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Año 4 173 – 29 de Agosto del 2010

GERSON SIMÕES MONTEIRO      
gerson@radioriodejaneiro.am.br       
Rio de Janeiro, RJ (Brasil)

Traducción
Isabel Porras Gonzáles - isy@divulgacion.org
 
 

¿Cómo explicar la existencia de los niños prodigios?
 

Al enfocar este tema, la revista Superinteressante vuelve a cometer un nuevo equívoco, con una materia repleta
de supuestos e ironías


Lamentablemente, la revista Superinteressante cometió un equívoco más. El primero fue con relación al reportaje bajo el título “Una Investigación: Chico Xavier”, publicada en la edición nº 277 de abril de 2010, en la cual Chico Xavier fue tachado de impostor, al decir que el médium, al recibir cartas de los parientes desencarnados que se comunicaban con sus familiares, mandaba a sus asesores para hablar con las personas, anotando informaciones para darles autenticidad. Está claro que, si tal cosa fuera verdadero, Chico necesitaría ser un prodigio para leer rápidamente todas las informaciones, fechas, nombres etc., e insertarlas en el contexto de cada mensaje, de cada Espíritu, mistificando siempre. Tal falta de ética periodística, por el contenido de la materia, demuestra ausencia total de investigación con el objetivo de difamar la figura impar del médium minero.

El segundo ocurrió tres meses después, en la materia “Éxito y fracaso”, del mes de julio de 2010, en la cual la Revista se revela anticientífica al intentar explicar la causa de los niños prodigios con argumentos totalmente sin fundamento y sin base en la ciencia, conforme se lee en el texto siguiente:

 “Es difícil acostumbrarse con la idea de que nacemos todos con las mismas oportunidades de brillar. Principalmente cuando miramos para aquellas personas que parecen tener habilidades sobrenaturales - aquellas que hacen a usted recodar diariamente sus limitaciones: los niños prodigios, por ejemplo. La mayor de todos los niños prodigios fue Wolfgang Amadeus Mozart (cerca de él, la niña Maysa es amadora). A los 3 años, el austriaco comenzó a tocar piano, a los  5 ya componía, a los 6 se presentaba para el rey de la Bavária de ojos vendados, a los 12 años terminaba su primera ópera. Hace siglos, él viene siendo citado como prueba absoluta de que talento es una cosa que viene de nacimiento para algunos elegidos…”

Inicialmente, es preciso esclarecer que la reencarnación, antes de ser mera cuestión doctrinaria para el Espiritismo, se asienta en la comprobación del fenómeno reencarnatorio por la investigación científica, hoy de amplio dominio público.

Dos son las tesis mediante las cuales la ciencia académica ha procurado explicar las existencias de superdotados

El parapsicólogo hindú Hamendra Banerjee investigó más de 1.200 casos de personas que tenían nítidos recuerdos de lo que fueron en vidas anteriores, o sea, desde el lugar donde habían vivido, nombres de parientes, pasando por sus propios nombres, apellidos y hechos ocurridos con ellas. Esos datos fueron debidamente probados por Banerjee, demostrando la reencarnación, aunque haya admitido él que es posible que alguien se acordarse de otras vidas a través de una memoria extra cerebral. Sin embargo, para nosotros, espíritas, esa memoria, que sobrevive a la muerte del cuerpo físico y vuelve a existir en otro ropaje carnal, se llama Espíritu reencarnado.

En virtud del creciente número de niños con grado de inteligencia superior a la media común, se ha desarrollado mucho la investigación en torno a los probables orígenes de ese fenómeno. Sobre el asunto, existen dos tesis mediante las cuales la ciencia académica ha procurado explicar la existencia de súper dotados.

La primera de ellas es la de la hereditariedad genética, es decir, padres superinteligentes generarían hijos superinteligentes. La segunda tesis atribuye el fenómeno al que llaman hipoxemia cerebral: niños nacidos de partos difíciles tendrían, en el transcurso de eso, las células cerebrales estimuladas, y qué resultaría un coeficiente de inteligencia superior.

Ambas tienen cuño materialista y ninguna va al fondo en la cuestión. Ninguna tiene el coraje de examinar el problema a la luz de una filosofía que considere al hombre como algo trascendente a la materia.

Sólo la teoría reencarnacionista puede abrir a la Ciencia caminos más seguros para una investigación eficiente acerca de ese y de otros fenómenos de la misma naturaleza. En su milenaria sabiduría, Sócrates afirmaba que “aprender es recordar”.

Queremos resaltar del texto de la materia “Éxito y Fracaso” la infeliz comparación entre Mozart, y la niña Maysa, de los programas de Raul Gil y Silvio Santos, pues se trata de comparar genialidad con inteligencia vivaz, sensibilidad en alto grado, con espirituosidad para diversión pública.

Eugénie Colombe, entonces con dos años y once meses, ya sabía leer y escribir perfectamente

Ahora constatamos que Superinteressante inventó una teoría y, sin base científica, para explicar la genialidad de Mozart, que a los tres años tocaba piano, y a los cuatro ejecutó una sonata.

¡Pasménse los lectores!

Según la revista, él habría entrenado mucho para tener tal habilidad. ¿Pero cuándo entrenó él? Por la teoría inventada por la revista, o mejor, por la Hipótesis del Adiestramiento, debe haber sido entre 1 y 3 años de edad, en un total de 3.500 horas de entrenamiento o de adiestramiento, entre biberones y chupetes. Su facultad musical se desarrolló tan rápidamente que a los once años compuso dos pequeñas óperas. Además de tocar a los tres años de edad, ¿donde entrenó la “inspiración” y la “sensibilidad” para componer él? ¿Y de donde él cogió esa predisposición, en la tierna edad, para dedicarse a estudios musicales exhaustivos y complejos? Realmente, la teoría propuesta por la Revista está más para lo absurdo que para lo científico.

El músico, de hecho, tiene que ejercitarse mucho para llegar a la perfección. Hay que practicar largas horas, en una búsqueda incesante por la mejor forma de interpretación. Pero,  ¿que explica la sensibilidad y el tino para la música? ¿Cómo explicar que dedos aun en formación y crecimiento alcancen, con perfección, las teclas del piano?

¿Dónde consiguió Jesús tanta sabiduría para responder con doce años de edad a todas las preguntas formuladas por los Doctores de la Ley, a punto de dejarlos sorprendidos y perplejos con la sapiencia del niño, hijo de un carpintero?     

Ahora, sin la reencarnación, no hay como explicar la precocidad musical de Mozart y de tantos otros niños relacionados por el investigador Gabriel Delanne, además de sabios, pintores, poetas y literatos. Desde niño, Pascal mostró el gusto por los estudios, especialmente por la geometría. A los trece años, descubrió las 32 primeras proposiciones de Euclides y publicó un trabajo sobre las secciones cónicas.

Como encajar en la nueva teoría de Superinteressante, o mejor, en la “Hipótesis del Adiestramiento”, el hecho citado por Allan Kardec, en el Periódico de Estudios Psicológicos (Revista Espírita), de febrero de 1867, de la precocidad de Eugénie Colombe, informado por los periódicos de Toulon. La niña, entonces con dos años y once meses, ya sabía leer y escribir perfectamente; además de eso, se encontraba en condiciones de sostener el más serio examen sobre los principios de la religión cristiana, sobre la gramática francesa, la geografía, la historia de Francia y las cuatro operaciones de la aritmética.

Aquel a quien llamaban el dios de la música, Beethoven, ya se distinguía a los diez años por su notable talento

Eugénie Colombe conocía la rosa de los vientos y sostenía perfectamente una discusión científica sobre todos esos asuntos. Ella comenzó a hablar muy distintamente con cuatro meses de edad. Presentada en los salones del ayuntamiento marítimo de Toulon, Eugénie Colombe, dotada de un semblante encantador, obtuvo un éxito “admirable”. En cuanto a la geografía, la niña citó las cinco partes del mundo, las capitales de los países que concluyen, varias capitales de los Departamentos de Francia. También respondió perfectamente sobre las primeras nociones de gramática francesa y el sistema métrico. La niña dio todas esas respuestas sin la menor duda, divirtiéndose con los juguetes que tenía en la mano. Su madre dijo, entonces, que ella sabía leer desde los dos años y medio y garantizó ser la niña capaz de responder de igual manera a más de quinientas preguntas.

En la historia de la música, vamos a encontrar una serie de niños prodigios, denominadas superdotadas. Además de Mozart, Gabriel Delanne, en el libro La Reencarnación, relaciona una serie de ellas.

He ahí algunos casos mencionados por el mencionado escritor francés:

Aquel a quien llamaban el dios de la música, Beethoven, ya se distinguía a los diez años por su notable talento de ejecución. Y, en otro género, la precocidad del grande violinista Paganini fue tal que, a los nueve años, ya lo aplaudían en un concierto, en Génova.

A los seis años, Meyerbeer poseía bastante talento para dar conciertos muy apreciados. Liszt, maravilloso virtuoso desde la más tierna infancia, escribió, a los catorce años, una ópera en un acto, “D. Sancho” o el “Castillo de Amor”. Rubinstein, traído de Rusia para París a los once años, excitó la admiración universal, por la belleza de su toque de piano.

Sarasate, a los once años, mostraba ya las cualidades de pureza de sonido y de estilo, que hicieron de él el mayor violinista de su época. Saint-Saëns, virtuoso precoz, a los once años daba su primer concierto de piano, y tenía sólo dieciséis cuando hizo ejecutar su primera sinfonía.

Gabriel Delanne dice también que tuvo el placer de ver, en un Congreso de Psicología el año de 1900, al joven Pepito Ariola, que a los tres años y medio de edad tocaba e improvisaba arias variadas. El profesor Charles Richet, nominado el Padre de la Metapsíquica publicó sobre ese caso un estudio, en el cual dijo que Ariola tocó, delante del rey y de la reina de España, seis composiciones de su creación, sin conocer las notas, ni saber leer o escribir.

El Espíritu cambia de ropaje a través de las reencarnaciones sucesivas, pero no pierde
jamás el conocimiento adquirido

Se observa, pues, que el origen de las facultades extraordinarias del individuo, sin estudio previo, es un atributo del Espíritu que guarda recuerdos del pasado. Eso ocurre en razón del progreso anterior adquirido en los campos de la pintura, de la literatura, de la poesía y en otros ramos del arte y de la ciencia.

Pero, los conocimientos para la aptitud y la sensibilidad musical, como en los casos de Mozart y de los otros genios anteriormente citados, ¿de donde vendrían? La respuesta es simple, pelo que ya comentamos. El Espíritu intercambia de ropaje física a través de las reencarnaciones sucesivas, pero su individualidad inmortal no pierde jamás el conocimiento intelecto-moral adquirido al largo de sus experiencias, en el curso de su evolución espiritual, hasta conquistar la condición de Espíritu puro, la misma obtenida por el Cristo.

Sobre el asunto, la Doctrina Espírita, como filosofía espiritualista, prueba, con evidencias, irrecusables, que la inteligencia es independiente del organismo, por ser un atributo del Espíritu, una vez que el alto grado de la actividad intelectual puede mostrarse entre aquellos cuya edad no alcanzó la madurez física plena, como en los varios ejemplos que mencionamos.

En la cuestión 203 del Libro de los Espíritus, los Benefactores Espirituales, en respuesta a Allan Kardec, esclarecieron que los padres no transmiten a los hijos parcelas de sus almas, pues el alma es indivisible. Sólo les dan la vida animal, o sea, los recursos genéticos, al transmitir a los hijos la hereditariedad física, como el color de los ojos y de los cabellos, la forma y la dimensión de ciertas partes del rostro o del cuerpo. Aún en la misma cuestión, los Benefactores dijeron que un padre obtuso, es decir, ignorante, puede tener un hijo inteligente y viceversa, de que hay diversos ejemplos en la historia de los pueblos.

El rompecabezas que los científicos tienen que mostrar está incompleto. Ellos jamás comprenderán el papel del ADN mientras no coloquen el Espíritu y el periespíritu en ese contexto. Continuarán, por lo tanto, buscando en los efectos la explicación para todo, como se fuéramos sólo una máquina orgánica.

Es, pues, de admirar que una revista, como la Superinteressante, que es vista como una publicación de efecto de cuño científico, publique un reportaje repleta de “supuestos”, un tanto irónico, descartando sumariamente la tesis de la reencarnación, ya ampliamente estudiada por renombrados científicos de diversas universidades y centros de investigación, como el médico psiquiatra Jim Tucker, que viene dando continuidad a la investigaciones sobre el asunto realizadas por el renombrado investigador Ian Stevenson, recientemente desencarnado, autor del libro Veinte Casos Sugestivos de Reencarnación.

 

Nota do Autor: 

Vea, clicando en este link - http://www.youtube.com/watch?v=jeGkIzjxODY&NR=1 lo que el médico psiquiatra e investigador norteamericano Jim Tucker dijo sobre el tema reencarnación a la Red Globo de Televisión en el programa Fantástico exhibido el día 8/8/2010.
 



 


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Revista Semanal de Divulgación Espirita