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Estudio Sistematizado del Nuevo Testamento Português   Inglês

Año 3 153 – 11 de Abril del 2010

THIAGO BERNARDES
thiago_imortal@yahoo.com.br

Curitiba, Paraná (Brasil)  
Traducción
ISABEL PORRAS GONZÁLES - isy@divulgacion.org
 

 

El Evangelio según Mateo

Primer libro del Nuevo Testamento

(6ª Parte)

Damos continuidad en esta edición al Estudio Sistematizado del Nuevo Testamento, que comprenderá el estudio de los Evangelios de Mateo, Marcos, Lucas y Juan y del libro Actos de los Apóstolos. El estudio está basado en la versión en portugués del Nuevo Testamento que el lector puede consultar a partir de este link: http://www.bibliaonline.con.br/tb.

Las respuestas correspondientes a las cuestiones presentadas se encuentran a finales del texto de abajo. 

Cuestiones para el debate 

1. Elías ya vino y no lo conocieron. ¿Al decir esta frase Jesús a quién se refería?

2. Un día de sábado, como los discípulos de Jesús tuvieron hambre, ellos cogieron las espigas que encontraron y comieron. Los fariseos, indignados con lo que vieron, dijeron a Jesús que no era lícito que sus discípulos procedian de aquel modo un sábado. ¿Qué les respondió Jesús?

3. La cura de un endemoniado ciego y mudo, promovida por Jesús, excitó la envidia de los fariseos, que decían que Jesús expulsaba a los demonios porque tenía trato con Belcebú. ¿Qué respuesta les dio Jesús?

4. ¿Qué nos narra la parábola del sembrador y cómo la interpretó Jesús?

5. ¿Cuál es, según Jesús, el significado de la parábola de la cizaña del campo? 

Texto para la lectura 

33. La boca habla de lo que está lleno el corazón - En su camino, Jesús iba transmitiendo enseñanzas valiosas a los que lo seguían. He ahí, de forma resumida, algunas de ellas: “Todo el pecado y blasfemia se perdonará a los hombres; pero la blasfemia contra el Espíritu no será perdonada a los hombres.” “Por el fruto se conoce al árbol.” “Raza de víboras, ¿cómo podéis vosotros decir buenas cosas, siendo malos? Pues de lo que hay en abundancia en el corazón, de eso habla la boca.” “El hombre bueno coge buenas cosas de su buen tesoro, y el hombre malo del mal tesoro coge cosas malas. Pero yo os digo que de toda la palabra ociosa que los hombres digan han de dar cuenta el día del juicio. Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado.” (Mateo, 12:31 a 12:37.)

34. Los escribas piden, y Jesús les da una señal - Entonces, algunos de los escribas y de los fariseos tomaron la palabra, diciendo: “Maestro, queríamos ver de tu parte alguna señal”. Jesús les respondió: “Una generación mala y adúltera pide una señal, sin embargo no se le dará otra señal sino la del profeta Jonás; pues, como Jonás estuvo tres días y tres noches en el vientre de la ballena, así estará el Hijo del hombre tres días y tres noches en el seno de la tierra”. Y añadió: “Los ninivitas resurgirán en el juicio con esta generación, y la condenarán, porque se arrepintieron con la predicación de Jonás. Y he ahí que está aquí quién es más que Jonás. Y, cuando el espíritu inmundo ha salido del hombre, anda por lugares áridos, buscando reposo, y no lo encuentra. Al rallar el medio día se levantará el día del juicio con esta generación, y la condenará; porque vino de los confines de la tierra para oír la sabiduría de Salomón. Y he ahí que está aquí quién es más que Salomón. Y, no lo encuentran. Entonces dice: Volveré para mi casa, de donde salí. Y, volviendo, la encuentra desocupada, barrida y adornada. Entonces va, y lleva consigo otros siete espíritus peores que él y, entrando, habitan allí; y son los últimos actos de ese hombre peores que los primeros”. “Así ocurrirá también a esta generación mala”, añadió Jesús. (Mateo, 12: 38 a 12: 45.)

35. Jesús y su verdadera familia - Jesús hablaba a la  multitud cuando llegaron su madre y sus hermanos, que querían hablarle. Alguien entonces le dijo: “He ahí que están allí fuera tu madre y tus hermanos, que quieren hablarte”. Él, sin embargo, respondiendo, dijo al que le había hablado: “¿Quién es mi madre? ¿Y quiénes son mis hermanos?” Y, extendiendo su mano para sus discípulos, dijo: “He ahí aquí a mi madre y a mis hermanos; porque, cualquiera que haga la voluntad de mi Padre que está en los cielos, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre”.  (Mateo, 12:46 a 12:50.)

36. Jesús y las parábolas - Después de narrar la parábola del sembrador, Jesús explicó a sus discípulos por qué hablaba al pueblo por parábolas: “Porque a vosotros es dado conocer los misterios del reino de los cielos, pero a ellos no les es dado; porque a aquel que tiene, se dará, y tendrá en abundancia; pero a aquel que no tiene, hasta aquello que tiene le será quitado. Por eso les hablo por parábolas; porque ellos, viendo, no ven; y, oyendo, no oyen ni comprenden. Y en ellos se cumple la profecía de Isaías, que dice: Oyendo, oiréis, pero no comprenderéis, y, viendo, veréis, pero no percibiréis. Porque el corazón de este pueblo está endurecido, y oyeron de mala voluntad con sus oídos, y cerraron sus ojos; para que no vean con los ojos, y oigan con los oídos, y comprendan con el corazón, y se conviertan, y yo los cure. Pero, bienaventurados vuestros ojos, porque ven, y vuestros oídos, porque oyen. Porque en verdad os digo que muchos profetas y justos desearon ver lo que vosotros veis, y no lo verán; y oír lo que vosotros oís, y no lo oyeron”. (Mateo, 13:10  a 13:17.)

37. El reino de los cielos es como la levadura - Jesús les propuso entonces otra parábola, diciendo: “El reino de los cielos es semejante al grano de mostaza que el hombre, cogiéndolo, sembró en su campo; la cual es, realmente, la más pequeña de todas las semillas; pero, creciendo, es la mayor de las plantas, y se hace un árbol, de suerte que vienen las aves del cielo y se anidan en sus ramas”. Y les contó también esta otra: “El reino de los cielos es semejante a la levadura, que una mujer toma e introduce en tres medidas de harina, hasta que todo esté fermentado”. Todo esto dijo Jesús por parábolas, y nada hablaba a la multitud sin parábolas, para que se cumpliera lo que fuera dicho por el profeta, que dijo: “Abriré en parábolas mi boca; publicaré cosas ocultas desde la fundación del mundo”. (Mateos, 13:31 a 13:35.)

38. El reino de los cielos es como una perla valiosa - Tras explicar el sentido de la parábola de la cizaña del campo, Jesús les contó estas otras parábolas: “También el reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo, que un hombre halló y escondió; y, por el gozo de él, va, vende todo cuánto tiene, y compra aquel campo. Igualmente el reino de los cielos es semejante al hombre, negociante, que busca buenas perlas; y, encontrando una perla de gran valor, fue, vendió todo cuánto tenía, y la compró. Igualmente el reino de los cielos es semejante a una red lanzada al mar, y que atrapa toda la variedad de peces. Y, estando llena, la empujaron para la playa; y, asentándose, atrapan para los cestos los buenos; los malos, sin embargo, y los lanzaran fuera”. Dicho esto, añadió el Señor: “Así será en la consumación de los siglos; vendrán los ángeles, y separarán los malos de entre los justos, y los lanzarán en el horno de fuego; allí habrá llanto y crujir de dientes”. (Mateo, 13:44 a 13:50.) 

Respuestas a las preguntas propuestas 

1. Elías ya vino y no lo conocieron. ¿Al decir esta frase a quién se refería Jesús?

Él se refería a Juan el Bautista, afirmando con toda la claridad que uno y otro eran la misma persona. (Mateo, 11:12 a 11:15.)

2. Un día de sábado, como los discípulos de Jesús tuvieron hambre, ellos cogieron las espigas que encontraron y comieron. Los fariseos, indignados con lo que vieron, dijeron a Jesús que no era lícito a sus discípulos proceder de aquel modo un sábado. ¿Que les respondió Jesús?

Primero, él les recordó que David y sus compañeros, en pleno sábado, entraron en la casa de Dios y comieron los panes de la proposición, que sólo a los sacerdotes era lícito comer. Después, dijo: “Aquí está el que es mayor que el templo”, añadiendo que el Hijo del hombre es señor del sábado. (Mateo, 12:1 a 12:8.)

3. La cura de un endemoniado ciego y mudo, promovida por Jesús, excitó la envidia de los fariseos, que decían que Jesús expulsaba los demonios porque tenía trato con Belcebú. ¿Que respuesta les dio Jesús?

Jesús les dijo: “Todo el reino dividido contra sí mismo será desolado, y toda la ciudad, o casa, dividida contra sí misma no subsistirá. Si Satanás expele a Satanás, está dividido contra sí mismo; ¿cómo, entonces, subsistirá su reino? Si yo expulso a los demonios por Belcebú, ¿por quienes los expelen vuestros hijos?”. (Mateo, 12:22 a 12: 30.)

4. ¿Qué nos narra la parábola del sembrador y cómo la interpretó Jesús?

Según la parábola del sembrador, un hombre salió a sembrar. Cuando sembraba, una parte de la semilla cayó al borde del camino, y vinieron las aves y la comieron. Otra parte cayó en los lugares pedregosos, donde no había mucha tierra; inmediatamente nació, porque la tierra no era profunda, y habiendo salido el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó. Otra cayó entre los espinos, y los espinos crecieron y la ahogaron. Otra cayó en la buena tierra y daba fruto, habiendo granos que rendían cien, otros sesenta, otros treinta por uno. He ahí la explicación dada por Jesús: Cuando alguien oye la palabra del reino y no la entiende, viene el maligno y quita lo que ha sido sembrado en su corazón: esto es lo que fue sembrado al borde del camino. Lo que fue sembrado en los lugares pedregosos es quien oye la palabra e inmediatamente la recibe con alegría; pero no tiene en sí raíz, antes es de poca duración; y sobreviniendo tribulaciones o persecución a causa de la palabra, luego se escandaliza. Lo que fue sembrado entre los espinos es quién oye la palabra, pero los cuidados del mundo y la seducción de las riquezas apagan la palabra, y ella queda infructífera. Lo que fue sembrado en la buena tierra es quien oye la palabra y la entiende, y verdaderamente da fruto, produciendo a cien, a sesenta o a treinta por uno. (Mateo, 13:3 a 13:8; 13:18 a 13:23.)

5. ¿Cuál es, según Jesús, el significado de la parábola de la cizaña del campo?

Dice esa parábola que el reino de los cielos es semejante a un hombre que sembró buena semilla en su campo, pero, mientras los hombres dormían, vino un enemigo de él, sembró cizaña en medio del trigo y se retiró. Cuando la hierba creció y dio fruto, entonces apareció también la cizaña. Llegando los siervos del dueño del campo, le dijeron: ¿Señor, no sembraste buena semilla en tu campo? ¿Pues de dónde viene la cizaña? Él les respondió: Un hombre enemigo es quien hizo eso. Los siervos continuaron: Quieres, entonces, ¿qué vayamos a arrancarla? No, respondió él, para que no suceda que, quitando la cizaña, arranquéis juntamente con ella también el trigo. Dejad crecer ambos juntos hasta la cosecha; y al tiempo de la siembra diré a los sembradores: Juntad primero la cizaña y atadla en manojos para quemarla, pero recoged el trigo en mi granero. La interpretación dada por Jesús fue esta: El que siembra la buena semilla es el Hijo del hombre; el campo es el mundo; la buena semilla son los hijos del reino; la cizaña son los hijos del maligno; el enemigo que lo sembró es el Diablo; la cosecha es el fin del mundo, y los cosechadores son ángeles. Pues así como la cizaña es quemada, mas recoged el trigo en mi granero. La interpretación dada por Jesús fue esta: El que siembra la buena semilla es el Hijo del hombre; lo enviará a sus ángeles, y ellos juntarán en su reino todo lo que sirve de piedra de tropiezo y los que practican la iniquidad, y los lanzarán en el horno de fuego; allí habrá llanto y rugir de dientes. Entonces los justos brillarán como el sol en el reino de su Padre. (Mateo, 13:24 a 13:30; 13:36 a 13:43.) 


 

 

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