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Editorial Português Inglês    
Año 4  160 – 30 de Mayo del 2010


 

Traducción
ISABEL PORRAS GONZÁLES - isy@divulgacion.org
 

¿Las almas de los animales son inmortales?
 

Cerca de doce años atrás, encantó al mundo el caso del chimpancé Ai, de 21 años en la época, la cual, debidamente entrenada por el profesor Tetsuro Matsuzawa, de la Universidad de Kioto, reveló haber aprendido algunos recursos del lenguaje humano.

Aunque inusitado, el hecho no fue el primero ni el único en ser registrado en los Anales de la Ciencia.

Gabriel Delanne relata en su libro A Reencarnación las experiencias del Sr. Krall, negociante de Elberfeld, cuyos caballos Muhamed y Zarif también podían entrenarse con su maestro valiéndose de un alfabeto convencional.  

En la obra referida, Delanne esclarece que el Sr. Krall no fue pionero en tales investigaciones, cuyo precursor habría sido, de hecho, Wilhellm Von Osten, que notó en el caballo Hans señales de inteligencia y, algún tiempo más tarde, tras entrenarlo, consiguió que el animal contara, hiciera cálculos y leyera.

Corría entonces el año de 1890. Los hechos indicaban que el caballo era realmente un animal inteligente, capaz de razonar, y estaba más próximo al hombre de lo que se suponía, hasta que alguien resolvió hacer experiencias semejantes con un perro – el perro Rolf, un animal de pelo rojo de 3 años de edad, cuya inteligencia llamó la atención del Sr. Duchâtel, de la Sociedad Psíquica de París

Rolf también conocía las letras del alfabeto y hacía cálculos, lo mismo ocurrió con su hija Lola, que era tan desarrollada intelectualmente como el padre y, como este, capaz de enunciar pensamientos y discernir, lo que llevó al conceptuado científico Dr. Bérillon a declarar que los animales cuyo sistema nervioso presenta tanta analogía de estructura y de morfología no están desnudados de conciencia, de inteligencia y de razonamiento.

El caso del chimpancé Ai no presentó, pues, nada de sorprendente y sólo confirmó algo que se sabía casi un siglo antes.

Las enseñanzas espíritas acerca de la evolución del alma nos dan una visión segura acerca de ese y de otros hechos que ocurren en el reino animal.  

El alma cumple, en verdad, un largo recorrido en los reinos inferiores de la Creación hasta llegar al estadio de la humanidad.

Por eso es por lo que Gabriel Delanne afirmó, en su libro ya citado, que esfuerzos de adiestramiento y educación aplicados a los animales, si fueran idénticos a los que se utilizan en la enseñanza de los niños, darían resultados sorprendentes, que sobrepasarían en mucho todo lo que ya se verificó en ese extraordinario mundo de los animales, que tienen, por lo tanto, un ancho futuro a su frente y, como nosotros humanos, son dotados de alma igualmente inmortal.


 


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Revista Semanal de Divulgación Espirita