Olvido
del
pasado
Es fácil
conciliar
la
figura
viril de
Jean
Huss y
Kardec,
pero se
hace
difícil
ver ese
mismo
Espíritu
presentarse
como
Francisco
Cándido
Xavier
“Habiendo
Dios
querido
lanzar
un velo
sobre el
pasado,
es que
en eso
hay
ventaja.”
– El
Evangelio
según el
Espiritismo,
cap. V,
ítem 11
De vez
en
cuando,
recomendaciones
de
Jesús,
de
Kardec y
de
Benefactores
Espirituales
son
dejadas
de lado
en favor
de
posicionamientos
personales
apasionados.
Tenemos
ejemplos
más
recientes
en la
cuestión
de la
identidad
de
Francisco
Cándido
Xavier y
de André
Luiz.
En el
caso del
famoso
médium,
la
recomendación
se
aplica
por
entero.
Si
hubiera
interés
del
Mundo
Mayor en
que
fuera
revelado
su
pasado,
los
Espíritus
podrían
ya
haberlo
hecho en
el
momento
oportuno.
¿Pero,
cual
sería el
objetivo
de tal
revelación?
¿En qué
aumentaría
la
credibilidad
del
médium o
del
mensaje
espírita?
Hay
muchos
encarnados
y
desencarnados
que les
gustan
las
controversias.
Tan
inmediatamente
desaparece
una,
buscan
otra.
Algunos
podrán
decir
que no
se trata
de
presentimiento
de
encarnados,
una vez
que en
un
mensaje
recibido
por un
médium
conocido
y,
recientemente,
en un
libro
psicografiado,
fue
hecha la
afirmación
acerca
de la
vuelta
de
Kardec
en la
persona
de Chico
Xavier.
En ese
particular,
recordamos
las
palabras
de
Emmanuel
acerca
de otras
“revelaciones”
llevadas
a efecto
por
Espíritus,
en la
cuestión
de que
el
Maestro
hubiera
vivido
entre
los
Esenios,
lo que
el
Benefactor
niega:
“Las
propias
esferas
más
próximas
de la
Tierra,
que por
fuerza
de las
circunstancias
se
acercan
más de
las
controversias
de los
hombres
que del
sincero
aprendizaje
de los
espíritus
desprendidos
del
orbe,
reflejan
las
opiniones
contradictorias
de la
Humanidad,
acerca
del
Salvador
de todas
las
criaturas”.
(A
Camino
de la
Luz, cap.
12.)
|
En
cuánto a
André
Luiz que
haya
sido
Carlos
Chagas
(foto),
como
quieren
algunos,
el
asunto
es
de
carácter
más
grave
¿Y qué
decir
del
“Saludo
de Allan
Kardec”,
psicografiado
por
Júlio
César
Grandi
Ribeiro,
en la
noche
del 2 de
enero de
1984, en
la
conmemoración
del
centenario
de la
Federación
Espírita
Brasileña
y de la
transferencia
de su
sede
para
Brasilia,
conforme
es
publicado
en el
“Reformador”
de marzo
|
de 1984?
Bien,
aquellos
que
quieran
continuar argumentando, sabemos que podrán decir que Chico podría haber dejado su vehículo físico en Uberaba, posiblemente psicografiando a aquella hora – era un lunes – y haber ido a Brasilia, haciendo toda una revolución psicológica en sí mismo, a fin de presentarse como Kardec... |
Es fácil
conciliar
la
figura
viril de
Jean
Huss y
Kardec,
pero se
hace
difícil
ver ese
mismo
Espíritu
presentarse
como
Francisco
Cándido
Xavier.
¿Sería
así tan
fácil
para un
Espíritu
hacer
esa
verdadera
revolución
psicológica?
Tómese
como
ejemplo
el
desempeño
de
Elías,
que se
repite
en Juan
el
Bautista,
algunos
siglos
después.
En
cuanto a
André
Luiz
haber
sido
Carlos
Chagas,
como
quieren
algunos,
ahora
reforzados
en sus
convicciones
por una
obra
mediúmnica,
el
asunto
toma
carácter
más
grave,
delante
del
hecho
del
famoso
científico
aun
tiene
descendientes
encarnados.
No
bastara
el
llamamiento
al bueno
sentido,
sería
fácil
verificar
datos:
No es
difícil
calcular
la época
de la
desencarnación
de André
Luiz,
tomándose
por base
sus
conversaciones
con
Lísias:
“Tal vez
no sepa
aunque
su
permanencia
en las
esferas
inferiores
duró más
de ocho
años
consecutivos”
(Nuestro
Hogar,
pág.
47).
En
agosto
de 1939,
André
Luiz oía
a
Lísias,
que le
hablaba
sobre la
inminencia
de la
Segunda
Guerra
Mundial
(Nuestro
Hogar,
pág.
132).
Se puede
deducir
que
André
Luiz ya
estuviera
desencarnado
en 1930,
mientras
Carlos
Chagas
desencarnó
en 1934
De ahí
se puede
deducir
que ya
estuviera
desencarnado
hay, por
lo
menos,
nueve
años,
una vez
que ya
estaba
perfectamente
sano.
Por ese
cálculo,
él
debería
haber
desencarnado,
a lo
sumo, en
1930.
Carlos
Chagas
desencarnó
el 8 de
noviembre
de 1934,
a los 55
años de
edad.
Se debe
notar
que
André
Luiz
debe
haber
recibido
el
título
de
médico
poco más
allá de
los 25
años.
Luego,
ejerció
durante
15 años,
desencarnó
con poco
más de
40.
André
Luiz
declara
que dejó
en la
Tierra
un hijo
y dos
hijas.
Carlos
Chagas,
dos
hijos.
Además
de eso,
André
Luiz
queda
perfectamente
caracterizado
como
clínico,
médico
de
consultorio,
por las
palabras
de
Clarencio:
“(...)
en los
quince
años de
su
clínica,
también
proporcionó
recetas
de más
de seis
mil
necesitados.
Verbalmente
pide
cualquier
género
de
tarea;
pero, en
el
fondo,
echa en
falta a
sus
clientes,
de su
gabinete,
del
paisaje
de
servicio
con que
el Señor
honró su
personalidad
en la
Tierra”
(Nuestro
Hogar,
pág.
81).
En esa
referencia
a su
trabajo
en la
Tierra,
nada que
pudiera
identificarlo
con el
eminente
científico:
investigador,
bacteriólogo
y
sanitario,
que fue
Carlos
Chagas,
que se
dedicó a
la
bacteriología
desde
sus
tiempos
de
estudiante.
Científico
reconocido
mundialmente,
fue
profesor
de la
Facultad
de
Medicina
de Río
de
Janeiro;
recibió
el
título
Magister
Honoris
Causa
de
las
Universidades
de
Harvard
y de
París;
perteneció
a las
academias
científicas
de Nueva
York,
París y
Lima;
fue
premiado
con
medalla
de oro
por la
Universidad
de
Hamburgo
(Premio
Kummel);
pasó dos
años
viajando
por el
valle
amazónico,
levantando
la
carta
epidemiológica
de la
región;
al
frente
de una
campaña
profiláctica,
erradicó
la
malaria
en la
ciudad
de
Santos;
fue
Director
del
Instituto
Oswaldo
Cruz de
1917 a
1934,
cuando
desencarnó.
¿Qué
cambió
en el
escenario
terrestre
para que
fuera
revelada
la
identidad
de André
Luiz?
¿A
quién
beneficia
eso?
Es de
ver que
la
novedad
anima
tanto,
al punto
de esos
que se
ponen a
propagarla
se
olviden
de las
palabras
de
Emmanuel
al
presentar
a André
Luiz, en
el
prefacio
del
libro
“Nuestro
Hogar”:
“En
balde
los
compañeros
encarnados
buscarían
al
médico
André
Luiz en
los
catálogos
de la
convención.
A veces
el
anonimato
es hijo
de la
legítima
comprensión
y del
legítimo
amor
(...).
Por eso
es por
lo que
no
podemos
presentar
Al
médico
terrestre
y autor
humano,
pero sí
el nuevo
amigo y
hermano
en la
eternidad”.
Y todo
indica
que el
anonimato
no
transcurrió
de una
decisión
personal
de
Emmanuel,
delante
de lo
que se
lee en
la obra
“Volví”,
a
finales
del cap.
2: “...
el
esfuerzo
de él es
impersonal
y
refleja
la
cooperación
indirecta
de
muchos
benefactores
nuestros
que
respiran
en
esferas
más
elevadas”.
Delante
de eso,
sería de
preguntarse:
¿Quién
determinó
que
fuera
suspendido
el
anonimato?
¿Qué
cambió
en el
escenario
terrestre
para que
fuera
revelada
la
identidad
de André
Luiz?
¿Cuál es
el
beneficio
de esa
pretendida
revelación,
a no ser
la de
provocar
discusiones
estériles?
¿En qué
esas
“revelaciones”
contribuyen
para el
esclarecimiento
de las
personas?
¿No
sería
mejor
que
ocupemos
nuestro
tiempo
en
reuniones
mediúmnicas
destinadas
a
esclarecer
a
hermanos
que
sufren?
¿El
Espiritismo
no tiene
como
bandera
la
caridad?
Caridad
para con
los
desencarnados
sufridores,
para con
los
niños
que
carecen
de
orientación
espírita
a través
de la
evangelización.
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