El Evangelio según Marcos
Segundo
libro del Nuevo Testamento
Marcos (Discípulo de
Pedro)
(Parte 2)
Damos continuidad en esta
edición al Estudio
Sistematizado del Nuevo
Testamento, que comprenderá
el estudio de los Evangelios
de Mateo, Marcos, Lucas y
Juan y del libro Actos de
los Apóstolos. El estudio
está basado en la versión del Nuevo
Testamento que el lector
puede consultar a partir de
este link: http://www.bibliaonline.con.br/tb.
Las respuestas
correspondientes a las
cuestiones presentadas se
encuentran a finales del
texto de abajo.
Cuestiones
para el debate
1. ¿Quiénes fueron, según
Marcos, los doce discípulos
de Jesús y qué poder les dio
él?
2. Los escribas acusaron a
Jesús de tener relación con
Belcebú; de otro modo, ¿cómo
podría expulsar a los
demonios? ¿Qué respuesta les
dio Jesús?
3. Instado por sus
discípulos, Jesús les
explicó el significado de la
parábola del sembrador. ¿Qué
fue lo que él les dijo
entonces?
4. ¿Qué contienen la
parábola de la simiente?
5. Después de la cura del
endemoniado hecha por Jesús
en la provincia de los
ganaderos, el pueblo pidió
al Maestro que saliera de
sus términos. El ex-enfermo,
entonces en perfecto juicio,
le rogó que lo llevara en su
barco. ¿Jesús lo atendió?
Texto para la lectura
6. ¿Es lícito hacer el
bien en sábado? - Jesús
entró, después, en la
sinagoga, donde había un
hombre que tenía una de las
manos seca. Como era día
sábado, los fariseos lo
observaban para poder
acusarlo de violar el
sábado, si él hiciera alguna
cosa. El Maestro se dirigió
al
hombre, diciendo: “Levántate
y ven para el medio”. Y,
enseguida, preguntó a los
que estaban presentes: “¿Es
lícito en sábado hacer bien,
o hacer mal? ¿salvar la
vida, o matar?” Ellos se
callaron. Jesús, entonces,
mirando para ellos con
indignación y condoliéndose
de la dureza de su
corazón, dijo al hombre:
“Extiende tu mano”. Él la
extendió, y la mano quedó
sana como la otra. Los
fariseos quedaron indignados
y, saliendo de allí, tomaron
inmediatamente consejo con
los herodianos contra Jesús,
buscando ver cómo lo
matarían. El Maestro se
retiró entonces con sus
discípulos para el mar,
siendo seguido por una gran
multitud de Galilea, de
Judea y de otros lugares. (Marcos,
3:1 a 3:7.)
7. Los espíritus inmundos
decían que Jesús era el Hijo
de Dios - Como ya vimos,
todos cuantos tenían algún
mal, alguna enfermedad, se
arrojaban sobre Jesús, para
tocarlo, pero los espíritus
inmundos, viéndolo,
postrabanse delante de él, y
clamaban diciendo: Tú eres
el Hijo de Dios, motivo por
el cual el Maestro los
amenazaba mucho, para que no
lo manifestasen. (Marcos,
3:11 y 3; 12.)
8. La verdadera familia
de Jesús - Después de
haber respondido a los
escribas que lo acusaban de
tener relación con Belcebú,
llegaron sus hermanos y su
madre y lo mandaron llamar.
Alguien entonces le dijo: He
ahí que tú madre y tus
hermanos te buscan, y están
allá fuera. Jesús les
respondió, diciendo: “¿Quién
es mi madre y mis hermanos?”
Y, mirando alrededor para
los que estaban sentados
junto a él, añadió: “He ahí
aquí mi madre y mis
hermanos. Por cuanto,
cualquiera que haga la
voluntad de Dios, ese es mi
hermano, y mi hermana, y mi
madre”. (Marcos, 3:31 a
3:35.)
9. Nadie guarda la
candela bajo la alquería
- Habiendo explicado a sus
discípulos el verdadero
significado de la parábola
del sembrador, Jesús les
preguntó: “¿Viene
posiblemente la candela para
meterse bajo la alquería, o
bajo la cama? ¿no viene
antes para colocarla en el
velador? Porque nada hay
encubierto que no haya de
ser manifestado; y nada se
hace para quedar oculto,
sino para ser descubierto.
Si alguien tiene oídos para
oír, oiga”. Dicho esto, el
Maestro añadió: “Atended al
que vais a oír. Con la
medida con que midáis os
medirán a vosotros, y os
será aún añadida. Porque al
que tiene, le será quitado;
y, al que no tiene, hasta lo
que tiene le será quitado”.
(Marcos, 4:21 a 4:25.)
10. Jesús calma el viento
y aplaca el temporal -
Jesús siempre se dirigía al
pueblo valiéndose de
parábolas, y sin parábolas
nunca le hablaba; sin
embargo todo declaraba en
particular a sus
discípulos. Ocurrió
entonces, cierta vez, un
hecho que mucho sorprendió a
estos. Después de dejar a la
multitud en tierra, fueron
los discípulos y Jesús para
el barco. Se levantó
entonces un gran temporal,
lo que hizo que las olas
subieran por cima de la
embarcación, amenazando
hacerla sumergir. Como Jesús
dormía en la popa, los
discípulos lo despertaron,
rogándole ayuda. El
Maestro, entonces, despertó,
reprendió al viento y dijo
al mar: “Cállate y
aquiétate”. Y el viento se
aquietó y hubo gran bonanza,
después de lo que él les
preguntó: “¿Por qué sois tan
tímidos? ¿Aún no tenéis fe?”
Sus discípulos sintieron un
gran temor y dijeron unos a
los otros: “¿Más quién es
este, que hasta el viento y
el mar le obedecen?” (Marcos,
4:33 a 4; 41.)
Respuestas a las preguntas
propuestas
1. ¿Quiénes fueron, según
Marcos, los doce discípulos
de Jesús y qué poder les dio
él?
Simón, a quien puso el
nombre de Pedro; Santiago y
Juan, hijos de Zebedeo;
Andrés, Felipe, Bartolomé,
Mateo, Tomás, Santiago, hijo
de Alfeo, Tadeo, Simón el
Celote, y Judas Iscariotes,
el que lo entregó. El
Maestro les otorgó el poder
de curar las enfermedades y
expulsar a los demonios. (Marcos,
3:13 a 3:19.)
2. Los escribas acusaron a
Jesús de tener relación con
Belcebú; de otro modo, ¿cómo
podría expulsar a los
demonios? ¿Qué respuesta
Jesús les dio?
Llamándolos así, Jesus les
dijo por parábolas: ¿Cómo
puede Satanás expulsar a
Satanás? Si un reino se
divide contra sí mismo, tal
reino no puede subsistir; y
si una casa se dividiera
contra sí misma, tal casa no
puede subsistir. Y si
Satanás se levantarse contra
sí mismo, y fuera dividido,
no puede subsistir; antes
tendrá fin. (Marcos, 3:21
a 3:30.)
3. Instado por sus
discípulos, Jesus les
explicó el significado de la
parábola del sembrador. ¿Que
fue lo que él les dijo
entonces?
He ahí como Jesus explicó la
parábola: El que siembra,
siembra la palabra; los que
están junto al camino son
aquellos en quien la palabra
es sembrada; pero,
habiéndola ellos oído, viene
inmediatamente Satanás y
quita la palabra que fue
sembrada en sus corazones.
De la misma forma los que
reciben la semilla sobre
piedras; los cuales, oyendo
la palabra, luego con placer
la reciben; pero no tienen
raíz en sí mismos, antes son
temporales; después,
sobreviniendo tribulaciones
o persecución, a causa de la
palabra, pronto se
escandalizan. Y otros son
los que reciben la semilla
entre espinos, los cuales
oyen la palabra; pero
los cuidados de este mundo,
y los engaños de las
riquezas y las ambiciones de
otras cosas, entrando,
sofocan la palabra, y ella
queda infructífera. Y los
que reciben la semilla en
buena tierra son los que
oyen la palabra y la
reciben, y dan fruto, uno a
treinta, otro a sesenta,
otro a cien, por uno. (Marcos,
4:2 a 4:20.)
4. ¿Qué contiene la
parábola de la simiente?
El reino de Dios es así como
si un hombre lanzara semilla
a la tierra. Y durmiera, y
se levantara de noche o de
día, y la semilla brotara y
creciera, no sabiendo él
cómo. Porque la tierra por
sí misma fructifica, primero
la hierba, después la
espiga, por último el grano
lleno en la espiga. Y,
cuando ya el fruto se
muestra, se mete luego la
hoz, porque está llegada la
cosecha. Y decía: ¿A qué
asemejaremos el reino de
Dios? ¿o con que parábola lo
representaremos? Es como un
grano de mostaza, que,
cuando se siembra en la
tierra, es la más pequeña de
todas las semillas que hay
en la tierra; pero, habiendo
sido sembrado, crece; y
se hace la mayor de todas
las hortalizas, y crea
grandes ramos, de tal manera
que las aves del cielo
pueden anidarse bajo su
sombra. (Marcos, 4:26 a
4:32.)
5. Después de la cura del
endemoniado hecha por Jesus
en la provincia de los
ganaderos, el pueblo pidió
al Maestro que saliera de
sus términos. El ex-enfermo,
entonces en perfecto juicio,
le rogó que lo llevara en su
barco. ¿Jesus lo atendió?
No. Jesus no lo atendió,
pero le dijo: Ve para tu
casa, para los tuyos, y les
anuncia cuan grandes cosas
el Señor te hizo, y como
tuvo misericordia de ti. Y
él fue, y comenzó a anunciar
en Decápolis cuan grandes
cosas Jesus le había hecho;
y todos se maravillaron. (Marcos,
5:2 a 5:20.)