8. Si bien existen en el mundo médiums que vinieron a la Tierra con tareas importantes definidas, los médiums no son, en su generalidad, misioneros en la acepción común del término. Son almas que fracasaron desastrosamente, que contrariaron sobremanera el curso de las leyes divinas y que rescatan su pasado oscuro y delictuoso, bajo el peso de severos compromisos e ilimitadas responsabilidades. Esas palabras, psicografiadas por Emmanuel, forman parte del libro “Emmanuel”, pp. 66 y 67, que Chico Xavier psicografió.

La facultad mediúmnica constituye un instrumento de progreso valioso

9. Arrepentidos, esos Espíritus buscan recoger todas las felicidades que perdieron, reorganizando, con sacrificios, todo cuánto destruyeron en sus instantes de criminales arbitrariedades y de condenable insania. No es, pues, de admirar que las existencias de los médiums en general se han constituido en romances dolorosos, en vidas de amargas dificultades, en historias repletas de pruebas, continencias y desventuras.

10. En tales casos, la mediumnidad no es una conquista del Espíritu para la eternidad, sino una concesión temporal, que constituye un instrumento extremadamente valioso, aunque difícil y complejo, el cual, si es bien aprovechado, enseñará al individuo un ascenso espiritual más rápido y lo liberará de los débitos acumulados en el pasado.

11. La mediumnidad es, bien se ve, una prueba muchas veces dolorosa, pero siempre necesaria al enriquecimiento espiritual de la persona. A ejemplo de los “talentos” de que nos habla el Evangelio, dependiendo de lo que haga con ella, el médium granjeará “talentos” mayores y más nobles, observándose siempre, en ese particular, la regla evangélica de que a cada uno será dado siempre de acuerdo con su merecimiento.

12. Todos somos médiums, aseveró el Codificador del Espiritismo, pero no siempre poseemos una facultad operante capaz de ser transformada o caracterizada como mediumnidad-tarea. En ese caso, todos los esfuerzos por desarrollarla serán infructíferos. No debemos, sin embargo, dejarnos envolver por el desanimo y, sí, abrazar con alegría otras tareas en la siembra espírita, incluso en las reuniones mediúmnicas, donde hay espacio para la actuación de los médiums pasistas y de los médiums esclarecedores, convencidos de que, independientemente de poseer o no una mediumnidad productiva, el objetivo fundamental de nuestra presencia en el mundo es servir siempre y hacer la parte que nos cabe en la obra del Creador.

Respuestas a las cuestiones propuestas 

1. ¿Por qué a algunas personas es concedida la facultad mediúmnica?

R.: La mediumnidad es, en la mayoría de las veces, un don que el Espíritu pide delante de su necesidad de, una vez encarnado, concienciarse de forma indeleble de su condición de Espíritu eterno. Ese don es también instrumento de agilización de su progreso espiritual. He ahí por qué la facultad mediúmnica es concedida a determinadas personas.

2. ¿Cuáles son los síntomas precursores de la mediumnidad?

R.: Los síntomas que anuncian la mediumnidad varían al infinito. Martins Peralva los enumera: reacciones emocionales insólitas, escalofríos y malestar, sensación de enfermedad, irritaciones extrañas... Algunas veces, sin embargo, puede la facultad mediúmnica eclosionar sin ningún síntoma, espontánea, exuberante. Por eso es por lo que la paciencia, la perseverancia, la buena voluntad, la humildad, el estudio y el trabajo constituyen factores de extrema valía en la educación y en el desarrollo de la facultad mediúmnica.

3. ¿Por qué la mayoría de los médiums, sobre todo al inicio de sus tareas en la mediumnidad, se ven con problemas diversos unidos a sus facultades?

R.: Ese hecho no es difícil de comprender, una vez que vivimos en un mundo de expiaciones y pruebas, habitado por seres encarnados y desencarnados con los cuales nos afinizamos y en quienes predomina la imperfecciones moral, expresada en la forma de envidia, celos, odio, despecho, venganza y tantos otros hijos del orgullo y de la ignorancia. Son las vibraciones decurrentes de esas imperfecciones que el médium iniciante, con la sensibilidad ampliada, pasa a sentir, sin tener aún condiciones de ofrecerles resistencia, lo que le vendrá posteriormente con el trabajo noble, la perseverancia en el bien, el estudio serio, la oración y la vigilancia.

4. ¿Los médiums, en su generalidad, pueden ser considerados misioneros en la acepción común del término?

R.: No. Aunque existan en el mundo médiums que vinieron al orbe con tareas importantes definidas, los médiums no son, en su generalidad, misioneros en la acepción común del término. Son almas que fracasaron desastradamente, que contrariaron sobremanera el curso de las leyes divinas y que rescatan su pasado oscuro y delictuoso, bajo el peso de severos compromisos e ilimitadas responsabilidades, como informa Emmanuel en su libro “Emmanuel”, que Chico Xavier psicografió.

5. ¿Por qué la existencia de muchos médiums es marcada de dificultades, pruebas y desventuras?

R.: Conforme fue dicho en la respuesta anterior, los Espíritus que fracasaron en el pasado, una vez arrepentidos, buscan recoger todas las felicidades que perdieron, reorganizando, con sacrificios, todo cuánto destrozaron en sus instantes de criminales arbitrariedades y de condenable insania. He ahí porqué las existencias de muchos médiums se constituyen, de un modo general, en romances dolorosos, en vidas de amargas dificultades, en historias repletas de pruebas, continencias y desventuras.

 

Bibliografia:

O Livro dos Médiuns, de Allan Kardec, itens 200, 205 e 210.

O Consolador, de Emmanuel, psicografado por Francisco Cândido Xavier, questão 383.

Emmanuel, de Emmanuel, psicografado por Francisco Cândido Xavier, pp. 66 e 67.

Encontro Marcado, de Emmanuel, psicografado por Francisco Cândido Xavier, p. 133.

Mediunidade e Evolução, de Martins Peralva, pp. 19 a 21.

Dimensões da Verdade, de Joanna de Ângelis, psicografado por Divaldo P. Franco, pp. 19 a 21.


 

 

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Revista Semanal de Divulgación Espirita