He, a seguir la
entrevista que
gentilmente ella
nos concedió:
El Consolador: En la
Sociedad Espírita
Obreros del Señor,
¿cuáles son sus
actividades?
Mi participación se
hace en la dirección
del grupo de
estudios, en la
exposición
doctrinaria, y en
las actividades
mediúmnica y de los
pases.
El Consolador: ¿Qué
tareas ya ejerció en
el movimiento
espírita?
Desde muy joven he
trabajado en varios
sectores y en varios
Estados y ciudades
de Brasil. En el
movimiento espírita
ya ejercí la
vicepresidencia de
la C.Y. Francisco de
Asís en Macapá, del
cual mi esposo era
presidente y donde
también instituimos
y dirigimos el DIJ –
Departamento de
Infancia y Juventud.
Fui también
directora del DIJ en
la Casa del
Pequeñito, Sí;
directora en el
Instituto E.
Francisco de Monte
Alverne, DF, y
directora del DIJ y
del DAFA de la UDE
Partenón, Porto
Alegre, RS.
El Consolador:
Sabemos que usted
tiene una fuerte
actuación en el
sector de la
familia. ¿Por qué
esa vinculación?
Iniciamos el trabajo
de evangelización
del niño a los 13
años de edad y ya
pasaron 44 años.
Evangelizando a los
niños fuimos
sintiendo un
compromiso mayor que
se extendía a la
evangelización
también de los
padres. Vivimos
cuatro años en
Aracaju (SE) y en
esa ocasión fuimos
invitada para
evangelizar niños en
una casa de campo en
Sâo Cristóvão.
Nuestro trabajo
envolvía un equipo
de trabajadores en
los que algunos
elaboraban la
alimentación, otros
atendían en la
huerta, en la
evangelización...
Íbamos por la mañana
y volvíamos a la
tarde. Luisa dirigía
el trabajo en la
casa de campo de su
propiedad, pero los
padres estaban
ociosos. Iniciamos,
entonces, a
invitación de la
dirección, un
trabajo dirigido a
los intereses de
aquellos padres, que
buscaban auxilio
material, pero
también consuelo y
esclarecimiento para
sus dolores.
Comenzamos, así, el
trabajo con las
familias, del que
guardo en el alma el
recuerdo de la más
bella tarjeta de
visita de la
naturaleza, que se
descubría en un
escenario para
nuestras plegarias
al Creador. Cuando
volvimos al Sur,
para Porto Alegre,
sentimos que
traíamos en el alma
un clamor que nos
llevaba al encuentro
de la necesidad de
engrosar los equipos
de trabajadores que
intentaban minimizar
los conflictos de la
gran familia humana.
Actualmente, en la
dirección del
Departamento de
Asuntos de la
Familia (DAFA), de
la FERGS, tenemos la
oportunidad de
efectuar junto a un
equipo de hermanos
cualificados,
responsables y
abnegados, un
trabajo volcado a
los dramas que
asolan las
relaciones
familiares.
El Consolador: ¿Cómo
se encuentra la
familia actualmente?
La familia está,
actualmente,
enfrentando los
problemas
resultantes de la
época de la gran
transición en que
vivimos. Un momento
de grandes desafíos,
testimonios y
dolores. Vivimos la
era del
inmediatismo, en que
la satisfacción
plena de nuestros
deseos es, para
muchos, la cosa
prioritaria,
importando poco el
bien del otro. Al
lado de esa
realidad,
encontramos hermanos
valerosos, operarios
en el bien, en el
ejercicio del amor
al prójimo,
trabajando por la
implantación del
mundo de
regeneración.
El Consolador: A lo
largo del 2010 usted
desarrolló una serie
de seminarios en el
Estado sobre el tema
Familia – “¿Dónde
fue que erré?” ¿Cómo
surgió ese tema?
Reconocemos el éxito
alcanzado en el
Seminario ¿Dónde fue
que erré?, tema que
aborda las
cuestiones que
hablan de cerca a
los corazones
afligidos de los
hogares de nuestro
tiempo. Realizamos
el Seminario Estatal
de la Familia en
Porto Alegre, Santo
Ângelo, Cruz Alta,
Caçapava do Sur,
Alvorada,
Uruguaiana, Pelotas
y Bagé, y estamos
concertando agenda
aún con Torres y,
para 2011, con
Rosário do Sur,
Jaguarão y Sâo
Gabriel. “¿Dónde fue
que erré? es la
pregunta que nos
hacemos cuando
reconocemos que
“fracasamos”, que
salió “todo errado”,
que deberíamos haber
“actuado diferente”.
Delante de las
cuestiones
familiares, nuestro
seminario ha
intentado llevar las
respuestas a través
de los talleres que
abordan la
gestación, la boda,
las relaciones
padres e hijos, la
violencia, la
sexualidad (así como
la homosexualidad),
la convivencia con
los ancianos, y el
Evangelio en el
hogar. Nuestro
Seminario realizado
en Uruguaiana tuvo
la participación de
nuestros hermanos
argentinos y
uruguayos,
alcanzando un
público récord en
eventos del DAFA.
Resaltamos que
nuestro equipo de
facilidades ha
llevado los temas
abordados con
brillantez,
entusiasmo y
creatividad, de esta
forma divulgando y
multiplicando
nuestros objetivos
en la evangelización
de la familia.
El Consolador: ¿Qué
experiencias o
lecciones tiene para
relatar de esas
actividades?
Para nuestra
alegría, el público
no-espírita también
se hizo presente
participando
activamente de los
debates realizados,
en los cuales
resaltamos el papel
consolador de la
Doctrina Espírita en
el esclarecimiento
de que nuestros
errores se prenden a
la existencia de “un
pasado”, en que
ciertamente nos
comprometemos con
experiencias mal
conducidas. El
momento de los
cuestionamientos no
sólo nos posibilita
la necesidad de
obtener respuestas,
sino también salir
de la “zona de
remordimiento”,
buscando caminos de
recuperación y
soluciones para el
conflicto, esperanza
y crecimiento
espiritual. Cada
viaje representó
para el equipo una
gran oportunidad de
encuentro y cambio
de experiencias,
donde los relatos y
desahogos dieron
inicio a una nueva
caminata en la
jornada de
testimonios
terrestres con más
esperanza y fe. ¡Eso
fue gratificante!
El Consolador: ¿Cómo
percibe la situación
actual de la familia
en base de los
nuevos desafíos
traídos por el Siglo
21?
Es un momento
especial... El gran
desarrollo
científico, las
grandes conquistas
contrastan con el
gran retraso moral,
el materialismo, la
egolatría... Esta es
también una época de
grandes proyectos
sociales,
proyectos
pedagógicos
ejemplares, leyes
volcadas a los
derechos de los
hombres. Nos parece
que vivimos en pesos
y medidas que no se
encajan, representan
valores opuestos en
la gran balanza de
la evolución humana.
En ese contexto, la
familia estará a la
deriva, si no
tuviera por “timón”
seguro las leyes de
amor, ejemplificadas
por Jesús. Mientras
trabajadores del
Departamento de
Asuntos de la
Familia, podemos
auxiliar para que el
bien se instale
efectivamente en la
Tierra y, en cuanto
a eso, estamos
optimistas, pues
vemos en muchos
lugares actividades
anónimas siendo
desarrolladas, por
medio de caravanas a
hospitales, hogares,
presidios, casas
geriátricas,
escuelas. En un
trabajo silencioso y
amoroso, son como
brazos de Jesús en
auxilio a los
necesitados de la
Tierra. En este
inicio de siglo
vemos, pues, muchos
dolores, pero
también mucho
trabajo de
abnegación: manos
que piden y que
socorren, lamento y
consuelo, ignorancia
y esclarecimiento.
Creemos ser este
nuestro desafío:
minimizar los
dolores, como
espíritas
conscientes, ante lo
que nos presenta el
Siglo 21.
El Consolador: ¿Cuál
es la importancia
del Departamento de
Asuntos de la
Familia (DAFA) en
los Centros
Espíritas?
La importancia de
nuestro departamento
está al alcance del
trabajo que
realizamos. El
Departamento de
Asuntos de la
Familia está
subdividido en
cuatro sectores:
Sector de Padres
Gestantes, Ciclo de
Padres, Ciclo del
Anciano y Caravanas
del Evangelio en el
Hogar y, de esa
forma, atiende
profilácticamente al
Espíritu encarnado
en la dureza de sus
mayores necesidades.
Con objetivos
definidos para cada
ciclo, el DAFA
esclarece a los
padres para el
momento especial del
espíritu mientras
vuelve a la
experiencia
terrestre y
proporciona a ellos
la reflexión en
cuanto a los asuntos
pertinentes a la
relación padres e
hijos; proporciona a
los ancianos
momentos de
encuentros y
diálogo, dando
oportunidad de
aceptación y una
vejez serena;
proporciona al
trabajador espírita
la oportunidad de ir
al encuentro del
dolor y del
sufrimiento
auxiliando a los
hermanos que
permanecen en sus
hogares, hospitales,
casas geriátricas y
de detención, con la
propuesta
libertadora de Jesús
y el beneficio de la
oración. Somos aún
responsables por la
Campaña de
Valorización de la
Vida, donde
proporcionamos
esclarecimiento,
estudio y reflexión
en torno a los temas
suicidio, pena de
muerte, aborto,
dependencia química
y eutanasia.
Cada vez más se hace
necesaria la
estructuración del
DAFA en los Centros
Espíritas para
atender a los
conflictos
familiares,
fortaleciendo y
esclareciendo al
hombre del porqué de
estar viviendo la
experiencia
familiar.
Recordemos que el
Centro Espírita debe
ser el puesto de
atención fraternal a
todos los que buscan
con el propósito de
obtener orientación,
esclarecimiento,
ayuda o consolación;
casa donde niños,
jóvenes, adultos y
los ancianos tengan
la oportunidad de
convivir, estudiar y
trabajar, dentro de
los principios
espíritas.
Ciertamente el DAFA
atiende a esta
propuesta.
El Consolador: ¿Cómo
evalúa los nuevos
arreglos de las
familias, como las
uniones
homoafectivas,
inclusive con la
adopción de niños?
Para 2011 estaremos
colocando en
talleres para debate
el tema “Los nuevos
formatos
familiares”,
incluyendo dentro de
la violencia
doméstica el drama
de la pedofilia,
experiencia dolorosa
que ha asolado los
hogares. En la
sociedad, en las
instituciones
públicas y
estudiantiles estos
temas han sido
abordados
ampliamente, debido
al índice enorme de
conflictos en esa
área. De esta forma,
nosotros los
espíritas no podemos
cerrar los ojos para
esa realidad que se
agiganta tanto en
los hogares pobres
como en los
económicamente
favorecidos, ciertos
de que la miseria
moral es
independiente de la
clase social y
económica del
individuo. Nuestra
opinión en cuanto a
la cuestión de las
uniones
homoafectivas es la
de el no-juicio y de
respeto al libre
albedrío de cada
uno. Sobre las
adopciones creemos
que nuestros niños
sin hogar y sin amor
pueden encontrar en
hogares adoptivos el
amor que necesitan.
Quedamos pensando
que las referencias
psicológicas de los
papeles madre/padre
son
responsabilidades a
ser asumidas...
¿Pero como
determinar cuál es
el “peso” de
nuestras reales
necesidades?
El Consolador: Usted
pasó por la
experiencia del
fallecimiento precoz
de una hija. ¿Qué
puede compartir con
otros padres que
pasan por esa
difícil experiencia?
Estamos viviendo
días de gran
aprendizaje,
nostalgias y
superación. Tenemos
cuatro hijos, tres
mujeres y un hombre.
Una de nuestras
hijas desencarnó
hace seis meses en
un accidente
automovilístico, a
los treinta años.
Nuestra hija Liciane
es la tercera, un
Espíritu impar,
lindo, con defectos
y cualidades, que
conquistó durante su
existencia muchos
amigos y nuestro
corazón. Con el
dolor que estamos
sintiendo de la
separación física y
de la nostalgia que
dilacera nuestra
alma, evaluamos el
dolor de los que
pierden a sus hijos,
padres y hermanos
sin nuestra
comprensión
reencarnacionista.
Podemos decir que
hablamos con alma,
con convicción y
certeza, cuando
decimos que Dios
existe, que es
Padre, justo y
misericordioso, que
la muerte no existe
y que somos capaces
de superar el dolor
para auxiliar a
nuestros entes
queridos que
volvieron para la
espiritualidad. En
nuestro equipaje de
experiencias terrena
traemos la violencia
doméstica, la
pedofilia, la
dependencia química,
la pérdida prematura
de entes queridos
como dolores que nos
dan soporte y
empatia para
entender el dolor
del otro. Como
presentes de Dios,
aún recibimos padres
terrenos amorosos,
responsables, dignos
y honestos; una
unión compensadora
de treinta y siete
años de boda con un
joven también
espírita, que nos ha
auxiliado a
desempeñar los
papeles de mujer,
madre y abuela,
oportunidad
redentora, que
envuelve nuestros
días de
experiencias,
alegrías y
responsabilidades.
El Consolador: Sus
palabras finales.
Como palabras
finales queremos
decir a los lectores
que la vida terrena
es una oportunidad
maravillosa y que, a
pesar de las
dificultades que
enfrentamos, podemos
sembrar para el
mañana la felicidad
de que hoy echamos
en falta. Oímos
muchas personas
decir que no pueden
trabajar en el DAFA,
pues no consiguen,
aún, resolver sus
dolores familiares.
Podemos, sin
embargo, decir que
nuestro equipaje de
experiencias
instrumentalizándonos
a ir
al encuentro de
aquel que sufre.
Trabajar por la
evangelización de la
familia es una
oportunidad que no
podemos postergar.
Somos un foco de luz
a irradiar con mucha
o poca intensidad,
pero siempre una
luz. Mucha paz a
todos.
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