El Evangelio según Mateo
Primer
libro del Nuevo Testamento
(6ª Parte)
Damos continuidad en esta
edición al Estudio
Sistematizado del Nuevo
Testamento, que comprenderá
el estudio de los Evangelios
de Mateo, Marcos, Lucas y
Juan y del libro Actos de
los Apóstolos. El estudio
está basado en la versión en
portugués del Nuevo
Testamento que el lector
puede consultar a partir de
este link: http://www.bibliaonline.con.br/tb.
Las respuestas
correspondientes a las
cuestiones presentadas se
encuentran a finales del
texto de abajo.
Cuestiones
para el debate
1. Elías ya vino y no lo
conocieron. ¿Al decir
esta frase Jesús a quién se
refería?
2. Un día de sábado, como
los discípulos de Jesús
tuvieron hambre, ellos
cogieron las espigas que
encontraron y comieron. Los
fariseos, indignados con lo
que vieron, dijeron a Jesús
que no era lícito que sus
discípulos procedian de
aquel modo un sábado. ¿Qué
les respondió Jesús?
3. La cura de un endemoniado
ciego y mudo, promovida por
Jesús, excitó la envidia de
los fariseos, que decían que
Jesús expulsaba a los
demonios porque tenía trato
con Belcebú. ¿Qué respuesta
les dio Jesús?
4. ¿Qué nos narra la
parábola del sembrador y
cómo la interpretó Jesús?
5. ¿Cuál es, según Jesús, el
significado de la parábola
de la cizaña del campo?
Texto para la
lectura
33. La boca habla de lo
que está lleno el corazón
- En su camino, Jesús iba
transmitiendo enseñanzas
valiosas a los que lo
seguían. He ahí, de forma
resumida, algunas de ellas:
“Todo el pecado y blasfemia
se perdonará a los hombres;
pero la blasfemia contra el
Espíritu no será
perdonada a los hombres.”
“Por el fruto se conoce al
árbol.” “Raza de víboras,
¿cómo podéis vosotros decir
buenas cosas, siendo malos?
Pues de lo que hay en
abundancia en el corazón, de
eso habla la boca.” “El
hombre bueno coge buenas
cosas de su buen tesoro, y
el hombre malo del mal
tesoro coge
cosas malas. Pero yo os digo
que de toda la palabra
ociosa que los hombres digan
han de dar cuenta el día del
juicio. Porque por tus
palabras serás justificado,
y por tus palabras serás
condenado.” (Mateo, 12:31
a 12:37.)
34. Los escribas piden, y
Jesús les da una señal -
Entonces, algunos de los
escribas y de los fariseos
tomaron la palabra,
diciendo: “Maestro,
queríamos ver de tu parte
alguna señal”. Jesús les
respondió: “Una generación
mala y adúltera pide una
señal, sin embargo no se le
dará otra señal
sino la del profeta Jonás;
pues, como Jonás estuvo tres
días y tres noches en el
vientre de la ballena, así
estará el Hijo del hombre
tres días y tres noches en
el seno de la tierra”. Y
añadió: “Los ninivitas
resurgirán en el juicio con
esta generación, y la
condenarán, porque se
arrepintieron con
la predicación de Jonás. Y
he ahí que está aquí quién
es más que Jonás. Y, cuando
el espíritu inmundo ha
salido del hombre, anda por
lugares áridos, buscando
reposo, y no lo encuentra.
Al rallar el medio día se
levantará el día del juicio
con esta generación, y la
condenará; porque vino de
los confines de la tierra
para oír la sabiduría de
Salomón. Y he ahí que está
aquí quién es más que
Salomón. Y,
no lo encuentran. Entonces
dice: Volveré para mi casa,
de donde salí. Y, volviendo,
la encuentra desocupada,
barrida y adornada. Entonces
va, y lleva consigo otros
siete espíritus peores que
él y, entrando, habitan
allí; y son los últimos
actos de ese hombre peores
que los primeros”. “Así
ocurrirá también a esta
generación mala”, añadió
Jesús. (Mateo, 12: 38 a
12: 45.)
35. Jesús y su verdadera
familia - Jesús hablaba
a la multitud cuando
llegaron su madre y sus
hermanos, que querían
hablarle. Alguien entonces
le dijo: “He ahí que están
allí fuera tu madre y tus
hermanos, que quieren
hablarte”. Él, sin embargo,
respondiendo, dijo al que le
había hablado: “¿Quién es
mi madre? ¿Y quiénes son mis
hermanos?” Y, extendiendo su
mano para sus discípulos,
dijo: “He ahí aquí a mi
madre y a mis hermanos;
porque, cualquiera que haga
la voluntad de mi Padre que
está en los cielos, ese es
mi hermano, mi hermana y mi
madre”. (Mateo, 12:46 a
12:50.)
36. Jesús y las parábolas
- Después de narrar la
parábola del sembrador,
Jesús explicó a sus
discípulos por qué hablaba
al pueblo por parábolas:
“Porque a vosotros es dado
conocer los misterios del
reino de los cielos, pero a
ellos no les es dado; porque
a aquel que tiene, se dará,
y tendrá en
abundancia; pero a aquel que
no tiene, hasta aquello que
tiene le será quitado. Por
eso les hablo por parábolas;
porque ellos, viendo, no
ven; y, oyendo, no oyen ni
comprenden. Y en ellos se
cumple la profecía de
Isaías, que dice: Oyendo,
oiréis, pero no
comprenderéis, y, viendo,
veréis, pero no percibiréis.
Porque el corazón de este
pueblo está endurecido, y
oyeron de mala voluntad con
sus oídos, y cerraron sus
ojos; para que no vean con
los ojos, y oigan con los
oídos, y comprendan con el
corazón, y se
conviertan, y yo los cure.
Pero, bienaventurados
vuestros ojos, porque ven, y
vuestros oídos, porque oyen.
Porque en verdad os digo que
muchos profetas y justos
desearon ver lo que vosotros
veis, y no lo verán; y oír
lo que vosotros oís, y no lo
oyeron”. (Mateo, 13:10 a
13:17.)
37. El reino de los
cielos es como la levadura
- Jesús les propuso entonces
otra parábola, diciendo: “El
reino de los cielos es
semejante al grano de
mostaza que el hombre,
cogiéndolo, sembró en su
campo; la cual es,
realmente, la más pequeña de
todas las semillas; pero,
creciendo, es la
mayor de las plantas, y se
hace un árbol, de suerte que
vienen las aves del cielo y
se anidan en sus ramas”. Y
les contó también esta otra:
“El reino de los cielos es
semejante a la levadura, que
una mujer toma e introduce
en tres medidas de harina,
hasta que todo esté
fermentado”. Todo esto dijo
Jesús por parábolas, y nada
hablaba a la multitud sin
parábolas, para que se
cumpliera lo que fuera dicho
por el profeta, que dijo:
“Abriré en parábolas mi
boca; publicaré cosas
ocultas desde la fundación
del mundo”. (Mateos,
13:31 a 13:35.)
38. El reino de los
cielos es como una perla
valiosa - Tras explicar
el sentido de la parábola de
la cizaña del campo, Jesús
les contó estas otras
parábolas: “También el reino
de los cielos es semejante a
un tesoro escondido en un
campo, que un hombre halló y
escondió; y,
por el gozo de él, va, vende
todo cuánto tiene, y compra
aquel campo. Igualmente el
reino de los cielos es
semejante al hombre,
negociante, que busca buenas
perlas; y,
encontrando una perla de
gran valor, fue, vendió todo
cuánto tenía, y la compró.
Igualmente el reino de los
cielos es semejante a una
red lanzada al mar, y que
atrapa toda la variedad de
peces. Y, estando llena, la
empujaron para la playa; y,
asentándose, atrapan para
los cestos los buenos; los
malos, sin embargo, y los
lanzaran fuera”. Dicho esto,
añadió el Señor:
“Así será en la consumación
de los siglos; vendrán los
ángeles, y separarán los
malos de entre los justos, y
los lanzarán en el horno de
fuego; allí habrá llanto y
crujir de dientes”. (Mateo,
13:44 a 13:50.)
Respuestas a
las preguntas propuestas
1. Elías ya vino y no lo
conocieron. ¿Al decir esta
frase a quién se refería
Jesús?
Él se refería a Juan el
Bautista, afirmando con toda
la claridad que uno y otro
eran la misma persona. (Mateo,
11:12 a 11:15.)
2. Un día de sábado, como
los discípulos de Jesús
tuvieron hambre, ellos
cogieron las espigas que
encontraron y comieron. Los
fariseos, indignados con lo
que vieron, dijeron a Jesús
que no era lícito a sus
discípulos proceder de aquel
modo un sábado. ¿Que les
respondió Jesús?
Primero, él les recordó que
David y sus compañeros, en
pleno sábado, entraron en la
casa de Dios y comieron los
panes de la proposición, que
sólo a los sacerdotes era
lícito comer. Después, dijo:
“Aquí está el que es mayor
que el templo”, añadiendo
que el Hijo del hombre es
señor del sábado. (Mateo,
12:1 a 12:8.)
3. La cura de un endemoniado
ciego y mudo, promovida por
Jesús, excitó la envidia de
los fariseos, que decían que
Jesús expulsaba los demonios
porque tenía trato con
Belcebú. ¿Que respuesta les
dio Jesús?
Jesús les dijo: “Todo el
reino dividido contra sí
mismo será desolado, y toda
la ciudad, o casa, dividida
contra sí misma no
subsistirá. Si Satanás
expele a Satanás, está
dividido contra sí mismo;
¿cómo, entonces, subsistirá
su reino? Si yo expulso a
los demonios por Belcebú,
¿por quienes los expelen
vuestros hijos?”. (Mateo,
12:22 a 12: 30.)
4. ¿Qué nos narra la
parábola del sembrador y
cómo la interpretó Jesús?
Según la parábola del
sembrador, un hombre salió a
sembrar. Cuando sembraba,
una parte de la semilla cayó
al borde del camino, y
vinieron las aves y la
comieron. Otra parte cayó en
los lugares pedregosos,
donde no había mucha tierra;
inmediatamente nació, porque
la tierra no era profunda, y
habiendo salido el sol, se
quemó; y porque no tenía
raíz, se secó. Otra cayó
entre los espinos, y los
espinos crecieron y la
ahogaron. Otra cayó en la
buena tierra y daba fruto,
habiendo granos que rendían
cien, otros sesenta, otros
treinta por uno. He ahí la
explicación dada por Jesús:
Cuando alguien oye la
palabra del reino y no la
entiende, viene el maligno y
quita lo que ha sido
sembrado en su corazón: esto
es lo que fue sembrado al
borde del camino. Lo que fue
sembrado en los lugares
pedregosos
es quien oye la palabra e
inmediatamente la recibe con
alegría; pero no tiene en sí
raíz, antes es de poca
duración; y sobreviniendo
tribulaciones o persecución
a causa de la palabra, luego
se escandaliza. Lo que fue
sembrado entre los espinos
es quién
oye la palabra, pero los
cuidados del mundo y la
seducción de las riquezas
apagan la palabra, y ella
queda infructífera. Lo que
fue sembrado en la buena
tierra es quien oye la
palabra y la entiende, y
verdaderamente da fruto,
produciendo a cien, a
sesenta o a treinta por uno.
(Mateo, 13:3 a 13:8;
13:18 a 13:23.)
5. ¿Cuál es, según Jesús, el
significado de la parábola
de la cizaña del campo?
Dice esa parábola que el
reino de los cielos es
semejante a un hombre que
sembró buena semilla en su
campo, pero, mientras los
hombres dormían, vino un
enemigo de él, sembró cizaña
en medio del trigo y se
retiró. Cuando la hierba
creció y dio fruto, entonces
apareció también la cizaña.
Llegando los siervos del
dueño del campo, le dijeron:
¿Señor, no sembraste buena
semilla en tu campo? ¿Pues
de dónde viene la cizaña? Él
les respondió: Un hombre
enemigo es quien hizo eso.
Los siervos continuaron:
Quieres, entonces, ¿qué
vayamos a arrancarla? No,
respondió él, para que no
suceda que, quitando la
cizaña, arranquéis
juntamente con ella también
el trigo. Dejad crecer ambos
juntos hasta la cosecha; y
al tiempo de la siembra diré
a los sembradores: Juntad
primero la cizaña y atadla
en manojos para quemarla,
pero recoged el trigo en mi
granero. La interpretación
dada por Jesús fue esta: El
que siembra la buena semilla
es el Hijo del hombre; el
campo es el mundo; la buena
semilla son los hijos del
reino; la cizaña son los
hijos del maligno; el
enemigo que lo sembró es el
Diablo; la cosecha es el fin
del mundo, y los
cosechadores son ángeles.
Pues así como la cizaña es
quemada, mas recoged el
trigo en mi granero. La
interpretación dada por
Jesús fue esta: El que
siembra la buena semilla es
el Hijo del hombre; lo
enviará a sus ángeles, y
ellos juntarán en su reino
todo lo que sirve de piedra
de tropiezo y los que
practican la iniquidad, y
los lanzarán en el horno de
fuego; allí habrá llanto y
rugir de dientes. Entonces
los justos brillarán como el
sol en el reino de su Padre.
(Mateo, 13:24 a 13:30;
13:36 a 13:43.)