El
advenimiento
del
mundo
de
regeneración
La
transición
de la
Tierra
para
mundo de
regeneración
ya
se
inició,
pero,
infelizmente,
se
encuentra
lejos de
su
conclusión
Ya hace
algún
tiempo
que
compañeros
de aquí
y de
fuera,
probablemente
bien
intencionados
pero con
seguridad
equivocados,
vienen
anunciando
para el
año 2057
el
advenimiento
del
mundo de
regeneración.
El
asunto
parecía
estar
sepultado,
pero
volvió a
la
escena
recientemente
en
Londrina,
lo que
nos
lleva a
tratar
del
asunto
de la
forma
más
clara
posible.
Condiciones
del
mundo en
que
vivimos
– No es
preciso
haber
cursado
la
Universidad
para
percibir
que el
mal y
sus
derivados
reinan
soberanamente
en
nuestro
mundo,
donde
las
guerras,
la
corrupción,
la
iniquidad,
la
violencia,
las
desigualdades
sociales
y las
injusticias
se
verifican
en todos
los
continentes,
y no
sólo en
algunos
pocos
lugares.
|
En 1948,
año en
que
escribió
el libro
“Volví”,
psicografiado
por
Francisco
Cândido
Xavier,
Frederico
Figner –
que allí
se valió
de un
pseudónimo:
Hermano
Jacob –
nos
trajo la
información
de que
más de
la mitad
de la
población
de la
Tierra
estaba,
en
aquella
época,
constituida
por
Espíritus
bárbaros
o semi-civilizados
y que
las
personas
aptas a
la
espiritualidad
superior
no
pasaban
del 30%
de la
población
del
globo. (Vea
el libro
“ |
Volví”, de Hermano Jacob, FEB, 7ª edición, pág. 93.) |
|
|
En 1949,
en el
libro
“Liberación”,
cap. VI,
pp. 79 y
80,
André
Luiz nos
transmitió
otra
información
que
corrobora
los
datos
del
libro
referido.
En un
momento
en que
él se
encontraba
en una
ciudad
espiritual
localizada
en plena
región
de las
tinieblas,
Gúbio le
dijo
que, a
determinadas
horas de
la
noche, ¾
(tres
cuartos)
de la
población
de la
Superficie
se
hallan
en las
zonas de
contacto
con los
Espíritus
y el
mayor
porcentaje
permanecía
detenida
en
círculos
de bajas
vibraciones
cómo aquel. "Por
aquí - dijo
Gúbio -, muchas
veces se
forjan
dolorosos
dramas que
se |
|
desarrollan
en los campos de
la carne.
Grandes crímenes
tienen en estos
lugares las
respectivas
nacientes y, si
no fuera por el
trabajo activo y
constante de los
Espíritus
protectores que
se desvelan por
los hombres en
la labor
sacrificada de
la caridad
oculta y de la
educación
perseverante,
bajo la égida de
Cristo,
acontecimientos
más trágicos
horrorizarían a
las criaturas.”
|
Ahora,
es
exactamente
un
cuadro
así que
deparamos
actualmente,
casi 60
años
después,
en el
mundo en
que
vivimos:
un
planeta
en
estado
de
convulsión
en el
cual
probablemente
jamás se
conjugaron,
como
hoy,
tantos
problemas
de orden
ideológico,
social,
político
y
económico.
Conflictos
en
Palestina,
en
Líbano y
en Irak;
desentendimientos
de
naturaleza
religiosa
entre el
Islam y
el
Vaticano;
violencia
y
acciones
terroristas
que
atemorizan
a
quienes
viven en
las
grandes
ciudades
del
llamado
Primer
Mundo
como
Londres,
París,
Madrid y
Nueva
York;
multitudes
de
hambrientos
en
África;
desempleo
generalizado
en casi
todos
los
países
del
planeta;
expansión
de las
actividades
del
narcotráfico
y del
crimen
organizado;
corrupción
incontrolable
por
todos
lados,
especialmente
en
Brasil,
donde
ella se
ramificó
por las
tres
esferas
del
Poder,
el
Ejecutivo,
el
Legislativo
y la
Judicatura.
Factores
indispensables
al
pasaje
del orbe
para un
nuevo
grado
evolutivo
– La
elevación
del
planeta
Tierra
de mundo
de
expiación
y
pruebas
para
mundo
regenerador
requiere
que
ocurra
en
nuestro
orbe una
serie de
transformaciones
de orden
moral
que
están
muy
distantes
de los
días en
que
vivimos.
El
advenimiento
del
mundo de
regeneración
no se da
ni se
completa
en poco
tiempo.
Claro
que la
transición
del
globo
para
mundo de
regeneración
ya
comenzó.
Tal
hecho no
se
discute,
ya que
en la
Revista
Espírita
hay
incontables
informaciones
que lo
prueban.
El
equívoco
es
fechar,
es
precisar,
es fijar
una
época en
que tal
proceso
estará
concluido.
No
podemos,
tampoco,
ignorar
que
estadísticas
divulgadas
por la
Iglesia
informan
que sólo
1/3 (un
tercio)
de la
población
de la
Tierra
profesa
el
Cristianismo,
ahí
incluidos
católicos,
protestantes
y los
adeptos
de todas
las
religiones
cristianas.
Los
demás
habitantes
del
planeta
– 2/3 de
la
población,
o sea,
más de 4
billones
de
personas
– ni aún
conocen
el
Evangelio
del
reino,
un dato
significativo
indispensable
a la
elevación
del
planeta
a la
condición
de mundo
de
regeneración.
La
cuestión
de la
fecha
- Quien
ya leyó
el
Evangelio
sabe de
lo que
Jesús,
reportándose
a ese
asunto,
declaró:
“En
cuánto a
ese día
y a esa
hora
nadie
sabe, ni
los
ángeles
del
cielo,
ni el
Hijo del
hombre,
más
únicamente
mi
Padre”
(Mateo,
24:36).
Lo que
se sabe,
afirmó
el
Maestro,
es que,
cuando
llegue
ese
momento,
el
Evangelio
del
reino
será
predicado
en todo
el mundo
(Mateo,
24:14).
Comentando
ese
pasaje
del
sermón
profético,
Kardec
escribió:
“¿Cuándo
sucederán
tales
cosas?
Nadie lo
sabe,
dice
Jesús,
ni aún
el Hijo.
Pero,
cuando
llegue
el
momento,
los
hombres
serán
advertidos
por
medio de
señales
precursores.
Esos
indicios,
sin
embargo,
no
estarán
ni en el
Sol, ni
en las
estrellas;
se
mostrarán
en el
estado
social y
en los
fenómenos
más de
orden
moral
que
físicos
y que,
en
parte,
se
pueden
deducir
de sus
alusiones.”
(La
Génesis,
cap.
XVII,
ítem
57.)
De entre
los
estudiosos
del
Espiritismo,
la
mayoría
admite,
como
nuestra
compañera
Suely
Caldas
Schubert,
que la
conclusión
de la
transición
referida
en el
Evangelio
y
anunciada
por el
Espiritismo
no se
dará
antes de
un
milenio.
Fue, de
hecho,
lo que
Suely
dijo a
Luís
Claudio
Galhardi
en una
entrevista
llevada
al aire
por la
TELE
Tropical
el día
23-9-2006,
cuando,
aludiendo
a la
transformación
del
planeta
Tierra,
afirmó:
“Eso se
dará,
sí, pero
debe
tardar
por lo
menos
mil
años”.
Los tres
equívocos
de la
propagada
idea
– A fin
de que
no haya
dudas
sobre el
objetivo
de este
artículo,
entienda
el
lector
que
también
admitimos
que la
transición
de la
Tierra,
de
planeta
de
pruebas
y
expiación
para
mundo de
regeneración,
ya se
inició.
Lo que
queremos
mostrar
es que,
aunque
haya
comenzado,
esa
transición
se
encuentra,
infelizmente,
lejos de
su
conclusión.
Establecer
una
fecha en
que eso
se dará,
como el
año del
2057 es,
por
tanto,
un error
que
derivan
de tres
equívocos:
1º
equivoco
–
Basarse
los que
defienden
tal idea
en
previsiones
supuestamente
hechas
por los
Espíritus,
cuando
sabemos
que:
I.
Los
buenos
Espíritus
“hacen
que las
cosas
futuras
sean
presentidas,
cuando
ese
presentimiento
convenga;
nunca,
sin
embargo,
determinan
fechas”.
“La
previsión
de
cualquier
acontecimiento
para una
época
determinada
es
indicio
de
mistificación.”
(El
Libro de
los
Médiums,
ítem
267, 8
párrafo,
p. 334.)
II.
El
propio
Emmanuel,
a quien
atribuyen
tal
información,
afirma
taxativamente,
en su
libro
"Emmanuel":
"Los
seres de
mi
esfera
no
conocen
el
futuro,
ni
pueden
interferir
en las
cosas
que le
pertenecen".
(Emmanuel,
cap.
XXXIII,
FEB, 7a
edición,
pág.
166.)
De
hecho,
acerca
de la
previsión
atribuida
a
Emmanuel,
escribió
Carlos
A.
Baccelli
en su
libro
“Chico
Xavier –
La
Reencarnación
de Allan
Kardec”,
pág.
186:
“Tal vez
lo que
haya
ocurrido
sea un
error de
revisión,
en la
obra
citada.
Por el
andar
del
carruaje,
la
Tierra
tardará
tiempo
|
|
mucho más largo para transformarse en el Mundo de Regeneración con que todos sueñan”. Baccelli reproduce con tales palabras el pensamiento del dr. Ignacio Ferreira, que afirma en el libro “Habla, Dr. Ignacio”, pp. 38 y 39, que por mucho tiempo la Tierra aún será un Mundo de Pruebas y Expiaciones. Le preguntaron: “¿Esa transformación ocurrirá en este milenio?”. “Esperamos que sí”, dijo Ignacio. |
2º
equívoco
–
Imaginar
que la
transformación
de un
planeta
se hace
por la
expulsión
de los
malos.
Claro
que
puede
haber
expulsión,
pero de
un
número
diminuto
de
Espíritus,
como
Emmanuel
refiere
al
tratar
de los
exiliados
de la
Capela.
Según
Emmanuel
escribió
en su
libro “A
Camino
de la
Luz” (págs.
34 a
37),
hace
muchos
milenios
uno de
los
orbes de
Capela –
una gran
estrella
situada
en la
Constelación
del
Cochero
– hube
alcanzado
la
culminación
de uno
de sus
ciclos
evolutivos.
Algunos
millones
de
Espíritus
rebeldes
existían
allí, en
el
camino
de la
evolución
general,
dificultando
el
progreso,
y fueron
localizados
en la
Tierra,
reencarnando
aquí
como
descendientes
de los
"primates".
Observe
el
lector
este
dato:
millones
de
Espíritus
rebeldes,
lo que
es un
número
ínfimo
comparado
con los
billones
de almas
que
viven en
un
planeta
como el
nuestro.
Pues es
exactamente
eso lo
que
enseña
Kardec,
como
podemos
leer en
la
Revista
Espírita
de 1866,
pp. 302
a 305:
-
Llegado
a
uno
de
sus
periodos
de
transformación,
la
Tierra
va a
elevarse
en
la
jerarquía
de
los
mundos.
-
La
Tierra
no
será
transformada
por
un
cataclismo,
que
aniquilará
súbitamente
una
generación.
-
Uno
de
los
caracteres
distintivos
de
la
nueva
generación
será
la
fe
innata,
fe
razonada
que
esclarece
y
fortifica,
y
une
a
todos
en
un
sentimiento
común
de
amor
a
Dios
y al
prójimo.
-
La
generación
actual
desaparecerá
gradualmente,
y la
nueva
la
sucederá,
sin
que
nada
sea
cambiado
en
el
orden
natural
de
las
cosas,
con
una
única
diferencia:
una
parte
de
los
Espíritus
que
ahí
se
encarnaban
no
más
se
encarnarán
en
ella.
-
Esa
exclusión
alcanzará
sólo
a
los
Espíritus
fundamentalmente
rebeldes,
aquellos
que
el
orgullo
y el
egoísmo,
más
que
la
ignorancia,
hacen
sordos
a la
voz
del
bien
y de
la
razón.
3º
equívoco
–
Ignorar
lo que
es
realmente
un mundo
de
regeneración,
que,
como el
nombre
dice, no
se
destina
a
expiación,
siendo
en
verdad
un lugar
de
transición,
de
descanso,
donde
los
Espíritus
se
preparan
para
nuevos
embates,
como
muestra
el texto
siguiente,
constante
de “El
Evangelio
según el
Espiritismo”,
cap. III,
ítem 17:
“Los
mundos
regeneradores
sirven
de
transición
entre
los
mundos
de
expiación
y los
mundos
felices.
El alma
penitente
encuentra
en ellos
la calma
y el
reposo y
acaba
por
depurarse.
A buen
seguro,
en tales
mundos
el
hombre
aún se
halla
sujeto a
las
leyes
que
rigen la
materia;
la
Humanidad
experimenta
vuestras
sensaciones
y
deseos,
pero
liberada
de las
pasiones
desordenadas
de que
sois
esclavos,
redime
del
orgullo
que
impone
silencio
al
corazón,
de la
envidia
que la
tortura,
del odio
que la
sofoca.
En todas
las
frentes,
se ve
escrita
la
palabra
amor;
perfecta
equidad
preside
a la
relaciones
sociales,
todos
reconocen
a Dios e
intentan
caminar
para Él,
cumpliéndole
las
leyes.”
Recordemos
los
crímenes
y los
desmanes
practicados
por los
habitantes
de la
Tierra
únicamente
en los
últimos
100 años
– la
revolución
comunista
con sus
millones
de
muertos,
las
guerras
mundiales
de 1914
y 1939,
la
guerra
de
Vietnam,
la
guerra
de
Corea,
las dos
guerras
de Irak,
los
conflictos
entre
católicos
y
protestantes
en
Irlanda,
las
confusiones
entre
árabes y
judíos
en
Palestina,
las
acciones
terroristas
de los
últimos
años – y
veremos
que los
habitantes
de este
planeta,
y no
sólo una
minoría,
tienen
aún
mucho
que
expiar,
a
ajustar,
a
reparar,
y es
exactamente
eso lo
que
perturba
y atrasa
la
transición,
imposibilitando
la
fijación
de una
fecha,
tal como
Jesús
dejó
bien
claro en
el
conocido
sermón
profético.
|