¡Hola, mi amiguito!
¡Como pasó el año 2009
rápido!
¡Ahora un año nuevecito
que se estrena está
comenzando! Que el 2010
pueda ser tan bueno como
fue el 2009 para todos
nosotros.
Es hora de mirar para
atrás y pasar revista al
año que terminó para
verificar cómo nos
comportamos.
Tú, mi amiguito, ¿ya
pensaste en eso?
Sócrates, un grande
sabio que vivió en
Grecia hace mucho tiempo
atrás, enseñó que cada
uno necesita aprender a
conocerse para
transformarse en una
persona buena.
¿Pero cómo hacer eso?
¡Es fácil!...
¿Tú sabes lo que es
conciencia? Es el
sentimiento que la
persona tiene de lo que
pasa en sí misma. Es
como un juicio íntimo,
por el cual la persona
aprueba las buenas
acciones y condena las
malas. ¿Entendiste?
Entonces, cada uno de
nosotros debe, al final
del día, consultar su
conciencia, bien allá en
el fondo del pensamiento
y del corazón, y
analizarse, preguntando:
— ¿Qué hice de bueno o
de malo este día? ¿Será
que alguien tuvo motivos
para quejarse de mí?
¿Traté bien a todas las
personas? ¿Peleé con mis
hermanos? ¿Obedecí a mis
padres? En la escuela,
¿traté a la profesora y
a todos los compañeros
con respeto y amistad?
Actuando así, y pidiendo
la ayuda de Dios y de su
ángel de la guardia,
cada uno va percibiendo
lo que es preciso
modificar en sí, y, al
día siguiente, va a
buscar actuar de forma
diferente, corrigiendo
sus errores.
Cuando un año termina,
se debe actuar de la
misma manera, buscando
analizar y ver lo que
necesita ser modificado,
para que el Año Nuevo
podamos ser personas
mejores.
También es importante
planear lo que va a
hacerse durante todo
este año. ¿Sabes por
qué? ¡Quién no sabe para
dónde va no llega a
ningún lugar!
¡Entonces, manos a la
obra! ¡Piensa!
¿Cómo me gustaría que
fuera este año? ¿Qué me
gustaría hacer,
aprender, conocer?
Recordar todo lo que
planeaste para el año
pasado y que no
conseguiste realizar.
¡Este es el momento de
obrar!
Tú estás de vacaciones y
bien que mereces un
descanso. Sin embargo,
muchas cosas útiles
pueden ser hechas en las
vacaciones. Por ejemplo:
— Arreglar tú armario,
limpiando los cajones
para recibir el material
escolar nuevecito que va
a llegar exigiendo
espacio.
— Separar los libros
escolares que ya usaste,
dándola a alguien que
vaya a necesitar de
ellos.
— Separar ropas,
calzados y juguetes que
no te sirven más.
Acuérdate: todo
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lo que no sirve
para ti, puede
ser útil para
otras personas. |
— Dividir con otros
niños más necesitados un
poco de los dulces que
te regalaron.
— Leer un libro
interesante.
— ¡Y, naturalmente,
jugar mucho, pasear y
divertirse!
¡Esas y muchas otras
cosas tú puedes hacer y
te vas a sentir muy
bien!
Que Jesús te ampare y a
tú familia, dando a
todos un nuevo año de
mucha alegría, paz y
amor.
¡FELIZ AÑO NUEVO!...
Tía Célia
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