Ahí abajo, integra,
la entrevista:
El Consolador ¿Cómo
conoció el
Espiritismo? |
Nací en una familia
espírita.
El Consolador:
¿Actualmente usted
forma parte de algún
departamento
conectado a la
federativa del
Estado de São Paulo
u otra institución?
Sí. Formo parte de
la comisión de
doctrina de
juventudes de la
Unión de las
Sociedades Espíritas
(USE) de São Paulo y
estuve también por
muchos años como
monitora del Centro
Espírita Amor y
Caridad – CEAC, de
Bauru.
El Consolador: Usted
está hace muchos
años como una de las
coordinadoras de la
MEAC – Juventud
Espírita Amor y
Caridad. ¿Cuántos
jóvenes forman parte
de ese grupo y como
es el dividido?
Sí, participo de la
MEAC desde el 2000.
Nos encontramos para
estudiar la Doctrina
Espírita todos los
sábados a la 17h en
el CEAC. Nos
dividimos por edad,
por cuanto el grupo
es muy heterogéneo.
Entonces, la
Juventud está
formada por 3 salas:
la que comprende a
los jóvenes de 12 a
14 años, la sala con
jóvenes de 15 a 17
años, y por fin la
sala con jóvenes de
18 años o más. No
imponemos límite de
edad para
participantes de la
MEAC, y creamos la
sala de los jóvenes
con más edad menor
para ya recibirnos
los que salen de la
Evangelización sin
dejar espacio, o
sea, para que el
joven así decidir
dar continuidad a
sus estudios
doctrinarios,
encontrando
oportunidad para eso
en la fase de la
adolescencia. El
joven, o más
precisamente, el
Espíritu en esa
franja ataría
encuentra puertas
abiertas para
nuestros grupos de
estudio en cualquier
edad carnal en que
se encuentre. Basta
tener ganas de
conocer y de hacer
amigos, pues, más
que grupo de estudio
solamente, somos un
grupo de amigos que
estudian juntos.
El Consolador: Usted
nació en una familia
espírita. Conocer la
doctrina desde
pronto a ayudó en
alguna cosa
pertinente a su
trabajo al frente de
la juventud
espírita?
Ayudó y mucho, ya
que había recibido
una base sólida de
conocimientos y mi
creación fue toda
pautada en
principios
cristianos y
doctrinarios. Así,
continué sólo siendo
yo misma y
aprovechando las
oportunidades de
crecimiento que este
trabajo me dio y me
da. Por un periodo
de mi participación
como monitora de la
MEAC apliqué
estudios a jóvenes
que comenzaban en la
Doctrina, que
llegaban a la
Juventud en búsqueda
de conocimiento y
para aclarar dudas
pertinentes a la
muerte, mediumnidad,
pase, justicia
Divina etc. Tuve
cierta facilidad
intelectual con esos
estudios, sin
embargo, a la vez,
pude percibir que,
por ser ya espírita
desde pronto, eso no
me propició “saber
más” y aprendí con
esos jóvenes muchas
cosas, o sea, junté
mi conocimiento
pasado a la voluntad
de aprender de ellos
y construir un
conocimiento mutuo.
El Consolador:
¿Cuáles son los
proyectos para la
juventud espírita
para los próximos
meses?
Desde que lo inicié
nunca había vivido
un momento de tantas
cosechas, y explico
el por qué. El
trabajo con la
juventud es hecho
por jóvenes, y estos
jóvenes trabajan,
estudian, prestan
orientación, cambian
de ciudad, se
enamoran etc. Siendo
así, jóvenes que se
proponen a trabajar
por el movimiento
espírita no son tan
fáciles de encontrar
y por muchos años
fuimos pocos,
llevando con toda
la garra y
perseverancia un
trabajo que exigió
bastante de
nosotros. Pero hoy
hay una nueva
cosecha de jóvenes,
Espíritus que están
llegando para
ayudar, sumar y
observamos eso con
mucha nitidez, pues
ellos son muchos.
Con eso, estamos
invirtiendo en
encuentros y
estudios que tratan
del tema
auto-conocimiento,
educación,
liderazgo,
responsabilidad,
todo que envuelva y
dé soporte teórico y
amoroso a estos
trabajadores de la
juventud del futuro.
El mes de julio,
días 17 y 18,
ocurrirá un
encuentro de jóvenes
en Bauru, la 1ª
Previa de la COMJESP
(Confraternización
de Juventudes y
Juventudes Espíritas
del Estado de São
Paulo), en que será
escogido el temario
para el encuentro
estatal que ocurrirá
en abril del 2011 en
Guarulhos-SP. Los
días 11 y 12 de
septiembre ocurrirá
en Lençóis Paulista-SP
el 12º EME
(Encuentro de
Juventudes de la
Regional Bauru),
cuyo tema abordará
liderazgo y
auto-conocimiento.
Fuera de estos
encuentros
intermunicipales,
estatales y hasta
seccionales, los
jóvenes se
encuentran
semanalmente para
estudiar en las
propias juventudes.
Hoy en Bauru existen
sólo 3 juventudes,
infelizmente. Número
extremadamente
pequeño en base del
número de casas
espíritas existentes
en la ciudad. La
mayoría de las casas
prioriza la
evangelización
infantil, sin dar
continuidad a eso
posteriormente en la
juventud. Sin
mayores críticas,
intentamos entender
la razón de eso, se
tenga vista que los
jóvenes son los que
sostendrán la propia
casa en el futuro
bien próximo, sin
los directores de
esas casas atenten
para esa cuestión en
el hoy. Quién
participó o
participa de alguna
juventud espírita
tiene un sentimiento
de gratitud, eso es
porque en esa fase
existencial el
Espíritu pasa por
muchas confusiones,
siendo esa la época
del encuentro
consigo mismo y con
todo su equipaje, lo
que trae consigo
dudas, revueltas,
miedos, angustias,
aspiraciones varias.
¿Qué mejor para este
joven que la
Doctrina Espírita
para esclarecer,
consolar? ¿Y qué
mejor para este
joven que amigos que
buscan la misma cosa
que él: crecer y
entender por qué
están aquí
encarnados? La
Juventud es bálsamo
de luz y amor en el
mar de informaciones
y cobros que el
Espíritu en la fase
juvenil traza.
Incentivar la
existencia del grupo
de jóvenes en la
casa Espírita es tan
esencial, por lo
tanto, que la
existencia de la
propia casa, en mí
opinión.
El Consolador: Usted
ha viajado mucho por
el Estado de São
Paulo en encuentros
de juventudes
espíritas. ¿Cómo
están los jóvenes
espíritas? ¿Andan
motivados? ¿Están
estudiando la
doctrina? ¿Han
asumido compromisos
en relación al
Espiritismo?
He visto muchos
jóvenes interesados
en estudiar,
comprender,
investigar,
participar. La
motivación de ellos
surge en la
proporción directa
de la felicidad que
trae el
esclarecimiento
propiciado por la
Doctrina Espírita.
Este esclarecimiento
consolador se da de
muchas formas, con
los propios
estudios, con el
trabajo, con la
amistad y con todo
lo que eso trae y
que no se traduce en
palabras. En este
contexto,
envolverse,
comprometerse con el
trabajo es mera
consecuencia, y
cuando estos jóvenes
se dan cuenta ya
están trabajando y
mucho por el
movimiento. Desde
encuentros estatales
a intermunicipales
he visto en todas
las ciudades que no
se traduce en
palabras. En este
contexto,
envolverse,
comprometerse con el
trabajo es mera
consecuencia, y
cuando estos jóvenes
se dan cuenta ya
están trabajando y
mucho por el
movimiento. Desde
encuentros estatales
a intermunicipales
he visto en todas
las ciudades jóvenes
motivados, más de lo
que en cualquier
otra época. El mes
de mayo tuvimos un
encuentro de
monitores en
Americana-SP, que
tuvo más de 100
jóvenes líderes de
juventud y grupos de
estudio del Estado
de São Paulo todo
estudiando sobre
Educación. Un joven
que sale de una
ciudad distante en
el Estado para ir
para otra en
búsqueda de
perfeccionarse,
estudiar,
inter-obrar, para
así motivar otros
jóvenes cuando
vuelva a su
juventud, es
motivado,
ciertamente.
El Consolador: ¿Los
dirigentes espíritas
han dejado las
puertas abiertas a
los jóvenes para que
ellos asuman tareas
de dirección y
coordinación?
De un tiempo para
acá hemos sentido
las puertas más
abiertas sí, a pesar
de aún sentir una
cierta inseguridad
de esos dirigentes
en atribuirnos
algunas
responsabilidades
mayores, pues,
incluso sin
percibir, ciertas
veces los tachan
como muy inexpertos
para asumir ciertas
funciones y que las
concluya “al
agrado”. De unos
años para acá hemos
trabajado
arduamente,
asumiendo puestos de
mayor
responsabilidad y
haciendo efectivo,
con organización,
muchos eventos y
trabajos en el
movimiento, donde
sólo los jóvenes
están envueltos.
Entonces, por más
que no directamente
con esta finalidad,
nuestras
realizaciones
hicieron que la
visión que los
dirigentes tienen de
los jóvenes fuera un
poco modificada para
mejor. Aún tenemos
un camino que
recorrer, y nuestro
mayor desafío ni es
el de que crean más
en nosotros, sino
que creamos en
nosotros mismos a
pesar de la
incredulidad de
algunos. Superando
tales dificultades y
viviendo la doctrina
dentro del
movimiento
doctrinario, estamos
creciendo y creando
muchos frutos
buenos, que son los
jóvenes que nos usan
como ejemplo y norte
para dar seguimiento
a este trabajo, que
no para y crece cada
vez más.
El Consolador: ¿En
su opinión qué puede
hacer el movimiento
espírita para
trabajar más al lado
de la juventud?
En verdad, nosotros
siempre trabajamos
al lado uno de los
otros, jóvenes y
adultos, pues
trabajamos por la
misma causa. Pero lo
que haría que
trabajáramos juntos,
fraternalmente
hablando, sería la
quiebra de
prejuicios de ambas
partes. Si nos
esforzáramos por
visualizar la
realidad de que
somos todos
Espíritus en
aprendizaje, que los
jóvenes no son sólo
mal humor,
impulsividad,
irresponsabilidad e
inexperiencia; ni
los adultos son sólo
inflexibilidad,
impertinencia,
autoritarismo y
prepotencia, todo
sería más fácil. En
la verdad, tanto
jóvenes cuánto
adultos tienen sus
dificultades, sus
facilidades, y todos
nosotros estamos en
la Tierra para
crecer. En
obediencia a la Ley
de Sociedad, creo
que facilitaría todo
el proceso interior
de cada uno, la
quiebra de estos
prejuicios para que
juntos trabajáramos
en pro de nosotros
mismos y de la
Doctrina que nos da
soporte. Sin
prejuicio queda más
fácil confiar,
tolerar, comprender,
trabajar en unión.
El Consolador: A lo
largo de esos años
¿cuáles fueron sus
mayores alegrías?
Difícil describir,
pues tuve muchas
alegrías. El
encuentro con amigos
tan queridos, el
aprendizaje enorme
con los estudios de
que participé, tanto
como monitora como
participante. Para
ejemplificar, el año
pasado formé parte
de la comisión
organizadora de la
46ª COMENOESP que se
realizó en Bauru.
Las dificultades
internas y externas
que encontré fueron
enormes, pero
cuando, el primer
día del encuentro,
después de un año
continuo de trabajo
y superación, vi a
todos los jóvenes en
el salón asistiendo
a la conferencia de
Edgar Miguel,
percibí que todo
había merecido la
pena. Y al observar
el mirar brillante
de todos aquellos
jóvenes, yo lloré,
lloré de alegría y
gratitud, por haber
tenido la
oportunidad de
ayudar a
proporcionar aquel
momento a todos
ellos y por haber
superado cada
obstáculo que me fue
puesto.
Sentí alegría cuando
fui a mi primer
encuentro de
juventudes, el año
del 2001, donde
vislumbré un mundo
de posibilidades de
aprendizaje y
consuelo que me era
proporcionado.
Difícil describir la
alegría que se
siente al ver que
usted, a pesar de
las dificultades
incontables para ver
que será mejor,
entiende que puede
ser mejor sí, pues
habrá todo el amparo
para eso. Sentí
alegría cuando, el
año pasado, los
padres de los
jóvenes fueron a la
juventud para
participar de un
encuentro de “Padres
e Hijos”, y sin
pudores hicieron un
teatro interpretando
a sus hijos y,
colocándose en el
lugar de ellos,
sintieron como es
ser sus propios
hijos, lo que
ciertamente auxilió
en la armonización
de estos seres en
sus hogares.
Sentí alegría cuando
el año pasado a Neli
Del Nero nos invitó
para participar de
la comisión
organizadora de la
Feiramor (Feria
anual de la ciudad
de Bauru en que los
centros espíritas se
organizan para
recaudar fondos
destinados a sus
actividades) y
confió en nuestro
trabajo. Sentí
alegría cuando
percibí que tenía
más amigos mejores
que cualquier otra
persona que conocía,
que cada persona que
encontré en ese
trabajo me ayudó a
ser quién yo soy
hoy. Sentí alegría
cuando percibí que
algunos jóvenes me
tenían como ejemplo
a continuación.
Sentí alegría cuando
fui llamada para
responder a estas
preguntas, pues
alguien puede
servirse de mi
palabra y sentirse
mejor y más
esperanzado en
relación a sí mismo
o a sus hijos.
Siento alegría todos
los días por formar
parte de este
trabajo. Por
trabajar por mí y
por muchas personas
enfrentando las
consecuencias de
insistir en crecer.
En todo trabajo, no
existe sólo alegría,
mas en este las
alegrías superan las
tristezas y digo con
certeza que haría
todo de nuevo desde
el inicio, siendo
que en el inicio de
todo ni sabía que
ganaría mucha cosa.
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